Y ahí quedo

Y ahí quedo, mi cuerpo inerte.

Ahí quedo, suspendido, sin poder moverme.

Si tan solo hubiese salido en el momento correcto;

si tan solo hubiese huido... No, aún así hubiese muerto.

Pude haberlo intentado, pude haber tratado,

pero nada habría funcionado.

Y me movía con decisión, sin temor alguno,

no me esperaba que aquel día, ocurriera tal hecho inoportuno.

A gran velocidad, me desplazaba por la usual ruta,

mas no imaginaba que me observaban desde una distancia diminuta.

Aquel depredador de ojos flameantes,

se acercaba a mí peligrosamente.

No dejaba de emitir sonidos susurrantes,

y el terror corría por mis venas salvajemente.

Rodeándome sin dejar alguna salida,

me enseñó sus punzantes armas blanquecinas,

haciéndome ver lo que me deparaba el destino,

nada de compasión y poco camino.

Observándome con ansias, se posicionó frente a mí,

y sonriendo con malicia, no dudó en darme el fin.

Sentía, dolorosamente, la sangre escurrir por donde no debía,

y al parecer no le gustó su víctima, pues con una mueca asqueada se iba.

Mientras la vida se me escapaba, solo pude pensar en una cosa.

No pude despedirme de mi familia, mis hijos, sin padre, morirían.

Pero la confianza y cariño que sentía por mi esposa,

me aliviaron, haciéndome saber que no se rendirían.

Debía eliminar pronto la esperanza que aún albergaba,

pues polvo era, y polvo es nada.

A mi parecer, mi vida fue demasiado corta,

pero ¿a quién engaño?

A nadie le importa.

Era tan solo un pez,

uno más de tantos.

Hasta a algunos cuantos,

les provocaba espanto.

Mi vida no valía nada, era una porquería.

Y que yo muriese, a la nada le incumbiría.

Para todos, los peces no importan, y extraño sería

que profundamente alguien nos conozca.

Todo aquello jamás tendrá magnitud alguna,

y nunca podría adquirir otra oportunidad,

ya que el destino y tiempo no ayudan,

solo actúan.

Y ahí quedo, mi cuerpo inerte.

Ahí quedo, suspendido, sin poder moverme.

"La muerte inminente se acerca a paso rápido",

en aquel momento pensé.

"Me saboreará, espero ser sápido",

y burlándome, me relajé.

"De rodillas le rogaré,

hasta sus dedos besaré"

"No me tocará,

no me dejaré"

Y ahí quedo, ahí quedé y siempre quedaré.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: