Capítulo 33: Rescate I
Cuando abrió los ojos sintió como si su cuerpo hubiera sido golpeado repetidas veces, le costaba respirar y moverse así que decidió quedarse quieta mirando el techo. Este era extraño, nunca antes lo había visto pero de alguna manera parecía familiar.
Después de mirar el techo por un largo tiempo de repente escuchó un golpe sordo al lado suyo. Giró su cabeza para ver qué lo causó y vio a Piero y Camila. Ambos se veían asustados y parecían estar gritando, pero ella no los escuchaba. Piero cogió carrera y fue directamente hacia ella, lo que la asustó pero no se movió por el dolor y entumecimiento que sentía.
No entendía por qué lo hacía pero creía fielmente que él la estaba ayudando de alguna manera. Así que en realidad él no la golpearía con el fin de provocarle daño.
Y tal como lo pensó Piero se detuvo justo cuando estuvo a punto de golpearla. O mejor dicho algo lo empujó hacia atrás. Piero se agarró el hombro con dolor, pero con un movimiento rápido golpeó su propio hombro y parecía recobrar la movilidad de su brazo.
Seguía sin entender por qué lo hacía pero no quería que se lastime por culpa suya, así que trató de detenerlo.
— Giiiii...
Sin embargo solo salió un quejido de su boca.
Miró a Piero tratando de comunicarse a través de la mirada pero Piero no la miró. Conversó un momento con Camila y ella le alcanzó el arma, este se acercó y le gritó algo pero no lo pudo escuchar. Piero retrocedió un poco y se paró firme. Apuntó con el arma e inmediatamente un gran haz de luz llenó la habitación.
Inmediatamente los ruidos del exterior pudieron escucharse. Piero, Camila y una voz desconocida.
[Sospechosos ascendieron a categoría de amenaza, eliminación necesaria]
A pesar que pensó que la habitación quedaría destruida por el haz de luz, esta solo resultó con una pared brillante.
[Reubicando sujeto de prueba]
— ... Hermana... —Estiró su brazo.
Piero y Camila corrieron hacia ella pero no agarraron directamente su mano, al parecer había una pared invisible, porque tuvieron que treparla. Y justo cuando sus brazos estuvieron por agarrarse el piso debajo de ella se abrió. Cayendo a un pequeño compartimiento perdiendo de vista a Piero y Camila.
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Después de recorrer salas aleatorias y tratar de huir de una extraña voz que los seguía. Piero por fin encontró a Fii. Sin embargo su reacción fue muy lenta y ella fue apartada de él cuando estuvieron frente a frente. Ahora había desobedecido la extraña voz femenina de no disparar el arma y tal como se le advirtió la voz parecía haberse llevado a Fii. Sin embargo ahora podía seguir disparando a discreción.
— ¡Fii!
— Ahora no es momento. —Lo agarró del hombro— Tenemos otros problemas.
Piero volteó a ver a Camila y se percató que estaba señalando atrás suyo. Siguió su línea de visión y descubrió que del techo empezaron a bajar varias armas similares a la que tenía.
En ese momento todas sus esperanzas de volver a encontrar a Fii se esfumaron. Ni siquiera sabía si lograría escapar de la sala. Las armas giraron y los apuntaron.
De pronto toda la luz en el lugar se esfumó y fue consiente del lugar donde estaba.
— ¿Por qué me traes acá?
— Tu suerte es una mierda. Y no quiero que mi diversión se acabe.
Le respondió una voz burlona.
— Tú-
El lugar donde estaba era aquel espacio que existía solo en su cabeza y solo cuando estaba dentro de este era consciente del lugar. Pero apenas volvió a ver las armas se olvidó de lo que acababa de ver.
— ¡Corre!
Sin juzgar la decisión de Camila, Piero saltó en dirección a la puerta mientras disparó para intentar derribar algún arma. Camila lo siguió, se deslizó por el suelo mientras que rayos pasaron a centímetros suyos. Aquellos rayos de luz eran más pequeños que los que disparaba su arma y apenas dejaban marcas en los muros de la sala.
"¡Tienen menos potencia!" —Pensó Piero.
La puerta estaba cerrada y no tendría tiempo de abrirla, así que disparó el arma manteniendo el rayo de luz en la puerta, como lo había supuesto, esta se enrojeció y estalló. Se cubrió el rostro pero sorprendentemente ningún fragmento le golpeó y no solo eso, uno de los fragmentos derribó una de las armas que les disparaban.
Después de confirmar que Camila estaba bien y le seguía el paso, salió al pasillo donde más armas lo esperaban.
[Ríndanse]
— Nos rendimos. —Camila levantó los brazos.
— ¿Qué estás haciendo?
La mitad de las armas que los apuntaban volvieron a ocultarse por donde habían salido, mientras que las otras dejaron de cargar el rayo de luz. En eso momento Camila lo agarró de la mano y corrió.
— Consiguiendo tiempo.
La nueva Camila era mucho más hábil que la anterior. Era mucho más concentrada y parecía analizar la situación mucho más rápido que él. Le sorprendió e hizo una nota mental de agradecerle en el futuro.
Al empezar a correr, nuevamente las armas empezaron a disparar pero perdieron el tiempo de carga. Esto les ayudó a voltear en una esquina y perder su ángulo de disparo. Pero por más que las perdían, a la vuelta de cada esquina empezaron a emboscarlos con armas nuevas. Nunca antes se había enfrentado contra un ser con tanta inteligencia como él, así que de alguna manera lo emocionó. Aquella cosa podía predecir sus movimientos y planificar una emboscada y cada vez eran más exactos. Tuvieron que acelerar sus movimientos como nunca antes lo habían hecho.
Sentía cómo su sangre empezaba a recorrer todo su cuerpo y cómo aumentaba su temperatura cada segundo que pasaba. Sentía como si tuviera energía infinita. Estos dos días había comido y dormido como nunca antes y gracias a eso su cuerpo se sentía ligero y capaz de mucho más.
Agarró la mano de Camila y la levantó en su espalda.
— ¡He!
Sentía que podía correr más veloz que antes.
— ¡Te ralentizaré!
— ¡Agárrate fuerte!
En ese momento expandió su tórax absorbiendo una gran cantidad de aire. Su pelaje se erizó y todo se vio con más detalle.
Delante de él las armas ya lo esperaban, era inevitable ya que cada vez se adelantaban más a sus movimientos. Pero después de correr por los pasillos tuvo una idea vaga de a dónde dirigirse. Su único obstáculo eran las armas.
— ¡No sé qué intentas pero hazlo ahora! —Se aferró a su cuello, tratando de no ahorcarlo.
Al sentir que Camila estuvo firme y después de acomodar el arma a su cintura, intentó utilizar toda su energía y la dirigió a todo su cuerpo. Normalmente utilizaba eso para encestar un golpe mortal con un solo movimiento, pero ahora que sentía energía desbordando de su cuerpo. Planeó utilizarlo de otra manera.
Pateó el suelo y salió disparando, ahora si podía sentir el peso de Camila pero no planeaba dar solo una patada al suelo. Inmediatamente ubicó el siguiente pie y empezó a correr. Su cuerpo sintió que no podría compensar el peso y que con la velocidad, su maniobrabilidad sería nula. Después de todo era una técnica de ataque de un solo movimiento. Con ese pensamiento en mente encontró la solución, ahora no quería atacar, sus brazos estaban libres y podían solucionar el problema del peso.
Apoyó sus brazos sobre el suelo y todo se equilibró. Las armas dispararon pero las esquivó saltando sobre la pared. Esta vez los rayos de luz se mantuvieron y dispararon sin detenerse, dejando una línea brillante por donde pasaron.
Todo alrededor suyo parecía ir lento, incluso él mismo, sabía que estaba corriendo a una velocidad exagerada pero en ese estado él también se veía lento. Sin embargo esto le daba la ventaja de reaccionar más rápido y esquivar los rayos más fácilmente.
Por otro lado las armas en pleno disparo empezaron a calcular su velocidad y los rayos cada vez más se acercaban a él. Ni siquiera en ese estado parecía poder conseguir ventaja y la energía dentro de sí, que aparentaba ser infinita, se drenó en unos pocos segundos.
Había esquivado innumerables rayos de luz pero ahora parecía que su fin llegaría. Cada vez que giraba una esquía debía frenar un poco y saltar en las paredes para reducir el impacto, similar a Merli cuando escapó de las extrañas criaturas. En una de las esquinas una de sus piernas se deslizo cuando debió apoyarse y todas sus demás extremidades tropezaron con sigo mismas, el tiempo volvía a correr como de costumbre y supo que la caída dolería mucho. Antes de golpear el suelo giró en el aire y cubrió a la desconcertada Camila.
Pero después de haber pasado un año en constante peleas, caer era una actividad de rutina. Estiró uno de sus brazos y apenas tocó el suelo lo flexionó, seguido de rodar hasta golpear una pared. Esto absorbió gran parte de su energía cinética y el impacto se redujo considerablemente. Sin embargo solo había reducido su letalidad, ya que las heridas bajarían de letales a graves.
Perdió completamente el aire de su sistema y su brazo se salió de su lugar. Pero no vomitó sangre, lo que significaba que sus intestinos estaban a salvo. Además no escuchó ningún hueso romperse. Esto le recordó la vez que fue envestido por una criatura, asumió que sería dócil al ser herbívora, lo cual fue un gran error y le costó dos días para poder levantarse del lugar donde había caído.
Sin oxígeno, casi agonizando y con un gran golpe en la cabeza, al abrir sus ojos logró ver la escena donde había quedado inconsciente el año pasado. Los árboles rodeándolo y el pequeño agujero que había formado en el suelo, todo parecía tan real que lo asustó.
— ¡Piero! —Se levantó cojeando y se acercó a él.
Al escuchar a Camila sus sentidos volvieron a la realidad y le mostró el lugar donde había estado corriendo de las armas. Aliviado porque solo fue un recuerdo muy vivido sus sentidos volvieron y el dolor con ellos. Todavía no podía recuperar el aliento así que respondió con un movimiento de mano.
— No puedes respirar...
El dolor que sentía en su cuerpo y la falta de oxígeno, provocó que contraiga su cuerpo en posición fetal. Camila parecía entender qué le pasaba así que se acercó y lo agarró de sus manos.
— ¿Tratas de matarte? Necesitas aire ¡Estira tu cuerpo!
Sin pensarlo dos veces Camila levantó su brazo dislocado y le dio un giro completo, provocando que vuelva a su lugar, luego lo obligó a estirarse, permitiendo que su tórax se expanda. Y el aire pudo volver a ingresar a sus pulmones.
— ¡! ¡Huuuuuuf! —Tosió varias veces.
Camila lo ayudó a levantarse y lo apoyó en su hombro para caminar a pesar que ella también estaba adolorida.
— Gracias —Tosió.
Sus acciones previas le permitieron respirar y disminuir su dolor considerablemente.
— Ya hablamos de esto, tú harías todo lo posible por mí y yo haré todo lo posible por ti. —Trató de reírse pero le dolió— Las armas dejaron de seguirnos y las luces se oscurecieron.
Tenía razón, después de caer era obvio que las armas aprovecharían el incidente para acabar con ellos, pero no fue así.
— Y también. Corriste a esta dirección por un motivo ¿no?
Casi lo había olvidado después del golpe, asintió con la cabeza y tomó aire para poder responder.
— Las habitaciones... Se repiten... Es. Como un reflejo... Si movieron a Fii... No creo que la llevaran a las salas más cercanas de donde estábamos... Entonces debe estar en una de estas cuatro habitaciones.
Levantando su dedo señaló un pasillo oscuro, con dos puertas a cada lado.
— Entiendo ¿Cuál es el plan?
— Encontrar a Fii y huir de la aldea.
Después de haber salido corriendo lo único que tenían era el arma y la bolsa de cuero que se paraba pegando al arma. Sus mochilas quedaron atrás pero no tenían nada que no pueda ser conseguido después de un par de días de caza, así que no les importó regresar por ellos. Pero eso significaba que podían hacer menos.
— Me agradaba más cuando tus planes eran más elaborados.
Sin tiempo que perder se acercaron a la primera puerta, como lo esperaron ya no se abría automáticamente, pero no fue necesario utilizar el arma de nuevo. Ya que esta estaba ligeramente abierta. No les importó y decidieron revisar el interior.
Apenas se abrió la puerta, sintieron escalofríos recorrer su cuerpo, un ambiente pesado podía sentirse sin siquiera entrar a la habitación. Piero apuntó con el arma y después de hacerle unos gestos a Camila, los dos entraron rápidamente y abrieron ampliamente los ojos para encontrar alguna fuente de peligro. Sin embargo lo que vieron los dejó paralizados.
Piero había visto muchas escenas sangrientas, tripas por doquier, desmembramientos de articulaciones y criaturas que comían desde dentro a sus presas, pero lo que observó en aquella habitación parecía que dejaba a sus anteriores experiencias insignificantes.
Rápidamente trató de tapar la visión de Camila pero era muy tarde. Ella cayó al suelo cuando sus pierdas empezaron a temblar. Como consecuente él, que estaba apoyado de ella, también cayó.
— Blug ¿Pero qué? Glub
Camila forzó a su estómago a no votar su contenido. Fue muy fuerte pero no le importaría si ella vomitara en ese momento, cualquiera lo haría si estuviera en su posición. Hasta él mismo estaba teniendo problemas para controlarse.
Delante de ellos había... Una cosa, no podía llamarse criatura, no tenía una forma uniforme ni nada a lo que pueda llamarse una extremidad, parecía una enrome masa de carne compuesta por masas más pequeñas que habían sido infladas. A simple vista no podían encontrar ni pies ni cabeza. La Información no llegó a Piero así que lo descartó como una criatura, eso debería ser un animal creado por el Gran sabio.
Pero no parecía cumplir ningún papel más que llenar la mitad de la habitación.
Aquella cosa podía caber en la mitad de la habitación y llegaba hasta el techo. Las enormes bolas que conformaban esa cosa parecían estar llenas de alguna sustancia y de vez en cuando habían espasmos demostrando que aún estaba vivo. No tenía pelaje y las venas podían verse fácilmente llenando cada protuberancia que sobresalía.
Piero apartó la mirada no podía seguir mirando eso. Pero al hacerlo descubrió que no estaban solos. Levantó el arma inmediatamente y cubrió a Camila. Sus movimientos rápidos fueron entorpecidos por el dolor que sentía cayendo al piso inmediatamente.
Apenas Camila se percató del tercero ayudó a Piero y levantó su mano para que apuntara al objetivo.
Pero no hubo respuesta, aquella chica con una vincha, que recogía su pelo, estaba mirando atónita aquella "cosa". En su rostro había una expresión de incredulidad, asombro, asco y muchas más emociones complejas.
— ... ¿Qué?
Con esa simple pregunta la enorme masa se estremeció y una de las protuberancias abrió los dos pequeños orificios, que parecían ser ojos.
Camila y Piero miraron en silencio aquel grotesco espectáculo.
La enorme y deforme "cosa" empezó a moverse soltando sonidos desagradables y reventando varias de las protuberancias. La habitación podría llenarse si todas esas protuberancias se vaciaran. Y el solo pensamiento causó que su estómago se contraiga intentando desesperadamente soltar su contenido. Camila parecía perder lentamente su control y soltó un pequeño chorro pero se detuvo y volvió a levantar el arma.
Piero se acomodó y levantó a Camila, ella no podía con la situación actual.
La "cosa" se abalanzó contra ellos, Piero y Camila dieron un salto hacia atrás por el susto. Pero la cosa se detuvo cuando golpeó una pared invisible con la que antes se habían encontrado en la habitación que encontraron a Fii.
Ahora podía distinguirse mejor una cabeza entre todos las masas que tenía la "cosa" aunque no podían decir que "mejor" era la palabra correcta.
Con el movimiento de la "cosa" el techo se abrió y bajaron dos especies de tentáculos que posicionaron de nuevo al lugar inicial. No sabían si agradecerlo o no pero con lo que vieron después no supieron cómo reaccionar.
Uno de los tentáculos se escabulló entre las enormes protuberancias y penetró aquella "cosa". Esto soltó un grito desgarrador, no sabían de dónde salió pero era lo más asqueroso que habían escuchado. Era un grito ahogado como si tuviera su boca llena de baba mientras trataba de gritar y el sonido húmedo y mecánico que provocaba el tentáculo al deslizarse volvían aún más asqueroso.
Esto no se detuvo hasta que el tentáculo salió de su interior. Sacando una de las criaturas que habían encontrado en la cueva. Las que habían estado cavando un túnel.
— ... ¡Eso no tiene sentido!
Piero ya había recibido información de aquellas pequeñas criaturas, pero ahora verla salir de esa "cosa" lo confundió como nunca antes en estos días. La información cada vez era peor ya no podía confiar en eso. Y empeoró cuando el tentáculo volvió a su interior y sacó uno de los animales que el Gran sabio había creado. Ahora ya no podía pensar en nada para tratar de entender lo que pasaba.
— ... ¿Eri? —Merli se acercó a la pared invisible— Pensé que habías huido...
Cuando escuchó a Merli, Piero tuvo un pensamiento fugas que golpeó su límite de imaginación. Lentamente volvió a mirar a aquella "cosa" intentando negar que el pensamiento que tuvo sea cierto.
— ¡¡MA!! ¡¡MÁTAMEEEEEE!! —Gritó mientras se retorcía.
Aquella cosa que Merli acababa de llamar "Eri" gritó en el idioma que ellos hablaban, reventando aún más protuberancias, de donde cayeron los distintos animales que el Gran sabio había creado. Esta vez ninguno de los tres pudo soportarlo y vaciaron su estómago hasta que su garganta ardió por los corrosivos jugos gástricos.
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