♡ → Capítulo décimo quinto


Muy buenas noches, les traigo otro capítulo estúpidamente largo con una montaña rusa de emociones que nadie pidió. Les sugiero se preparen mentalmente para lo que venga, tómenlo con calma. Y quiero agradecer de corazón a todas las personas que leen este fic porque es el primer trabajo y público que tiene tanta aceptación, gracias de verdad. 

ADVERTENCIA: el siguiente capítulo incluye contenido sexual explícito, si eres menor de edad o no estás de acuerdo con esto, por favor abstente a seguir leyendo.

Sin más que decir, disfruten de la lectura. 

¡Arriba el Showki!

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Luego de asearse debidamente en la primorosa ducha de Hyunwoo y, tras colocarse la ropa que éste le había prestado cayó sobre la cama, exhausto, pero con una feroz satisfacción llenándole el cuerpo. Se le escapó una risueña carcajada que hizo eco en las paredes, allí recostado en las mismas sábanas donde antes le habían "desflorado" (por usar un término sobrado y romántico) se removía de un lado a otro como si así su cuerpo fuese capaz de recrear lo acontecido. Allí envuelto en la única prenda que el mayor le había dado para vestirse esperaba a que el susodicho terminase de bañarse, mientras iba siendo arrullado por el perfume del mencionado y por el intenso aroma a sexo que todavía levitaba en la habitación. Y que le llamasen loco, pero podía jurar que jamás encontraría afrodisíaco igual.

En aquel plano íntimo que compartía con Hyunwoo no tenía preocupaciones ni responsabilidades, tampoco exigencias y aunque lo supiera momentáneo, agradecía a la vida por tal idílico respiro.

Ya podía estar seguro de que no se arrepentiría nunca de haber tomado la decisión de quedarse en casa del moreno. Ya podía vivir tranquilo sabiendo que entre los brazos de Hyunwoo además de alivio podía encontrar placer; ambas cosas que creyó incapaz de volver a sentir en un mismo instante.

-Hyunwoo...

Susurró a la nada sintiéndose ligero sobre la cama, adorando cada segundo que perdurase aquel efecto post-coital que le hacía sentir joven de nuevo. Así fue abandonando el mundo real en brazos de Morfeo repitiendo una y otra vez sus partes favoritas de la noche tan hermosa.

Cuando despertó le costó trabajo identificar el lugar donde estaba, sin embargo, el calor que irradiaba del cuerpo a su lado rápidamente le hubo dado la pista de la posición que ocupaba en el espacio tiempo esa... ¿mañana?

Alzó la cabeza, confundido al notar que en efecto parecía amanecer, pero faltaría una hora y media para ello a juzgar por el tenue aclarado del cielo que dejaba verse a través de la ventana. Soltó un suspiró de inconformidad, odiaba su reloj biológico en esos momentos, sólo quería seguir durmiendo abrazado al hombre que incluso en sueños le sostenía con gentileza.

Una sonrisa se le dibujó en los labios sin darse cuenta y, agradeciendo que el mayor pareciese tener un sueño pesado se acomodó en la cama para así observar con detenimiento todo lo que por la prisa de hacía unas horas no había alcanzado a guardar en su memoria, es decir, si ya no iba a dormir más (porque no lo haría ni aunque lo intentase) invertiría su tiempo en algo interesante.

Sus ojos escudriñaron en los ángulos filosos y otros más redondeados en la cara del moreno, contándole las cortas pestañas, deslizándose por la perfilada nariz hasta brincar cómodamente en las mullidas almohadas que su adverso tenía por labios acongojado por la curva sutil que era el philtrum de su contrario. En esa perspectiva los belfos de Hyunwoo se mostraban igual de suaves, como la respiración pausada del mayor. Pensó en hacer con sus dedos el mismo recorrido que su mirada había hecho, pero prefirió seguir escudriñando en el cuerpo del otro aprovechando que el moreno había decidido irse a dormir sin camisa. Curioso, porque eso era lo único que él llevaba puesto.

Relamió sus labios una vez hubo llegado a detallar (otra vez) la definida figura del moreno, prestando atención a las apuestas hendiduras de sus marcadas clavículas y nuevamente en el valle que hacían sus pectorales, y de regreso a su cuello elegante, a la manzana de adán que sobresalía y quiso besar, o más bien besó tras ser víctima de sus impulsos.

Y como no vio motivo alguno para detenerse, continuó presionando sus labios en caricias lentas hasta llegar a los belfos del hombre, dando el mismo tratamiento: poniendo sus labios como un pequeño pico, presionando sin abrir la boca.

Pero... quería más.

Y como si sus deseos los hubiese escuchado el mayor, percibió el cambio en la respiración ajena y un suspiro que le hizo cosquillas en los labios. Bendita su audacia al besar al moreno y que eso hubiese sido suficiente para al otro de la tierra de los sueños.

-Mh... Kihyun.

La voz grave y ronca, tan peculiar de una persona al despertar le hizo estragos en el cuerpo, pero sólo porque era Hyunwoo quien hablaba aún somnoliento.

-Buenos días, Hyung.

-¿Hm? De qué... Kihyun, bebé ni siquiera ha salido el sol. Volvamos a dormir.

Le causó gracia la pronunciación tan alterada del moreno y, aunque este tuviese un buen punto no cedería a sus deseos.

Estando de costado en la cama el moreno le imitó para así pegarse ambos bajo las tibias sábanas. Sintió una de las grandes manos del mayor sobre su pierna y como esta era guiada para terminar abrazando la cintura ajena. Aquella posición tan íntima le sugería muchas cosas, pero ninguna de ellas era dormir.

-No quiero dormir, Hyung.

Le confrontó, viendo inmediatamente como el moreno de a poco abría los ojos volviendo a dejar otro suspiro al aire como si estuviese resignándose a un tormentoso destino.

-¿Por qué no quieres dormir, bebé?... ¿no te sientes cómodo?

La pregunta vino acompañada de un beso en su frente y posteriormente otro en sus labios, pero los movimientos del mayor aunque complacientes, muy perezosos para su gusto.

Decidió entonces tomar cartas en el asunto, resolviendo que mejor que vociferar sus deseos era mostrarle al moreno.

Empezó con uno o dos besos como los que le había dado anteriormente al moreno mientras éste dormía, para luego añadir su lengua presionando con suavidad entre los labios del mayor. No le molestó en absoluto el aliento mañanero que pudiesen tener ambos ni siquiera le prestó atención cuando igual lo único que alcanzaba a registrar era el sabor característico de los besos de Hyunwoo; nada particular, sólo Hyunwoo.

Con un poco más de entusiasmo sentía que el moreno iba entrando en calor al besarle de vuelta, incluso sentía las manos ajenas recorrer su espalda baja y los costados de su cuerpo. A esas alturas sabía que de continuar con sus planes convencería al mayor de lo que quería, y así lo hizo.

Con yema de sus dedos trazó tímidas figuras sobre el pecho ajeno, sintiendo los músculos contraerse de a ratos, que a juzgar por la piel erizada del otro caricias tan sutiles le causaban cosquillas. Siguió descendiendo con sus manos en un tentativo recorrido hasta danzar inseguro en el filo del pantalón de pijama que Hyunwoo usaba, sin embargo, antes que su opuesto pudiese objetar algo coló una de sus manos por dentro de la tela para así llegar a su destino final (agradeciendo también la falta de ropa interior en el mayor), palmeando el falo flácido del moreno buscando avivarle.

-Ah... Kihyun...

Aquel jadeo ronco con su nombre le encendió bastante. Hyunwoo no ponía empeño en detenerle así que siguió adelante, volviendo a unir sus bocas esta vez con más ansias, chupando los belfos ajenos antes de hacer lo mismo con su lengua, llegando tan profundo en la cavidad del moreno como para rozar el cielo de su boca a pesar de la incomodidad que el ángulo del beso le hiciera sentir. Su mano intrépida proseguía con su labor, masturbando lento pero seguro al mayor.

-K-kihyun...

-Hyung... quiero... otra vez, ¿por favor?

Sobraba una respuesta verbal, sabía que de parte del moreno tenía su consentimiento, sobre todo porque éste se limitó a continuar besando y acariciando lo que encontrase a su paso. Ya fuese que la lengua del moreno le recorriera el cuello o sus manos estrujaran deliciosamente sus glúteos, todo era contestación a sus necesidades.

Excitado, empujó sus caderas intentando encontrar el alivio que él mismo le daba a su opuesto, ahora pudiendo mover mejor su mano por la lubricación natural que emergía del mayor. Pero no, eso no era suficiente.

De un empujón dejó al moreno de espaldas contra la cama y ante su mirada pérdida (igualmente lujuriosa), se trepó al regazo de éste, dejando que las sábanas siguieran enredadas a sus cuerpos; le gustaba el calor que encerraban ambos bajo las mismas. Inclinándose para seguir besando al moreno sonrió contra los labios de este al reconocer un temblor en su cuerpo cuando llevó nuevamente sus manos al miembro ajeno esta vez masturbándose al mismo tiempo que al mayor, sosteniendo como podía ambas hombrías en su diestra. La diferencia del largo y ancho de sus miembros no hacía de su labor la más fácil de todas, sin embargo se las apañaba las misma avidez de siempre, empujando también sus caderas, jadeando, susurrando al otro lo maravilloso que aquello se sentía.

-H-hyunwoo...

Aunque no fuese un llamado, el mayor igual le atendió, habiéndose incorporado en la cama sobre sus antebrazos para luego buscar la forma más idónea de sentarse apoyando la espalda en el cabezal de la cama. Unos largos dígitos peinaron sus cabellos antes de sostener su rostro y, mientras se frotaba delicadamente al calor de aquella palma sus movimientos presurosos fueron interrumpidos. A continuación, dejó al mayor tomara el asunto entre sus manos, pudiendo abarcar mejor la totalidad de ambos e ir más rápido.

-¿Te habías quedado con ganas de más, bebé?

-Mmhm... sí, sí-í... se siente rico.

Percibía el ardor en su rostro pero lejos estaba de avergonzarse al admitir lo que le gustaba, cuando ya el mayor le había visto. Ahora sólo buscaba saciar las ganas que revolucionaban su cuerpo alterándole tanto por fuera como por dentro. Ya incluso dejaba ver lo mucho que aquel mote le prendía en el contexto sexual.

Llevó ambas manos tras el cuello del mayor y aunque no fuese su intención besarle igual le acercó sólo para excitarle con el sensual estacato que hacían sus jadeos chocando contra los belfos ajenos. Sus ojos permanecían entre abiertos notando como las facciones impropias se fruncían al mismo tiempo que sus miembros (casi sincronizados) palpitaban contra el otro.

Y teniendo al moreno desprevenido resolvió extender su mano hasta donde sabía reposaban los condones restantes y la botella de lubricante. Si el mayor pensaba en cumplir su promesa de la noche anterior estaba equivocado, él no se iba a correr sólo con eso, se negaba a ello pudiendo tener todo lo demás. La codicia no era algo que soliera practicar, pero hacía rato por su mente había rozado el infame pensamiento de que eso no se repetiría al menos por un lapso de tiempo considerable, tenía que aprovechar.

Así que confiado en lo que haría (aunque fuese su primera vez ejecutando tal plan) llevó uno de los condones a su boca, sosteniendo una de las esquinas del empaque entre sus dientes, haciendo un guiño con uno de sus ojos antes de indicarle al mayor con señas que relajase un poco el errático movimiento de su muñeca para poder tener equilibrio al llevar sus dedos previamente lubricados a su entrada, que para su grata sorpresa permanecía dilatada.

Se le antojó hilarante la manera como Hyunwoo reaccionaba a sus acciones, como si éste de verdad no esperase en lo más mínimo que tan sólo después de la primera vez intimando se fuese a mostrar tan audaz.

-¿Qué pasa, Hyung? M-mh... ¿no te gusta lo que ves?

...

-Eres una caja de sorpresas bebé, ¿no es así?

-Mmh... sólo contigo.

Le obsequió aquel derecho a sentirse poderoso porque sabía que Hyunwoo adoraba tener el control, y él también sacaba provecho de esa situación.

Verán que a lo largo de su despertar sexual en la adolescencia siempre se consideró una persona intrépida y una vez agarraba confianza con su pareja, no había quien le detuviera. Justo era el caso ahora que se fastidiaba a sí mismo con dos de sus dígitos enterrados en lo profundo de su anatomía; tampoco es como si lograse llegar a donde alcanzaba el moreno, pero hacía la tarea de prepararle al menos.

Cuando se sintió satisfecho retiró sus dedos e impacientemente abrió el empaque del preservativo para así tomarlo y envolver al otro en el mismo. Volvió a besar al moreno tan pronto le tuvo listo y sin mediar palabra alguna avisando de lo que haría, tanteó en su lugar para luego dejarse caer en el falo ajeno, sintiendo sus piernas temblar ante la fuerza que debía ejercer para ir lento.

-K-kihyun, bebé. Ten cuidado.

-A-ah... te quiero ahora.

-Pero no vale nada si te lastimas.

Agregó el moreno, quien tenía razón pero igual le ignoró mientras continuaba dejando que la gravedad hiciera su trabajo. Las manos de Hyunwoo también le ayudaban y finalmente cuando estuvo empalado echó la cabeza hacia atrás, extasiado, por el (doloroso) placer que sentía.

-¡Mmh!... P-por qué no hice esto antes.

-Tómalo con calma, bebé.

-Al diablo la calma, Hyunwoo.

Respondió una vez hubo dejado de temblar por el impacto inicial, empezando a mover sus caderas en círculos, hacia los lados, en brincos apenas perceptibles mientras se iba ajustando. Sus brazos envueltos en el cuello del moreno y su boca reclamando todos los besos que pudiese darle.

-Kihyun, joder...

-Sí, sí... tócame, Hyung.

Se tragaba los gemidos roncos del mayor cada vez que se impulsaba con la suficiente fuerza para caer de nuevo, casi siempre en el ángulo que rozaba su próstata y hacía contraer deliciosamente sus músculos para así sentir más del mayor por dentro.

Pedía por más de las manos ajenas sobre su sudoroso cuerpo y sólo en ese momento se percató que entre tanto y tanto los dos seguían medianamente vestidos. La camisa holgada que llevaba puesta se le pegaba ligeramente a la espalda y rozaba sus erectos pezones que también fueron atendidos tiempo después por la boca del mayor.

-A-ah... Hyung, Hyung. Más, ayúdame.

En medio de su delirio indicó al mayor que le auxiliase al cagar su cuerpo de a ratos cuando sus piernas parecían cansarse demasiado; se había dado cuenta que no estaba en la mejor condición física para hacer algo como eso, pero incluso el calorcillo y la presión en sus músculos le aventaban al placer absoluto. Curvando la espalda y colocando las manos abiertas sobre la cama le montaba, poniendo un espectáculo a disposición del moreno. Moviéndose también al tono más sensual que podía jurar acabaría con Hyunwoo. Notaba las venas marcadas en los brazos y el cuello ajeno y como este apretaba la mandíbula para después dejar ir un pesado jadeo; tan masculino y vigoroso como siempre se le había antojado una pareja. Hyunwoo era la materialización de sus sueños disipados.

Cansado, pero con ganas de más, volvió a acomodarse como en el inicio pegándose al moreno que le recibió en un apretado agarre.

-Ah, a-ah... ¿L-lo estoy haciendo bien?

-Increíble. S-si tan sólo pudieras mirarte, Kihyun. Hm...

Sonrió satisfecho al tiempo que se dejaba caer a un ritmo más frenético sobre el mayor. A continuación, a las marcas que había dejado con sus uñas se le añadieron nuevas mientras sin cuidado dejaba a su cuerpo desbordado drenar algo del placer que le llenaba.

Fue entonces tras una particular embestida que dio el moreno contra sus caderas, tras haberse unido al vaivén de sus cuerpos, que sintió la palma del otro colisionar contra sus glúteos arrancándole un sonido tanto más agudo de la garganta, casi como un grito. Jadeando, y sintiendo todo ir en su cuerpo como un zumbido se quedó estático antes de poder recobrar la habilidad parcial de su habla descoordinada.

-M-más... hazlo otra vez, Hyung. Más.

Volvió a sentir aquel choque y el sonido pareció dejarle sordo, el escozor de su piel ahora roja a causa del impacto puso su vista en blanco y, su cuerpo se fue en automático.

-Joder, Kihyun...

-Bebé... dime que soy tu bebé. Dime que soy tuyo, Hyunwoo.

Tal petición no fue premeditada, pero Hyunwoo no tuvo problema alguno en complacerle con una pronta respuesta al tomarle del rostro un tanto brusco.

-Ya te dije que si te lo hacía ibas a ser solo mío, Kihyun.

El tono autoritario le hizo colapsar entre espasmos de placer y para su sorpresa se corrió vergonzosamente rápido entre sus cuerpos, entre suspiros y jadeos con el nombre ajeno danzando en sus belfos, teniendo los ojos salpicados con lágrimas y las extremidades dormidas.

-L-lo siento, Hyung... n-no supe... no sabía...

...

-Bendito el momento en el que te hablé.

Fueron las palabras que cortaron de lleno sus disculpas, seguidas de un beso intenso que terminó de robarle el aliento. Su miembro que había dejado finalmente de expulsar a chorros su realización, seguía frotándose entre sus torsos lo cual le hacía gimotear en la boca ajena.

-H-hyung, no puedo más...

-Está bien, bebé. L-lo hiciste excelente.

-Mmmh... No, no... no has llegado. Hazlo, quiero que llegues. A-ah... ¡dentro!

Aunque cansado y medio delirante seguía moviéndose sobre el moreno quien en un fútil intento quiso ponerle fin al movimiento de sus caderas, cuando ya no pudo luchar más contra su insistencia, fue empujado por el mayor a la cama y pasionalmente le embistió hasta acabar en una brutal sacudida que le sacó un gemido de satisfacción además de un par de lágrimas que al igual que su sudor corrieron libres por su piel, siendo besado luego ese mismo camino por los labios ajenos.

-A-ah... Dios. Buenos días, Hyunwoo...

-M-muy buenos días, Kihyun.

Rió, ahora sí estando apenado por todo lo ocurrido, cubriendo su rostro con ambas manos mientras el mayor volvía a envolverle, brillando ambos aún bajo el luminoso halo post-coital.

En ese instante se percató también de los rayos del sol golpeando en la piel morena de su amante y, con dificultad giró su cabeza sin abandonar su lugar en los brazos opuestos para ver el temprano renacer del rey de los astros.

-El amanecer desde tu ventana es realmente hermoso...

-Tú entre mis sábanas al amanecer eres más hermoso.

Golpeó al moreno en el pecho aunque solo fuese un acto juguetón, y nuevamente entre risas se dejó engullir por el regocijo de sentirse querido, por los beneficios de tener un amante tan atento y honesto como sólo Hyunwoo podía serlo.

Después de protestar mucho y dar vueltas en la cama entre besos y caricias aceptó la invitación del mayor a la ducha; no obstante, en pro de no iniciar otro encuentro le empujó como haciendo una travesura fuera del baño. Allí se dio unos momentos para espabilarse y sonreírse a solas por sus vivencias, tan inmerso en su felicidad que incluso bajo el agua tibia empezó a cantar. Las notas alcanzándolas como si hubiese sido ayer su último entrenamiento de canto.

Y a su sorpresa, como si fuese sirena en el mar seduciendo a un pirata con su voz, sintió unos musculosos brazos envolverle la cintura. Dio un respingo en su lugar pero tras recibir un beso en su cuello se calmó.

-¡Hyung! Te he dicho que no me asustes.

-No pude evitarlo. Hacía frío, te llevaste las sábanas y... tenía que asegurarme que no fuese un ángel quien estuviese cantando en mi regadera.

Se relamió los labios y apartó la mirada avergonzado.

-Qué cosas dices, Hyunwoo.

-Y qué cosas cantas tú, Kihyun.

Suspiró y sin poder contener más sus ansias volvió a besar al moreno.

Los cumplidos de Hyunwoo le halagaron lo suficiente para remover su corazón otra vez. Saberse querido y reconocido por su talento (que pensó perdido) fue suficiente. En la ducha conoció lo que era 'hacer el amor', si es que lo de antes no lo era.

Ya cuando por fin pudieron dejar de estar sobre el otro lograron vestirse y, aunque perezosos el desayuno les había salido incluso mejor de lo que esperaban (habiendo indicado al mayor cómo hacer la mayoría de las cosas). Finalmente se sentaron a la mesa para compartir entre besos con sabor a café la comida que habían preparado.

-Hm... va a ser una pena que ya mañana no tenga quien me prepare este café.

-Siempre puede ir al local a visitarme, Hyung.

-¿Es una cita entonces?

-Casi, casi. Recuerde que debo trabajar.

Hubo una pausa entre sonrisas y mientras compartían miradas furtivas luego de terminar el desayuno, seguían a la mesa despreocupados por el tiempo debido a lo temprano que habían dado inicio al día (incluso después de hacerlo dos veces, qué dicha).

-¿Te dan siempre los mismos días libres?

-Hm, algo así. De vez en cuando los rotan, dependiendo de lo que resuelva nuestro jefe. El día de hoy lo libré por si me quedaba demasiado tiempo en su casa por la noche no tendría que lidiar con el cansancio en el trabajo.

-¿Hm? Entonces... ¿todo esto fue parte de tu plan? No conocía ese lado tuyo, Kihyun.

-¿Eh?... n-no, no. Hyung no fue así.

Terminó riendo con el moreno tratando de explicarse mientras este jugaba a hacerse la víctima de sus 'artimañas'. La escena tan cotidiana le derritió el corazón y...

-Oh, espera un momento. No me llamarían a esta hora si no fuese importante.

-Sí, está bien, Hyung.

Un beso fue depositado en sus labios antes de ver al mayor desaparecerse por el pasillo. Si bien lo recordaba, los sábados el mayor todavía trabaja, eran los domingos sus días intocables. Suspiró y vio la hora en el reloj que había en la pared, aún podía quedarse un rato antes de irse a casa. No quería dejar al moreno pero también extrañaba a su hijo y ya deseaba ver la ilusión en su rostro cuando le viese al despertar, sabiendo que había cumplido con su promesa. Se sentía afortunado por tener el corazón tan lleno en esos momentos.

La llamada del mayor pareció ser más importante de lo que pensaba y al verle demorarse, decidió curiosear en la casa del moreno. Dio un paseo por la sala donde a los costados del moderno mueble para la televisión reposaban unos marcos con fotografías variadas. Sonrió al reconocer a Hyunwoo de niño con quienes supuso eran sus padres, otras fotos de sus graduaciones y momentos importantes de su carrera, por un momento quiso incluso haber podido ser parte de ellos para vivir en carne propia el orgullo de Hyunwoo, pero lentamente el sentimiento se tornó de melancólico a amargo. Cuantas más fotos veía más se percataba de lo poco que conocía al hombre. No tenía idea de quienes eran las personas en las fotos, y en dado caso que ya no estuviesen presentes en la vida del moreno igual debían ser importantes para tener un lugar entre esos marcos.

Aunque seguía sonriendo, sentía el peso de la tristeza fastidiando sobre sus hombros. Tristeza que le dio un vuelco en el estómago cuando en un marco solitario vio una foto del moreno abrazado a la cintura a una mujer. Tomó el marco entre sus manos para detallar la fotografía, no parecían ser familia y a juzgar por las fotos que ya había visto, Hyunwoo no tenía hermanas. Frunció el ceño cuando al reverso del marco encontró una nota que rezaba:

"Para el que fue amor de mi vida. Gracias por la bonita experiencia. ATT: Minah."

Le tomó un momento procesar lo que había leído, seguía viendo la caligrafía de mujer en la que estaba escrita esa oración y no sabía si soltar una carcajada indignada o llorar. Se contuvo de hacer cualquier cosa y dejó el marco en su lugar.

Hyunwoo no estaba casado, no. Claro que no lo estaba, ya se hubiese dado cuenta. Pero entonces... quién era esa mujer y por qué no la conocía, por qué el moreno no había hablado de ella si ella... hablaba así de él.

Quiénes eran todas esas personas y quién era él para Son Hyunwoo. Se abrazó a sí mismo en el fútil intento de mantener la calma, pero la ansiedad rápidamente quemaba por dentro llevándose consigo los bonitos recuerdos.

Arrepentido.

Así se sintió cuando tomó sus cosas, que permanecían en la sala donde las había colocado la noche anterior, y sin darle una explicación al moreno salió de esa casa sin decir palabra alguna. No entendía muchas cosas y pudo haberse quedado a preguntar, pero prefirió hacerse un favor al huir de lo que su mente le alertaba sería una dolosa caída a la realidad.

Engañado.

Así se sintió una vez estuvo fuera del alcance del moreno, dejando ir un par de lágrimas antes de llegar a su casa. No debía preocupar a su hijo y mucho menos a su mejor amigo.

Se olvidaría de Hyunwoo. 

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A qué los hice llorar, ¿o no? Por favor no me maten, las historias siempre tienen un final feliz. A partir de éste capítulo es que termina de desarrollarse la historia como tal.  

*Nota: no estoy 100% seguro de si anteriormente había dicho que todo tenía lugar de viernes a sábado, pero en este capítulo lo coloqué así para que tuviese sentido la historia. Disculpen mis humildes errores. 

Por cierto, a los rumores que salieron estos días sobre si Kihyun tiene o no tiene novia. Desde mi punto de vista me parece que es información con fines maliciosos, indiferentemente de que él estuviese en una relación (y una relación tan seria) el que confirmen algo así de la noche a la mañana (y no sea la empresa quien lo haga) no me hace pensar en otra cosa, sobre todo por como son los medios de comunicación en Korea con la farándula. Y si Kihyun tuviese novia, recordemos que siempre y cuando él sea feliz nosotros también debemos serlo. El Showki igual siempre será real porque Nunu y Kiki se aman muchísimo, el amor es de diferentes formas y colores, no lo olviden. 

Nos leemos ( ⚆ _ ⚆ )



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