Capítulo 7: Encuentro I

[Año 1 día 8]

Después de haber caminado toda la mañana en el pantano, el grupo de Piero empezó a planear su próxima caza, los días anteriores habían conseguido comida suficiente, no fue ni poco ni mucho lo cual era algo a destacar. Sin embargo, no podían seguir utilizando la misma estrategia en esta zona.

Como estaban rodeados de agua fangosa que les llegaba hasta las rodillas necesitaban un lugar alto para secarse.

— ... Busquemos un punto seco, estos árboles no son adecuados para ser trepados.

Los árboles en el pantano eran delgados y sus largas y delgadas hojas moteadas color marrón llegaban hasta casi tocar el agua impidiendo ver a la distancia, esto los hacía vulnerables al acecho de criaturas. Si levantaban la mirada sobre las copas de los árboles podían ver colinas a la distancia.

— ... Debemos subir a esa colina, allí podremos ver todo el área. —Señaló la colina más alta.

— Ok. —Respondieron inmediatamente.

Las dos siguieron a Piero sin dudar pero Speedy empezó a retorcerse en los brazos de Fii.

— ¿Hug? ... ¿Qué-

Antes que pueda hacer algo, Speedy se escabulló de los brazos de Fii cayendo al agua fangosa y nadó hacia otra dirección completamente enojada.

— ¿Pasa algo Fii-

Repentinamente, Piero se detuvo y estiró su brazo para detener a Camila y Fii.

— Alto... —Dijo con un tono bajo pero lo suficiente para que lo escucharan.

Agarró firmemente sus dagas de huesos y avanzó en una dirección donde solo se podían ver hojas y troncos mohosos. Camila y Fii se quedaron en su lugar obedeciendo la ordenes de Piero, a la vez que miraban en la dirección que observaba Piero.

Después de una semana juntos, ambas sabían que Piero era muy perceptivo y podía descubrir pistas que ellas no podían ver con un simple vistazo.

Piero miraba la corriente del agua. La superficie de esta era más densa que el agua normal, por lo que se podía ver con facilidad la corriente y cualquier cambio mínimo.

La corriente solo cambiaría si chocaba con algo y en este momento lo que había al frente suyo era un árbol de pantano. Su tronco no era más grueso que su brazo y aún así la corriente que venía de este arrastraba ondas más grandes de lo normal, lo que significaba que algo se ocultaba entre las abundantes hojas.

"¿Una emboscada? ¿Una criatura nos acecha?"

Piero empezó a llenarse de preguntas, su mente se esforzó al máximo para conseguir respuestas. Esto ya no se trataba de su propia vida, ahora estaba Camila y Fii que dependían de él, y él de ellas. No se permitiría que las lastimen.

Puede que no existan pero quería sacar más información con esta farsa.

Miró al árbol delante de él, estaba a unos diez pasos, si fuera una criatura de las que conocía entonces podrían haberlo atacado con esta distancia, pero no hubo reacción. En busca de pistas miró alrededor del árbol no dejaría escapar cualquier mínima pista para conseguir respuestas a sus preguntas.

"Si no ataca hasta que esté cerca entonces es una emboscada, lo que significa que nos vio venir ¿Pero cómo? No podría..." Repentinamente descubrió la respuesta.

Alzando ligeramente la mirada pudo ver una colina a la distancia, esto estremeció a Piero, La criatura había utilizado la misma estrategia que Piero planeaba hacer. Eso no sería usado por cualquier criatura, solo una criatura con inteligencia como para planificar y paciencia suficiente para optimizar el resultado podría haberlo hecho.

Al descubrir eso una idea más cruzó por la mente de Piero, si la criatura seguía un plan similar al de Piero entonces esa criatura no estaba sola.

— ¡Piero!-

Repentinamente, Camila lo llamó, pero su voz fue interrumpida. Piero, quien había sido expulsado del mar de dudas, quiso regañar a Camila por no comprender la complejidad de la situación, sin embargo, al voltear la mirada, no pudo evitar que su corazón se contraiga a tal punto de sentir un dolor agudo.

— ¡Hiiiii!...

Tanto Camila y Fii estaban con una daga larga y una lanza en sus cuellos que claramente no habían sido hechas por él, detrás de ellas se encontraban dos criaturas empuñando las armas.

Piero maldijo tener la razón, pero nunca cruzó por su mente que las criaturas que lo emboscaron... Fuera de su misma especie. Si se quitaban los cráneos de criaturas de su cabeza Piero estaba seguro que las criaturas que sostenían las armas serían muy similares a él.

Ahora, ¿Por qué los atacaban? ¿Acaso no eran de la misma especie? ¿Su especie era así de agresiva? ¿Son otra ilusión?Las preguntas inundaron otra vez a Piero pero despejó su mente de preguntas sin respuestas, durante toda esa semana descubrió que sumergirse en preguntas sin salida solo traería confusión. Por eso trató de deducir la situación con la información que tenía.

"Ellos no las mataron de inmediato... Si nuestra especie es caníbal entonces no tendría sentido haberlas detenido así..." Una duda despejada.

Las criaturas se miraban en silencio mientras rodeaban a Piero. Además de las dos criaturas que tenían inmovilizadas a Camila y Fii, habían otros tres rodeándolo.

La figura más grande tenía un cráneo con un gran orificio donde se suponía sobresalía el ojo de la difunta criatura, sus músculos resaltaban y era evidente que era el más fuerte, este sostenía a Camila, era dos cabezas más grande que él, mientras la otra criatura que sostenía a Fii era esbelta y sus curvas eran más pronunciadas que las de Camila, haciendo un gran contraste con el delgado cuerpo de Fii, también tenía su cabeza cubierta con el cráneo de una criatura. Ellos se veían fuertes, mientras que los otros tres no se veían tan amenazantes.

"Cuando terminen de posicionarse saltarán contra mí, si hago un movimiento brusco también lo harán y si intento sacar el arma de mi mochila, me tomará mucho tiempo... ¡Debo conseguir tiempo e información!"

Por más que mirara a sus enemigos no conseguiría información, solo perdería su tiempo y sus probabilidades de ganar en un combate tres contra uno era casi nulas sin contar que si peleaba podrían lastimar a Camila y Fii. Si no podía moverse entonces lo único que le quedaba era hablar.

Además, con esa acción materia dos pájaros de un solo tiro.

— ... ¡Suéltenlas! —Dio un fuerte rugido demostrando sus afilados dientes y erizando su pelaje tratando de intimidarlos.

Las criaturas se detuvieron y se miraron entre ellas, luego quien sostenía a Fii habló.

— ¡¿Dónde aprendiste este idioma?! —Una voz fina pero firme.

"¡Hablamos el mismo idioma!" —Su idea fue eficiente, logró detener el movimiento de las criaturas y descubrió que tenían el mismo lenguaje, pero su mente se detuvo con más preguntas y una de ellas era:

"Espera... ¿Qué significa Idioma"

La conmoción no solo aturdió a las demás sino que también a Piero. La criatura que habló antes continuó.

— ¿Dónde está su aldea? ¡Responde! —Sostuvo aún más fuerte a Fii.

Piero estaba confundido pero debía sacar más información y tiempo para rescatar a Camila y Fii. Por ahora intentaría ir por la chica que tenía a Fii, tuvo que escucharla dos veces para aceptar que era un chica.

— ... Si quieres conversar, suéltala. —Piero no confiaba en poder ganar contra los tres mientras rescataba a Camila y Fii por eso apostó todo al diálogo.

Uno de los tres que lo rodeaba habló:

— Denegado, negativo estás ubicado para recibir cosas

— ... ¿Qué? —Arrugó su frente al no entender el significado de la frase.

La criatura anterior habló corrigiendo a su compañero.

— Dijo que no estás en lugar de pedir algo. —Gruñó un tanto molesta.

Otra vez la inquietud volvió. La primera vez que tuvo una ilusión fue con voces ininteligibles, luego fueron frases y luego empezó a ver sombras, con cada día que pasaba sus alucinaciones empezaron a volverse más complejos y duraderos, llegando al punto en que no pudo distinguir la realidad de lo falso. Sin embargo lograr mantener el mismo durante ocho días y no solo con dos chicas, sino que cinco más, lo hacía cuestionar si eran o no una mentira.

Pero escuchar que el sujeto no podía hablar bien podía deberse a que su capacidad de crear ilusiones estaba llegando a su límite.

Un dolor volvió a invadir la cabeza de Piero, su cabeza estaba ardiendo, probablemente por lo exigente que estaba siendo crear esta realidad.

— WAAAAAA. —Sostuvo su cabeza.

Su visión se empezó a volver borrosa, sus venas se hincharon, sus músculos se empezaron a tensar, todo a su alrededor empezó a distorsionar.

Las criaturas aprovecharon la confusión de Piero y estuvieron a punto de lanzarse contra él, sin embargo, el agua donde estaban parados empezó a salpicar, grandes ondas se generaban de distintos lados, las hojas se sacudieron violentamente y los troncos empezaron rechinar.

Todo a su alrededor empezó a templar.

Las tres criaturas que rodeaban a Piero entraron en pánico y empezaron a correr sin prestarle atención.

— ¡Te-terremoto! —Gritaron al unísono.

— Todos. Regresar. Al punto planeado —La gran criatura que sostenía a Camila intentó dar órdenes.

Sin embargo, un fuerte estruendo se escuchó a la distancia llamando la atención de todos, cuando giraron la mirada en dirección al ruido, se quedaron congelados en su lugar.

De entre las montañas, grandes cantidades de humo negro se esparcían a todos lados y en el epicentro un gran objeto oscuro sobresalía del humo. Nadie entendía cómo no lo habían visto antes, pero no mucho después lo entendieron. Esa criatura se estaba elevando. No tenía alas con plumas, ni extremidades largas con membranas, su forma general sería un cilindro con un cono en la punta y si lo observaban detenidamente podrían ver hendiduras y bultos afilados sobresaliendo. Esto lo haría ver muy complejo, sin embargo no había manera que le ayuden a elevarse de esa manera.

Piero apenas recupero la compostura quedó asombrado y no supo qué más pensar, todos a su alrededor contemplaban con miedo, cómo aquella criatura se elevaba al cielo. Sin embargo, Piero era el más asombrado de todos, ya que nuevamente la información nunca llegó a él. Esta era la segunda vez que le pasaba. Siempre que veía una planta o criatura nueva la información le llegaría, con excepción de su misma especie y esta criatura.

A pesar que la información no llegó, una palabra apareció en su mente y Piero no pudo evitar soltarla.

— ... Un... ¿Cohete?

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Mal... todo salió mal. Ella y Fron habían logrado capturar a dos de los tres exploradores, sin embargo el tercero se percató de su presencia antes que sus tres compañeros pudieran capturarlo. Para su sorpresa, lograron comunicarse pero querían llevarse a la fuerza al líder del grupo. Sabía que sus compañeros serían bruscos, por eso pidió a su líder de grupo, Fron, que ella se encargaría de la niña. Él aceptó, sorprendiéndola un poco, ya que también sugirió que se encargaría de la otra hembra. Cuando tuvo a la pequeña en sus brazos no la quiso asustar mucho, por lo que la mantuvo cerca de la otra hembra. Esto la entristeció mucho, ya que ella también tenía una hermana menor.

El otro líder claramente era una criatura que les traería problemas. Su físico no destacaba mucho pero después de años de entrenamientos ella distinguió que su fortaleza no era la fuerza, sino la agilidad. Si sus compañeros no fueran tres estaba segura que perderían fácilmente.

Si no llevara esa máscara de huesos creada de distintos animales lo más probable sería que sus compañeros ya se hubieran lanzado a él sin pensarlo. En su aldea para ser considerado un adulto debía cazar a una criatura sin ayuda de nadie y quedarte con su cráneo, mientras más peligrosa sea la criatura mayor respeto conseguirían. Por eso todos tenían un cráneo en su cabeza, pero el otro líder llevaba un cráneo con colmillos de distintas criaturas además de un complejo cosido, probablemente hecho de tendones, era como si quisiera demostrar que llevaba consigo la cuenta de cuántas criaturas había matado por su cuenta. Esto atrajo su interés por él. Lástima que debía ser sería en todo momento.

"¡No! ¿En qué estoy pensando?" —Agitó su cabeza para alejar sus pensamientos— "Ya tengo a mi hermana, debo de cuidarla hasta que sea mayor, no debo pensar en eso... Aunque ya estoy en esa edad y no hay buenos machos en la aldea... ¡Deja de pensar en eso!"

Ella era una de las mejores guerreras, solo por debajo de su líder de equipo Fron y el guerrero Leo quien se encontraba en una misión especial dada por El gran sabio de su aldea. Además, ella empataba en fuerza y destreza con Merly. Con solo verlo rápidamente comparó sus fuerzas y formuló una lista en su cabeza del mejor al peor con puntos:

— Leo: 40 puntos

— Fron: 30 puntos

— Merly y ella (Rai): 25 puntos

— Líder del grupo desconocido: 20 puntos (variable)

—Caín: 18 puntos

— Teo: 16 puntos

Niar: 10 puntos

Esto era tan solo su primera impresión, no lo había visto en acción así que podía variar su puntaje, sin embargo, era fijo el lugar de sus demás compañeros, no contó a las otras dos hembras, ya que obviamente no eran combatientes, pensó en ellas como cargadores de equipaje o eran sus parejas porque sus olores estaban ligeramente mezclados.

"Debe ser por explorar juntos... Eso espero-"

Repentinamente, todo empezó a temblar, sus compañeros se asustaron y después vieron algo completamente extraño, un gran objeto se elevaba a la distancia soltando humo negro y fuego que salía por debajo de este. Sus pupilas se contrajeron, su respiración se cortó y su mente trajo recuerdos de hace cinco años, recuerdos desagradables donde una criatura sostenía un arma que botaba una luz echa de fuego quemando a todos sus conocidos de su aldea, mientras ella cubría el cuerpo de su pequeña hermana menor, con los ojos fijos en el rostro retorcido del actual Gran sabio

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Sabía que no debía de pensar en preguntas sin respuestas pero no se podía quitar la imagen del Cohete de su cabeza, con gran esfuerzo regresó su atención a lo que debía de solucionar. Preguntas innecesarias podría hacerlas después, debía ignorar el dolor de su cabeza para liberar a Camila y Fii.

Las criaturas que lo habían rodeado empezaron a correr despavoridas. Era destacable que a pesar de correr en el agua y con el suelo temblando no cayeron en su huida. Sin embargo, las dos criaturas que tenían a Camila y Fii no huyeron.

— ¡Hermana ayuda! ¡Hermana! —Fii gritó con miedo.

Camila que estaba inmovilizada por la criatura grande no pudo hacer nada más que estirar su mano hacia Fii.

— Espera pequeña es peligroso, no corras, puedes lastimarte —Agarró con más fuerza a Fii antes que empezara a correr.

— Déjala. Debemos huir. Y reunirnos. Con los otros. —La criatura más grande soltó a Camila.

Camila simplemente cayó sobre sus piernas sin poder moverse por el miedo de la situación, manchando sus prendas y brazos con el agua fangosa.

— Pero es una niña... —Replicó.

— Tienes a otra. Niña. Que debes. Proteger —La agarró del brazo.

Piero no perdió la oportunidad y sacó el arma de su mochila, apuntó a sus cabezas listo para hacerlas estallar, sin embargo dudó al escuchar su conversación y ver sus acciones. La chica se había preocupado por Fii. Ellos lo habían amenazado lo cual no lo molestó mucho, lo que si le enojó fue que utilizaron a Camila y Fii para amenazarlo. Lo dudó un poco pero volvió a apuntar hacia los dos y disparó el arma.

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Observando todo desde la perspectiva de Camila, la conciencia trataba de mover el cuerpo pero era inútil. Seguía sumergida en el fango sin poder salir del lugar. Vio cómo las criaturas habían atrapado a Camila, si hubiera sido ella eso nunca hubiera pasado, no permitiría que nadie se le acerque por detrás y mucho menos que la toquen sin su permiso.

Su instinto le advirtió que algo la iba a atrapar por detrás pero Camila no reaccionó, y para cuando Camila se percató, había sido demasiado tarde.

"¿En serio eres tan inútil? ¿Ahora te quedarás quieta sin hacer nada?" —Suspiró— "En serio no sé cómo conseguiste el control del cuerpo, ya encontré cuatro maneras de salirme de su agarre y una forma de incapacitarlo, ¡Si no eres capaz, simplemente dame el control!"

Para cuando escuchó el grito de Fii ella inconscientemente estiró su brazo intentando agarrarla. Para su sorpresa el cuerpo la obedeció, o eso fue lo que ella pensó, ya que después dejó de seguir sus ordenes, ella no lo había movido, en cambio, fue Camila quien actuó de esa manera.

"¿Por qué estiré mi brazo?"

Cuando Camila cayó sintió una sensación similar a la que ella estaba acostumbrada. Camila había caído en las aguas fangosas del pantano, la sensación era similar a cómo se sentía allí dentro. En esa sensación la conciencia encontró una posible salida.

"¡Es mi momento!"

Dejando sus dudas atrás se deslizó en el fango de la inconsciencia, de la cual esta vez no era retenida y donde podía moverse con facilidad. Cuando llegó a la superficie estiró sus brazos y "jaló" a Camila hasta sumergirla en el fango de donde acababa de salir. Inmediatamente todo se aclaró, se encontraba sentada en las aguas del pantano donde había caído Camila.

Ella había salido.

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