¡Máldez es real!

Estábamos comiendo más dulces que en toda nuestra vida, cuando mi móvil sonó con el tono de "The Sharpest Lives" de My Chemical Romance. En cuanto escuché las primeras notas, supe que era Lauren.

-¡Hola Lauu!-dije tragando la parte de cupcake que me quedaba.

-¡Clay!¡Te necesito!

-¡¿Qué pasa!?-grité preocupada por su tono de voz.  

-Travis y Connor nos han encerrado a Leo y a mí en un armario.

-¿LOL?-dije evitando reírme.-¿Qué tiene de malo?

-¡Que Váldez no se está quieto!

-Uhhh.-canturreé.

-¿Qué pasa?-susurró Darks.

-Es Lauren, los Stoll la han encerrado con Leo en un armario.-susurré de vuelta.

Aquello no se le escapó a Patch, por lo que dejo su gofre para mirar hacia mí y decir:

-Diles que no se sobrepasen demasiado.

-Gracias por la ayuda, Cipriano.-me quejé.

(Lauren's POV)
Oh, ¡AL FIN TENGO MI PROPIO PUNTO DE VISTA! 

Ya iba siendo hora, Claire.

Tecú.

Veamos... ¿Dónde estábamos?

Es verdad, en la parte en la que nos encerraron a Leo y a mí en un armario.

Podría decir que fue la peor experiencia de mi vida, pero estaría mintiendo descaradamente.

Fue una experiencia extraña pero divertida.

Que los Stoll me encerraran con mi crush (que si hubiera sido Víctor de Yuri! On Ice tampoco me hubiera importado) fue hasta divertido.

Váldez era casi tan cabezota como yo (y mira que cuando se me mete una idea en la cabeza no me la saca nadie), por lo que casi abrasó la puerta para salir.

-¡Ni se te ocurra quemar mi puerta, Váldez!-le grité.

-Está bien, no lo haré, pero si no logramos salir es tu culpa.

-No quiero salir así.

-¿No quieres salir?-alzó las cejas una y otra vez.

-¡Pervertido!

E hice eso a lo que supongo que ya estaba acostumbrado, le pegué él mayor zape de su vida.

Gritó un potente:"¡AH!", dejándome medio sorda.

-Vamos, pequeña Morgan, estar encerrada aquí conmigo no es tan malo.

-Esta noche dormirás con él perro.

-Pero si no tienes perro.

-¡Por eso!

-Con ese carácter pareces Clarisse.

-Es que soy de Ares, duende latino.

-Tu duende latino.

-Suenas muy cursi.-pero aún con mi afirmación no pude evitar sonrojarme.

-Vamos Lauren, admite que me amas.-estrujó mis mejillas escarlata. 

-Admito que amo la Nutella y los Twix. Y el hard-core, y...

Enumeré una larga lista de cosas que amaba y que amo en este mundo. He de reconocer que fue demasiado paciente, ya que conté demasiado. Además, a esa hora tenía hambre y solo podía pensar en comida.

-Y...-proseguí.

-¿Los duendes latinos?-me animó.

-Inténtalo de nuevo... Quizá más tarde.

-Vamos Lauren, tienes más hambre que yo cuando veo el comedor del campamento.

-Eso es mucho.-reí.

-Sí.-admitió riendo.

-Eres de lo que no hay, Llamita.

-Lo sé, soy genial.

-Sabes que no me refería a eso,¿verdad?

-Lo sé, te gusta meterte conmigo.

-Que va. Los Morgan no nos metemos con los débiles.

-¡No soy débil!

-Era broma. Ayúdame a buscar una salida, anda.

Buscamos a tientas una salida. Sé que podría haberle pedido que encendiera una llama, pero no tenía ganas de incendiar todo mi vestuario, menos mi ropa negra. 

Claro que yo no puedo ver en la oscuridad (nos soy hija de Hades, ya he dicho que soy de Ares), de modo que tropecé con cualquier cosa que hubiera en el suelo. 

Y me caí.

Debería haberlo escrito de un modo más... ¿épico?

Nah.

Intenté aferrarme a algo, lo primero que encontrase, pero solo encontré el brazo de Llamita. Claro que Leo no se esperaba que le agarrase de repente, por lo que se asustó y caímos mientras él gritaba todo tipo de tacos en griego antiguo. 

Chocamos con el suelo en el momento en el que sus pantalones se incendiaban.

(Claire's POV)

¡Volví!

Gracias Lauren, de verdad que no tenía ni idea de lo que había pasado dentro de ese armario.

¡Auch! No me pegues, ambas sabemos que querías que pasara.

Vale, vale. Ya dejo las lunitas pervertidas y los unicornios.

En fin...

Le pedí a Darks que me llevase corriendo hasta la casa de Lauren mientras iba en la silla. (No podía correr con muletas, Lauren. Ya sé que tú puedes, pero yo no). 

-Más rápido.-le pedí.

-No puedo ir más rápido.

-Oh, espera.-le pedí.-Para un momento.

Se detuvo resollando mientras que yo tenía la mejor idea hasta la fecha. 

-Toma mi mano.-le pedí.

-¿Para qué?

-Te fías de mí, ¿verdad?

-Sí, claro.

-Pues vamos.

Accedió entrelazando nuestros dedos, cerré los ojos, concentrándome lo mejor que pude. Era la primera vez que lo intentaba, pero por probar no iba a morir... ¿verdad?

Solté todo el aire de mis pulmones justo cuando la magia se produjo. 

Al abrir los ojos, me encontré en la habitación de Lauren. No pude evitar gritar:

-¡Lo he conseguido!

-¿Qué ha sido eso?

-¡He viajado por la luz!-grité haciendo un baile de esos bien raritos.

-Pero si...-me miró fijamente para después sacudir la cabeza-¿Sabes qué? Mejor déjalo.

Soltó mi mano y exploré la habitación hasta encontrar el armario. 

-Aquí están.-susurré.

-¿Por qué no se les oye?-susurró.

Hice una de mis mejores expresiones de lunita perver. Claro que no me esperaba lo que encontramos al abrir la puerta.

-¿Cómo abrimos?

-Tengo la clave.

Saqué mi móvil y marqué rápidamente el número de Harry. (Sí señor@@s Harry Potter) y le pedí que viniera todo lo  rápido que le fuera posible.

Cinco minutos más tarde, Harry estaba ante la puerta observando el pomo cauteloso.

-Creo que con el hechizo "Alohomora" servirá.

-¿Estás seguro?

-Sí, Travis y Connor no son hijos de Hécate. Su poder como hijos de Hermes solo les ha servido para bloquear la puerta a los muggles... Quiero decir a los que no podéis hacer magia pero tenéis cierta sensibilidad ante ella. 

Se giró hacia la puerta y, haciendo un movimiento con la muñeca susurró:

-Alohomora.

La puerta se abrió lentamente, sin oponer resistencia. En cuanto se abrió del todo, tuvimos una imagen de nuestros amigos que no se me olvidaría fácilmente.

-¡Máldez es real!-grité al ver que se estaban besando con las manos entrelazadas.

Lauren se soltó del latino y corrió hacia mí dispuesta a pegarme, claro que me aparté justo a tiempo.

-¡Quiero que me des sobrinos! ¡QUIERO UN LUKAS VÁLDEZ!-seguí bromeando.

Ese fue el momento en el que Lauren me pegó la mayor colleja de mi vida.

Fue hermoso.

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