Capitulo 2: La destrucción universal

Al reanudar el viaje, en la nave, todos los guerreros estaban en silencio, atónitos con lo que acababa de suceder, todos sabían incluído Hadrix que esto no estaba en el plan. Mistain le levantó de su asiento y se dirigió hacia donde estaba Klepton, el se encontraba en una de las 9 habitaciones de la nave.

-Mi señor Klepton ¿Porque ha dado la orden de destruir el planeta? Se suponía, que el plan era buscar un nuevo planeta, para que todos los habitantes de Kepleris pudieran vivir a salvo ¿Porque lo hizo? - preguntó Mistaín, con ira y lágrimas en los ojos.

Klepton lo miro con indiferencia y dijo:

-Ese sigue siendo el plan Mistain. Buscaremos un nuevo planeta en el que habitar, y nosotros mismos repoblaremos y reconstruiremos nuestra raza- respondió Klepton, mirándolo directamente a los ojos.

Klepton salió de la habitación con Mistain y luego se puso en frente de la hacia los demás y continuó.

-La razón por la que hemos destruido a todos los habitantes de Kepleris, es porque ellos ya no actuaban con la razón, estaban dominados por el odio y en sus mentes, no existía la reconstrucción, solo la destrucción, eran muy egoístas y sólo pensaban por ellos mismos, no había igualdad, ni mucho menos equidad, querían satisfacer sus necesidades, destruyendo al prójimo. Si nosotros hubiéramos colonizado un nuevo planeta con este tipo de habitantes la paz y la armonía no hubiera durado mucho tiempo y la guerra hubiera vuelto-

Todos estaban atónitos con el discurso de su líder, y ninguno dijo nada.

-Mistain, acepta mi mano como gesto de paz- dijo Klepton estirando el brazo hacia el aludido -Volvamos a crear juntos nuestra raza-

Mistain vaciló, pero alzó la mirada y estrecho la mano de Klepton, en un gesto simbólico de aceptación. Pero en lo más profundo de su corazón, crecía hacia su líder, un odio mortal.

*** * *** *** * *** *** * ***

Luego de este breve episodio, Klepton se reunió a solas con Mistaín, Dirtn y Lemrix, quien dejó la nave en piloto automático. Estaban en la habitación principal de la nave, algo similar a una sala de juntas.

-Mistaín, en total ¿Cuántas razas alienígenas hay en el Universo? -

-Hay un total de quince razas alienígenas conocidas, mi señor. Pero ninguna es capaz de igualar nuestros poderes. Aunque su ventaja es que, en su mayoría, tienen tecnología más avanzada que la nuestra; lo más probable es que en poco tiempo sabrán sobre la extinción de Kepleris, aunque nadie pueda saber que aún seguimos con vida. Si el plan aún es una invasión, esta será nuestra ventaja- respondió, con un brillo indescifrable en la mirada

-Es un razonamiento interesante. Ahora, dime si la atmosfera de sus planetas, es vital para nuestra raza- volvió a inquirir Klepton, dejando a Mistaín pensativo.

-En realidad, desconozco dicha información. Tal vez el único planeta que nos dará probabilidades de supervivencia, sea Marte-respondió, con un tono frio y decepcionado.

Estaba comenzando a alarmarse, ya que, si no lograban encontrar un planeta habitable, y una raza compatible, no habría manera de fundar una nueva civilización.

-Yo he estado con vida mucho más tiempo que ustedes, he podido ver e incluso he dialogado con las otras razas. Pero, en realidad, no podría distinguirlas muy bien. Todos llevaban trajes extraños, ninguna parecía similar a la nuestra. La verdad es que eran muy feos y débiles, ni siquiera podrían vencer a un niño kepleriano--agregó Dirtn, en tono monocorde.

-Eso es verdad, esta nave es producto de la negociación de nuestra raza con alienígenas, que nos vendieron su alta tecnología. Pero es imposible que nosotros podamos habitar sus planetas, perderíamos la vida en minutos-dijo Lemrix

Klepton estaba lleno de decepción al oír estas noticias, no se había tomado el tiempo necesario para planear, y las cosas, parecía que, no le saldrían bien.

-Si no podemos vivir en esos planetas, los destruiré a cada uno de ellos y a sus insignificantes habitantes, no tomaré el riesgo de que nosotros seamos eliminados en una guerra espacial por otras naves-dijo el capitán lleno de ira.

-Pero ¿Cómo pretende hacerlo señor? Si alguna de estas razas se enterase de sus planes, nos perseguirán, y si destruyen la nave, moriremos. No podemos vivir en el exterior por mucho tiempo, sin importar la tecnología que tiene la Kepler Intruder-inquirió Mistaín.

-Eso ya lo he pensado, Kreus es el General de las Fuerzas Armadas de Kepleris- dijo llamando al otro a voz en grito-Kreus, explícales a todos cuál es tu poder-exigió

-En efecto, yo ocupaba ese cargo. Mi misión era capturar a los criminales más buscados y peligrosos de Kepleris; para realizar una captura exitosa, me acompañaba de un pequeño grupo de soldados, y si el criminal estaba escondido dentro de una casa, o detrás de alguna superficie sólida, yo lograba detectar su energía, y apuntaba con mis poderes, y un rayo atravesaba la superficie sin dejar ninguna marca, dándole directamente al objetivo dejándolo inmóvil. Así, mi escuadrón efectuaba la captura de forma exitosa-

-Y ¿Eso como ayuda a exterminar planetas? - preguntó Mistaín, con rencor en la voz.

-En el caso de Kepleris, apunté directo al núcleo, al desintegrar el núcleo el planeta exploto en menos de dos minutos, la buena noticia es que ninguno de los presentes tenía famila con vida. Y la otra buena noticia es que no me quita mucha energía- respondió este sin expresión.

-Kreus se encargará de exterminar todos los planetas desde aquí, no tendrán tiempo de enterarse. Viajaremos directamente al planeta siguiente en la lista. Cuando los hayamos destruido a todos, buscaremos a lo largo de la galaxia, algún planeta que sirva a nuestros propósitos-dijo Klepton, dejando a todos mudos y pensativos.

-Dime Lemrix ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a dichos planetas en esta nave?

-La Kepler Intruder nos puede transportar al instante, gracias a que puede viajar a la velocidad de la luz. Pero de ese modo, nos encontraremos con una paradoja en nuestra contra-

-¿De qué hablas? Explícate- exigió Klepton.

-Si viajamos a un planeta que se encuentra a un año luz de distancia, tardaríamos cinco años en llegar a una velocidad normal, y si usamos la hipervelocidad, llegaríamos en cinco minutos. Pero aquí es donde entra la paradoja. En el Universo pasarán cinco años, y nosotros envejeceremos a la par-

-¿Cuánto tiempo crees que nos tomará visitar todos los planetas? - preguntó el capitán, obsesionado con su plan.

-Unos doscientos años-Respondió Lemrix.

-El kepleriano más longevo vivió hasta los cien mil años, y yo aún no he llegado ni a la décima parte de esa edad. Así que la edad no será un problema. Aún nos quedan muchos años de vida por delante- dijo Dirtn, en tono jocoso.

-No esperemos más, destruiremos a todo aquel que haya osado superar en algo a la gran raza kepleriana- dijo Klepton lleno de confianza -Mistaín, haz una lista con los nombres de esos planetas y sus razas-

-Como ordene, mi señor- respondió este entre dientes.

La lista final, organizada por cuestión de distancia con el extinto Kepleris, fue la siguiente:

1º- Planeta Pires: habitantes, los piresinos, considerados los más pacíficos del universo, totalmente opuesto a los keplerianos.

2º- Planeta Camek: habitantes, los camekianos, expertos en habilidades curativas.

3º- Planeta Oficuos: habitantes, los oficuanos, esta raza vendió su tecnología a Kepleris.

4º- Planeta Galicius: habitantes, los galicianos, grandes inventores, tienen la capacidad de hacerse invisibles.

5º- Planeta Tifus: habitantes, los tifanes, seres gigantes con muy poca tecnología.

6º- Planeta Nereus: habitantes, los neurotanos, única habilidad, atravesar superficies solidad.

7º- Planeta Scorpio, habitantes, escorpiones gigantes, carentes de inteligencia, la atmosfera es mortal para los keplerianos.

8º- Planeta Tristein, habitantes, los tristeinos, no poseen habilidad o tecnología de alto calibre, su planeta es el más grande del Universo.

9º- Planeta Pusy, habitantes, los pusynos, única habilidad, volar.

10º- Planeta Rigel, habitantes, rigelinos, poseen la capacidad de multiplicarse y regenerarse.

11º- Planeta Polifaris, habitantes, los polifarisanos, tienen la capacidad de controlar la mente, pero no poseen tecnología alguna, los keplerianos, no han podido absorber su habilidad.

12º- Planeta Vincis, habitantes, los vinvinos, tienen la capacidad de transformarse en cualquier cosa o persona, se dice que los habitantes de este planeta, son los más falsos y traidores del universo.

13º- Planeta Mereida, habitantes, los meredinos, pueden leer la mente.

14º- Planeta Quaquea: habitantes, los quaqueanos, controlan el elemento hielo.

Y finalmente, el planeta más lejano de la lista...

15º- Planeta Marte, habitantes, los marcianos, seres con avanzada tecnología, y naves en forma de platillos voladores. Posiblemente sea el único planeta habitable para los keplerianos.

*** * *** *** * *** *** * ***

La estrategia para exterminar los planetas, se llevó a cabo.

Desde una distancia muy cercana a la atmosfera de dichos planetas, la podía hacerse invisible y era casi imposible que fuera detectada, Kreus usó la misma estrategia con Kepleris, con su siniestro rayo exploto el núcleo de todos los planetas, aquellos que estaban en misiones espaciales pronto morirían por falta de recursos.

Ya habían explotado catorce planetas. Ahora se dirigían a Marte.

Cuando se localizaron cerca de la atmosfera, observaron un planeta rojo. Kreus ya estaba listo para realizar su ataque cuando Mistaín lo detuvo.

-No creo necesario destruir el planeta. Según revelaron mis estudios, existe un 95% de probabilidades de supervivencia allí, además de un par de cosas interesantes. Marte puede llegar a ser nuestro nuevo hogar-

-Está bien, pero ¿Cómo podremos convivir con ellos?-preguntó Klepton

-Mi señor, ya todos los guerreros hemos aprendido a metamorfosearnos en cualquier cosa o ser, los marcianos tienen cabeza y ojos grandes, y un cuerpo pequeño. No será difícil adoptar su forma, aunque la verdad es que son muy feos-dijo Mistain.

-Yo, aunque ya no exista Kepleris, sigo siendo el kepleriano más rico, y mi fortuna se basa en materiales preciosos para cualquier planeta del Universo. Puedo comprar una propiedad, para que podamos vivir allí, y a partir de ahí comenzar con nuestro plan de colonizar y desarrollar nuestra nueva y perfeccionada raza kepleriana-interrumpio Lindernain que se encontraba sentado en su silla.

-Está bien, es una buena idea. Lemrix, desciende con la Kepler Intruder a la superficie de Marte. Y veamos cómo nos va con el plan-dijo el capitán.

Gracias a Lemrix, el capitán descubrió que la nave tenía una función de invisibilidad. Debido a esto, lograron amartizar sin problemas, en la superficie del planeta rojo.

Como Mistaín había predicho, los keplerianos lograron respirar con tranquilidad, una vez que respirar era posible. En definitiva, este planeta, resultaba ser el mejor candidato para la colonización.

Al abrir las compuertas de la nave, los guerreros perdieron todo rastro de emoción. No lograban detectar rastro de energía vital. Las ciudades marcianas estaban cubiertas de arena roja, el planeta entero estaba desierto, abandonado.

-¡¿Qué demonios ocurre aquí, Mistaín?! ¿Por qué no hay nadie en este mundo? No puede ser ¿Qué ha pasado con los marcianos?-preguntó Klepton atónito.

-No logro comprender que pasó. Nuestros datos sobre el planeta son de tan solo cincuenta años atrás. No puede haberse extinguido así una civilización tan avanzada en tan poco tiempo. Tal vez fueron víctima de algún parasito, o virus; alguna epidemia maligna los asoló, y los marcianos no lograron encontrar a tiempo la cura. Tal vez así su raza pereció- dijo Mistaín, buscando una explicación a tal desolación.

-La ventaja es que podemos usar sus instalaciones, sin necesidad de escondernos. Realizar una reestructuración, y así vivir cómodamente en el planeta- dijo Lemrix, calmando la situación.

-Sí, tienes razón. No veo la necesidad de alarmarse por que los marcianos ya no están. Este planeta es vital para nosotros. Y sin otra especie que nos ponga limite, no tendremos problemas en crear una nueva raza kepleriana, otra cosa es que estos supuestos virus que eliminaron a todos los marcianos no nos harán ningún daño-dijo Klepton, más relajado.

Hamex, que se encontraba mirando el firmamento de su nuevo planeta, sintió miedo por primera vez. Un extraño objeto en llamas se acercaba rápidamente.

-¡Oigan todos! Algo viene en nuestra dirección. ¿Qué es eso Mistaín?-

-Es un asteroide, si no escapamos de aquí ¡Moriremos!-

-No hay por qué temer, destruiré el asteroide-dijo Kreus, colocándose en posición.

-¡No lo hagas! Si atacas al asteroide, el planeta sufrirá cambios atmosféricos, que tal vez sean irreversibles. Y, de cualquier manera, eso terminará por matarnos. La mala noticia es ese asteroide viaja a una velocidad supersónica, no alcanzaremos a hacer nada
¡Lo mejor es escapar!-exclamó Mistaín.

Todos los guerreros entraron en la nave y despegaron inmediatamente, para al poco tiempo ver el asteroide colisionar con Marte, dividiéndose en tres partes, pero sin destruir el planeta. Aun así, los daños fueron devastadores.

Klepton comenzó a impacientarse, ya no sabía qué hacer ni a donde ir. Hadrix al ver a su capitán en ese estado, le dijo al otro guerrero.

-¿Que haremos ahora Mistaín? Esto no estaba en los planes, nada de esto estaba planeado. A este paso la energía de la nave se agotará, y quedaremos en el espacio a la deriva, y todo el sacrificio que hemos hecho, será en vano-

-Antes que nada, iremos a recargar la energía de la nave en esa estrella, que no está muy lejos de aquí-dijo Lemrix, al ver que Mistaín, pensativo, no contestaba.

-¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a ella?-

-Tan solo una semana, está más cerca de lo que parece, viajaremos despacio, por qué no tenemos suficiente energía para activar la hipervelocidad, además, no nos conviene pasarnos del punto de colecta de energía. Según los informes marcianos, esa estrella se llama Sol, y tiene todo un sistema de planetas a su alrededor-respondió Lemrix.

Klepton al escuchar sobre esos planetas le preguntó a Mistain:

-¿Que me dices de esos planetas Mistain, son habitables?.

-Según los informes de los marcianos ninguno de esos planetas alberga vida.

Klepton se levantó de su silla y se dirigió a descansar a su habitación, lo mismo hicieron los demás Kleplerianos, Lemrix se quedó emprendiendo el rumbo hacia el sol.

Al tercer día de viaje, los guerreros se toparon con un planeta de brillante color azul, observaron que a su alrededor giraba un satélite natural.

-Dime Mistaín ¿Es posible realizar una exploración, en la superficie de este planeta?- Preguntó Klepton con un brillo de esperanza en la mirada.

-Según mis registros parece habitable, se puede notar a leguas que tiene muchísima agua, mucha más de la que había en Kepleris. Según mis análisis, también puedo detectar la presencia de oxígeno. Pero yo diría que es mejor recargar la nave antes de aterrizar ahí para explorar- respondió el guerrero mirando sus aparatos de análisis.

Dos días después, los guerreros recargaron la nave por medio de un sistema complicado de tubos rebatibles y paneles, que colectaron energía de la estrella. Durante el viaje también se encontraron con Mercurio y Venus, pero eran pequeños, y con temperaturas extremas según los informes marcianos. En comparación con el tercer planeta, no tenían ningún atractivo. Todos estaban ansiosos por al fin llegar al planeta azul.

Dos días después habían llegado, al Planeta Tierra.

*** * *** *** * *** *** * ***

En el momento de tocar la superficie, los keplerianos, sintieron sus corazones desbordar de emoción. Cuando sus pies tocaron la superficie terrestre, y sus pulmones se llenaron de su limpio aire, sintieron que volvían a nacer. Para ellos, era el planeta más hermoso del Universo, era su salvación.

-¡Esto es increíble, que paisaje tan hermoso! Este planeta es mucho mejor que Kepleris, tiene más árboles, flores. Desde la cima de esta montaña donde hemos aterrizado, veo criaturas extrañas y maravillosas. Mi señor Klepton ¡Este planeta es Perfecto!-exclamó el guerrero.

-Tienes razón Mistaín- dijo el capitán con emoción-Hermanos keplerianos, veamos que tiene este hermoso planeta para ofrecernos-

Así, los guerreros se alejaron de la nave, caminando a través de la montaña hasta llegar a un frondoso bosque. En el camino observaron muchas especies de animales, seres únicos, que no existían en su planeta, en realidad no existían animales en Kepler. Después de un largo recorrido, se detuvieron frente a un gran lago, de aguas cristalinas.

-En todos mis años en el planeta Kepleris, nunca vi algo parecido a esto, este planeta es increíblemente hermoso-dijo Hamex, colmado de emoción.

*** * *** *** * *** *** * ***

Oyeron el murmullo de pisadas, y para no ser sorprendidos, ya que no sabían con que se iban a encontrar, se ocultaron sigilosamente detrás de una enorme roca, en la orilla de agua. Un nativo apareció, cazando un ciervo con ayuda de una lanza con punta de piedra.

-¡Mirad! Es un habitante del planeta, y en realidad, lo veo muy similar a nosotros-musitó Dirtn, en voz baja, para no alertar al cazador furtivo.

-Sí, pero ellos tienen bello en el rostro- retrucó Mistaín-Nosotros, los keplerianos, no tenemos, y muy poco en el cuerpo y la cabeza. Ese ser tiene mucho pelo en la cabeza, y sus ojos no son como los nuestros, tienen color, tiene un aspecto salvaje, sucio y desagradable, y son más bajos que nosotros-completó, con una mueca de disgusto.

-Yo puedo detectar que tiene una energía vital muy débil, además, según su arma, poseen tecnología primitiva. No considero que sea una amenaza para nuestra especie, no vale la pena siquiera eliminarlo. Tengo una idea mejor- Dijo Kreus.

-¿Cuál es tu idea? - preguntó el líder kepleriano.

-Podríamos intervenir levemente en el desarrollo y evolución de esta raza, y controlarlos a nuestro antojo-

-Es una buena idea, pero no veo como intervenir en la evolución de una especie de la que nada sabemos- dijo Kleptón, meditabundo.

-Esta raza ni siquiera ha descubierto el fuego, y no tienen habilidad o poder alguno. Podremos vivir pacíficamente muchísimos siglos en este planeta. Pero es una buena idea intervenir en su desarrollo; me gustaría poder ver, que capacidades pueden llegar a desarrollar-dijo Mistaín, con una pequeña sonrisa asomando a sus labios, en el primer rastro de alegría, en mucho tiempo.

-Ya que no han descubierto el fuego, yo les ayudaré-dijo Kreus en tono confiado, mientras en su mano aparecía una bola de fuego, y la lanzaba cerca del cazador.

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