Capítulo 4: Mudanza
La típica frialdad de la mañana no fue lo que lo levantó, sino una cálida respiración al lado suyo. Cuando abrió los ojos se dio cuenta que aquella respiración provenía de una criatura redonda con un gran párpado. Era Speedy, lo cual lo sorprendió un poco, ya que ella tenía su propio lugar para descansar.
Ya despierto se sentó y estiró sus brazos para quitar los últimos rastros de somnolencia, el ambiente se sentía húmedo y varios sonidos de goteo se podían escuchar.
Al levantar la mirada vió cómo las paredes de su refugio estaban empapadas, lo cual era una mala señal, si las maderas se habían humedecido toda la noche entonces corría el riesgo de que se hinchen, provocando que se empujen entre sí. Si eso pasaba entonces su refugio ya no sería muy seguro.
Mientras seguía inspeccionando las paredes, su mirada cayó sobre dos cuerpos al lado suyo. Estos descansaban tranquilamente con una respiración uniforme y rítmica.
— ... Todavía siguen aquí... —Susurró.
A diferencia de otras veces no se alegró, sentía que estaba por aflorar un sentimiento, sin embargo este nunca llegaba, no podía sentirse feliz, triste, asombrado o algún otra emoción, se sentía indiferente.
Las dos eran Camila y Fii, al parecer eran de su misma especie. Además, si su memoria no le fallaba, ellas eran Chicas y no Hembras aunque significaban lo mismo, lo cual continuaba confundiéndolo, dejando eso de lado se el contacto con sus cuerpos se sentía cálido y cómodo.
Piero soltó un silencioso suspiro, todavía tenía la sospecha que lo que pasó ayer fue otro delirio suyo.
La siguiente en despertar fue Speedy quien se percató que se había levantado, se le acercó y frotó su cabeza contra su brazo.
— §~
Normalmente a Piero no le importaría, pero apartó su brazo y se dirigió a la sala del refugio, inspeccionó el lugar y se percató que toda las paredes estaban igual, se sentía un poco cansado así que esperar un poco no sería nada malo.
Se dirigió a la puerta y al abrirla vio cómo grandes charcos de agua se habían formado por todas partes, amenazando con formar un gran lago si la lluvia seguía.
Lentamente se sentó en la entrada de la puerta y contempló las gotas caer en todas partes cubriendo el lugar con una fina capa traslúcida.
Debería secar las maderas o cambiar algunas si era necesario, pero quería contemplar el momento.
Camila y Fii eran otra aparición para Piero, no debería pegarse a ellas pero siempre era lo mismo, la duda de si eran o no real, si lo fuera entonces ellas serían su salvación y no se permitiría dejarlas a su suerte, dentro de él, en su corazón, quería protegerlas para que no sientan la desesperación por la que él tuvo que pasar, pero se limitaría a solo ser de ayuda, no debía apegarse a ellas sentimentalmente.
Por eso no se quedó en la cama y también porque se sentía incómodo pensar en verlas dormir.
De repente mientras contemplaba la lluvia escuchó una voz detrás de él
— Buenos días. —Bostezó.
A pesar de que la había escuchado moverse, decidió voltear cuando ella hablara para no asustarla.
— ... Buenos días. —Girando su torso pudo ver a Camila asomándose del dormitorio.
— Sí, fue una buena noche de descanso... Muchas gracias por tu hospitalidad.
Camila se veía un poco incómoda, quizás era por el estado de la casa pensó Piero. Luego empezó a estirar su cuerpo provocando que los ojos de Piero lo recorran de pies a cabeza, sin embargo el rechinar de las paredes robó la atención de Piero. De un salto alcanzó a Camila y la cubrió con su cuerpo.
Segundos después, tablones de madera se desplomaron uno por uno, lo que terminó con el colapso de toda la fachada del refugio, salpicando grandes cantidades de lodo.
— ¡ HIIIIIIE !
Seguido del estruendo, un grito se pudo escuchar detrás de ellos, sin duda alguna la última en despertarse fue Fii quien temblorosamente se asomó del cuarto y apenas vio a su hermana corrió hacia ella.
La tranquilidad de la que Piero estaba disfrutando fue interrumpida con el colapso de su refugio, y se dio cuenta que cuidar de ellas dos no sería nada fácil si quería seguir su delirio, sin embargo no le importaba, él las protegería. Girando su cabeza vio la cara sorprendida de Camila, y atrás de ella Fii asomándose tímidamente.
Dando un suspiro dijo:
— Nos mudamos.
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Si su memoria no le fallaba, cuando despertó todo ese lugar estaba lleno de agua, y los días siguientes la lluvia paró, lo cual no coincidía mucho ya que para que se forme un gran lago debería llover mucho más.
El último mes las lluvias no habían sido tan prolongadas como el día anterior, entonces, ¿Cómo se había llenado tan rápido el año pasado? Si no fuese por la lluvia entonces ¿De qué otras maneras se puede inundar un lugar?
Desplegando un mapa que había dibujado sobre la piel de un animal, entendió el motivo. Toda la zona estaba rodeada de montañas, y había una cascada no muy lejos de su refugio, el agua de la cascada provenía de un lugar más alto.
Entonces el lugar donde estaba era un gran valle.
Pensar en abandonar su refugio hizo que su corazón se contraiga, pero era algo inevitable y ya estaba preparado para eso. Si hubieran tardado un día más en encontrarse con Camila lo más probable es que se negaría a abandonar su refugio y se quede allí hasta su final. No supo si fue conveniente o no pero por ahora seguiría con eso.
— Hum ... Piero ¿A qué te refieres con "nos mudamos"?
Agitando su cabeza para alejar esos pensamientos, enseñó el mapa a Camila y Fii.
— La lluvia está provocando que se formen grandes acumulaciones de agua en las montañas, pero esto no solo acabará allí. —Señaló toda las montañas en el mapa y varios lagos que había encontrado— Estos lagos después de la lluvia se desbordarán provocando una reacción en cadena. —Señaló los lagos más lejanos hasta llegar a la cascada— y el último punto será aquí.
Al ver cómo el último punto señalado por Piero fue un dibujo de una casa tensaron sus hombros.
— Ya investigué los lugares cercanos y no puedo llamarlos relativamente seguros... Además, después de la inundación se volverá mucho peor, los insectos serán atraídos por el agua estancada y hay una gran variedad de semillas de plantas carnívoras esperando la inundación para emerger a flote, sin contar los huevos enterrados y los...
— He... Fii, me lastimas...
Sumergido en su explicación no se dio cuenta que Fii se aferraba cada vez más fuerte a su hermana, si no fuera por el quejido de Camila hubiera seguido asustando más a Fii.
— Nos mudaremos, guardaremos lo necesario y buscaremos un nuevo lugar para el refugio. Es más fácil de lo que parece construirlo, solo debemos encontrar un buen lugar. — Intentó disminuir la gravedad de la situación.
— Entiendo... ¿Entonces, a dónde iremos si no es seguro los lugares cercanos y no es seguro acá? —Preguntó un poco dudosa viendo el mapa.
Piero tampoco lo sabía, al principio solo se concentró en sobrevivir, escondiéndose en cualquier lugar, hasta que todo el lago, de alguna manera, desapareció dejando un gran terreno plano alejado de la vegetación y con una pequeña corriente, donde finalmente construyó su tercer refugio.
Ahora que debía abandonarlo no sabía dónde ir, hasta que vio a las dos chicas.
— ... Ustedes dijeron que caminaron todos estos días en línea recta, en busca de sus recuerdos perdidos... Aunque es una mala forma para hacerlo, me terminaron encontrando.
"Desconocer el peligro debe ser agradable... Si no fuera por la información que me llega, creo que hubiera hecho lo mismo." —Pensó Piero.
— ...Quiero intentar lo mismo... También quiero recuperar mis recuerdos y si es posible, ayudar a otros en la misma situación.
— Te entiendo, aunque no creo poder ayudar mucho me esforzaré. —Dijo Camila mientras apretaba sus garras en un puño.
Le pareció un poco gracioso cómo demostraba su motivación.
— ... Entonces, primero quiero saber la ruta por la que pasaron, quiero que la describan a detalle.
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Después de muchas preguntas y planificaciones el trío empezó a guardar provisiones en mochilas que Piero había hecho. Siempre tenía mochilas de repuesto ya que muchas se rompían o las dejaba para ganar tiempo y huir. Ahora le servían para un largo viaje.
Piero les repartió un termos a cada una, pieles de animales, piedras caloríficas, dagas de hueso, etc. De todas las cosas que guardaban, el termo era el más llamativo ya que relucía y era obvio que no era algo natural ya que tenía una forma muy simétrica y lisa.
— ... Piero... Puedo preguntar ¿Dónde conseguiste esto? —Preguntó mientras tenía el termo en la mano.
Piero mientras buscaba en un cofre respondió:
— ...Lo saqué de una cueva extraña no muy lejos de aquí, al principio pensé que era un animal pero la información no llegó así que no era un ser vivo — Luego sacando el arma con la que había amenazado a Camila puso su mano en su mentón como si tratara de recordar algo— Cuando me acerqué a esa cueva, vi cómo relucía por todos lados, sus bordes parecían muy filudo y cuando lo tocaba era muy frío.
Guardando el arma en su mochila continuó.
— ...Cuando entré había muchas piedras cuadradas y piedras transparentes. En algunas hasta podía ver mi reflejo, como si estuvieran hechos de agua. En una pequeña separación, enterrado en piedras encontré esta cosa. —Señaló el arma— y esos vasos que se llenan de agua solos.
— Una cueva... Reluciente y fría... Creo que vi algo así...
Inmediatamente Piero giró su mirada a Camila, quien se estremeció por la mirada afilada de Piero.
— ¿Dónde? —Preguntó Piero.
— ¡! E...a esto... Pero no era muy grande, era muy pequeña, fue cuando me desperté la primera vez, había varias cuevas similares pero eran tan pequeñas que apenas cabía. —Respondió mientras agitaba sus manos y apartaba la mirada un poco ruborizada— Además no tuve tiempo de verlas ya que nos empezó a perseguir la criatura gigante.
— ... Eso fue lo que pasó... —Colocando su mano en su mentón, Piero empezó a meditar— Es una lástima pero no necesitamos más por ahora.
El sonido de las gotas de lluvia invadió la habitación otra vez, recordándoles que no tenían mucho tiempo.
— ...Ya están listas las mochilas, para Fii no hay cosas pesadas así que no te preocupes.
Fii que estaba jugando con Speedy volteó cuando escuchó su nombre.
— ¿En serio debemos de irnos? —Preguntó mientras agachaba la cabeza al ver a Piero.
— ...Tampoco es de mi agrado irme, pero es lo que debemos hacer para sobrevivir.
— No te preocupes estaremos juntos. —Camila consoló a Fii quien luego asintió con una sonrisa.
Por otro lado Speedy que había estado siendo perseguida por Fii, por fin pudo descansar. Según Fii estaban jugando, según Speedy ella estaba siendo molestada por Fii. Si no fuera porque sabía que Piero se enojaría, ella ya hubiera atacado a Fii.
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Mientras terminaban de guardar todo su equipaje Piero hizo una pregunta.
— ... Una cosa más... ¿Por qué mataron kamilions?
Ambas se quedaron en silencio sin saber por qué Piero formuló esa pregunta.
— Bueno no saben el nombre de la raza, pero claramente llevan sus pieles puestas ¿Por qué lo hicieron?
Esta vez Camila entendió a qué se refería, bajó la mirada y vio las prendas que llevaba puesta, al parecer habían sido conseguidas matando alguna criatura, pero ella no recordaba haberlo hecho. Solo para tener sus pieles. Sudor frío corrió por la espalda de Camila, y recordó el ligero olor a sangre que tenían las prendas, esto la asustó aún más, su estómago se encogió haciendo sentir un líquido amargo en su garganta.
Pensar que su otra ella tenía sus recuerdos... entonces ¿Qué clase de persona es su otra ella? O mejor dicho ¿Qué clase de persona fué ella?
Sumergida en sus pensamientos cada vez más temía de sí misma, alguien que mataba y despellejaban tan hábilmente, además no solo fue una vez.
— ... ¿El Kamilion es fuerte?
— Humm... No lo es, es muy fácil de atrapar, su piel no es relativamente fuerte, pero no hay muchos por esta zona, apenas lo vi una vez.
Esto tranquilizó un poco a Camila, haciendo que suelte un suspiro. Ahora sabía que la criatura no era algo tan peligroso, ya que se estaba imaginando peleando con una fea y musculosa criatura.
— ¿Lo conseguiste así hermana? —Preguntó mientras sus ojos se agrandaban de asombro.
— ¡No! Bueno ... Sí, creo, pero yo-
— Oooooh ¡Eres asombrosa hermana!
— ¡¿Qué?!... ¿No te asusta?
— ¡No! Si eres tú no me asustaría nunca. —Corrió y abrazó a Camila.
Camila simplemente dejó que la abrace y frotó su mano en su cabeza.
— Jeje.
Fii sonreía mientras frotaba su cabeza contra el pecho de Camila como si fuera muy cómodo.
— Las prendas te quedaron bien pero como no recordabas comer supongo que solo las mataste para eso. —Apartó la mirada y se dirigió al cuarto.
A ninguno de los dos les pareció raro matar una criatura, Camila suspiró en su mente, sin embargo, eso no la dejó tranquila. Ella nunca pensó en matar para conseguir algo tan simple, parecía que la otra consciencia no fuera ella misma.
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Tres grandes mochilas estaban en la mesa, dos estaban llenas hasta el borde pero hasta la menos vacía parecía que pesaría mucho, obviamente era uno para cada uno.
Piero señaló qué mochilas era para cada uno, los tres tenían casi las mismas cosas, pero cada uno tenía un objeto adicional que los otros dos no tenían. Fii el huevo que Piero quería eclosionar, Camila las piedras caloríficas y Piero el arma.
Para sorpresa de Camila y Fii las mochilas no eran tan pesadas como creían y no sentían que les incomodaban.
Piero ya les había dicho que debían de seguirlo y seguir estrictamente sus órdenes ya que era el único con información de las criaturas.
Con las mochilas listas y su ruta trazada salieron del refugio, la pared se había caído así que la nueva "puerta" era mucho más grande. Al mirar atrás vio el refugio donde había pasado los últimos meses, su intento de huerto, la cascada y el río a lo lejos. Esto le produjo sentimientos encontrados dentro de él, recordó cómo la construyó, cómo se derrumbó en su intento por colocar el techo, cómo se protegió de una gran criatura que lo persiguió hasta allí y no lo dejó hasta dos días después. No eran buenos recuerdos pero abandonarlo le causó una punzada en su corazón. Pero no podía hacer nada más, dio la vuelta y siguió caminando.
Debían aprovechar el día al máximo, no tenían alimentos así que atraparían y comerían sin dejar sobras, así ahorrarían espacio en sus mochilas y no atraerían depredadores por el olor.
En el camino encontraron la sangre de la Kron que mataron, luego donde se había desmayado Fii, y finalmente subieron la montaña, desde allí arriba podían ver el refugio, Quizás de aquí vio el refugio Camila, pensó Piero. Apartó la mirada y se dispuso a caminar pero sonidos de arrastre se escucharon por todos lados.
Camila y Fii se asustaron pero Piero sabía de dónde provenía el sonido, así que volteó a ver el refugio. No muy lejos de allí la cascada salpicaba agua sucia en gran cantidad, luego la tierra alrededor se cuarteó y fluyó mucha más agua, haciendo que el río se desbordara. Grandes árboles fueron arrastrados por el agua, incluso se pudo ver a un par de criaturas desafortunadas siendo arrastradas.
Pero eso no acabó allí, no muy lejos de la cascada se formaron nuevas cascadas una tras otra, que luego también hicieron que el terreno se deslice provocando huaicos, llevando todo a su paso incluyendo el refugio.
Camila y Fii contuvieron la respiración mientras veían el poder de la naturaleza, Piero sólo volteó la mirada y siguió su camino.
— Vamos, necesitamos encontrar un refugio para esta noche.
Esto sacó del asombro a sus dos acompañantes las cuales lo alcanzaron casi tropezando.
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