Esperanza.
Importante
Los personajes de KHR no me pertenecen sino a Akira Amano
POV Hikari
Me sentía nerviosa, sospecha que algo iba a pasar. Pero no sabía qué. Me dirigí al jardín, hoy comenzaban las clases con las cajas, por suerte tenía de todos los elementos conmigo, bueno casi todos, encontrar una caja-arma con elemento cielo era difícil. Aunque no importa mucho, la llama del cielo es capaz de abrir cualquier caja-arma.
Cuando llegue, todos estaban practicando, me sentía feliz de que todos tomarán en serio el entrenamiento.
-Hmn, hmn- les llame la atención, con eso detuvieron sus acciones y se dirigieron a mi lado - Bien, primero buenos días, como veo que ya manejan sus llamas hoy les enseñaré sobre estos artefactos- les dije mientras les mostraba las cajas-armas -Pero antes de utilizarlas, me deben prometer algo, no deben ocuparlas en público, escribir algo relacionadas con ellas, no deben hacer nada que deje un registro de esta en la historia. El por qué, es simple, para no afectar el orden del futuro, ya que estas cajas-armas se crearon en el futuro-
-Te lo prometemos Hikari- dijeron al mismo tiempo.
-Bien, dicho esto comenzamos. En el futuro nadie sabe el origen de estos elementos, pero son muy efectivos. Existes dos tipos de cajas-armas, las que poseen de verdad armas o elementos para ayudar en la batalla-
-Como la niebla que usaste para noquearnos- dijo G, mientras se acordaba.
-Exacto G, que buena memoria- le dije mientras le daba una sonrisa - bueno, además de esa existen las cajas-armas que dentro poseen un animal, estos animales también te pueden ayudar en la batalla, porque poseen habilidades únicas-
-Nufufu~ ese dragón tuyo ¿es una caja arma?-
-No, él es una invocación que puedo hacer con mi magia, pero si tengo una caja arma de animal- saque una cajita que estaba atada a mi cintura, active la llama de mi anillo y la inyecte en la caja, de éste salió un Chita. Todos se asustaron cuando éste rugió.
-Calma Kirin, no son comida- le estaba haciendo cariño y éste lamia mi anillo, se estaba comiendo mis llamas -Como pueden ver, estos animales no comen nada más que llamas, excepto Uri, ese gato comía pescado-
-¿Quién es Uri?- pregunto Knuckle-san.
-Ah... es la caja-arma del décimo guardián de la Tormenta, Gokudera Hayato-
-Hmm... Y ¿cuántos animales hay?- pregunto esta vez Giotto.
-Están todos los animales que se hayan logrado descubrir. Además las cajas armas están hechas para las siete llamas y el último detalle, sus cajas-armas de animales perciben los sentimientos de sus dueños, entonces si les tienen miedo o algo parecido, éstos los rechazaran y atacaran. Y no es broma, esto ya le sucedió al décimo Vongola, Sawada Tsunayoshi-
-¿Mi tátara tataranieto?-
-Si..., pero... ¿cómo sabes?-
-No importa, mejor sigamos entrenando-
Yo asentí y le entregue un caja-arma a cada uno, sólo que eran del tipo que te entregaba un arma, ya para la próxima semana le entregaría una caja arma tipo animal. Les enseñe como colocar la llama y luego ellos practicaron solos. Estuvieron toda la tarde de esta manera pero no lo lograron por completo.
-Mañana continuaremos, ahora es mejor que coman y vayan a dormir- me hicieron caso y entraron a la mansión. Por mi parte me fui a mi habitación para descansar un poco, además hace tiempo ya no me vienen esos recuerdos.
Al día siguiente me dolía demasiado mi estómago, me removía en mi cama muy incómoda. Empecé a tocar las sabanas y las sentía húmedas, vi la mano con que las toque y las vi manchada con sangre. Me destape rápidamente, pensando en que me había llegado mi periodo, pero esta acción provoco que me doliera más mi estómago.
-E-esto agh!... es de-masia-da san-sangre ¡ugh!- no aguantaba el dolor, entonces me quite el pijama y vi que tenía un tajo de seis centímetros, que pasaba desde mi estómago y me atravesaba llegando a mi espalda. Iba pedir ayuda a Elena-san, pero choque con el mueble, y bote todas las cosas. Luego de eso, ya no recuerdo más.
POV Giotto
Me había levantado producto que había escuchado un ruido, salí al pasillo, vi como Elena y Asari también se dirigían donde yo iba: la habitación de Hikari. Todos entramos esperando lo peor. El problema era que se veía mucho peor de lo que pensábamos.
-¡Hikari!- gritaron Elena y Asari al mismo tiempo, y yo me quede en shock, esta escena me recordaba la muerte de Vera. Yo me acerque a ella y tome una sábana limpia, y la cubrí.
-Asari, llama al doctor Alberti para que vaya directamente al sector médico- el asintió y se fue lo más rápido posible, Elena se encontraba impactada, sus lágrimas caían sin cesar. Esto la estaba afectando.
-Elena, podrías ir a buscar a Knuckle?-
- s-si, p-pero Giotto, ¿Qué su-sucedió?- dijo un poco más calmada, pero se le veía muy pálida.
-No lo sé, pero mientras más rápido la curemos, mejor- ella se fue corriendo en busca de Knuckle y yo tome su cuerpo, mientras me iba al sector médico, comencé a pensar en Vera y en Hikari, ambas eran parecida físicamente, pero psicológicamente no tanto, algunas acciones lo hacían igual y ahora está herida, es la misma que tuvo Vera cuando la atacaron esos vándalos en la plaza. ¿Podría ser...? No hay manera que haya reencarnado en ella, pero... hay tantas cosas en esta vida que no se pueden explicar, como el hecho de que ella este en el pasado.
Cuando llegue, estaba todos mis guardianes y los subordinados del doctor Alberti, le pase a Hikari y entraron al sector de urgencia junto a mi guardián del sol. Ya había pasado todo el día, pero ellos todavía no salían. Yo por mi parte hice el papeleo que se había acumulado, y los demás... no sé exactamente. Aunque sé que ninguno de ellos estuvo entrenado. Ya era de noche y fui a ver si habían terminado la curación, cuando vi a lo lejos mis guardianes conversando con el doctor.
-Doctor Alberti ¿Cómo se encuentra?-
-Ahora está estable, pero perdió mucha sangre por lo que la he dejado en un coma inducido, para que se recupere. Quizás despierte en unos cuatro días más-
-Y... esa herida... ¿cómo se la hizo?- pregunto Lampo.
-Mmm, misteriosamente era una herida de un corte de espada, el problema que no había ningún arma corto punzante en la habitación, y solo la cama estaba manchada, entonces si la hubieran atacado fue durmiendo, el problema está que el colchón y las sabanas estaban en buen estado, y la herida apareció como si nada, no se sabe la hora exacta-
-Ya veo, gracias. ¿Puedo entrar a verla?-
-No, está muy débil, y no es bueno que entren a verla, pueden que estén contaminado y le afecte en su organismo y contaminen la herida, y ahí la terminas de matar-
Todo quedo en silencio, hasta que me decidí ir. La semana iba pasando lentamente, no tenía ánimos para entrenar, los demás tampoco. Así que los distraje con pequeñas misiones en ayuda para el pueblo. Francesca la iba visitar todas las tardes o consolaba a Elena que todo iba estar bien, que no le iba pasar nada. A veces hablaba con Cozart, donde él me contaba que se iría de Sicilia, claramente se iría con la castaña. No me acuerdo el lugar exacto, pero se iba ir.
Poco a poco, me iba convenciendo que ella era la reencarnación de Vera, así que cuando ella se despertara le preguntaría. Tenía mis dudas, pero estoy más que seguro ella lograría contestármelas.
En la noche
Todos se encontraban durmiendo, grave error, ese día se cumplía un mes desde que Hikari había tenido la visión de que Amirov Mazzini atacaría en la mansión, una lástima que por cosas del destino ella se encontraba en coma. Amirov había llegado con una tropa inmensa, pero solo iba ser un pequeño ataque de advertencia, porque él pelearía de verdad dentro de una semana.
Todos los subordinados de Mazzini se encontraban rodeando la mansión, solo fue un palabra la que inicio con la masacre Vongola.
-¡Ataquen!- grito Amirov, y todos los subordinados activaron los poderes de sus cajas-armas, provocando una gran explosión. Luego de eso, entraron a la mansión, matando sin compasión a las personas que se habían levantado. Ellos solo destruyeron un ala de la mansión, ellos iban avanzando cuando se toparon con el grupo de Primo.
-¿Quién eres?- pregunto de una manera muy fría el líder Vongola.
-Hmn... Mi nombre es Amirov Mazzini, es una lástima que nos encontremos en estas circunstancias- dijo mientras veía su obra, la sangre corría por el piso, y un montón de cadáveres se veían por el pasillo.
-¡Maldito!- Giotto había activado sus llamas, y había perdido la paciencia, ese tipo merece morir. Todos sus guardianes activaron sus llamas y las extendieron a sus armas, como le habían enseñado Hikari.
-Oh, puedo ver que alguien les enseño utilizar las llamas, déjame pensar... Fue Hikari Minami ¿no es así?-
-¡No es de tu incumbencia!- dicho esto el rubio golpeo fuertemente la cara del Mazzini, provocando que este chocara con la pared más cercana.
-Maldito, así que quieres jugar rudo, pues yo te demostrare que es jugar rudo- activo una de sus cajas armas, sacando una espelúznate serpiente mutante -Busca a la ilusionista y mátala- pasado esto, la serpiente rompió el techo que contenía ese salón y se movió rápidamente al sector médico.
-Daemon, detiene esa cosa- le ordeno Giotto al guardián de la Niebla. Este acepto sin rechistar y se fue -Asari y Lampo, saquen a todas las personas vivas que queden, Knuckle acompáñalos para sanar sus heridas- estos asintieron y se fueron.
-Oh... no creo que queden muchos- éste, por supuesto concentro sus llamas en una esfera y luego la libero en otro lugar de la mansión.
-¡Agh!- un grito agudo se hizo presente, ¿Quién podría estar ahí? Hikari no era, ella estaba en coma... entonces.
-¡Elena!- Daemon que llevaba a Hikari en sus brazos, la soltó para ir corriendo donde su amada. Las cosas se estaban saliendo de control y Giotto no estaba en su mejor estado físico.
-Mal-maldito agh!... Mazzini- dijo Hikari, la cual se veía muy débil. Sorprendiendo a los demás, ya que pensaban que ella estaba inconsciente.
-Oh, mira que tenemos acá, pero si no es nada ni nada menos, que nuestra querida Hikari-
-L-las pagaras- la albina se acercaba lentamente donde estaba él, pero se detuvo.
-¿Qué te sucede? ¿Acaso te diste cuenta que perderás?, bueno da lo mismo, déjame ahorrar tu sufrimiento- Amirov estaba concentrando las llama en esferas de nuevo, pero Hikari le sonrió y dijo.
-Sonaris axuz, bash yiu- la chica tomo su báculo y lo golpeo contra el piso. De este salió es maravilloso dragón de escamas blancas, el maestro dragón del mundo espiritual: Bex-sama. El dragón rápidamente ataco a todos los subordinados, y luego se dirigió al brazo de Amirov. El enemigo no lo vio venir y por consecuencia perdió su querido brazo izquierdo.
-¡Agh! ¡Maldita perra!- esto provoco la insana furia de Mazzini.
Todo estaba sucediendo tan rápido, Elena estaba gravemente herida, ya no resistía más tiempo. La mansión había recibido un gran daño. Gran parte de la gente que vivía ahí se encontraba herida o peor, muerta. Nada que decir de nuestras últimas esperanzas, los guardianes Vongola estaban gravemente heridos, ni que decir de Giotto y Hikari. En cambio en el enemigo, seguía y seguía llegando. Habían perdido las esperanza, no tenían nada que hacer, se estaban lamentando las tantas muertes que se habían producido esa noche, la cercana muerte de nuestra querida Elena. Ya todo estaba perdido.
-Chaos- dijo una voz aterciopelada, que provoco escalofríos en Mazzini y una gran sonrisa en Hikari, antes de volver a desmayarse de nuevo.
Entre todo ese desastre se dejó ver un hombre con un traje negro de Armani, con su típico Fedora cubriéndole la cara y su misteriosa pistola verde. No era nada ni nada menos que nuestro amado Hitman: Reborn.
-Reborn... veo que viniste-
-Hmn... Y no solo- eso provoco un susto más grande en el enemigo, sobre todo cuando se escuchó a través de los audífonos que una persona que parecía el mismo demonio, estaba acabando con todos.
-Ups... no aguantaba las ganas de morderlos hasta la muerte, pero diría que no es el único que se encuentra furioso. Toda la Décima Generación Vongola se encuentra muy furiosa Mazzini, y no nos vamos a contener porque son órdenes del Décimo-.
Quizás si tenían una pequeña esperanza, podrían cambiar una pequeña situación que los marco en el futuro. No todo estaba perdido, porque nuestra querida Décima Generación llego justo a tiempo para salvarles la vida.
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