Capítulo 35: Ilusión

Piero se encontraba tirado en el suelo junto con Merli. Después de haber sido advertido por Camila se lanzó junto con Merli ya que ella estaba en medio de él y el Gran sabio. Este último había disparado sin siquiera dudar causándole un agujero en el abdomen de Merli.

— ... ¡HAAAAAAAAG! —Merli se cubrió el agujero.

— ¡Estuviste a punto de matarla! — Ayudó a Merli a presionar la herida.

Estaba seguro que había cubierto la herida de Merli, pero por un momento vio que cubría su propio estómago mientras estaba rodeado de vegetación. Piero se asustó y retrocedió inmediatamente. Eso no había sido real. Solo fue un recuerdo viejo.

— No te confundas, los dos eran una posible amenaza para mí.

Merli quien se retorcía de dolor no podía entender por qué lo decía.

— Hug. Gran sabio. —Tosió— Yo nunca, lo dejaría. —Tosió

— Lo sé.

Todo lo que decía el Gran sabio era incoherente. No lograba entender.

De pronto un ruido se escuchó de la piedra que levitaba al lado del Gran sabio.

— Se nos acabó el tiempo...

Merli pareció recobrar el control de su cuerpo y se levantó torpemente para acercarse al gran sabio.

—Tosió— Gran sabio. —Se acercó a unos metros y se inclinó lentamente hacia él— No sé qué hice, pero lo compensaré. Trabajaré el doble, reduciré mi porción de comida, yo haré lo que sea que me pida. Usted puede hacer lo que sea conmigo. Solo quiero seguir a su lado. —Tosió sangre— Yo lo soporté, lo soportaré. Así que por favor no me aleje de usted. Sé que puedo hacer todo eso. Porque... Porque lo amo.

Piero no podía moverse ya que las armas volvieron a apuntar a él. Pero al escuchar a Merli tuvo la impresión que la respuesta del Gran sabio era algo muy importante. Volteó a ver a Camila y Fii pero las dos estaban siendo apuntadas por varias armas dentro de la nave. Así que regresó su atención al Gran sabio.

— Todos ustedes me dan asco. —Respondió con una mirada de asco y sin siquiera ver a Merli.

Esta vez los sollozos no vinieron solo de Fii, sino que Merli también empezó a llorar. Al gran sabio no le importó y movió su mano sobre las pantallas.

[Alerta, la escotilla está siendo abierta, por favor alejarse de la pista de aterrizaje, repito, por favor alejarse de la pista de aterrizaje]

Inmediatamente la superficie donde estaban empezó a temblar y el techo arriba de ellos fue abierto a la mitad.

Grandes piedras empezaron a caer pero fueron pulverizadas cuando las armas empezaron a dispararles. Sin embargo las piedras no caían solas.

— ¡Uaaaaaaa!

— ¡¿Heeeeeee?!

Inmediatamente todos miraron en dirección de los extraños gritos y descubrieron que los que estaba cayendo eran Rai y Riu. Todos quedaron asombrados e intrigados pero el que más sorpresa mostró fue el Gran sabio.

— ¡Alto al fuego! —Gritó preocupado.

Luego volvió a manejar la piedra y de un lado de la pared salieron dos tentáculos con garras en la punta, estos se estiraron y lograron atrapar a Rai y Riu.

No podían creer lo que estaba pasando pero Piero aprovechó la oportunidad, abrió su bolsa y lanzó las piedras magnéticas en dirección del gran sabio.

El gran sabio se percató de eso y sacando un arma de la piedra que lo seguía apuntó a Piero y después de burlarse por lanzar simples piedras disparó el arma. Piero ya se lo esperaba por lo que empezó a correr de lado. Sin embargo el rayo de luz se dividió en varios pequeños haces de luz que empezaron a girar hasta formar una enorme bola de energía.

Todos quedaron atónitos ante semejante ataque hasta el mismo Gran sabio.

— ¿Que-

Instantes después la luz estalló golpeando a todos los presentes. Especialmente al Gran sabio quien estaba en el epicentro de la explosión.

Cuando Piero abrió los ojos todo brillaba a su alrededor, las paredes parecían moverse y sus tímpanos silbaban. Todo se sentía distante y cercano a la vez.

"Debo, salvar a Fii y Camila..."

[Alerta, amenaza en las proximidades, procediendo con el plan establecido]

"... ¿Nosotros no éramos la amenaza?"

Intentó caminar hacia Camila y Fii pero sus piernas no respondieron, de igual manera todo se movía según su perspectiva, tan solo caminar sería un desafío.

"Debo ir, ellas me necesitan... No... Yo las necesito..."

Como caminar le era imposible empezó a arrastrarse a donde recordaba que deberían estar. Las armas habían dejado de ser un problema pero ahora que Rai se encontraba presente, podría ser un problema en el estado que se encontraba. No podía enojarse con ella, después de todo él mismo le dijo que si le ordenaban atacarlo entonces ella debía obedecer.

Sus oídos aun zumbaban pero logró escuchar a alguien hablar. Levantó la mirada y vio una silueta acercándose a él.

"¿Camila?"

Aquella figura que se acercó a él lo ayudó a levantarse y le ofreció su hombro para caminar. Piero aceptó su ayuda y caminó a su lado hasta que lo sentó unos metros después.

— Sabio Piero... Si fuera posible ¿Podemos escapar con usted?

Cuando recobró parcialmente sus sentidos vio a Fii y Camila tumbadas al lado suyo, las dos estaban inconscientes. El lugar donde estaba era la nave donde habían sido llevadas. Y quien le habló y ayudó había sido Rai.

— ... ¿No te ordenaron?... ¿Atacarnos?

Estaba preparado para ser apuñalado por Rai o algo similar pero ella no se aprovechó de su estado y lo había llevado con las demás.

— ... No... Pero no quiero seguir bajo su liderazgo...

Le costaba admitir su traición, pero Piero no rechazaría su propuesta. Su pecho se calentó al descubrí las intenciones de Rai, estaba muy contento pero no podía demostrarlo en ese estado.

— ... ¿Cómo están ellas?

— La explosión también las lanzó dentro, creo que se desmayaron... Me sorprende encontrarlo consciente. No es que lo considere débil, por lo contrario solo pienso que usted-

Piero agitó su mano para detenerla.

— ¿Sabes cómo salir de aquí?

— ... No, es la primera vez que veo este lugar...

— ... Así que estamos igual que antes...

— Lo siento... —Agachó su cabeza.

— ... No tienes que disculparte. —Tosió— Yo debería agradecerte. Me siento contento saber que intentaste ayudarme... Muchas gracias.

Piero intentó levantarse pero seguía siendo inútil. Rai no podía llevarlo a los tres y no creía que Riu pueda cargar a Fii. Entrecerró sus ojos para agudizar su visión percatándose que Rai estaba desanimada y triste.

— ... ¿Sabías que no podías ayudar? — Susurró para que Riu no lo escuche.

— ... Sí.

— Aún así viniste.

— ... Yo no fui tan valiente como cree-

Otra explosión se escuchó y luego se escuchó un rugido.

[Nave lista, iniciando despegue, destino: "Tierras fértiles"]

Inmediatamente la nave fue sellada separándose del exterior, las paredes grises del interior se iluminaron y luego se mostró el exterior.

— ¿Tierras fértiles? —Repitió Rai.

Rai se asustó por todo lo que pasó en tan pocos segundos, pero al escuchar a la voz femenina hablar se escuchó esperanza en su voz. Pero por otro lado Piero tenía otra idea.

— ... Su plan era que Fii y Camila estén aquí dentro. Y la amenaza de la que hablaba todavía no se muestra... —Escupió sangre pero lo ocultó de Rai.

— ... ¿Qué quieres decir? —Preguntó mientras miraba asombrada el interior.

— Los demás... ¿cohetes?... También se prendieron ... Demasiados solo para el gran sabio.

Rai seguía confundida.

— Somos carnada.

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Fuera de la nave Speedy se encontraba destruyendo las armas que le disparaban pero las armas fueron más de lo que podía, ahora que la base había dejado el modo hibernación tenía reservas de energías mucho más grandes y procesos de logísticas más precisos y rápidos.

Las armas se alinearon y dispararon a la vez, dejando sin salida a la Kron. Los rayos pasaron en un instante y la Kron cayó al suelo vuelta láminas de carne y huesos. Pero su metabolismo era tan rápido que llenó el espacio que fue perforado por los rayos de luz. Pero el ataque no quedo allí. Los rayos volvieron a disparar hasta que sus intestinos dejaron de moverse.

Después de dejar una masa de carne las armas se ocultaron y se desplegaron varias máquinas con la que había estado experimentando el Gran sabio. Estas apuntaron al cielo esperando el momento adecuado.

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— ... ¿Carnada?

Las ilusiones de Rai fueron aplastadas con su respuesta, sin embargo no quería que se ilusione.

— ¿Puedes acercarme a ellas?

Rai se quedó pensando por un momento antes de asentir y acercarlo a Camila y Fii.

— Gracias por todo. —Sostuvo la mano de Camila y Fii— Gracias a ustedes logré responder grandes dudas.

La nave se empezó a elevar desprendiendo una ráfaga de aire. Sintiendo cómo sus cuerpos parecían aumentar de peso.

— Gracias también a ti, Riu. Fuiste muy amable con Fii.

Riu se sorprendió y respondió asintiendo con la cabeza. Luego pareció recordar algo y se quitó la mochila de su espalda.

— ... Traje la mochila de Fii... Se la devuelvo.

— Je... Gracias, eres muy amable. —Trató de sonreír.

— ... ¿Por qué te ayudó a ti?

Piero no podía ver todo la nave por el ángulo en el que estaba pero reconoció la voz de la chica. era Merli y tenía la misma duda que todos los conscientes en la nave. A pesar que Merli había sido fiel y cumplido sus órdenes terminó siendo rechazada, sin embargo cuando Rai y Riu estuvieron en peligro el Gran sabio trató de salvarlas dándole tiempo suficiente para que Piero aprovechara la oportunidad de atacarlo con las piedras magnéticas.

— ... No lo sé...

— ¡MIENTES! —Gritó casi llorando.

La nave se movió bruscamente y todos fueron empujados a una de las paredes. Con el impacto Piero volvió a sentir sus extremidades lo cual le sorprendió pero lo aprovechó para agarrar a Camila y Fii. Sin embargo todo empezó a girar con ellos dentro.

— ¡Riu!

— ¡Hermana!

— Hug...

La nave había estado ascendiendo continuamente por lo que el repentino movimiento los tomó por sorpresa. Y desde arriba de ellos algo tapaba su visión al exterior.

— ¿Qué es eso?

Fuera de la nave varias criaturas voladoras habían llegado, eran del doble de tamaño que ellos sus largos picos afilados podían penetrar la coraza de la nave y sus cuatro alas le daban la fuerza para desviar de su trayectoria.

[Criaturas neutralizadas, veintisiete de cuarenta]

De pronto un tentáculo, similar al que salvó a Rai y Riu, enrolló a la criatura y la jaló al piso. Reventando en varios pedazos. Esta vez Piero pudo ver todo lo que sucedía ya que la base de la nave había sido abierta.

Ninguna información llegó a él, ya que esas criaturas ya las había visto antes sin embargo eran drásticamente diferentes a las que recordaba. Las criaturas eran mucho más robustas, sus cuerpos parecían estar cubiertos de corazas y cuando eran heridos no salían sangre de su interior, sino un líquido verde azulado.

Todas las criaturas que vio le recordaron los días que pasó en soledad. Sus primeros encuentros, sus peleas, sus huidas y las lesiones que le causaron. Por un momento sus recuerdos volvieron a invadir su visión y la realidad se distorsionó delante de él.

— Mi cabeza...

Se negaba a aceptar que sus recuerdos sean la realidad pero tampoco podía creer todo lo que estaba viendo ahora. Todo se había vuelto un desastre en un instante y las preguntas que tenía se multiplicaron estrepitosamente.

— ¡Viene otro!

La nave levitaba en el aire a pesar de haber sido gravemente dañada, las pantallas estaban llenas de errores y fallas que casi tapaban la visualización del exterior. Estaban encerrados, no tenían escapatoria, nadie podía hacer algo para detener la colisión inminente. La criatura atravesó las pantallas de la nave y metió su pico intentando atrapar cualquier cosa dentro.

La criatura se suponía que era una especie de ave de la zona con dos pares de alas que ayudaban a levantar su enorme cuerpo y una enorme garra al final de su cola, debía estar lleno de plumas y estar echo de carne y huesos. Pero todas las criaturas que atacaban no contaban con esa característica.

Sus cuerpo estaban cubiertos de un blindaje grisáceo, que reflejaba levemente la luz, sus extremidades giraban más de lo normal y sus alas estaban ausente de plumas. No estaban siendo impulsadas por el aleteo, sino por algún mecanismo extraño similar a la nave en la que estaban.

Piero abrió ampliamente sus ojos, los cerró y los volvió a abrir pero lo que vio no cambió. Ahora ya no sabía qué era falso y qué era real.

Repentinamente la criatura fue separada de la nave por varios tentáculos hechos del mismo material y fue lanzado contra el suelo donde fue aprisionado.

— ... Debo haber enloquecido... ¿Cierto?

La nave donde estaban empezó a hacer ruidos extraños y desprender chispas por las partes rotas. Rai y Riu estaban en una esquina abrasadas mientras hablaban entre sí, Merli seguía hablando incoherencias y Camila y Fii seguían inconscientes.

Piero sintió todo distante pero tomó una decisión.

— No me importa que sea falso... Solo quiero seguir por más tiempo con esto...

Se acercó a la pantalla destruida de la nave y como si lo detectara esta desplegó varias pantallas que levitaron a su alrededor. Si bien ahora entendía el idioma eso no quería decir que podría manejar la nave.

— Sé que tengo la peor suerte pero por favor por solo una vez quiero que estés a mi favor.

No le hablaba especialmente a algo o alguien simplemente trataba de convencerse a sí mismo, no se atrevería a manejar la nave sin antes darse un poco de valor. Piero empezó a leer las pantallas pero un gran estruendo desequilibró todo el interior.

— ¡Todavía no!

Todo el interior giró y ellos rebotaron a causa de esto. Piero golpeó las pantallas y estas desaparecieron.

— ¡Espera!

El movimiento lo alejó de las pantallas y las cosas dentro de la nave lo golpearon repetidas veces. Las cosas empezaron a salir por los agujeros y si no tenía cuidado él también saldría por uno de ellos. Un nuevo impacto amenazó con botarlo pero la nave cerró el enorme agujero con una lámina en la que impactó.

Perdió el aliento y casi su conciencia. No podía parar de girar, hasta que se enganchó con sus garras. Levantó la mirada y vio cómo todas las chicas seguían girando a su alrededor.

[Alerta, ataqué imposible de esquivar, es recomendable abandonar la nave.]

"¿Siquiera hemos esquivado alguno?"

Debía salir de allí, pero estaban en el aire, la caída sería mortal a la altura en la que estaban. Pero no le importó, él se pondría como amortiguador para Camila y Fii si era necesario.

— Ustedes son reales... Las protegeré. —Se convenció.

Quería pasar su último instante salvándolas, no quería morir sin haber tratado de salvarlas. Lo que le recordó a Rai y Riu.

Respiró profundo y utilizó toda su concentración para volver el tiempo lento. Utilizaría sus últimas fuerzas para salvarlas.

El tiempo disminuyó su velocidad pero no fue tan efectivo como antes, Piero mordió su labio y fijó su trayectoria. Encontrándose a Merli en su camino.

Ella estaba llena de golpes y su sangre todavía se derramaba de su abdomen, pero parecía sufrir más por su corazón roto que por su dolor corporal.

No tenía mucho tiempo así que decidió ayudarla también. Después de todo estaba en medio de su camino. La trayectoria era ir en dirección de Fii, agarrando a Merli de camino, luego saltar hacia Rai que abrazaba a Riu y por último saltaría a una luna abierta recogiendo a Camila en el camino. Casi podía ver las trayectorias y los movimientos que tenía que hacer.

En el estado en que se encontraba y con la poca energía que le quedaba saltó en dirección de Merli. Ella estaba en el camino así que la podía recoger fácil.

— Se acabó el tiempo, tu suerte volverá.

El escenario cambió a un ambiente oscuro Piero se conmocionó porque reconoció el lugar donde se encontró.

— Espe-

Pero fue lo único que pudo hacer, ya que delante de él la figura de Merli apareció nuevamente.

Siguió sus pensamientos previos a ver la sala oscura y estiró su brazo para atraparla, sin embargo recibió una bofetada a cambio.

— ¿He?

Y así toda su trayectoria fue interrumpida.

Por tratar de ayudar a Merli ahora su plan de morir salvando a Camila y Fii fue un fracaso. Estiró su brazo intentando atrapar a alguien pero fue inútil, solo logró agarrar una mochila y el tiempo volvió a correr con normalidad. Abrió ampliamente los ojos, no podía creer lo que estaba pasando. Su cabeza golpeó el borde de una pared y rebotó fuera de nave dejándolo ver un nuevo paisaje delante suyo.

— ... No... ¡NOOOOOOOO! —Gritó sin poder hacer nada más.

La frustración lo invadió, la desesperación tomó control y el odio lo intoxicó.

—¡¿POR QUÉ?! ¡¡ESPERA!! ¡¡NO SE VAYAN!! —Estiró sus brazos inútilmente.

Mientras giraba en el aire trataba de dirigir su mirada a la nave que se alejaba con cada giro que daba, todo lo que había pasado esos últimos días pasaron por su mente en un instante.

— ¡¡POR FAVOR, NO!!

En uno de sus últimos giros pudo ver un enorme haz de luz que dividió en cielo, y la nave desapareció al ser alcanzada por la luz.

— ¡¡CAMILA!! ¡¡FII!! ... ¡¡LO SIENTO!! RAI... RIU...

Su visión se volvió borrosa y lágrimas brotaron de sus ojos, había pasado mucho tiempo desde la última vez que lloró así. Después de todo aprendió que llorar solo atraía criaturas hambrientas. Pero no le importó. Lloró desesperadamente.

— Lo siento, lo siento, lo siento...

Siempre había querido compañía, siempre lo deseó desde que la idea de que existían otros similares a él cruzo por su mente. Pensó que su compañía sería lo mejor y así lo fue, fue mejor de lo que había imaginado, pero nunca imaginó una despedida. Y que esta sería tan dolorosa.

Le dolió el pecho le ardió, sentía que estaba siendo quemado por dentro, el aire le empezó a faltar y la desesperación agitaba aún más su corazón.

La caída había durado bastante, pero ya era hora de caer. Su visión se opacó.

— Lo siento...

__----------__

Cuando abrió los ojos vio un techo muy familiar. Inmediatamente se levantó y miró su alrededor. A su lado había una bola emplumada respirando tranquilamente.

— ... ¿Speedy?

Siguió buscando en la habitación intentando encontrar a alguien más pero fue en vano. Segundos después reconoció el lugar donde se encontraba. Era su refugio, el que construyó para protegerse de las criaturas. Las paredes estaban humedecidas y agua brotaba de ellas.

Se levantó y revisó su casa. No había nadie más.

Abrió la puerta y miró el exterior. Habían pequeños charcos de agua fuera de su casa.

Se sentó en silencio mientras miraba los charcos de agua.

De pronto la fachada de su casa cayó. Él estaba sentado en la entrada de la puerta por lo que no le cayó encima.

Volteó a ver detrás suyo pero nadie apareció. Tenía la impresión que alguien se asustaría.

Apretó sus puños, mordió sus labios y su visión se volvió borrosa. Las lágrimas y moco empezaron a descender por su rostro.

— ... Otra vez... todo fue una ilusión...

[FIN]

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Próximo capitulo palabras del autor.

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