Capítulo 34: Rescate II
No entendía nada y no quería entender ni preguntar, agarró a Camila que estaba sujetando su estómago vacío y la sacó de la habitación.
Ahora solo quería pensar en huir y abandonar la aldea lo antes posible. Camila tenía razón, no tuvo por qué preocuparse por otros, ellos podrían vivir mejor solos, no era necesario relacionarse con más como ellos.
No quería saber qué podría encontrar en las demás habitaciones, pero para su suerte en la siguiente habitación encontraron a Fii. Pero esta vez, estaba tirada contra el piso mientras que una extraña criatura estaba encima de ella.
— ¡Aléjate de ella!
Sin pensarlo dos veces apretó el arma provocando que el rayo de luz atravesara la pared invisible e impactara en la criatura.
— ¡Heeeee! ¡hermana! —Parecía más despierta que antes.
Camila no perdió tiempo y saltó hacia Fii apenas el rayo dejó de salir del arma.
— ... ¿Speedy?
Piero miró su alrededor y temió qué pasaría después. Cuando vio a la criatura la información volvió a resaltar en su cabeza.
La raza de los Kron era una raza compuesta en el 99% de hembras, ya que estas no dependían de machos de su misma especie para reproducirse. Esta raza podía aparearse con otra y dar como descendencia la misma raza de Kron. Claro que antes del apareamiento la Kron debía mutar su cuerpo. Pero esta fue una interrogante que siempre estuvo presente en la misma información que le llegó la primera vez que vio a Speedy. Y era ¿Por qué hacían esto?
¿Al final de qué le servía a una raza seguir ese extraño comportamiento? Era una pregunta con varias respuestas sin confirmar. Y la que resaltó ahora que volvía a ver a Speedy fue que lo hacían para guardar genes para sobrevivir. Si se enfrentaban a una situación donde su vida peligra ellas podrían modificar su cuerpo con características de sus anteriores generaciones. Mientras más variedad de genes acumulados, mayor será su tasa de supervivencia.
Y como lo veía ahora mismo. La enorme herida que debería haberle causado al recibir el disparo se estaba regenerando a una velocidad asombrosa y no solo eso, sino que cuando se cerró, su tórax se expandió y partes de su cuerpo empezaron a llenarse de escamas. A la vez su mandíbula y garras mostraron cambios de color y posiblemente aumentaron su dureza.
— ¡§§§§! —Rugió enfurecida.
— ¡Vámonos!
Los tres abandonaron la habitación sin pensarlo, pero ahora que Fii estaba más despierta, podía correr más rápido que ellos.
— ¿Hermana? ¿Piero? —Se sorprendió por su estado.
— ¡No te preocupes solo corre!
El encuentro con Fii fue más rápido de lo que había imaginado pero ahora estaban en la peor condición ya no podía ser llamado un rescate.
La puerta detrás de ellos se rompió cuando Speedy intentó salir, pero su nuevo cuerpo era muy grande como para salir por allí. No entendía cómo mutaba tan rápido pero pensar le estaba cansando y ya no quería seguir pensando en nada más. Su visión se volvió borrosa y por un momento su alrededor cambió mostrándole árboles y vegetación por todos lados. El recuerdo era de cuando conoció a Speedy justo antes que lo atacará por la espalda.
— ... ¿Qué?
— ¡Por favor corran más rápido! —Fii trató de ayudarlos a correr mientras lloraba.
Cuando escuchó el llanto de Fii, los pasadizos volvieron a su línea de visión. No le estaba gustando nada esas visiones. Pensó que quizás fue el duro golpe en la cabeza, lo que le causaba ver esas cosas, igual que el golpe de la criatura herbívora. Pero... también podía ser al revés.
— ¡No! —Gritó tratando de alejar esa idea.
Había pasado varias semanas después del incidente, lo que había vivido en estos diez días no podía ser causado por algo del pasado.
Piero seguía tratando de convencerse pero Camila y Fii no estaban al tanto de sus pensamientos por lo que tomaron como respuesta a la pregunta de Fii.
En ese momento todas las luces del pasadizo se encendieron, mostrando todo a su alrededor. Las paredes que tenían un color uniforme ahora mostraban palabras y señales móviles, además de una gran variedad de colores.
Esto les permitió ver cómo Speedy terminó de destrozar el marco de la puerta para lograr salir de la habitación.
— ¡Fii, no mires atrás solo corre! —Se soltó del agarre de Fii.
— ¡No! ¡Hermana no me dejes! —Se aferró a Camila— ¡Tú no me dejes! ¡No quiero estar sola! —Empezó a llorar.
Mientras que los tres cojeaban, uno al lado del otro, las luces cambiaron a color Rojo y una voz familiar sonó por todos lados.
[Enemigo detectado, los pasadizos secundarios quedaran inhabilitados, repito, quedaran inhabilitados, por favor circular solo por caminos clase A]
Todos se sorprendieron por la voz que ahora ya no sonaba tan monótona como antes, pero significaba que ahora las armas volverían a dispararles.
Parte del techo se abrió al final del pasillo sin embargo, en vez de bajar armas fue un grueso muro que empezó a descender mientras que luces rojas naranjas iluminaban su descenso. Ellos estaban a punto de ser encerrados junto con una Speedy enloquecida.
Todo se acumulaba y ahora tenían un tiempo límite.
— ¡Agárrense de mí!
— ¡Ya no puedes correr como antes! ¡Ni siquiera lo intentes!
— Lo sé. Pero puedo utilizar esto de otra manera. —Señalo el arma.
Fii y Camila obedecieron y se agarraron de su abdomen. Mientras que él apuntó a Speedy para que no corra contra ellos. Speedy parecía entender la letalidad del arma por lo que no se lanzó contra ellos y miró su alrededor.
Piero aprovechó la oportunidad y metió una de sus garras en un orificio del arma. Cuando lo hizo se escuchó un "Click", acercó el arma a su pecho y se sujetó de esta sin dejar de apuntar a Speedy.
Nadie aparte de él entendía qué estaba pasando. Cuando encontró el arma experimentó muy poco con ella, ya que era muy peligrosa y tuvo un accidente con ese "Click" de hace unos segundos.
— Estoy lista.
— Yo también... —Dijo entre lágrimas.
— Siéntense, será mejor deslizarse.
Apretó el arma y una gran ráfaga de aire fue disparada, la potencia fue tan fuerte que ellos salieron disparados hasta el final del pasadizo.
— ¿He?
— ¡Kyaaaaa!
Solo había sido un instante que presionó el gatillo así que cuando dejaron de moverse no se golpearon con nada. Speedy también fue empujada hacia atrás pero su vuelo fue más corto.
— ¿Podremos huir así?
— No, solo servirá una vez más.
Speedy recuperó el equilibrio y corrió hacia ellos, estaba enfurecida y no los dejaría ir fácilmente. El muro seguía descendiendo lentamente y con la velocidad de Speedy los alcanzaría en unos segundos. Piero acomodó el arma para disparar nuevamente la ráfaga de aire, pero la pared descendió en un instante separándolos de Speedy.
— ¿Qué tratas de hacer?
Al lado de la pared que había caído se encontraba Merli tocando una parte de la pared que estaba iluminada.
Merli se quedó en silencio mirando las luces, Piero sintió pena por ella pero no debía importarle. Agarró a Camila y Fii y empezaron a caminar en dirección de la salida. Dio un último vistazo y Merli seguía quieta, no parecía querer seguirlos.
Lentamente Piero empezó a ganar carrera junto con Camila, se estaban acostumbraron al dolor. Regresaron por donde habían pasado pero el lugar había cambiado ligeramente, varios de los pasadizos que habían visto ahora estaban cerrados, pero los más grande seguían abiertos.
— ... Este era...el último tramo...
Delante de ellos había una pared tapando su camino.
Camila cayó al suelo y se quejó en silencio. Haber llegado tan lejos y ser detenidos en la parte final le dio un sabor amargo. Piero trató levantar la pared pero fue inútil, no podía agarrarla de ningún lado, estaba incrustada perfectamente sin dejar ninguna ranura.
Piero recordó a Merli e intentó hacer lo mismo, se dirigió a uno de los lados y tocó la pared repetidas veces hasta que se iluminó. Pero solo pudo ver letras y símbolos que no entendía.
— ¡Vamos dame una pista, dame algo!
Fii estaba al lado de su hermana en silencio, de vez en cuando se asustaba por cualquier cosa y al escucharlo enojado ella se encogió.
— Disculpa, no quería asustarte... Es solo que no entiendo esto.
— ... ¿No lo entiendes? —Preguntó Fii.
— Dejame ver... —Se acercó Camila.
— ¡Cierto tienes tus recuerdos!
— Ya te dije que no son recuerdos...
A pesar de eso Piero creyó que Camila podría leerlo, después de todo ella fue quien recobró parte de su pasado. Pero al ver la cara de decepción de Camila sus ánimos cayeron nuevamente.
— Disculpa, no puedo. —Frunció el ceño.
Esta vez los dos se dejaron caer, estaban cansados tanto física como mentalmente. Y ahora se sentían acorralados, era cuestión de tiempo que las armas aparezcan y querían reunir un poco de energía antes que eso pase.
La única que se mantuvo de pie fue Fii, que se había levantado junto con Camila unos segundos antes.
— Intenta descansar, vendrán armas a dispararnos.
— ... Puedo entenderlo...
Fii seguía mirando la pantalla y no parecía haber respondido a su sugerencia. Una pequeña luz de esperanza brotó dentro suyo, pero no quería ilusionarse.
— ¿Puedes entender qué?
Fii volteó a verlos y respondió.
— ¡Puedo leerlo!
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Cuando veía una letra individualmente podía diferenciar cual era, pero cuando las letras formaban palabras era otra historia, y peor cuando eran frases. Piero había supuesto que Camila quizás podría leer palabras pero no lo fue. Y cuando Fii dijo que ella podía leer no supo hallar alguna explicación. Ella no había cambiado de personalidad como Camila y no le llegaba información como a él.
Sus comportamientos y conocimientos que "desbloqueaban" se debía a su pasado o por las interacciones que tenían después de despertar. Piero lo pensó por un momento y concluyó que quizás eran ambas cosas. Ya que él también recordó su nombre cuando Camila le preguntó. Era una interacción externa en el presente, quizás por eso no podía recordar su propio nombre a menos que otro pregunte. Mientras que la información que recibía cada vez que veía una criatura solo le llegaba a él y no a ellas. Ya que ellas no sabían de las criaturas en su pasado. Esa idea era la que más encajaba.
— Aquí es a la derecha.
Todavía tenía interrogantes pero fue interrumpido por la aguda voz de Fii. Después de leer un mapa ella encontró la salida y los estaba dirigiendo a esta. Y cuando encontraron una puerta Fii también podía abrirla presionando algunas palabras que se mostraban en una pantalla.
— Entiendo, esto sería, sa, li, da. Salida...
Por el camino Camila Y Piero preguntaron sobre varias palabras y poco a poco empezaron a comprender las palabras, era mucho más fácil de lo que había imaginado. Y casi podían leer todo, pero seguía habiendo palabras que a pesar de leerlo no sabían su significado.
El lugar era más grande de lo que pensaron y había más de un piso, cuatro para ser exactos. Piero seguía esperando el ataque de las armas pero nunca aparecieron y la voz femenina tampoco volvió a sonar.
— ... Aquí... ¿He?
— ... Espera, el mapa a cambiado. —Camila les advirtió.
De pronto varias armas descendieron del techo, Piero ya estaba preparado por lo que disparó el arma y de un giro destruyó todas las armas. Sin embargo las armas volvieron bajar del techo y salieron de las mismas paredes. Esta vez sería imposible disparar sin ser disparado primero. No siendo suficiente con eso, el pasadizo por el que caminaban también fue cerrado.
No había ángulo en el que puedan estar a salvo.
[Merli tráelos a la sala de despegue.]
Esta vez la voz que escucharon fue la de un hombre, Piero podía imaginar de quién era.
— ¡Sí, gran sabio! Kiu~ —Apareció de una pared que se abrió.
Esta vez Merli se veía animada no como la dejaron antes.
— ¡Ustedes están acorralados, no podrán ir a ningún lado! —Los señaló y todas las armas los apuntaron— Ahora síganme.
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Cuando Camila fue a pedir ayuda a Fron se terminó encontrando una escena aterradora. La casa estaba echa un desorden, había suciedad por todos lados y cuando vio a Fron acariciando a dos criaturas su conciencia se desconectó de su cuerpo y se escondió en lo más profundo de su ser. Dándole pase libre a la otra conciencia. Esta logró tranquilizarse después de ver la escena delante de ella y habló con Fron para que ayude a Piero.
Fron rápidamente aceptó pero antes de irse le preguntó sobre las dos criaturas y este respondió "Ellas son mis esposas, Frie y Frei" después de unos segundos de silencio Fron continuó diciendo: "Dicen que te puedes quedar en mi casa para que te tranquilices" claro que todo lo dijo entrecortado y con su característica forma de hablar.
En ese momento supo que algo andaba mal con Fron. No las había escuchado hablar pero al parecer Fron sí, y no solo eso parecía que él las trataba como si realmente estuvieran vivas. Aunque parecían ya estar muerta y en proceso de descomposición.
Fron salió de su casa y fue a buscar a Piero mientras que ella confundida por lo que pasaba fue a buscar en las demás casas. Tuvo que ingeniárselas para abrir las puertas de las casas, pero fue fácil después de ver cómo era el seguro que tenía la puerta de Fron.
Si metías una hoja por la ranura de la puerta y el marco y hacías un movimiento ascendente entonces desbloquearía el pequeño seguro.
Primero fue a la casa de Leo, ya que decían que no estaba presente en la aldea. Y cuando entró fue lo mismo. Encontró cuatro criaturas deformes en su casa. Cuando examinó sus cuerpo parecían tener rastros de ser de su misma especie, pero sus extremidades eran cortas o muy delgadas, como si hubieran sido aplastadas.
Cuando fue la casa de los otros tres los encontró en un estado de trance y no reaccionarían si no tocabas la puerta, como si su comportamiento debería seguir cierto patrón.
Después de ver todo eso la idea de traicionar se volvía dudosa. Esto demostraba el poder del gran sabio, pero no quería ir a su lado si el Gran sabio trataba así a sus seguidores. Prefería vivir como lo estaban haciendo con Piero y Fii.
Si no fuera porque Fii fue secuestrada entonces ella no hubiera seguido allí. Pero por más que intentara olvidarse de ella, sus pensamientos seguían relacionándose con Fii, ella quería... Tenerla a su lado.
Y ahora, por esos pensamientos, estaban siendo dirigidos hacia el Gran sabio. Pero no podía negar que se sintió satisfecha y calmada cuando la encontró.
— ¡Ahora por aquí! ¡Vamos rápido! ¡El gran sabio nos está esperando! —Merli avanzaba y retrocedía para verlos.
Y aquí otro problema, Merli actuaba muy extraño, pero su comportamiento no se debía por encontrar a la "cosa". Ella ya estaba extraña desde esa mañana. Como veía a través de los ojos de Camila y ella estaba asustada de Merli entonces la veía más de lo normal. Descubriendo que ella era muy desesperada e impulsiva, quizás así era su actitud, pero sus cambios eran muy bruscos y parecía que lo único que la alegraba era el Gran sabio. Ya que era lo único que estaba balbuceando en todo el camino.
— ¡Por fin lo veré! ¡Nunca habíamos estado separados por tanto tiempo... No importa lo que haga, si estoy a su lado... Ya quiero estar a su lado... Debo ir a su lado. Esperó no molestarlo. ¡VAMOS, CAMINEN RÁPIDO!
La hiperactiva Merli los llevó a una sala extremadamente alta, donde había varias naves alineadas listas para despegar. Claro que ella no lo sabía, para ella y para su grupo, eran estructuras hechas de algún mineral precioso o alguna creación del Gran sabio.
Al final todos fueron llevados en medio de la sala, donde una de las naves estaba encendida y el aire alrededor estaba corriendo inusualmente fuerte.
— ¡Ya los traje! —Corrió hacia el gran sabio.
— ... —Levantó una mano para detenerla a la distancia— Espera Merli, lleva a las dos hembras a la nave y tráeme al otro.
Era la primera vez que lo veía y no era tan asombroso como lo había imaginado, parecía como si no hubiera dormido por mucho tiempo, pero se paraba firme sacando pecho. Llevaba puesto una bata larga de color blanco y en medio de su pecho tenía el símbolo que todos llevaban en la aldea. También llevaba puestos unos lentes amarrados a su nuca.
Alrededor del Gran sabio habían varia pantallas flotando, similares a la pantalla que tenían las paredes. Y una piedra levitaba a su lado.
Merli se entristeció pero siguió la orden
— Ya escucharon, muévanse rápido.
Merli estuvo a punto de empujar a Fii pero Camila la detuvo antes que lo haga.
— No la toques. —La miró enojada.
Inmediatamente la soltó y se dirigió hacia la nave señalada llevando Fii consigo.
No hubo reacción alguna de las armas más que apuntarla, sabía que no podía hacer nada más. Dio un último vistazo a Piero, si había alguna salida entonces ella la tomaría junto con Fii. Pero para eso Piero debería crear alguna distracción. Después de todo solo se preocupada por ella y Fii.
Piero pareció entender la mirada, así que empezó a ver en todas direcciones tratando de buscar cualquier cosa a su alcance. Ya había sido arrebatado de su única arma cuando Merli los encontró. Quedando solo con los fragmentos de piedras magnéticas.
— Ahora suban por aquí. —Volteó a ver al Gran sabio.
La nave se abrió y desplegó varias láminas que flotaron en fila, estas funcionaron como escalones. Fii subió tímidamente los escalones, había empezado a llorar nuevamente desde que Merli los encontró pero no podía detenerla de ninguna manera.
— ¿Qué harás con ellas? —Preguntó Piero al Gran sabio.
El Gran sabio seguía manejando la extraña piedra y la pregunta de Piero llamó su atención.
— Al parecer ningunos de los tres recuperó sus recuerdos.
— Nunca dije que no los había recuperado. ¿Cómo crees que logré entrar y dirigirme a la salid?
Quería confundir al Gran sabio, pero fue inútil.
— Si los hubieras recuperado entonces te preocuparías solo por ti. Eso es lo básico que se aprende en la vida. —Le dio una sonrisa burlona— Merli traerlo.
— ¡Lo que usted diga! Kyu~
Desde arriba de la nave Camila pudo ver cómo Merli se dirigió a Piero y detrás de ellos el Gran sabio levantó el arma en dirección de Piero y Merli.
— ¡Piero cuidado! —Gritó apenas supo la intensión del Gran sabio.
Del arma un haz de luz fue disparado y por un instante su visión fue segada por el deslumbrar del rayo.
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