Etapa 3 🥰
Un mes paso después del encuentro en el bosque, a pesar de intentarlo Kiara se niega hablar de lo que ocurrió ni a mostrarme cual fue el objeto que el ser árbol dejo caer en sus manos. En cambio, muchas veces me ignora, comienza a dibujar y luego los pegar en la pared. Mientras más miro la pared más lógica le encuentro, como si estuviera creando un patrón con sus dibujos, de forma desordenada.
No insistiré más en el tema, pero sé que algo está pasando y tiene que ver con mi niña.
En el trabajo fueron flexibles con respecto a mi situación, pero no puedo abusar, por lo que he decidido incorporarme a tiempo completo y ofrecerle a Kiara la compañía de una niñera que la cuidará mientras yo no este.
Para mi sorpresa ella no acepto, en cambio pidió ir a la escuela. A pesar de casi cumplir los 3 años su apariencia ha cambiado y aparenta tener cerca de 10 años, será debido a sus poderes que crece más rápido que los demás niños.
No solamente he notado esta particularidad, tengo la sospecha que puede leer algunos de mis pensamientos, principalmente aquellos más tristes, también su aura y el calor que desprende, aumentan cuando se enoja o llora, causando quemaduras en objetos al azar, además he podido apreciar que una vez que ha tocado una persona, puede manipularla hasta lograr lo que desea.
No es una niña con malas intenciones, todo lo contrario, ha demostrado tener un gran corazón, ayudando a muchos de lo que se han tenido la dicha de toparse con ella. Aquí en el pueblo muchos la conocen por su característica apariencia y sus gestos llenos de sensibilidad, la llaman la Hija de la Leyenda.
La escuela de la comunidad es antigua y pintoresca, influenciada por las estructuras de antaño y por el arte moderno que sus estudiantes le imprimen en sus paredes. Cuenta con un patio enorme en su centro y una piscina de uso comunitario en las tardes. Los recuerdos de mi infancia me inundan a medida que recorro sus pasillos y me dirijo a la oficina de la directora acompañada de Kiara, para la matrícula del curso.
Nuevamente soy consciente de los poderes de mi niña, la directora sin poner traba alguna, acepto a Kiara junto a los niños de 10 años y adelantamos todo el papeleo de la inscripción y los libros, para comenzar esta misma semana.
La primera semana en la escuela paso sin problemas, estaba orgullosa de lo bien que Kiara se adaptó a estar lejos de casa y de lo que conoce. Liza, Marcos y yo nos turnábamos para ir a recogerla después de las clases, incluso después de que tomo la decisión de unirse al club de canto de la escuela.
Una tarde la directora me llamo para que me presentará en su oficina, en poco tiempo logre llegar a pesar del tráfico infernal del mediodía. Allí estaba ella junto a otro niño, quien me era familiar, pero sin saber de dónde. La directora comenzó un relato que rozaba la fantasía sino conociera los poderes de mi niña. Ella contaba como el otro niño era objeto de travesuras y Kiara era la principal sospechosa. Mientras avanzaba el relato podía sentir como la temperatura aumentaba rápidamente. Debía hacer algo o todos nos llevaríamos alguna quemadura grave.
– Disculpe, me cuesta creer en esta historia. – Declare una vez que la directora finalizó su relato. – Aun no entiendo, si mi niña está en un grupo de 20 estudiantes, cómo solo ella es acusada.
– Solo ella sabía, lo que yo estaba haciendo. – interrumpió el niño, lo último fue apenas un susurro – Estoy seguro que ella hablo en mi cabeza.
– Adrián, otra vez haces algo y culpas a otro niño. – se podía evidencia la molestia en la voz de la directora y sentí que la temperatura volvió a la normalidad. – Deja que el Señor Todd se entere.
– ¿Que tiene que ver el alcalde en esta situación? – mire al niño, aun en el estado de pálido como el papel que se sumió, era evidente el parecido con el alcalde, claro era su hijo. – Directora, no creo que sea necesario.
– Maestra, no llame a mi papa, por favor. – sentí lástima por el niño que unía las manos como si suplicara, y de repente pude sentir esa onda de calor que Kiara desprende cuando quiere ayudar a alguna persona.
– De acuerdo, Adrián, pero a partir de ahora ayudaras a Kiara en su adaptación y sus clases.
– Pero …– intento replicar el niño.
– Sin reclamos. – agrego rápidamente la maestra, evitando cualquier comentario.
– Esta bien. – era evidente que no estaba de acuerdo con el trato, pero no tenía más opción.
– Me gusta la idea. – fueron las primeras palabras de Kiara desde que llegue a la oficina de la directora y todos la miramos.
El resto de la semana ocurrió sin otro incidente, Adrián siempre acompañaba a Kiara hasta que la fuéramos a recoger e incluso sostenía la mochila por ella. Curiosamente en la pared de los dibujos apareció, en una esquina, una diminuta figura similar a la silueta de Adrián.
Durante el siguiente mes era evidente que Adrián intentaba ganarse su confianza, pero ella lo rechazaba, en más de una ocasión Kiara llegaba a casa con un regalo, una flor o algún halago a su voz escrita en un papel, los cuales desechaba o simplemente los dejaba en un rincón apartado.
A excepción de Adrián, nadie más se le acercaba ni quería compartir juegos con ella y eso me preocupaba. En cambio, la maestra hablaba maravillas de Kiara, de su voz y su inteligencia para resolver los ejercicios, incluso cuando sospeche que la estaba manipulando, ella negó haber sido tocaba por la niña.
El fin de semana siguiente decidí hacer una cena familiar con Liza y Marcos para celebrar la entrada de Kiara a la escuela y hablar sobre Adrián Todd. Ambos estaban de acuerdo conmigo que el niño estaba bajo la influencia de Kiara, pero a lo que no encontramos explicación es porque solo este niño y porque el resto parecía querer distancia de ella.
Una noche mientras la arropaba después del cuento, Kiara leyó mis pensamientos.
– Los demás niños no quieren jugar conmigo porque dicen que soy una bruja mala.
– Pero no eres una bruja ni eres mala. – espere a ver su reacción antes de continuar – solo eres diferente y buena, ellos pronto se darán cuenta y querrán jugar contigo.
– Les he hecho cosas malas, mamá. – pude ver una lagrima deslizándose por su mejilla.
– Recuerda que eres una niña especial y también puedes hacer travesuras, solo trata de no usar tus poderes en la escuela. – solo recibí un gesto de asentimiento con la cabeza de respuesta – Además me tienes a mí, a Liza y a Marcos, siempre estaremos a tu lado en todo momento.
Tras decir eso la abrace y ella correspondió, entonces el cuarto se llenó de ese agradable calor que ella libera cuando se siente bien, su piel resplandeció más y apareció un olor a dulce de chocolate con plátano que no había sentido en presencia de Kiara.
– ¿Ese olor de donde será?
– Es el olor del batido que Adrián trae todos los días.
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