Pov. Yona

Hemos caminado por alrededor de quince minutos en silencio, eso me ha dejado pensar muchas cosas, y también recordar. Me alejo de mi hogar, ahora soy fugitiva, estoy realmente feliz de tener a Hak de mi lado...pero no puedo evitar pensar en ellos... Mis guardianes...mi familia...

Cerré los ojos y suspiré silenciosamente, no es momento para ponerse nostálgica, miré al frente y vi la espalda de Hak. Han pasado diez años, Hak ha cambiado mucho, se ha vuelto un gran hombre...espera, ¿qué es lo que estoy pensando? Me sonroje y bajé la mirada, por ello me tropecé con una rama...ay...

- Wahh - cerré mis ojos esperando el impacto, pero lo que sentí fueron unos brazos rodearme la cintura y chocar contra un fuerte pecho.

- Ten cuidado princesa - levanté mi vista y miré apenada a Hak, la diferencia de alturas era grande.

- S-si, gracias Hak - me recompuse y me adelanté, no quería que Hak viera mi rostro rojo por vergüenza. Suspiré esta vez sonoramente y miré el cielo, oscuro por la noche, lleno de estrellas y la hermosa luna.

- Princesa, sería mejor descansar - me detuve y lo volteé a ver con sorpresa, éste ya se encontraba sentado de espaldas contra un tronco de árbol. Me resigné y senté a su lado.

- Muy bien, pero me levantas apenas salga el sol, ¿de acuerdo? - Hak me miró con una ceja levantada y luego asintió con una sonrisa de lado.

- Como la princesa diga - sonreí y me acomodé, para así recostar mi cabeza en uno de sus hombros. Lo sentí tensarse, para luego escucharlo suspirar y relajarse. Después de unos segundos me quedé profundamente dormida por el cansancio.

Pov. Hak

Cuando sentí la respiración de Yona calmarse, y ser uniforme, me giré a verla. Se veía cansada, y sus facciones se veían tranquilas, como si nada hubiera pasado.

Aún estoy confundido, tengo varias preguntas que deseo hacerle a la princesa, pero la situación no es la adecuada. Esperaré a llegar a Fuuga, para poder hablar en privado y en seguridad.

...Aún no puedo creer, que Soo-won haya matado al rey, ni que traicionara a la princesa. Siempre estuvimos juntos...

¿Qué debería hacer, su majestad?

Comencé a recordar cuando tenía quince, había llegado al castillo acompañando al general Mundok, ya que éste quería hacerme su sucesor. Al final no asistí a la junta, ya que estaba Lord Mundok, ¿para qué ir? Por ello me regañó, y se quejó de que debería llamarlo abuelo, no Lord.

Justo en ese momento, su majestad había aparecido, y me había preguntado si deseaba ser el guardaespaldas de Yona al ser General, yo me rehusé, porque no me gustaba la nobleza, ni tampoco que no se usaran armas.

Me fui del lugar, y en el me encontré con la princesa Yona. Quien me dijo que estaba siendo cortejada por uno de los hijos del líder de la tribu de fuego, Kim Tae-jun. Me reí por ello, pero su mirada seria me hizo callar. Desde tiempo ahora visitaba el castillo muy poco, y me sorprendían los cambios de la princesa. Uno de ellos, la forma de vestirse, usaba colores más serios, al igual que su actitud, se veía más madura, lo cual me causaba una atracción que me molestaba.

Un poco molesto, le había sugerido que le diga que amaba a Soo-won y la dejara en paz. Pero, ella me contestó con un suspiro que no sentía nada por él, y lo veía sólo como un primo, cosa que dudaba. Al final exploté y le dije que solucionara sus problemas sola, y me largué a la habitación que por el momento usaba con abuelo Mundok.

Le había pedido regresar a la tribu del viento rápido, y éste se dio cuenta de que me encontraba enojado, aunque por orgullo lo ocultaba. Cuando me dejó solo, escuché un ruido, y de la nada la princesa saltó de una hacia donde me encontraba, con una manzana en mano.

- ¿Princesa Yona, por qué estás aquí? - le había dicho sorprendido.

- Disculpame - aquello me sorprendió aún más - Ya soy mayor para solucionar mis problemas y no depender de los demás. Soy la princesa del reino de Kouka, debo aprender a independizarme - y sin darme tiempo a responder, salió corriendo mientras se despedía de la mano - Esa manzana es un soborno, ¡cómela!

Aquello me confundió aún más de lo que estaba, era por eso que no quería involucrarme mucho con la princesa.

Después, me dirigí a uno de los patios y me senté pegado a uno de los pasillos. Estaba todo tranquilo, hasta que escuché a unos guardias hablar de que el rey que teníamos solo era un cobarde, e íbamos a sufrir por su culpa. Estaba de acuerdo en ello, por eso había decidido no aceptar el ser general y guardaespaldas de la princesa...

Hasta que el grito de la princesa llamó mi atención.

- ¡No! ¡No iré a la villa contigo! - vi como la princesa se alejaba de Kim Tae-jun con obvia molestia.

- No seas fría, la villa tiene un adorable jardín de flores, ¿no quieres verlo? - la agarró de la mano y la comenzó a jalar.

- ¡Suéltame!

- Oye...¿acaso la princesa no dijo que no quería ir? Alguien debería detenerlo.

- Pero...es el hijo del general Kan. Si accidentalmente provocamos la ira del general....

- ¡Entinces diganle a su majestad!

Mmm...los aristócratas son realmente problemáticos, por ello no quise involucrarme.

Pero, comencé a recordar lo que me dijo la princesa.

"Discúlpame"

- Eres realmente linda, princesa Yona. Cuando intentas resistirte con la fuerza de una gatita...hace que quiera tocarte más y más.

En ese momento, un dolor en mi pecho surgió, que me quemaba, un sentimiento, ira.

- Ya es suficiente...

Rodeé los hombros de la princesa y la separé del príncipe.

- ...Maestro Kan Tae-jun.

- Hak...

- ¿Q-Qué? Que maleducado de tu parte. Además, no toques a la princesa tan casualmente...

Sonreí de lado, y pegué más a la princesa contra mi pecho.

- Podría decir lo mismo de usted, ¿quién le dio permiso de tocar a mi princesa?

El rostro del príncipe se había desfigurado por molestia.

- Pequeño mocoso, no deberías decir cosas sin sentido...

- ¿Por qué cree que miento? - miré a la princesa con una sonrisa - La princesa y yo hicimos un compromiso para toda la vida entre nosotros cuando eramos pequeños. ¿No es así, princesa?

- A-ah - sus mejillas se habían enrojecido y me miraba confusa, la acerqué a mi rostro, donde nos separaban unos diez centímetros - ¿Qué sucede princesa? "Sigue el juego" No seas tímida.

La princesa había colocado uno de sus dedos sobre mis labios, lo cual me sorprendió, pero evité mostrarlo.

- N-no enfrente de otras personas - contestó con las mejillas sonrojadas, lo cual me hizo pensar tierna.

- Princesa...¿Tú lo...amas?

De repente, sentí los brazos de Yona rodearme el brazo izquierdo, y apoyó su cabeza en el hombro de éste.

- ...Si, lo amo. Realmente lo amo - dijo con una sonrisa sincera, y una mirada llena de alegría. Mi corazón comenzó a latir más rápido, y sentí mis mejillas comenzar a arder. Desvíe mi vista a otra parte, y cubrí la mitad de mi cara para que no se viera mi sonrojo.

- Yo, ¡no lo aceptaré! - habló con rabia - Incluso si aparentemente alguien como tu hizo una promesa con la princesa - colocó una de sus manos sobre su pecho - Soy el segundo hijo del general Kan, el líder de la tribu de fuego - luego me señaló con el dedo y habló con arrogancia e ira en sus palabras - Tú, ¡¿quién eres, eh?!

- Yo soy... - enfoqué seriamente mi murada en él, y seguro de mis palabras hablé - El próximo general de la tribu del viento Son Hak. Su majestad personalmente me puso como el guardián exclusivo de la princesa - sonreí de lado - ¿Alguna objeción?

En ese momento, Kim Tae-jun me había retado, pero el emperador apareció y la interrumpió agarrando la espada del príncipe con la mano limpia, éste terminó huyendo. Aclaré que todo lo que dije era una actuación, y la princesa lo afirmó tímidamente, cosa que me hizo sonreír. Al final, acepté ser el guardia de Yona, y me arrodillé ante él.

Después de todo, éste rey, no era un cobarde.

Regresé a la realidad, y miré el cielo.

Emperador II...

¿Incluso ahora nos está observando desde algún lugar?

Protegeré el tesoro que dejaste atrás.

Limpié los rastros de suciedad del rostro de la princesa.

Y le prometo que algún día...

...regresáremos a su castillo.

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El siguiente capítulo serán las memorias de Yona/Tsuna cuando estuvo enferma.

Nos vemos ^^