Capítulo 3.7: Doble despertar II
Cerca a un charco con agua de lluvia se encontraba una pequeña criatura jugando con lodo, esta lo moldeaba torpemente pero con gran entusiasmo.
— Fii, volví.
De pronto una figura lo llamó por su nombre. Era su querida hermana mayor, Camila, con quien despertó dos días atrás.
— ¡Bienvenida!
Los dos habían estado caminando en busca de sus recuerdos, pero en ese corto tiempo de dos días, ninguna pista de su pasado se les fue dada. Sin embargo, a Fii no le importó eso, él disfrutaba estar con su hermana y ver cómo su alrededor cambiaba con plantas de distintos tamaños, formas y colores. Para él estar con su hermana era suficiente, a pesar que cada vez se sentía más cansado.
— Jeje♪♪♪...
— ¿? ... ¿Qué traes ahí? —Preguntó Camila curiosa.
Dándose cuenta de la cercanía de su hermana, Fii rápidamente ocultó lo que estaba moldeando.
— ¡...! E-es un... todavía no está terminado, es una sorpresa... te lo enseñaré después.
— ¿Es así? Bueno, con tal de que te limpies después de terminar estará bien.
Camila, ahora curiosa por lo que hacía su hermano, se quedó cerca para ver lo que hacía, pero sintió un ligero peso en su mano. Dirigiendo su mirada a lo que tenía, inclinó ligeramente su cabeza y vio que algo envolvía su mano.
Rápidamente agitó su brazo en dirección opuesta a la que estaba Fii. Aquel objeto desprovisto de fuerza o alguna señal de oposición, simplemente salió disparado de la mano de Camila, para luego caer lentamente en el suelo.
Camila estaba a punto de hablarle a Fii para empezar a correr, pero luego de ver el extraño comportamiento detuvo esa línea de acción.
Detrás de ella, Fii parecía no haberse dado cuenta de lo sucedido y seguía jugando con el lodo, por lo que decidió investigar qué era y cómo llegó a su mano.
Siguiendo sus recuerdos ella había explorado los alrededores antes de empezar a descansar, como lo había hecho los anteriores días, pero justo cuando estaba a punto de volver, ella ya se encontraba frente a Fii.
El mismo suceso del primer día.
Tenía una sensación incómoda al pensar que perdía recuerdos otra vez. ¿Quizás lo mismo le pasó pero en mayor magnitud antes de despertar?
Si eso fue lo que pasó, entonces aquel objeto fue algo que ella había recogido antes de volver con Fii.
Lentamente y en silencio se acercó para inspeccionar lo que había tirado, estando a menos de un metro la inseguridad la invadió. ¿Qué era eso? ¿Por qué ella lo recogió? ¿Y si ella no lo recogió a propósito sino que se le pegó y se liberó de casualidad?
Muchas dudas llenaron su mente pero no lograría nada pensando en eso, dio un gran respiro inflando su pecho, para obtener el valor suficiente para agarrarlo, estiró su mano temblorosa pero a escasos centímetros, algo tocó su espalda.
— ¡¡KYAAAAAAAA!!
— ¡¡¡Hiiiiiii!!!
Con el corazón a punto de salirse de su pecho Camila dio un grito mientras saltaba hacia atrás, todo su pelaje se había erizado ante el gran susto.
Por otro lado Fii, quien era el culpable de haberla asustado, también había dado un grito más agudo que el de Camila.
— ¡¿Fii?! ¡¡¡Qué susto me has dado!!! —Sostuvo su pecho tratando de tranquilizar su respiración.
— Yo, solo te toqué la espalda... —respondió agachando la cabeza.
— Sí... Perdón no te había escuchado acercar...
Fii se sintió culpable por un momento, pero después de recordar la reacción de su hermana empezó a reír entre dientes.
— Huuug, parece que te estás riendo de mí.
— Jiji, Nooooo. —Miró a otro lado.
Después de un largo suspiro Camila recordó lo que estaba haciendo. Rápidamente buscó con la mirada aquel objeto extraño, para terminar dándose cuenta que estaba debajo suyo.
Con un salto se paró casi instantáneamente, llamando la atención de Fii, quien todavía se reía en silencio.
— ¿Pasa algo hermana?
Esta vez no se había pegado a ella, o el salto había hecho que se despegara, siendo cualquiera de las dos opciones no parecía ser una potencial amenaza.
— No... está todo bien. —Respondió sin quitarle la mirada a aquel objeto.
Fii inclinó ligeramente la cabeza y luego dirigió su mirada hacia donde veía su hermana.
— ¿Qué es eso?
— Todavía no lo sé...
Las dos miraron atentas para detectar cualquier movimiento, pero se mantuvo quieto y en silencio. Ni siquiera parecía estar vivo.
Después de unos minutos de observación, Fii dio un bostezo, demostrando su aburrimiento. Al parecer no estaba vivo y no era una criatura, concluyó Camila.
Esta vez Camila lo agarró sin temor. Levantándolo del suelo pudo sentir su suavidad y lo frágil que era, tenía un ligero aroma a sangre y tierra lo que le causaba desconfianza, pero después de examinarlo por un tiempo confirmó que no estaba vivo.
Rápidamente Camila perdió el interés y lo dejó a un lado, al ver esto Fii exigiendo su turno para verlo, lo tomó y empezó a jugar con eso.
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Todo lo sucedido había tomado mucho tiempo.
Los últimos rayos de la estrella se vieron opacados por las empinadas montañas, haciendo que la noche caiga rápidamente sobre ellas.
Sin la ayuda de la estrella y con la frialdad de la noche, Camila y Fii siempre se detenían para descansar, así recobraban energías para la caminata del día siguiente. Para evitar el frío, ellas utilizaban las piedras que consiguieron el primer día de su despertar, estas al chocar entre sí producían chispas que al contacto con ramas secas prendían fuego.
Esta vez escogieron una pequeña loma donde no había mucha vegetación. En la cima, el suelo era lo suficientemente plano para caminar sin problema y permitía ver mejor los alrededores.
Del suelo sobresalían grandes pilares blancos de distintos tamaños, habían más de esos pilares pero tenían distintas formas y tamaños. Era un sitio muy llamativo y lo que más llamaba la atención era una pequeña cueva hecha del mismo material de los pilares donde ellas habían decidido descansar.
Parecía un cilindro deforme, mientras más se adentraban más se achataba, en la parte más alta había dos orificios esféricos lo suficientemente grandes como para que Fii pase gateando. La estructura era muy compleja como para que se haya formado naturalmente, pensó Camila.
Las paredes parecían estar hechas de dos hileras de piezas pequeñas que terminaban en punta. Lo que Camila no sabía era que estaban en el cráneo del esqueleto de una Criatura. Los supuestos pilares eran las costillas y los pilares caídos eran los demás huesos de sus extremidades.
Sin conocimiento de esto, Camila pensó que era un buen lugar para descansar. Mantendrían el calor y estarían protegidas de posibles peligros.
Acomodando las ramas una encima de otra, buscó las piedras azul oscuro para encender fuego.
— Fii entra, voy a encender el fuego.
— ¡Voy!
Entrando rápidamente Fii se paró frente a su hermana, esperando que ella lo viera.
— ¡¡Llegué!!
Pero Camila no lo notó y siguió buscando las piedras, al encontrarlas las golpeó entre sí para generar chispas, estas cayeron sobre las ramas pero no se encendieron.
— Jummg, jummg
Fii que parecía aclarar su garganta seguía parado frente a su hermana, pero Camila no apartaba la mirada de las piedras, haciendo que Fii ponga más énfasis a sus "aclaraciones de garganta"
— JUMMG, JUMMG
— ¿Pasa algo? ¿Estás...?
Después de escuchar a Fii por segunda vez, Camila levantó la mirada para encontrarse con un Fii un poco diferente de lo usual.
Sus manos estaban sucias por jugar con el barro, a pesar que le dijo que se lavara cuando termine de jugar, pero lo que más le llamó la atención fue lo que llevaba puesto.
— ¿Eso... ?
— Jeje por fin me viste —Puso sus manos en su cadera e hinchó su pecho con orgullo— ¡Descubrí cómo se utiliza!
Fii llevaba puesto el objeto con el que anteriormente se había encontrado Camila, tanto sus brazos como su abdomen estaban cubierto, sus piernas estaban cubiertas hasta la parte inferior de la rodilla, pero en la parte del cuello colgaba material sobrante.
Al darse cuenta de la mirada de su hermana, Fii rápidamente trató de explicar su función.
— Esta parte es para taparse la cara ¡Así no te molesta la luz!
— Si que taparía la luz, pero no verías nada... ¿Te lo puedes quitar?
Camila al dar un vistazo a Fii estaba claro que no le quedaba bien, las mangas cubría por completo sus brazos dificultando maniobrarlos, en la parte de los pies sería muy peligroso si Fii empezaba a correr, la longitud no le permitiría mover sus piernas.
— ... Eso... Todavía no lo sé...
Agachando la cabeza y bajando la voz gradualmente, todo el ánimo que había mostrado se derrumbó con esa pregunta. En realidad no había descubierto cómo se utilizaba, solo había quedado atrapado y quería disimular su vergüenza.
— Pufff.
— ¡¡No te rías!!
— Tranquilo, tranquilo. Ven, te ayudaré a quitártelo.
Obedientemente Fii rodeó las ramas aún sin encender y se sentó al lado de su hermana.
— hummm... Intenta levantar las manos.
Después que Fii levantara sus brazos Camila pudo deslizar aquel objeto, liberando a Fii.
— Ummmu... Eso fue muy fácil para ti ¡Es trampa!
— Tranquilo...
Ahora con el objeto en sus manos Camila lo observó, después de ver a Fii una idea cruzó por su cabeza.
Dándole vuelta metió sus manos por el hueco más grande, levantando sus brazos deslizó el objeto hasta que su cabeza salió del otro lado. Poniéndose de pie vio cómo le quedaba a ella.
Encajaba a la perfección, de las mangas no sobresalía como con Fii, y le llegaba hasta el muslo dando libertad a sus piernas para moverse libremente.
— ¡Ooooh! Te queda bien hermana ¿Dónde lo encontraste?
— Todavía no estoy segura...
El material sobrante esta vez se encontraba en su nuca, lo levantó para tapar su cabeza, pero terminó golpeando sus antenas.
Un estremecimiento corrió por su cuerpo, como cuando golpeas la punta de su codo, pero esta vez recorrió desde su cabeza hasta sus pies.
— ¡Huuh! -—Sostuvo su cabeza.
Se había dado cuenta de la existencia de sus antenas el día de su despertar. Sentía cómo el aire chocaba con ellas, pero después de jugar con ellas un rato se dio cuenta que se sentía mareada y su sentido del equilibrio le mentía, Fii al ver eso se había reído mucho, así que en su mente grabó no volver a jugar con eso.
Después de bajar hacia atrás sus antenas, volvió a colocarse la capucha, esta vez logró llegar hasta su frente.
— Ummu... ¿Así debía usarse? —Preguntó Fii.
— Parece que sí, es mucho mejor... Supongo.
— ¡Ummmu! ¡Hermana eres muy inteligente! ¡¡Yo también quiero uno!! Si vuelve a encontrar uno yo lo quiero y también que me quepa.
— ¿Es siquiera posible encontrarme otro específicamente para ti?
— ¡¡Umm!! ¡¡Hermana cruel!! —Responde inflando sus cachetes.
— Tranquilo, tranquilo, solo bromeaba —Risa.
— Hermana, tengo frío —Bostezó Fii.
— Un momento, ahora prendo el fuego.
La noche del tercer día llegó y no habían conseguido ninguna respuesta a sus dudas, por lo contrario aumentaban cada vez más.
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Su conciencia lentamente tomaba control de su cuerpo hasta que por fin pudo abrir los ojos, sobre su pecho había un pequeño cuerpo, era Fii. Las dos dormían juntas para calentarse mutuamente, ya que era peligroso dejar el fugo mucho tiempo sin vigilancia, solo le daban leña hasta que puedan conciliar el sueño.
Su cuerpo se sentía muy pesado, parecía haber tenido una mala noche, pero de alguna forma era distinto. No sentía el cuerpo tenso tras una mala noche, sino que se sentía débil y pesado.
Estiró los brazos y se limpió las lagañas acumuladas en sus ojos, dio un bostezo y se dispuso a levantar a Fii.
Él dormía tranquilo, con respiraciones débiles y casi inaudibles, a simple vista parecía quieto pero los ligeros movimientos de pecho daban señal de su bienestar.
— Fii despierta ya es de día. —Bostezó.
No hubo respuesta.
Fii era un tronco cuando dormía, así que era normal para Camila hablarle varias veces antes de despertar, esto ya había pasado antes.
Estirando su mano tocó el pequeño cuerpo de Fii, para darle unas palmaditas en su hombro.
— Vamos Fii, debemos caminar.
No hubo respuesta.
Si Camila solo le hablara no despertaba, por eso Camila debía de moverlo para que despierte. Aprendiendo cómo hacerlo, Camila lo movió en su segundo llamado, pero Fii no dio respuesta.
Esto inquietó un poco a Camila, quitándole el sueño que todavía dominaba su cuerpo.
— Fii. —Esta vez movió más fuerte a Fii.
— ...Cinco... Minutos .... Más.
La respuesta tranquilizó su pecho.
— Nooop, debemos de movernos. —Suspiró.
— Ummmu... Ok —Dijo mientras se sentaba.
Con el corazón aliviado levantó a Fii, quien tenía envuelto el objeto que encontraron el día anterior. Era obvio que le encajaba mejor a Camila, pero se lo dio a Fii para que no sintiera frío por la noche.
Saliendo del cráneo de criatura donde habían dormido, vieron a pequeñas criaturas corriendo en el bosque. Era la segunda vez que veían una criatura después de despertar, pero estas no se veían para nada peligrosas como la primera criatura que conocieron. Sus cuerpos no tenían pelo dejando ver una piel pálida, las cuatro patas con las que corrían eran cortas y su cabeza parecía que las desequilibraba por su tamaño irregular, de estas salían dos grandes ojos que las miraban con curiosidad.
— ¡¡Mira hermana!!
Señalando a las criaturas Fii habló a Camila, parecía que la escena anterior no hubiera sucedido y que había despertado hace mucho.
— No te le acerques... Pueden ser peligrosos...
El recuerdo de la primera criatura llegó a su mente, pero era innegable que estas criaturas no mostraban ningún signo de hostilidad.
— Ummu... Tienes razón.
Fii parecía un poco decepcionado, pero si su hermana lo decía lo más probable es que tenga razón.
— Hay que rodearlos y seguir caminando.
— ¡Ok! —Respondió sin dudar.
Recogieron las pocas piedras que utilizaban para prender fuego decidieron marcharse, pero Fii detuvo su avance bruscamente.
— ¡Cierto! —Dijo mientras volteaba a ver su anterior refugio.
— ¿Qué?
Siendo tomada desprevenida, Camila no pudo más que pronunciar una palabra, mientras que Fii salió corriendo a la estructura detrás de ella.
— ¡Espera Fii! ¿A dónde vas?
Camila en su confusión le habló a Fii, pero no se detuvo hasta que terminó entrando al cráneo gigante.
Cuando estuvo a punto de correr tras de Fii, su pequeño cuerpo se asomó mostrando una sonrisa traviesa.
— Jijiji
— ¡No corras-!
Fii corrió de vuelta hacia Camila ignorando la advertencia de su hermana, pero terminó tropezando y cayendo evitando que lo que sostenía en sus manos golpeara el suelo. El motivo de su caída era la prenda que aún llevaba puesta.
Camila acercándose al dolorido Fii se agachó para ayudarlo a levantarse.
— ¡Te dije que no corras!
— Eso no me dolió.
— ¿Quieres que duela para que dejes de correr?
— Nononono —Agitó su cabeza de lado a lado.
Caerse de esa manera sin apoyarse con sus brazos debería ser muy doloroso, o por lo menos esa fue la impresión que Camila tenía, pero si recordaba su primera noche ella había sido empujada por una explosión terminando golpeando un árbol, pero para su sorpresa el dolor fue menos del que había esperado.
Más dudas llenaron su cabeza pero ahora quería saber el motivo de Fii.
— ¿Por qué hiciste eso?
— Jijiji... —Arrodillándose para una mejor presentación dijo— ¡¡Tada!!
En sus manos Fii sostenía un extraño objeto hecho de barro. "Lo que ocultó ayer" pensó Camila, pero no entendía el significado de eso.
— ¿Hiciste todo esto para esa cosa? ¿Qué es?
— Jiji...
Fii parecía orgulloso por su trabajo, le ofreció el extraño objeto a Camila. Se puso de pie colocando sus manos en su cintura luego infló su pecho como lo había hecho el día anterior, mostrándose orgulloso.
— Eso es... —Tomó un gran respiro y señaló el objeto en las manos de Camila— ¡Una Casa!
— ¿Una.... "Casa"?
— ¡¡Sii!! ¡Un lugar donde siempre estarás protegido, donde siempre te sentirás caliente, donde habrá risas y no sentirás tristeza! Eso es una "casa".
Al escuchar esto Camila abrió los ojos, lo que acababa de decir Fii de alguna forma sentía que era cierto y a la vez no, como si el término no fuera el indicado, le sorprendió cómo Fii había "recordado" esa palabra, pero Camila por más que se esforzaba por corregir el término de Fii, no encontraba nada en sus recuerdos para poder corregirlo.
El término que ella buscaba era Hogar, dos palabras que parecían muy similares pero una tenía un significado mucho más profundo.
— ¡Eso es lo que buscamos!
— ... Buscamos... Una casa...
Dejando eso de lado, Camila regañó a Fii por su anterior comportamiento, retomaron su camino con un objetivo fijo.
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No hubo cambio en su rutina en el día tres pero esta vez después del atardecer Camila sostenía tres prendas en sus manos.
Otra vez no recordaba cómo lo había conseguido, ni cómo volvió donde Fii, un escalofrío bajó por su espalda, cada vez sentía más miedo de cómo perdía sus recuerdos.
— Hermana, ¡bienvenida!
— Sí... he vuelto.
Fii se veía curiosa por lo que sostenía Camila en su mano, así que se acercó y preguntó:
— ¿Ummu? ¿Qué es eso?
— Esto...
— ¡Ya sé! ¡Es la ropa que te pedí! ¿Cierto?
— ¿"Ropa"? Sí, digo... No sabía que se llamaba ropa...
— Jiji yo estoy para hacerte recordar.
Esta vez Fii rascó su nariz e infló su pecho, dando la impresión que fuera alguien inteligente.
— ¿Cuál es para mí?
Fii inquieto bombardeaba con preguntas a Camila, quien de por sí ya tenía muchas dudas y preocupación en su cabeza.
— No sé... ve cual te queda mejor...
— ¡Siiii!
Dando pequeños saltos alrededor de Camila, Fii demostró su alegría, pero se detuvo para tomar grandes bocados de aire.
— Tranquilo, eso te pasa por actuar así.
Ya tranquilo Fii buscó en la nueva "Ropa" que había traído su hermana, encontrando una prenda igual a la de antes pero más pequeña. Además de un par de prendas negras con distinta forma, estos a diferencia de los anteriores solo tenían tres huecos, lo que llevó a suponer a Fii que eran para cubrir la parte baja.
Ya listo con sus nuevas prendas Fii caminó alrededor de Camila para que lo viera.
— ¿Qué tal? —Miró un tanto nervioso a su hermana.
— Te queda bien, con eso no te podrás caer.
— ¡Siii! ¡Gracias hermana!
Saltando dio un abrazo a Camila terminando sumergiéndose en el pecho de su hermana.
— ¡Me alegra haber despertado contigo!
Camila, un poco sorprendida respondió:
— A mí también, no sé que me hubiera pasado si no estuviera contigo.
Acariciando la cabeza de Fii Camila le sonrió.
— ¿Qué hubiera pasado si no despertábamos juntos?
Con la inocente pregunta de Fii, Camila dudó un poco al dar su respuesta.
Si no hubieran despertado juntos lo más probable es que ella hubiera corrido lejos de la criatura y empezaría a vagar sola, como lo hacía ahora, pero sin las divertidas charlas que tenían, sin las risas, sin las preocupaciones, pasando los días en silencio, con miedo de su alrededor, sin algún contacto amigable.
Lo más probable es que nunca hubiera descubierto el fuego por lo que sus noches serían frías. Sin Fii ella no mostraría su lado fuerte, ya que siempre la protegía, sin Fii... sin alguien con quien conversar ella...
Descubriendo la respuesta Camila respondió.
— Sin recuerdos y sin nadie con quién hablar, lo más probable es... Que hubiera enloquecido el primer día.
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El cuarto día ambas despertaron cuando la estrella estaba arriba de ellas, lo que sorprendió mucho a Camila.
Al día siguiente Fii no despertó hasta que le hablo cinco veces. Poco después Fii se desmayó.
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