♡ → Capítulo décimo cuarto (segunda parte)

¡Atención! No sé si lo habré dejado con las ganas en el capítulo anterior, pero les recuerdo que esto irá lento. Ya después me daré a la tarea de recompensarles tanta espera. Finalmente decidí que este capítulo tendrá tres partes, confío en que mañana estaré subiendo la tercera y última para poder avanzar. Gracias por su atención.

ADVERTENCIA: el siguiente capítulo incluye contenido para mayores de edad, si no estás de acuerdo con esto por favor no sigas leyendo. 

¡Arriba el Showki!

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En medio de todo el asunto con Hyunwoo se le había olvidado por completo un detalle bastante importante, al menos para él. No sabía las preferencias del moreno pero algo le decía que este quizá optaba porque las cosas fuesen de cierta manera, es decir, antes de siquiera salir de su propia casa había pensado en posibles escenarios (calientes) en casa de Hyunwoo, y sin embargo se no se había tomado el tiempo para prepararse para la potencial ocasión.

Estando allí sentado en el piso del baño de espaldas a la puerta pensaba si era una buena idea huir por la ventana, pero la caída resultaría muy aparatosa, sin mencionar que también sería vergonzosa. Aunque entre la humillación y la posibilidad de que el mayor pudiera no gustar de su cuerpo prefería con creces la primera opción.

No es que no tuviese un buen cuerpo, se cuidaba lo suficiente para saberse atractivo. No sería el más musculoso pero tampoco el más delgado y mucho menos flácido, estaba saludable y era lo importante. Pero además de saludable también estaba al natural. Y bueno, por supuesto que el vello púbico no era una aberración, era algo común y estaba seguro que el moreno también tendría, todos tenían, ¿no?

Pero, sí. Pero y si a Hyunwoo le desagradaba su estado natural, ¿y si el moreno estaba depilado a la perfección y encontraba su cuerpo desaliñado?

Se le hacía obvio que estaba sobre actuando ante una situación habitual, no obstante, los nervios de tener su primera vez con el mayor le hacían repensarse todo y no sentirse preparado con detalles tan minúsculos como ese.

"¿Estaré haciendo lo correcto?" 

Pensó en voz alta al mirar hacia el techo. También habían otras cosas que debía considerar más allá del simple hecho de tener algo tan común como vello sobre su órgano sexual, no había tomado en cuenta que debía 'limpiarse' antes del coito y eso le tenía más avergonzado y preocupado que la primera razón por la cual se había encerrado en el baño.

-Basta. No puedo seguir así.

Se dijo así mismo cuando tras un par de respiraciones pausadas se puso de pie y caminó hasta el lavabo para refrescar un poco su rostro. Llevaba algo de maquillaje esa noche (el mismo de siempre, nada especial), definitivamente si se echaba agua lo estropearía pero ya no le importaba, había tomado la firme decisión de mostrarse tal como era frente al moreno: sin maquillaje, con vello, con cicatrices, manchas, lo que fuera pero no sería otra cosa sino él. Y él estaba orgulloso de ser quien era. Si a Hyunwoo no le gustaba, pues sería su pérdida.

Sonrió a su reflejo sintiendo una renovada confianza. Esa noche ya nada le iba a detener porque estaba completamente seguro de querer estar con ese hombre que le esperaba al otro lado de la puerta.

No reparó en todo el tiempo que pasó en el baño preparándose, aunque una cosa era cierta y es que sentía mucho más seguro de lo que haría. Esa noche la respuesta sería 'sí' a todo lo que el mayor pudiese enseñarle.

Antes de salir por completo, asomó la cabeza por la puerta y notó al moreno sobre su cama revisando su celular. No quiso parecer decepcionado ante la idea de que el otro no se hubiese quedado haciendo nada más sino esperando por él, pero nuevamente no sabía cuánto tiempo le había dejado sólo y a juzgar por la expresión tan serena en el rostro ajeno quizá si había sido más del debido. Tendría que poner manos a la obra para recuperar la expresión lujuriosa que su adverso le había mostrado hacía rato.

-¿Hyung?

Le llamó ya al salir del baño cerrando la puerta tras de sí.

-Oh, ¿está todo bien? Te tomaste bastante tiempo ahí adentro. Pensé en tocar un par de veces, pero asumí necesitabas algo de espacio.

Vio al moreno dejar su celular despreocupadamente sobre la mesa de noche a un costado de la cama antes de tomar camino hacia donde se encontraba. Una vez le tuvo de frente apartó la mirada sonrojado, llevando una de sus manos hasta su nuca para frotar la zona además de apretar sus labios; el típico gesto que reflejaba sus nervios.

-Lamento haberte hecho esperar.

-No te preocupes. Hm... no sé si tú quieras continuar lo de...

Y allí vio su oportunidad.

No desperdiciaría el renacimiento de su vigor. Así que colocándose sobre las puntas de los pies y lanzando sus brazos para envolverlos en el cuello del moreno le atrajo de inmediato hacia su cuerpo y sus labios.

Besó al mayor como si el tiempo que había estado ausente no hubiese afectado en lo más mínimo a ambos, como si nunca se hubiese remojado en un mar de dudas. Y contrario a lo que esperaba del moreno (no es como si realmente se esperase su rechazo pero quizá sí que el otro estuviese dubitativo ante el cambio abrupto) este le correspondió con el mismo fervor que fue calentando su sangre.

Esta vez sentía las manos del mayor tomarse las atribuciones que en palabras mudas le había concedido, sentía esas palmas cálidas colarse bajo su ropa haciéndole estremecer cada vez que se posaban en territorio inexplorado para volver al inicio, y mientras más recorría el moreno en su cuerpo más se reprochaba por el hecho de dudar tanto en llegar hasta ese momento.

Ahogaba uno que otro jadeo en la boca ajena, exclamaciones y monosílabos que no eran impedimento alguno para continuar besando, chupando, mordiendo los labios que le gustaban tanto. Sin darse cuenta cada vez tomaba más participación en el juego, llegando a imitar las acciones del moreno pero esta vez sin pena alguna tirando de la camisa del mayor para sacarla fuera de sus pantalones y así poder también filtrar sus curiosas manos en lo que antes había detectado como un cuerpo tallado. No se decepcionó cuando tocó exactamente lo que la tela le había anticipado y sonrió para sus adentros cuando rasguñó con atrevimiento la espalda baja del mayor a lo que recibió un sonido semejante a un gruñido que sirvió sólo para incrementar su excitación.

Por supuesto que ahora el mayor parecía ser su reflejo porque tal como él reaccionaba el otro también lo hacía. Justo después de gruñirle se vio nuevamente acorralado entre su delirio y la pared. A pesar de que le había incomodado un poco el choque no hizo más que tomar ese momento en el que se separaron para apreciar lo que había hecho. Ante sus ojos Hyunwoo ahora se mostraba como un hombre diferente, uno más grandioso, más salvaje, lujurioso. Le encantaba cuanto veía en esos ojos y en esos músculos que se tensaban bajo sus toques.

Sin embargo, el tiempo de apreciación fue muy corto, pues el moreno volvía otra vez con todo a por sus labios, haciéndole gemir cuando con una de sus manos le tomó de una pierna para que la envolviese en su cintura, mientras una de las del moreno iba a para en medio de su cuerpo presionando el principio de su erección. No tardó demasiado en entender el mensaje, más bien, trabajó en automático cuando empezó a montar de forma descoordinada el muslo del mayor debiendo aferrarse a la espalda del otro por un momento para sentir que no perdía el equilibrio.

Ya no solo eran sus jadeos los más audibles entre ambos, se le hacía que Hyunwoo era de esos que respondían sin miedo alguno con estímulos auditivos por la manera como dejaba ir de su boca cuantos sonidos inventaba el aire al pasar por sus cuerdas vocales. Otra cosa más que ahora le encantaba del mayor.

Y pensando en cosas que le encantaban de su opuesto, se dio a la nueva tarea de halagar su visión una vez más al llevar sus manos a los botones de la camisa ajena los cuales comenzó a deshacer entre titubeos al no poder coordinar los movimientos de sus manos, sus caderas y sus labios. Exasperado por ello siguió intentando pero al ir por el tercer botón sintió al otro distanciarse a lo cual se alarmó, pero grata fue su sorpresa cuando en un derroche de masculinidad Hyunwoo tomó los extremos de su camisa tirando de estos con suficiente fuerza para hacer ceder los botones restantes dejándole en su esplendorosa desnudez de la cintura para arriba.

Se mordió lo labios fascinado por aquel espectáculo y, tomando de los brazos ajenos le acercó de nueva cuenta a su cuerpo esta vez para pegar su boca al valle que había entre los pectorales ajenos, besando con deseo la piel morena con la que había fantaseado al inicio de la noche, ascendiendo con lameduras hasta las clavículas del mayor donde se dedicó a chupar sin mayor ahínco.

-Kihyun...

Le escuchó suspirar y tan sólo eso fue suficiente para mandar una corriente placentera por todo su cuerpo. Estaba seguro de que el otro había percibido su temblor por como las manos adversas ahora apretaban su cintura con mayor firmeza.

Su boca seguía abusando de la piel que recorría a su antojo incluso al ser cargado otra vez por su adverso, esta vez reaccionando automáticamente al enredar sus piernas en el cuerpo del moreno quien terminó por depositarle de espaldas en la cama.

Seguía sin saber cómo lucían realmente sus alrededores, no había detallado la magnitud de la cama donde ahora reposaba con un muy emocionado Hyunwoo entre sus piernas, pero a juzgar por la comodidad que se amoldaba su espalda esa noche dormiría como un rey, si es que alcanzaba a dormir.

Con una mano en el cuello del moreno y, la restante sobre su pecho se iba dando vida en caricias mientras con entusiasmo chupaba la lengua ajena antes de morderle los labios hinchados. Sentía los propios entumecidos, pero no conseguía sentirse saciado con nada.

Hyunwoo por su parte se distraía al arremeter en falsas estocadas contra su cuerpo, refregándose a un ritmo conservador. Fueron quizá minutos que parecieron segundos cuando el mayor finalmente empezó a elevar el suéter que ocupaba hasta exponer su torso y en un mutuo acuerdo no verbal sacarlo de su camino al ayudarle a incorporarse un poco para pasarlo fuera de su cabeza y sus brazos. Le tomó un segundo entender que esa era la primera vez (en muchos años) que se mostraba así ante prácticamente un extraño, pero no le incomodaba porque en los ojos de Hyunwoo además de deseo veía fascinación, lo que le daba confianza y le hacía alentar al mayor.

-¿T-te gusta lo que ves, Hyung?

-Sí. Quizá... demasiado.

Sintió un beso en sus labios, uno en su mentón, otro en su cuello y posteriormente la lengua ajena recorrerle en un tibio camino hasta uno de sus botones. Se sintió extraño el contacto en primera instancia pero rápidamente la lengua y los labios ajenos le hicieron estremecer con gusto cada vez que se apropiaban de uno de sus pezones.

-H-hyunwoo... mmhm... se siente bien.

Se vio en la necesidad de informar al mayor por primera vez aunque esto le causase algo de vergüenza.

-Qué bueno saber eso. ¿Sabías que eres realmente sensible aquí?

Escuchó la pregunta del mayor y bajó la mirada para ver al otro trazar círculos por sobre su aureola lo que le arrancó un gemido un tanto agudo, tanto por el estímulo como por la imagen que quedaría grabada en su memoria.

-A-ah... ¡no! No... lo sabía-a...

-Me pregunto qué otras cosas no sabrás sobre tu propio cuerpo. Creo que habrá que descubrirlo.

La sonrisa llena de picardía en el rostro del mayor le hizo temblar y aunque no pudo contestar a éste igual no pareció importarle cuando siguió abuzando de su piel tal como él había hecho antes con la impropia.

Ahora se encontraba a la expectativa de la promesa implícita en las palabras anteriores del moreno, ahora se estremecía mucho más bajo el cuerpo del otro ayudando a frotar sus cuerpos, ayudando a expandir el ardor dentro de sí, tanto como para ser el primero en explorar donde aún no habían ido a parar las manos de ninguno. Llegó así a los límites de los pantalones ajenos los cuales soltó con mucha más facilidad y rapidez que la camisa que ahora permanecía rota en algún lugar del piso de la habitación. No era la primera vez que hacía algo semejante con un hombre pero sí era la primera vez que se sentía con verdaderas ganas de hacerlo.

Sus manos impávidas coladas bajo la tela de esos ajustados jeans ahora tiraban de la prenda para poder quitarla.

-Hyung, quítatelos.

Ordenó con un deje notorio de frustración en su voz. La respuesta del mayor fue rápida y sin aviso alguno ahora tenía a un moreno sólo en ropa interior la cual no dejaba demasiado a la imaginación. Sus ojos le devoraron por la milésima de segundo que el otro le permitió antes de imitar su acción, pero esta vez arrancarle sus propios pantalones los cuales fueron descartados como el resto de las prendas.

En los ojos del mayor sabía que estaba ardiendo y por como los músculos del otro se tensaban para luego relajarse en medio de sus caricias no podía evitar sonreír. Sonrisa que fue besada esta vez pausadamente por el mayor. En ese momento que sus cuerpos parecieron actuar con naturalidad al recordar sus posiciones y así volver a como estaban en un inicio sobre la cama.

Por alguna razón el fogaje del comienzo había alcanzado un punto medio y ahora se recorrían con más calma, tanteando sus cuerpos, sintiéndose piel contra piel, hurtando del otro cuanto pudieran para luego devolverlo en caricias.

Ya no le cabía duda alguna de lo que pasaba entre ellos, no negaría nada nunca más cuando era tan evidente que sí estaba enamorado de ese hombre y que el otro le correspondía.

-Quiero ser tuyo, Hyunwoo...

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Si a ustedes no les causa ternura las inseguridades de Kihyun, no tienen corazón (?)

Cuídense y quédense en casa. 

Nos leemos pronto (っ- ‸ – ς)

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