Hurtis observó a Craso que se encontraba al en frente de los legionarios y le grito:

—He venido a recuperar mi collar maldito humano—

—¿Que le has hecho a mi maestro?—pregunto un confundido y atónito Craso.

—Que viejo tan idiota, ¿acaso Crees que los inútiles humanos pueden regresar de muerte?—dijo Hurtis Burlándose de Craso

—Me han engañado, maldita sea—dijo Craso sollozando.

Así que Craso se dirigió hacia el resto de sus legionarios y preparó un discurso de batalla para ellos.

—Hermanos, les pido perdón a todos ustedes, he sido engañado por ese sujeto, no se quien sea, probablemente es un siervo de los Dioses, así que les pido por favor que luchemos una vez más y ganemos esta última batalla.

Los soldados se encontraban cansados y muchos de ellos heridos, pero no tenían otra opción más que dar su último esfuerzo. Craso al ver que sus soldados si lo apoyarían, se pusieron en posición de batalla y se dispusieron a esperar el ataque de Hurtis.

Bull se preparó y cubrió su cuerpo con el aura verde que lo caracteriza, por su parte Hex cubrió su cuerpo con un aura negra pero no potaba con escudo ni con espada aún así se preparó para luchar, Hurtis confiado de si mismo se alejó del campo de batalla y sentó lejos a observar la pelea.

Caía la medianoche y los romanos sólo tenían en  mente la Victoria, Bill y Hex  se acercaban corriendo dispuestos a masacrar a los legionarios; Bill uso su espada para atravesar los escudos romanos y así mismo atravesar el cuerpo de los romanos, cuando se sintió rodeado uso la misma estrategia contra los egipcios, hacer un tornado girando sobre si mismo.

Por su parte Hex uso el poder que heredó de su padre Hadrix encerró a varios grupos de legionarios en burbujas y las hacia explotar, matando brutalmente a los legionarios; Craso se encontraba muy cerca de Hex tratando de defender a los soldados y pudo observar que la defensa de Hex era baja así que tomó su espada y esta tomo la forma de fuego; una espada de fuego, uso su velocidad para aparecer a la espalda de Hex y sin vacilar le cortó la cabeza usando su espada de fuego.
Los legionarios usaron la táctica tortuga para rodear a  Bull, cuatro grupos de legionarios rodearon a Bull con la táctica tortuga, Bull uso su tornado para romper las cuatro defensas pero fue inútil porque Craso las protegió usando murallas de fuego, Bull no se percató de que aún habían arqueros sirios y romanos con vida, y de golpe recibió tres flechas en la espalda.

Bull exploto toda la energía Kepleriana que le quedaba y se transformo en un huracán  devastador, matando a muchos legionarios alrededor, su transformación solo duro aproximadamente 30 segundos y Bull cayó jadeante y cansado al suelo. Bull yacía en el suelo y no podía defenderse y sólo pasó en su mente una imagen de Klepton y en un último suspiro dijo:

—¿Quién rayos eres?, Juro que algún día te matare.

Un pequeño grupo de legionarios que aún quedaban con vida lo rodearon en el suelo y lo mataron brutalmente, despedazado su cuerpo.

Hurtis al ver la muerte de Bull y de Hex no pudo contenerse y estallo en un ataque de ira y una ráfaga de  viento cubrió su cuerpo, Craso al mando de un poco menos de cien legionarios espero el ataque de Hurtis.

Hurtis lanzó ráfagas de viento cortantes contra los legionarios pero Craso supo defender a su legión con muros de fuego y contraatacando con una bola de fuego gigante contra Hurtis, este se defendió sin que la bola de fuego le hiciera daño, un osado Craso se dispuso a pelear con Hurtis cuerpo a cuerpo, ambos dejaron sus espadas en el suelo y procedieron a luchar.

Craso tomo la iniciativa y comenzó a lanzar una lluvia de puños de fuego contra Hurtis pero este podía ver los movimientos de Craso y se defendía con suma facilidad; cuando Hurtis noto que la defensa de Craso era baja lanzaba puños de ráfaga de viento cortantes pero estás no le hacían daño a Craso; Ya que usaba su fuego para defenderse de los cortes de Hurtis. Craso aprovechó esa ventaja y cuando Hurtis dejo su defensa al descubierto le dio un fuerte golpe en la cara Hurtis tumbándolo al suelo, acto seguido y sin desaprovechar la oportunidad; Craso lo remato en el suelo dándole golpes en la cara y en el cuerpo; de la espada de Craso surgieron dos grandes manos de fuego y con estas siguió contraatacando a Hurtis.

Los legionarios al ver que Craso estaba ganado corrieron rápidamente a ayudarle; Un herido y débil Hurtis le dijo a Craso:

—Aun te falta mucho para poderme derrotar jajajajajaj—

Un aura azul cubrió a Hurtis; Craso se alejó rápidamente y observó que la mitad del cuerpo de Hurtis era agua y la otra mitad viento; podía controlar dos elementos. Hurtis le dijo a Craso y los pocos soldados que quedaban con vida:

—Es el fin para todos ustedes, malditos desgraciados—

Hurtis uso el máximo de su energía Kepleriana para crear un tsunami de proporciones inimaginables pero las aguas de Hurtis eran acidas y quemaban todo a su paso, uso sus manos y el poder de su mente para lanzar el tsunami contra Craso y sus soldados; Craso procedió a defenderse con un gran muro de fuego pero no funcionó eliminando a los soldados por completó.

Hurtis calmo la ira de su corazón y cayó al suelo a tomar un aire, cuando se levantó observó que el cuerpo intacto de Craso en el suelo, acto siguiente  le quitó la reliquia kepleriana del cuello. Hurtis uso el poder de sus aguas acidas para calcinar a todos los cadáveres en el campo de batalla, dejando solo los huesos, el único cuerpo que era reconocible era el de Craso, por alguna razón Hurtis no lo calcino y se marcho a la Kepler Intruder.
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Hurtis se reunió con Klepton  en la habitación principal de la Kepler Intruder, Hurtis se arrodilló a los pies de Klepton y este sin impresión alguna le dijo:

—Vaya, vaya Hurtis, siempre has sido un rebelde y nunca me has demostrado respeto, ahora dime, ¿donde están Hex y Bull?—

—Están muertos, luchamos con todo nuestro poder pero ellos no lograron sobrevivir—dijo entre sollozos Hurtis.

Klepton no pudo contener la ira y pateo en la cara a Hurtis y lo agarro de una mano del cuello y le dijo:

—Ahora dime, ¿que le diremos a nuestros hermanos Keplerianos?, ¿que le dire a Hadrix?  Hex era hijo de mi fiel servidor, eran los únicos keplerianos que han nacido en este planeta, eran los únicos de nuestra nueva raza kepleriana y tú has permito que mueran.

Acto seguido Klepton soltó a Hurtis y este le dijo:

— Tal vez sólo deberíamos darle la reliquia a cualquier humano, ¿para que se la damos a gente poderosa? Si luego vamos a matarlos y a quitarle la reliquia.

—Es por Mistain, el quiere un nuevo líder, que cambie este mundo y sea el nuevo líder de la nueva raza kepleriana, lastimosamente ni Keops, ni Craso lo han logrado.

—¿y porque no buscamos otro planeta?—pregunto Hurtis vacilando.

—Lastimosamente ya no hay más planetas habitables y la Kepler Intruder ya no tiene energía solar, ya no podemos viajar a otros planetas—dijo Klepton preocupado.

Le dare la reliquia a un humano más y si no cumple con el deber de la nueva raza kepleriana, me encargaré personalmente de gobernar este mundo a mi manera y los humanos van a pagar caro, además si le doy la reliquia a cualquier humano lo único que hará es desperdiciar el poder.
Terminada la conversación Hurtis le dio la reliquia a Klepton y este la volvió a guardar en un cofre escondido en la habitación principal de la Kepler Intruder.
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Al siguiente día en el desierto; el rey Orodes salió de la ciudad de Carras con su guardia personal a buscar a los cadáveres de sus guerreros y de el general Surena, no encontró más que calaveras y huesos, pero a en medio de todos los esqueletos había el cuerpo de una sola persona, Orodes lo reconoció al instante era el cuerpo de Craso, uno de los soldados médico del rey observó que Craso aún estaba con vida y Orodes le dio la orden a sus soldados de que se llevarán a un inconsciente Craso a Carras.

Craso despertó en un calabozo y estaba encadenado de pies y manos, sentía que le dolía todo el cuerpo y no se podía mover, había perdido el sentido del oído y el sentido del gusto, Craso quedó sordomudo, Craso recordó que su hijo había muerto en batalla y brotaron lágrimas de sus ojos. Al cabo de unos minutos el rey Orodes entro al calabozo junto con dos soldados; Craso observó que  Orodes traía consigo un vaso de metal, el rey Orodes Burlándose de Craso le dijo:

—Mira quien ha despertado el romano más fracasado de todos—
En un cambio brusco de personalidad Orodes le grito:

—No tengo ni la menor idea que pasó con mis soldados ni con los tuyos, pero te has atrevido a romper el tratado de paz con los romanos así que pagarás por esto maldito—

El rey Orodes miro a uno de sus acompañantes.

—Dale el castigo que se merece este maldito—Dijo Orodes sin piedad por el moribundo Craso.

Así que el soldado saco de su bota una daga y la uso para apuñalar el corazón de Craso. Craso recordó que siempre fue un fracasado y nunca pudo tener éxito en su vida en un último suspiro observó que Dentro del vaso de Orodes había oro fundido.

Orodes no tuvo compasión y le hizo tragar el oro fundido a Craso haciendo alusión a su avaricia, Orodes le cortó la mano derecha y la cabeza a Craso, usando su cabeza para intimidar a otros reyes, luego traslado el resto de su cadáver a Roma.
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Klepton le informó a Hadrix de la muerte de su hijo, pero Hadrix no pudo contener su tristeza y en un acto de compasión Klepton le dijo:

—calma mi fiel seguidor nosotros nos vengaremos.

Mistain se encontraba reunido con Lemrix discutiendo sobre la actitud de Klepton, se desconoce la estrategia que ellos van a usar para detener los malignos planes de Klepton.
Julio César, al enterarse de que sólo llegó parte del cuerpo de Craso a Roma; mando un grupo de exploradores a buscar a los legionarios de Craso, hubo una búsqueda exhaustiva de alrededor unos tres años pero los exploradores no lograron encontrar ni un solo cuerpo, así que Julio César cerro el caso y dio como perdida a la legión de Craso.

Hola con esto termina el arco argumental de Roma la próxima semana iniciara el arco argumental que tendrá lugar en Constantinopla y el protagonista será el sultán Mehmet segundo.