Il volo del fiore
"il volo del fiore" es una frase italiana que viene a significar: la huida de la flor.
KICK ASS 3
Capítulo 4: Il volo del fiore
Hit Girl llevaba consigo su celular y les mostró a las chicas sus aplicaciones para internet y música. Las reacciones variaban dependiendo de la personalidad de las chicas, por ejemplo, Claes estaba fascinada con el internet, mientras que Henrietta no podía entender la música rock americana.
―Prefiero la música clásica ―decía Henrietta, quien era apoyada por Angélica.
―¿Y qué piensan hacer ahora? ―preguntó Mindy Macready aka. Hit Girl.
―Las chicas y yo ―le respondía Triela―, pensamos ir en un avión privado hasta Japón, allí nos encontraremos con el Doctor Serizawa y le pediremos que nos ayude.
―Triela, chicas, están cometiendo un error ―la interrumpió Ángelo―, lo mejor es no dejar cabos sueltos. La Agencia de Felicidad Social podría mandar agentes para que las intercepten en Japón, lo mejor es que ataquemos a la AFS.
―¿Atacar a la AFS? ―dijo rico de forma aprensiva.
―Así es.
―¿Ahora? ―dijo Angélica con tono temeroso.
―Sí.
―¡¿En este instante?! ―gritó Claes quien se sujetó las gafas.
―¡Sí, sí y sí! ―grito Ángelo―, si acabamos con la AFS podrán respirar tranquilas. Todos sus archivos personales están en ese lugar, según la información que me dio José, no hay respaldos digitales ni nada por el estilo, esto es con el objeto de que ningún tipo de información con respecto a lo que hace la AFS se filtre a la opinión pública. Lo que digo es que si no están en los registros de la AFS, no existen.
Las chicas se miraron entre ellas, se notaba que no deseaban realizar el ataque que sugería su amigo.
―No creo que realizar un ataque tan pronto sea lo mejor ―dijo Triela, quien transmitía al parecer la opinión de sus demás amigas. Ángelo suspiro de frustración.
―Yo creo que es una excelente idea ―dijo de pronto Mindy Macready―, verán, luego de que rescatara a Kick Ass, él y yo fuimos a acabar con Frank D'Amico. Los hombres de Frank pese a que estaban en el edificio, no estaban preparados, ni se parapetaron siquiera. El factor sorpresa fue decisivo, ni siquiera pude llevarme o enterrar el cuerpo de mi padre.
―Mindy... ―le susurraba Ángelo.
―Llámame Hit Girl.
―Hit Girl tiene razón, mientras más esperemos, más la AFS se volverá un objetivo infranqueable. Debemos atacar ahora.
―No es tan simple ―decía Triela―, pese a que la AFS nos convirtió y entrenó para ser asesinas profesionales, las chicas y yo no nos encontramos en la mejor forma en este momento. Henrietta y Rico, están muy afectadas por haber perdido a sus "hermanos mayores"; Angélica y Claes, hace tiempo que no realizan ninguna misión de campo y están débiles por tantas "reconstrucciones"; yo misma no estoy en las mejores condiciones, perdí a mi guardián y en este momento tengo el periodo... Es una pena, soy la única de todas que carga con esto del periodo, las otras chicas no tienen útero debido a las "reconstrucciones" a las que fueron sometidas.
―Ya te lo dije, Triela ―decía Henrietta―, preferiría sufrir el periodo a no tener útero.
Las chicas intercambiaron tristes miradas y Hit Girl maldijo por lo bajo.
―Bueno ―dijo Ángelo―, no hay nada que hacer. Mañana por la mañana nos prepararemos para ir a Japón, supongo que tú continuarás tu camino.
Mindy asintió, no se atrevía a ver a la cara al muchacho ya que ella viajó a Roma con el propósito de matar al padre de Ángelo.
La casa de seguridad tenía aparte de un baño, un cuarto de ejercicios y nada más, por lo que Ángelo y Mindy fueron a buscar unas frazadas, sleepings y bocadillos varios para que las chicas pasaran la noche.
Como Hit Girl huyó de prisa del hotel en el que estaba, lo único que portaba era su celular (el cual dejó en la casa de seguridad para diversión de las chicas) y sus armas.
―Primero lo primero ―le decía Ángelo―, tengo que conseguirte algo de ropa que llamas mucho la atención con el disfraz de súper heroína que llevas.
Mindy le agradeció a Ángelo sacando su lengua y mostrándosela de forma como si lo retara, pero el chico tenía razón, estaba llamando mucho la atención y más considerando que empezaba a anochecer.
―¡Rápido, conozco un lugar donde hay una tienda de ropa y no hay tanta gente alrededor! ―dijo con prisa Ángelo una vez estuvieron en la calle y sujetó la mano de Mindy, con la que la llevaba por una calle lateral y menos concurrida.
«¡Qué demonios, yo puedo andar sin ayuda!», pensaba Mindy, mientras que decidía que se soltaría de la mano del muchacho, pero ese momento era postergado por una razón que Mindy Macready no llegaba a comprender.
En medio de una ciudad extraña, rodeada de extraños, y transitando por una calle nada familiar a los oscuros y sucios callejones de Nueva York, Mindy Macready, la chica más peligrosa del planeta, Mindy Macready cuya verdadera personalidad era la de hit Girl, "la golpeadora", asesina de mafiosos, se dejó llevar por la cálida mano de Ángelo.
Los callejones por los que la llevaba Ángelo estaban adoquinados y además, eran alumbrados con faroles de estilo barroco o con arabescos por toda su superficie. Las luces multicolores que salían de las diversas tiendas daban un aspecto de ensueño a todo el lugar.
Ángelo seguía sujetándola de la mano al mismo tiempo que le decía algo, palabras perdidas en la eternidad del tiempo que no importaban, solo importaba el sensual movimiento de los labios del hombre al cual confió su destino en ese momento.
Se sintió como una flor dependiente del cuidado que le diera un gentil jardinero italiano, y lo aceptó. Aceptó ser Mindy Macready en vez de Hit Girl, aceptó ser cuidada en vez de cubrir las espaldas de otros, aceptó que la sonrisa que surcaba su rostro ese momento no tenía nada de cursi, aceptó que la mirada que tenían sus ojos en ese momento no era nada infantil o risible.
―Hit Girl... Hit Girl... ―escuchaba como Ángelo decía su nombre.
»Ya llegamos, ¿oye, estas bien? ―le dijo el hombre y colocó una de sus manos en el hombro de la chica debido a la preocupación―, ¿te sucede algo?, ¿estas bien?
«¿Qué..., qué me pasa?... no entiendo, esta no soy yo, esta no soy yo», pensaba Hit Girl, mientras notaba como sus latidos de corazón aceleraban al mismo tiempo que sentía que toda su cara se le estuviera a punto de derretir.
Se soltó de la mano de Ángelo con un movimiento brusco de su brazo, haciendo que el muchacho la mirara sorprendido.
―Perdón..., yo no quise..., ¡lo siento! ―gritó Hit Girl y corrió veloz en dirección contraria.
«¡Soy una tonta, soy una tonta, soy una tonta!», no dejaba de pensar, mientras corría a toda carrera y era objeto de la vista curiosa de todos los transeúntes del lugar.
Luego de una apurada marcha sin rumbo fijo, se detuvo en una pequeña plazoleta la cual se hallaba desierta en ese momento.
«¿Por qué tuve que huir?... Reaccioné igual a una niña pequeña.
Un viento fresco empezó a soplar en ese momento, no era muy fuerte, pero sirvió para calmar la mente de la chica un momento.
No se había dado cuenta en un principio, pero había estado llorando y, al tratar de buscar un klinex, se había dado cuenta que no llevaba ninguno.
―Venga, toma esto ―de pronto le dijo Ángelo, quien estaba al lado de Hit Girl y le ofrecía su pañuelo.
―¿Cómo me encontraste?
―Fue fácil, solo tuve que seguir el rastro de gente que murmuraba curiosa debido a tu disfraz de súper heroína, vamos, usa mi pañuelo.
Mindy se secó el rostro con el pañuelo y luego bufó con sorna.
―Debes creer que soy una loca o algo por el estilo.
―Desconozco los hechos por lo que decidiste convertirte en una vigilante y, además, no soy quien para juzgar a los demás.
―Gracias por el pañuelo, toma.
―No te preocupes, luego me lo devuelves ―le contestó el chico y Hit Girl le miró ceñuda.
―No lo malinterpretes ―explico Ángelo―, solo no quiero verte con lágrimas en el rostro... Eres muy bonita para que tu rostro este surcado de lágrimas.
Hit Girl se ruborizó ante las palabras de Ángelo.
―Tampoco quiero verte con la cara llena de mocos.
Mindy cerró los ojos y le dio un puñetazo al brazo del chico. Como Mindy no tenía mucha relación con chicos (o chicas) de su edad, el golpe fue más duro del que quiso dar.
―¡Auch!
―¡Perdona! Creo me pase un poco.
―Descuida... Mejor vamos por la ropa y de paso compramos algo para comer que ya se hizo tarde, te apuesto que las chicas deben estar empezando a preocuparse.
Mindy asintió ya que reconocía que era su culpa el haber retrasado las compras, al final, junto con Ángelo compró nuevas ropas para las chicas y ella. Nada en especial, solo algo sencillo para mudar de prendas, Ángelo también se compró algo de ropa y agradecía el hecho de que Mindy estuviese con él y fuera ella quien comprase la ropa interior para las chicas de la AFS.
―Ahora lo único que nos falta es algo para picar ―decía Ángelo quien giraba el rostro a todas direcciones para encontrar algo para comer.
―¿Qué sería bueno para las chicas? ―preguntó Mindy, quien ya llevaba el nuevo conjunto de ropa y por tanto no llamaba más la atención de los transeúntes del lugar.
―Por lo que escuché de José, a las chicas les daban una dieta muy balanceada, consistente en lo que uno comería en un restaurante elegante... Creo que ya es hora de que prueben algo de comida de verdad, ¿Qué tal hot dogs y unas aceitosas papas fritas?
―Pensé que les ofrecerías pizza, calzonne o algo por el estilo.
―Y sigues con los clichés ―dijo Ángelo dando un gran suspiro de frustración.
―Lo siento.
―Tranquila, no es tú culpa. La culpa la tiene Hollywood, le lavó el cerebro a todo el mundo.
Los chicos fueron a comprar hamburguesas Wendy con papas fritas y apuraron la carrera hacia la casa de seguridad.
―Ya estamos por llegar, Hit Girl ―decía Ángelo―, pero primero, asegurémonos que nadie nos sigue.
―Tienes razón, y por cierto..., llámame Mindy.
Claes, quien era la chica que más mal humor tenía, fue la encargada de recriminarles a Ángelo y a Mindy por la tardanza, pero luego fue la más encantada cuando saboreó las hamburguesas que sus amigos le trajeron.
―Supongo que puedo perdonarles por esta vez ―decía Claes, mientras se ajustaba los lentes.
―Muchas gracias por la ropa ―agradecía Angélica, mientras se llevaba a un costado su largo cabello negro ―mira Claes, podemos usar este par y si tú te quitas los lentes, todo el mundo podría tomarnos por hermanas gemelas.
―¿Qué te parece, Henrietta? ―preguntaba Rico―, como las dos tenemos el cabello corto y similar fisonomía, podemos usar este par de trajes iguales y también pasar como si fuésemos hermanas.
―Entonces supongo que Triela y Mindy también pueden usar ropas similares y pasar por hermanas debido a sus coletas ―sentenció Henrietta y las demás chicas afirmaron con fuerza.
―¡Ni de coña, no jodan, chicas cabronas! ―gritaron a la vez Triela y Mindy.
Hubo una pausa en la que todos las miraron con ojos como platos y luego Ángelo se rió con fuerza, con lo que fue seguido por las demás chicas, incluyendo a las dos rubias de coletas.
CONTINUARÁ...
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