No te comprendo y quiero hacerlo.
Desperté de repente, sentía como me zarandeaban con fuerza. Abrí los ojos, sobresaltada.
-¡Arriba Claire!-gritaba Yukine
-¿Qué pasa?-pregunté alterada.
-Ha sonado el despertador y no te has despertado, por lo que nosotros tampoco, llegamos tarde a clase.-dijo Sombritas.
-¡¿Qué!?
Salí de la cama corriendo, me vestí lejos de la vista de esos dos. Preparé la mochila, desayuné algo rápido y en seguida me dí cuenta de algo, los chicos no me habían seguido.
-¡Chicos, llegamos tarde!
Ambos bajaban las escaleras, todavía en pijama ( unos de niños que había comprado por poco dinero) y ambos reían.
-¿Qué pasa? ¡Daos prisa!
Sombritas se acercó a mí, puso su mano en mi hombro y dijo:
-Claire, hoy es sábado.
Ambos empezaron a reír, yo les miraba seria, Sombritas se quedaba sin aliento, le lloraban los ojos. Yukine, en cambio, reía algo más tranquilo, aunque también riéndose de mí.
-¡Sois idiotas o ¿qué?!-les grité.
Les pegué en la cabeza y ambos se quejaron. Tiré la mochila al suelo, me arremangué y tiré de ellos. Abrí la puerta de casa, les dejé fuera sonriendo siniestramente y cerré tras de mí, dejándoles fuera en la noche.
-¡Claire, déjanos entrar!-gritó Sombritas aporreando la puerta.
-Cállate, se despertarán mis padres y mi hermano.
-¿Qué más da? Nos has dejado fuera.
-¿A quién se le ha ocurrido la idea? Si me le decís me pensaré lo de dejaros entrar.
Titubearon, al cabo de poco tiempo, ambos respondieron.
-Ha sido su idea.
Suspiré. Dejé escapar un grito ahogado, estuve tentada de abrir la puerta y ahorcarles.
Media hora después seguía sin tener respuestas, por lo que no pude evitar decir:
-El que diga la verdad entrará y se podrá ir a dormir.
Esta vez fué automático, en seguida oí la voz de Yukine gritando:
-¡Ha sido él!
Un segundo después Sombritas gritó:
-¡Fuí yo!
Abrí la puerta, dejé pasar a Yukine. Mirando a Sombritas descaradamente, besé a Yukine en la mejilla y le dije:
-Gracias.
Subió, directo a su saco de dormir. Cerré la puerte de nuevo, Sombritas y yo estábamos solos.
-Muy bien Sombritas, ¿por qué lo has hecho?
-¿Sabes que no me gusta que me llames Sombritas?
-No cambies de tema.
-Oye, ¿no podrías ponerme otro apodo?
-¿Cómo cuál?
-No sé.
-¿Darks?
-Sí, me gusta eso.
-Bien, vale, te llamaré así, pero eso no quita que te eche la bronca por lo que has hecho.
-Claire, es solo una broma.
-¿Sabes que existen los sentimientos?
-Y, ¿cómo te sientes ahora?
Pegué mi frente a la puerta y dije con voz cansada, casi en un suspiro:
-Molesta, enfadada.
-Y, ¿cómo te sueles sentir?
No dije nada. ¿Qué quería decir con eso? Noté como mis mejillas se teñían de color escarlata. Oí su risa a través de la puerta y cerré lo ojos, olvidando durante un momento mi enfado.
-¿Por qué no contestas?
-Porque no es fácil de contestar.
-¿Te dejo sin palabras?
-No, idiota.- me sentí mal por decirle eso al instante- No es por eso.
-¿Por qué es, entonces?
-No lo sé.
Me dí la vuelta, dispuesta a subir las escaleras, sumida en mis pensamientos, pero en seguida escuché un:
-¡Espera! ¡Déjame entrar!
Sonreí y volví hacia la puerta, abrí, dejándole entrar.
-Gracias, ¿significa que me perdonas?
-Significa que no te comprendo y quiero hacerlo.
Dibujó una media sonrisa, algo enigmática y subimos de nuevo a la habitación.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top