¡QUESO!

Diez minutos después comíamos pizza de queso en el sofá. Me había permitido el lujo de recostarme en él.

Mientras, veíamos la peli de Guerra Mundial Z. A mí no me gustaban demasiado los zombis, pero reconocí que la película era muy entretenida.

Y si os preguntáis si era irónico el hecho de ver una película de zombis con un hijo de Hades...

Sí, sí que lo era.

Pero lo importante era que estábamos juntos. Además de que aún nos reíamos al mirarnos. Todo porque en cuanto llegó el repartidor grité:

-¡QUESO!

Darks llegó tras de mí, riendo al ver el susto que se había llevado por mi culpa el pobre chico. Me disculpé con él por gritar, Nico le pagó rápidamente, seguía preguntándome de donde narices sacaba el chico el dinero. Llegué a pensar que era un leprechaun, los duendes del arcoíris que suelen tener el caldero con oro. Lo típico que pasaba por mi mente.

-Sigue sin tener gracia, ¿sabes? Le diste un buen susto al chico.

-Pero solo quería divertirme un poco con él.-hice un puchero.

-Te divertirás a la próxima.-me sacó la lengua, burlón.

-No, quiero divertirme ahora.-rezongué con voz de niña.

-Vamos princesa, no seas tan melodramática.

-Dejo de serlo si me traes galletas.

-Pero es la mejor parte de la película.

Alcé una ceja, retándole e invitándole a mi juego. Sonrió juguetón y en seguida comencé a repetir:

-Quiero galletas, quiero galletas, quiero galletas, quiero galletas.-repetí una y otra vez.

-Calla, calla, calla, calla, calla.-repetía a la vez que yo hablaba.

Por supuesto, él sabía que con eso no bastaría para hacerme callar.  De modo que puso su mano en mi cara, haciéndome callar en plan idiota.

-¿Mejor?-susurró después de unos segundos.

-Supongo-susurré con voz nasal, ya que su mano cubría mi nariz.

-Algo es algo.

Apartó su mano de mi cara y yo me quedé sin galletas.

Pero al menos pude aprovechar el hecho de tenerle a mi lado.

Pero quería galletas *-*.

-¿Me dejas la última porción de pizza?

-Ñou.

-Dámelo.-hice un puchero.

-Tendrás que pelear por él.

-Bien, tengamos un duelo.

Diez minutos más tarde, ambos jugábamos a la consola. Sabía que en el Smash Bros debía de tener cuidado al elegir personaje, pero siempre elegía a Pikachu.

Él, por su parte, había elegido a Shadow, el erizo negro de la saga de Sonic.

Jugamos cinco partidas, las cuales duraron veinte minutos.

¿Sabéis quién ganó?

Esa vez gané yo.

-Quiero la revancha.-dijo dejando el mando en la mesita de café.

-Bien, pero esta vez jugaremos a Naruto.

-Por mí vale.

Cambié el juego, elegí el personaje de Naruto. Él, en cambio, eligió a Sasuke.

Era bastante obvio.

Sabía utilizar los combos tan bien como yo, eso me mosqueó.

De todos modos, intenté ganarle con todos los combos que recordaba. Me sentía como Kirito.

¿Una GAMER obsesiva?

Por supuesto.

Aún así me venció. Con un grito me lancé sobre él. Rio mientras me rodeaba con los brazos, junté mi nariz con la suya.

-Eres idiota, princesa-dijo.

-¿Por qué?

-Porque te aplicas demasiado para ganarme.

-Tengo que ser mejor que tú en algo.

-Cierto.

Nos quedamos callados, mirándonos a los ojos. Esta vez el Dr Jeckyll no quería dejar escapar a Mr Hyde, solo quería que aquel momento no acabara nunca.

-Nico, yo...

Antes de que pudiera decir nada, la puerta de la casa se abrió de par en par, mientras los chicis entraban gritando.

-¡Hemos vuelto!-gritó Yuki.

Corrió hasta donde estábamos, nos miró con la boca abierta. Tras él llegaron Kirtash y Kirito.

-¿Ya estabáis haciendo cosas malas?-dijo Kirtash.

-¡¿Qué!?-grité poniéndome en pie-¡No!

-No me lo creo.-dijo Yuki burlón.

-Baka.-dije con mi mejor acento japonés.

-Baaakaaaa.-repitió Kirito.

-SERÁS...

Decidí correr tras los japoneses mientras que Kirtash se sentaba junto a Darks.

-¡VOLVED AQUÍ BAKAAAAAS!

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