Capítulo 32: Decisiones
Todo ardía a su alrededor, los cuerpos soltaban sonidos desagradables cuando el fuego los cubría, el olor de pelo quemado invadía sus fosas nasales y sus ojos se irritaban por el humo negro que lentamente envolvía la aldea. Pero todo aquello fue opacado al ver la cabeza de su amigo.
Tirado en el suelo, con los ojos abiertos y con una expresión de tristeza. Aquellos ojos sin vida parecían ver a través de los suyo y parecían saber que él no fue quien lo mató. Pero en vez de darle consuelo sintió terror.
Debería estar muerto hace mucho, no tendría por qué sentir pena por él. Su estómago empezó a empujar su contenido a su garganta, no quería seguir viéndolo pero le era imposible quitar su mirada de encima. Si no fuera porque alguien más agarró la cabeza entonces hubiera vomitado.
Pero esta vez el sentimiento de culpa hizo que tuviera asco de sí mismo. Aquella pequeña niña que abrazó fuertemente la cabeza de Ron era Rai. Ella estaba tapando a su hermana menor para que no viera qué estaba pasando y ahora trataba de aferrarse a lo único que quedaba de su padre.
Todo eso fue culpa suya, por no querer hacerle frente al sujeto y rendirse fácilmente. Nunca pensó odiar a alguien tanto y que ese alguien fuera él mismo. Odió su debilidad, su poca determinación, se odió a sí mismo. Merecía el peor castigo. Pensó que no podía hacer nada y se rindió, pero ahora tenía el control, él mismo se había convencido que no podía hacer nada más.
Todo se empezó a aclarar sintió el olor a carne y pelo quemado, el calor abrazador, escuchó el llanto de Rai y sus ojos empezaron a sollozar por el humo. Ya no quería seguir en aquel lugar y peor aún esos sentimientos.
Su brazo se sintió pesado y miró el arma que tenía en la mano. Levantó el arma y apuntó su cabeza, parecía que nuevamente tomaría el camino fácil, pero sabía que el sujeto volvería a tener el control, si acababa consigo ahora podría solucionarlo.
"¿Creiste que tenías el control?"
Apenas su cerebro entendió la pregunta jaló el gatillo para disparar, sin embargo su mano no obedeció y todo se empezó a ver distante. Nuevamente se convirtió en un espectador.
"¡MALDITO!"
El segundo en su escala de odio apareció, cambiando lugar, ahora el sujeto tenía el control del cuerpo.
— Bueno, dónde me había quedado, las guardé especialmente para ti. —Apuntó el arma en dirección de Rai y Riu.
"¡NO TE DEJARÉ!"
No dejaría que las ataque esta vez haría todo lo posible y todo lo posible era muy limitado en ese espacio. Sin embargo no le importó.
— ¿Qué es lo que harás? ¿Me gritarás? —Se burló— No puedes hacer nada allí dentro.
Trató con todas sus fuerzas intentar mover el brazo del cuerpo. Sabía que no podía mover el cuerpo así que intentó solo con un brazo. Pero no resultó.
— Tranquilo, no las mataré de inmediato ¿Qué tal si empiezo disparándole en un brazo? —Apuntó al brazo que sostenía la cabeza de Ron.
Los comentarios lo desesperaban más pero forzó a tranquilizarse y pensar. Ahora mismo el cuerpo solo reaccionaba a uno de ellos, solo uno podía manejarlo y ninguno podía interferir con el otro. No sabía cómo el sujeto podía cambiar quien manejaba el cuerpo y quien no. Pero no le importó y siguió pensando.
— Oh ya sé. —Se acercó hacia Rai— ¿Qué tal si mejor voy por la menor? —Apuntó a Riu quien estaba oculta.
Miró cómo Rai trató de cubrir a su hermana con su tembloroso cuerpo pero era inútil, el rayo que disparaba el arma fácilmente atravesaría su delgado cuerpo y el de su hermana.
En ese momento una idea cruzó por su inexistente cabeza.
— Que buena idea, serán las dos a la vez. Eres una buena niña.
No sabía si funcionaria pero no tenía tiempo. No dudó más y se sumergió en aquel fango donde su conciencia se desvaneció y casi se vuelve uno con el sujeto. Cuando estuvo allí sintió los deseos del sujeto, sus pensamientos sus acciones. Y él ahora mismo no era nada mas que una consciencia, algo abstracto que manejaba un cuerpo, en pocas palabras él era un "pensamiento compuesto" y que él se percibía como ondas cuando estaba en ese estado de espectador. O por lo menos esa fue su hipótesis.
Si era cierto entonces las ondas que sintió antes fue la Conciencia del sujeto. Esta vez no dejaría dejarse ganar, él dominaría el lugar.
Pensamientos asesinos empezaron a llenar su cabeza, formas de matar a Rai, cómo provocar que sufra más y métodos de tortura esos eran los pensamientos que tuvo. Estaba siendo corrompido nuevamente, sus ondas eran demasiado débiles comparadas con las del sujeto. No podía ganar, era imposible. Pero tuvo otra revelación. Si la conciencia es un "pensamiento compuesto" entonces por qué no convertirnos solo en un "pensamiento", si hace eso entonces dedicaría toda su conciencia a una sola cosa a un único pensamiento.
"Yo las protegeré."
En ese momento decidió protegerlas, otras ideas además de convertirse en un "pensamiento" y proteger a Rai y Riu quedaron descartadas. Inmediatamente sintió que su mente se había despejado de cosas innecesarias. Con ese cambio sus ondas fueron más continuas, pero seguían siendo arrasadas por las ondas del sujeto, pero no importaba, ahora ningún pensamiento adicional podía invadirlo.
Ahora solo pensaba en protegerlas y mejorar como "pensamiento" pero habían quedado remanentes que formaban una consciencia y eran los sentimientos. Eran las bases de los pensamientos sin ellos no podrías formar pensamientos. Pero había algunos que eran innecesarios así que debía eliminarlos.
Habían cinco sentimientos básicos, no necesitaba alegría, ya que nunca podría volver a ver el mundo exterior, nunca sabría si su sacrificio sirvió además, no tenía derecho a ser feliz. Descartó Amor nunca pudo sentir amor por alguien y ahora el poco amor que se tenía se había desvanecido. Le costó desechar miedo ya que era el principal de todos, pero ahora no le serviría porque le provocaría duda. Y se quedó con Odio y Tristeza. Odio fue dirigido para sí mismo, este le impulsaría a ser firme en su decisión y sería el pilar básico del pensamiento. Por otro lado tristeza sería su condena eterna.
Con este cambio sus ondas fueron mucho más fuertes, tanto que podían rivalizar con las del sujeto, pero aún faltaba un poco más.
Y recordó otra parte que formaba una conciencia y estos eran los recuerdos. Sin estos uno nunca mejoraría, se quedaría estancado con pensamientos en bucle y dudas infinitas. Si los perdías serías un cascarón vacío. Pero ahora era lo opuesto a un cascaron vacío, así que no le importó borrarlos también.
Con sus pocos recuerdos que formó ese único año siendo borrados por fin las ondas lograron superar las del sujeto.
Pero ahora no era un Pensamiento y mucho menos una conciencia. No era ni uno ni lo otro, solo algo abstracto que se odiaba infinitamente sin saber el por qué, buscando proteger a dos desconocidas sin razón aparente. Y esto no le importaba, eso seguiría y seguiría, sin descanso, sin saber si fue suficiente, sin un alivio, sin un consuelo, sin un perdón, él se convirtió en un pecado.
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A pesar que Riu no recordaba bien los sucesos de ese día entendía vagamente qué fue lo que pasó, pero ahora que Rai le contó que el Gran sabio cambió después de recobrar sus recuerdos no supo cómo reaccionar. Después de todo nunca preguntó sobre lo sucedido.
Supuso que con la llegada del Gran sabio todo había empeorado drásticamente pero no fue así, antes había sido alguien amigable, tanto que Rai y Merli lo molestaba cuando jugaban. Por eso su hermana le recalcaba todos los días que permanezca oculta en su casa y si por cualquier cosa se encuentre con él, entonces debía ser muy respetuosa y si podía debía escapar de su presencia.
— ... Fii... ¿También se volverá mala si recupera sus recuerdos?
Su hermana no supo cómo responder, solo se quedó en silencio. Después de todo solo habían conocido a un sabio, no podían asegurar que todos serían igual.
— Eso no importa... Es mejor mantenernos alejadas. —Abrió los ojos como si recordara algo— Riu guarda tus cosas, necesitamos huir de aquí.
Riu miró a su hermana sin entender lo que acababa de decir.
— ... ¿Huir?
— El sabio Piero ha ido por el Gran sabio. Los dos iniciaran una pelea dentro de poco. No quiero imaginar cómo quedará este lugar. —Agarró sus aún temblorosos hombros— Será difícil al principio pero sé que puedo cuidar de nosotras dos. Quizás encontremos a las personas que huyeron.
— ... ¿Pero ya no habías explorado la zona alrededor de la aldea?
Era el trabajo que hacía casi todos los días, el de explorar las áreas circundantes de la aldea.
Su hermana no perdió tiempo y empezó a buscar cosas importantes para el viaje.
— ... Sí, y gracias a eso sé en qué dirección no ir, esto facilitará nuestro escape, rápido agarra solo cosas importantes, no hay que perder tiempo.
No dudó más y empezó a buscar dónde guardar la tinta para dibujar. Descartó llevar hojas ya que las encontraría fácilmente en la vegetación. También guardó piedras que le habían parecido curiosas, agarró el set de costura y un cambio de ropa, que solo era un pantalón idéntico al que tenía, pero sin la flor que coció Camila. Dejó todo lo que tenía sobre la mesa y siguió buscando que más llevar, encontrando la mochila de Fii.
Recordó los dos días que había pasado con ella y no podía imaginarla siendo alguien malo, ya que ella era muy descuidada y muy habladora, su personalidad no encajaba en el papel de villana.
Se acercó a la mochila y vio las pertenencias de Fii. Solo habían varias piedras extrañas, distintos tipos de hojas con distinto colores y formas y también parecía guardar un cambio de ropa, no llevaba nada importante además del huevo. Volteó a ver las pocas cosas que había juntado y se percató que ella estaba guardando lo mismo.
Al final las dos se parecían mucho, quizás Fii tenía razón. Ellas eran similares. No tenían ninguna diferencia a pesar de que Fii era una sabio. A las dos le gustaba lo mismo, eran curiosas, torpes en obedecer órdenes y las dos querían a sus hermanas. En ese momento recordó su conversación en el rio. Ahora lo entendía.
A pesar que Fii sabía que no podía apoyar mucho a Piero y Camila, ella decidió apoyarlos para poder salvar a todos y no tener que elegir. Pero ahora que debía de ser Fii quien sea salvada ¿Quién apoyaría a Piero y Camila?
Piero y Camila no tenían recuerdos y se enfrentarían al Gran sabio que sí los poseía. Entonces serían ellos dos que su fuerza sería considerada igual que su hermana contra un ser tan poderoso que era el Gran sabio. Era una pelea injusta imposible de ganar. Ni siquiera su padre pudo contra el Gran sabio.
Era muy tonto lo que estaba pensando pero pensó que era lo más justo en ese momento. No quería perder a su primer y única amiga.
— ... No quiero huir... —Susurró.
Su hermana ya había escogido todas sus pertenencias con las que iba a huir la mayoría eran armas y condimentos que utilizaban en la comida. Parecía estar haciendo un conteo de sus pertenencias pero se detuvo al escucharla.
— ... Tranquila, sé que te asusta la idea. —Se acercó para tranquilizarla— No tienes por qué preocuparte, las dos estaremos juntas.
La idea de vivir solo las dos se veía muy tentador pero saber que abandonó a su mejor amiga para vivir tranquila no le agradó.
— ¿Estás preocupada por tu equipaje? Será sencillo, yo te enseñaré cómo acampar y otras cosas divertidas.
— ... Yo tampoco quiero elegir, las quiero a las dos.
— ... ¿Qué?
Esta vez la confundida fue Rai. Frotó su brazos contra su cara y limpió sus lágrimas, no quería que piense que estaba asustada.
— Quiero salvar a Fii. —Respondió decidida.
Su propuesta y el silencio que le siguió fueron los más incómodos que había pasado en su corta vida pero aguantó su vergüenza. Debía ser firme ahora.
— ... Creo que no entendiste... —Sostuvo sus manos y la miró a los ojos— Nosotras no debemos interferir con ellos. Sé que estuviste asustada y por eso le contaste todo a Piero, yo hubiera hecho lo mismo, no te culpo por eso. Pero el Gran sabio lo sabrá y nos castigará. Por eso debemos de huir.
— Pero si es tan poderoso ¿No nos encontrará fácil?
Rai se quedó inmóvil, parecía que no lo había previsto. Dejó caer su peso sobre sus piernas y cayó al suelo.
— ¿Hermana?
— ... Tienes razón...
Tenían tres opciones, la primera era huir abandonando a Fii, y ser asesinadas por el Gran sabio. La segunda era quedarse sin ir a ayudar a Fii y ser asesinadas por daño colateral. Y la última era morir ayudando a rescatar a Fii. Todas acababan igual pero en la última no sentirían culpa.
— ... Sigue guardando tus cosas.
— Pero Fii-
— Iremos por ella pero. Huiremos apenas la rescatemos.
Pensar en que lograrían rescatarla ya era muy optimista pero nadie aceptaría una propuesta con un final malo.
Asintió con la cabeza y empezó a guardar sus pertenencias dentro de la mochila de Fii.
Rai parecía tener problemas en envolver todos las armas, así que le entregó unas pequeñas dagas para que las lleve.
— Toma estas, son pequeñas, adecuadas para ti, si pasa cualquier cosa lanzalas contra lo que te esté siguiendo.
Ella asintió con la cabeza y las guardó en los bolsillos laterales de la mochila. No sabían a dónde ir ni como encontrar a Fii y peor aún cómo enfrentarse al Gran sabio, pero no le importaba, quería tener la oportunidad de intentarlo, si lo hacía, ella se sentiría libre.
— Lleva una daga siempre en tu mano. Ya tengo todo listo. Solo faltas tú.
Rai llevaba una mochila improvisada con la piel de la cama. La mochila no se veia muy grande pero las armas sobresalían de esta por los costados. Además ella llevaba una lanza larga y unos guantes negros que casi nunca se lo había visto puesto. Pero grande fue su sorpresa cuando ella le ofreció un par ligeramente más pequeños.
— Estos eran para ti, te lo iba a dar en tu cumpleaños doce pero creo que ahora es el momento adecuado.
Se arrodilló y se los empezó a poner. Los guantes estaban hechos con el cuero negro de una criatura, este tenía la piel muy gruesa y cuando se dejaba secar al sol aumentaba su dureza considerablemente, por eso debían de cocerse antes de ponerlos a secar. Además se encogían demasiado al secar y muy duros para moldearlos después. Llevaba colmillos huecos para que las garras quepan dentro y no eran cualquier colmillos, estos debían ser de kartos criaturas que vivían bajo tierra y por eso tenían colmillos mucho más resistentes que colmillos promedios. En pocas palabras eran muy trabajoso conseguir un par.
Al tener los guantes puestos casi pudo sentir la energía acumulada del trabajo puestos en ellos.
— ¡Gracias! —Saltó sobre su hermana— Gracias, gracias.
— Cuidado, cuidado.
Esquivando ágilmente los peligrosos guantes Rai la atrapó y la abrazó. El abrazo fue largo y empezó a parecer una despedida por lo que Rai la apartó antes de empezar a llorar.
— Bueno por último lleva esto también.
Agarró el cráneo trofeo que llevaba en la cintura y se lo entregó.
— Pero esto es tuyo.
—No importa, solo tenlo. Ya lo tuve un largo tiempo. Cuando escapemos buscaré uno nuevo para mí
Riu sintió un ligero pesar en su corazón y sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas. Miró el cráneo trofeo de su hermana y vio la marca del Gran sabio en esta. Se quitó un guante y secó sus lágrimas.
— Tranquila, no llores. —Cogió su cabeza y la recostó sobre su pecho— Estaremos bien...
Esta vez no pudo soportarlo más y empezó a llorar, las lágrimas caían sin parar pero no significaba que hubiera cambiado de decisión, todavía quería rescatar a Fii. Frotó su cabeza contra el pecho de su hermana para limpiarse, debía seguir firme. Miró el cráneo trofeo nuevamente y se le ocurrió una idea. Sacó su pequeño deposito con tinta y tachó la marca del Gran sabio. Y no sólo en el cráneo, sino que también en su pañoleta y luego en la de su hermana.
— Eso sí que enfurecerá al Gran sabio. —Se burló Rai.
— Prefiero a Fii como sabio. —También se burló.
Ahora que las dos habían acabado sus preparativos levantaron sus mochilas y salieron de la casa en la que habían vivido cerca de dos años no había sido mucho pero Riu tenía más recuerdos en esa casa que la anterior aldea en la que había vivido.
Las dos salieron de la casa y dieron una última vista, la fachada era idénticas a las demás casas, solo cambiando la letra de la familia.
— Adiós.
— Gracias por todo.
Riu no sabía a dónde ir pero su hermana parecía tener una idea. Ella empezó a caminar en dirección de la casa de Merli. Sabía que ella estaba muy relacionada con el gran sabio, más que la misma líder de la aldea. Así que sería lógico empezar por allí.
Sin embargo en medio camino la tierra empezó a temblar provocando que las dos caigan al suelo. Un temblor había empezado en el peor momento posible. ¿Qué probabilidad había en que pase el mismo día en que dos sabios estén peleando? Pues teniendo en cuenta que ambos eran seres poderosos sería más razonable pensar que ellos fueron quienes provocaron el temblor.
Las casa se empezaron a sacudir y el suelo empezó a tronar. Nunca antes había sentido un temblor pero su hermana le había contado cómo eran y esto no coincidía con los relatos. Algunas casas empezaron a caer, las vallas que rodeaban la aldea se movían como hojas siendo azotadas por el viento. Los animales se asustaron y empezaron a correr por todas direcciones, al parecer el corral donde estaban había caído por el temblor.
La poca confianza que tenía desapareció con el gran temblor y justo cuando pensó que no podía ponerse peor, el camino de piedras colapsó y mostró un gran cráter. La tierra misma se había abierto por causa del conflicto entre sabios.
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