Me has asustado, idiota.
Claire's POV
Como ya era de noche, los chicos me dejaron una habitación para mí sola, con baño incluido por si tenía que utilizarlo durante la noche.
Tras despedirme de todos ellos entré en la habitación y me dejé caer en la cama. Pero... Justo antes de quedarme dormida escuché una voz cerca de mí.
-Claire, ¿estás dormida?
Abrí los ojos sobresaltada, encontré un chico en la ventana, sentado en el marco mientras me miraba expectante.
Dejé escapar un suspiro al reconocerle.
-Me has asustado, idiota.
-No era mi intención en absoluto. Vine a verte.-sonrió de lado mientras sus ojos reflejaban el color plateado de la luna.
-¿Por qué ibas a querer verme?-alcé una ceja, sin comprender.
-Somos amigos, ¿no?-bajó de un salto caminando hacia mí- Y... Puede que sea tu amante si así lo deseas.
-No... No hace falta.-tragué saliva mientras sus ojos grises me miraban de arriba a abajo.
-¿Segura? Los demonios somos los mejores amantes del mundo e incluso de la galaxia.
Tomó mi mano, me acercó a sí poco a poco. Me zafé de su agarre y susurré:
-Deberías estar en otra parte.
-Sí, ahí.-señaló mi cama- Contigo.
-Eres un pervertido.
-Sabes que te gustaría, pero tu novio te impide entregarte a mí. O a cualquiera de esos chicos. Seguro que a ninguno le importaría hacerte un favor de una noche.-rodeó mi cintura con los brazos, dejando un beso en mi cuello.
-No, yo solo me debo a una persona.
-Venga gatita, solo por esta noche... Entrega tu cuerpo a un demonio como yo, sé lo que debo hacer.
Le aparté de mí, empujándolo lejos, interpuse una barrera de plantas entre nosotros, pero por supuesto él pudo cruzarla.
-Estoy hasta las narices de esto, Hyde, quiero que desaparezcas de una maldita vez.
Cuando terminé, viajé por la luz hasta la habitación de Darks. Le observé durante unos segundos (en los que parecía una psicópata) hasta que decidí acurrucarme a su lado.
Se despertó aunque puese todo mi empeño en no hacerlo.
-¿Claire?-susurró con voz de dormido.
-Sí, soy yo.-le miré acariciando su cabello- Duerme, mañana será un día duro.
-¿Por qué estás aquí?
-He tenido una pesadilla-coloqué su flequillo con cuidado.
-Estaba teniendo una hasta que me has despertado.-susurró bostezando-Gracias por despertarme.
-No hay de qué.
Rodeó mi cintura un brazo mientras cerraba los ojos.
-Ahora que estás aquí ya no tendré ninguna más.
-Buenas noches, Nico.
-Bue...-bostezó antes de terminar la palabra- Buenas noches, princesa.
Esperé a que se quedase dormido para suspirar y dejar caer una lágrima, ojalá aquello hubiera sido más fácil.
-No olvides que te quiero-susurré en voz muy muy baja, apenas audible.
Me escondí entre sus brazos, cerrando los ojos mientras esperaba a quedarme dormida. Durante unos minutos esperé, pero no podía dormir. Seguí esperando, pero no lo conseguía.
Conté los pegasos que escapaban de la granja, respiré hondo intentando calmarme, incluso me acerqué a Darks para que me diera calor (cosa que hizo pero me sonrojé demasiado pronto).
Decidí bajar a por un vaso de leche caliente, con mi pijama de pandas y mis zapatillas de conejitos (lo sé, seguramente parecía una niña de seis años en busca de dulces).
En la cocina tomé una taza y la llené con leche para meterla en el microondas. Mientras esperaba, detecté una presencia tras de mí, por lo que me giré. Para mí alivio tan solo era Keith.
-¿Tampoco puedes dormir?-susurró mirando el microondas.
-No, llevo minutos sin poder dormir.
-Querrás decir horas-señaló el reloj digital del horno- A mí también se me hace difícil.
-Todo esto es extraño.-suspiré- Nunca he peleado con un alien, y menos un Galra como Zarkon.
-Bueno, yo tampoco lo había hecho hasta que conocí a los demás paladines. A mi familia.
-Pero teníais vuestros leones, ahora...
-Lo sé, pero debemos confiar en nosotros mismos.
Saqué la taza de leche del microondas, teniéndola entre mis manos para entrar en calor, puesto que todavía hacía algo de frío.
Él calentó leche también, sonreí recordando el hecho de que él era tejano y que seguramente había hecho eso mismo durante varias noches.
Me senté en la encimera, mirándole.
-Keith...-susurré- No quiero que te sientas ofendido, pero... ¿Como te sentiste al saber que eras galra?
-Sinceramente, cuando lo confirmaron yo ya sospechaba serlo, pero respecto a lo demás... Me sentí muy mal, quiero decir, soy un alien púrpura, de la raza cruel contra la que luchamos los paladines. Me encontraba deprimido, no quería hacer nada, pero tampoco podía dejar tirado a mi equipo. De modo que cuando ellos se dieron cuenta de que en realidad soy parte galra, me aceptaron... O al menos la mayoría. A Allura... La costó. Y lo entendí, al fin y al cabo los galras destruyeron su planeta. El problema era que yo no había hecho nada...
Puse la mano en su hombro, agradeció el gesto mirándome con una leve sonrisa. Y al principio había pensado que me apartaría de un manotazo...
-Te entiendo aunque no lo creas... Yo soy diferente al resto. Mi mente nunca ha sido ese lugar de color de rosa que todo el mundo piensa que es.-suspiré- Mi mente es oscura, muy oscura y está llena de tinieblas. Hyde habita allí dentro y es difícil controlarlo, de modo que...
Tapó mi boca con la mano, acallándome.
-Claire, es el sueño el que habla por ti. No es que no me agrade hablar contigo si no que no quiero que mañana te arrepientas de haber confesado esto. Así que no sigas.
Quité su mano de mi boca y proseguí.
Le conté como Hyde llevaba años atemorizándome, como temía que escapara y me capturase para sus propios fines.
Le conté como fue Drake quien contribuyó a su creación y quién le puso la guinda al pastel.
Hyde, el sádico y retorcido chico de mis pesadillas.
Cuando terminé, me di cuenta de que estaba llorando en su hombro.
Me aparté limpiando mis propias lágrimas y susurré un: "Lo siento" para después subir a mi habitación, por no molestar a Darks.
Me dejé caer en la cama, agotada y dolorida por haberle contado mi mayor secreto a Keith.
Suspiré, parecía que la noche sería larga.
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