Capítulo 3.6: Doble despertar I
Cinco días antes del encuentro con Piero.
Músculos y tripas se estiraban y contraían, creando la danza más repulsiva que pocos tuvieron la suerte de ver. La sangre que rodeaba esta peculiar escena, circulaba por los aires como si fuera una delgada red a punto de caer sobre la presa, como un anillo a un planeta, como un insecto a la flor, esperando su momento para impactar en la superficie.
Dos entidades peleaban por la superioridad, pero no con puños o garras, sino con sus entrañas, estas se superponen entre sí, para ganar su lugar en el cuerpo y sin ceder, sus frágiles estructuras se mezclaban poco a poco, volviéndose uno solo.
¿Cómo terminaron las cosas así? Una intrusa era la culpable. Había esperado el momento adecuado para aparecer, escabulléndose en el último momento y ganar su supervivencia.
Nadie se percató de lo que había hecho y del espectáculo sangriento en el que estaba participando, porque todos estaban inconscientes, ellos estaban en su propia lucha.
Una lucha silenciosa, la primera lucha con la que el planeta les daba la bienvenida, el precio a pagar por su estadía.
Y si no la superaban pronto alguien o algo más vendría por ellos.
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Un cuerpo se encontraba descansando alrededor de fragmentos en medio de un mar de arena, de repente el suelo debajo del cuerpo empezó a moverse y un estruendo, parecido a un rugido, se pudo escuchar a la distancia, era el suficiente estímulo para despertar a cualquiera, pero la conciencia no llegó al cuerpo.
Sus sentidos jalaban a la conciencia para sacarla del limbo en el que se hallaba, pero el fango en el que estaba sumergida la conciencia, se rehusaba a dejarla ir, una pelea de tira y afloja que de no acabar pronto significaría el fin del cuerpo.
En plena pelea los sentidos del cuerpo captaron un llanto, haciendo que la conciencia misma peleara contra el fango para tomar el control del cuerpo.
— ¿Humm?
Al abrir los ojos un gran cielo se podía ver sobre ella, parpadeó un par de veces para ajustar la iluminación, sus sentidos volvían uno por uno. Empezó a oír fuertes golpes, olía el aroma de la sangre, sentía el retumbar de la superficie y saboreaba la arena en su paladar.
— ¡¡!!
Al lado de ella había varias piedras afiladas esparcidas alrededor, o por lo menos eso era lo que ella pensaba. De entre esas "piedras" un pequeño cuerpo se podía ver, tenía una cabeza redonda y grande, en comparación a su pequeño cuerpo.
— ¡Waaaaa! snif snif ¡Mami! ¡Papi! Snif snif.
— Oye -
Su voz empezó a salir, sus cinco sentidos principales se despertaron pero luego su "sentido de supervivencia" fue el siguiente en despertar.
— ¡¡Oye, corre!!
Una gran criatura que nunca antes había visto corría hacia ella, sus musculosas patas, que sobresalían de la parte posterior de su cabeza, hacían temblar el suelo con cada paso que daba; de su boca crecían dientes grandes y gruesos que con solo verlos sabrías que podían partirte a la mitad sin esfuerzo alguno; el resto del cuerpo era todo lo contrario, pellejo pegado a los huesos y con su columna asomando por la arte posterior, hacia parecer que era el cuerpo de otra criatura.
Dejando de ver a la criatura se fijó en el pequeño cuerpo que no paraba de llorar. Si se quedaban allí serían embestidos por la enorme criatura.
La sola idea de que salga lastimado hacía temblar su corazón, y ella no lo permitiría. Se paró y corrió hasta alcanzarlo, sin embargo, no tenían mucho tiempo, la criatura los alcanzaría en cualquier momento.
— Snif snif ... ¿Hermana? —Dijo el pequeño ser al darse cuenta de su presencia.
— ¡...!
Al escuchar esas palabras abrió ampliamente los ojos, su línea de acción fue interrumpida.
— ¿Yo? no... Yo ¡Sí... Soy tu hermana!
— ¡¡Hermana!! Snif snif —La abrazó.
— Espera, debemos salir-
Siendo abrazada repentinamente trató de explicar la situación, pero sus cuerpos dejaron de seguir las leyes de la gravedad y se elevaron por los aires junto con arena y "piedras" filosas.
Cuando entendió que había sido enviada a volar, buscó rápidamente el cuerpo de su hermano, para su suerte estaba cerca, estiró su brazo y lo acercó a su regazo.
— ¡Kyaaaa!
— ¡¡Hiiiieeee!!
Habiendo conseguido sostenerlo, como si el mundo esperara por eso, volvió a sentir la gravedad ejercer su poder, sus cuerpos empezaron a descender con cada vez más velocidad, impactando, para su suerte, en la cima de una duna de arena.
Sus giros y la arena de la duna absorbieron el impacto de la caída, evitando que reciban algún daño grave.
— Stupf stupf. —Escupió.
— Puupf puupf. —Escupió.
Escupiendo la arena que entró en sus bocas se levantaron y observaron su entorno. Un mar de arena se podía ver, a lo lejos había grandes filas de montañas y siguiendo esa línea de visión se podían ver árboles marcando el fin del desierto, pero no era momento para ver el paisaje.
Después de escuchar un fuerte bramido voltearon para ver qué lo habría producido, para volver a ver a la criatura que las había mandado a volar anteriormente.
— ¡¡Hiiieee!!
— ¡¡Corre!!
Y así aquellas dos criaturas tuvieron su despertar en un mundo desconocido y sin recuerdos.
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— Haaaaa .... aaaaah...
— Hej... Her fuuu... herma na... ¡¡Hermana!!
— shiiii... baja la voz... —Jadeó— Todavía puede estar... cerca...
Sin aliento, después de ser perseguidos por media hora, por fin los dejaron descansar, ambos respiraban pesadamente pero su vida ya no estaba en peligro, no por esa criatura.
Todavía confundida por lo sucedido miró a su alrededor, habían corrido en dirección a los árboles y ahora estaban rodeados de vegetación. Arena todavía se podía ver pero en menor cantidad. El cambio era ligeramente brusco: de un lado un mar de arena y del otro, un bosque frondoso.
Pero no le tomó importancia, un pequeño estaba a su lado asegurando ser su hermano, ella también pensaba lo mismo, pero por algún motivo sentía una incomodidad al pensar eso.
— Disculpa... ¿Quién eres? ... ¿Tu nombre? —Habló lo más bajo posible.
— ¿Uuumu?... "Fii" ese es el nombre que mamá y papá me dieron... —De igual manera contestó en voz baja.
— ¿"Mamá y papá"? ¿Qué es eso? —Inclinó su cabeza confundida.
— ¿Umu? ... No sé... No recuerdo, pero te recuerdo a ti... Tú eres mi hermana... Pero no recuerdo tu nombre...
— ¿El mío? Pues...
Fii agarrándose su cabeza intentó hacer memoria.
— ¡Ummmmu! No puedo recordarlo. —Dijo desanimado.
— ... Cierto, me llamo "Camila"... creo...
— ¡Sí! ¡Ya recordé!
Un sentimiento extraño al dar su nombre surgió dentro de ella, pero no le dio importancia, ahora mismo quería saber qué debía hacer, estaban vivos, pero, ¿Dónde estaban? ¿Qué hacían allí? ¿Dónde fueron sus recuerdos? ¿Por qué esa criatura las había perseguido? ¿Qué eran esas "piedras" de las que habían salido?
En medio de esas preguntas una aguda voz le habló.
— Umu... Hermana, ¿Qué haremos?
— ¿Qué debemos hacer?... Creo que si caminamos y vemos nuestro alrededor poco a poco recordaremos qué nos pasó.
— Entiendo, ¡Tienes razón! —Dijo muy animado, dejando de ocultar su voz.
— Shiiii, No alces la voz, no quiero que otra criatura similar se enoje con nosotros.
Acercando uno de sus dedos a sus labios, Camila pidió a Fii que no levantara mucho la voz, el curso de acción ya estaba fijo, pero... ¿En qué dirección deberían ir?
Detrás de ellas había un caluroso desierto y delante, una jungla desconocida. Ambas opciones eran igual de peligrosas y desconocidas pero su mala experiencia en una fue clave para la elección. No demoró mucho hasta que Camila decidiese por la jungla.
— ... Vamos por aquí. —Miró con determinación la jungla.
— ¡Sí! —Se le acercó.
Agarrándose de las manos ambos partieron a lo desconocido.
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Después de caminar todo el día, lentamente empezaron a disminuir la velocidad, la luz del día se apagaba y el temor de su interior se encendía cada vez más, si seguían así probablemente el miedo no les permitiría continuar.
La densa vegetación se volvió una pradera que se extendía hasta el borde de un gran cráter, pensaron en ver qué tan profundo era, pero se detuvieron a medio camino por no poder ver el fondo a pesar de haberse acercado a esa distancia, terminando retrocediendo por sus mismos pasos.
— Creo... Deberíamos descansar por hoy.
— Ummu ok. —Hasta ahora no había soltado su mano.
Camila propuso descansar pero no sabía qué hacer, no había un lugar fijo para descansar, así que buscó a su alrededor y terminó encontrando una gran abertura en una montaña.
Era una cueva estrecha, lo suficientemente ancha como para caminar hombro a hombro. Adentrándose inspeccionó la cueva, las paredes solas no se veían muy resistentes pero había piedras de color azul oscuro, de distinto tamaños, incrustadas por toda la pared dando la sensación de firmeza. Mirando dentro se veía profunda y no había rastro que algo lo esté habitando, así que consideró que la cueva era segura.
— Espérame aquí, saldré para ver los alrededores.
— ¿Nos separaremos? Yo no quiero separarme de ti. —Aumentó su agarre.
— No te preocupes, solo veré si alguna criatura está cerca. —Acarició su cabeza.
— Umu... De igual manera... Solo quiero estar contigo...
— Se está oscureciendo más, y las cosas blancas que flotan en el aire se están acumulando.
— Pero... —La miró buscando alguna excusa— esperaré... —Agachó la cabeza.
— Muy bien. —Acarició la cabeza de Fii— Entonces... Ya vuelvo, si pasa algo grita lo más fuerte que puedas, vendré lo más rápido posible.
— ¡Ok!
No hubo más quejas así que Camila salió de la cueva para ver los alrededores. Quería aprovechar los últimos rayos de luz para revisar su entorno, sin embargo, no se escuchaba ruido de pisadas o alguna criatura rondando, no como en la mañana. Solo el viento moviendo las hojas de los árboles rompiendo el silencio tétrico.
Se sintió más tranquila sabiendo que no había amenazas cerca, dio un largo suspiro, estiró las extremidades y parpadeó un par de veces. Estaba lista para volver con Fii, pero cuando abrió los ojos la luz naranja del atardecer había cambiado a una tenue luz blanquecina que era reflejada por una esfera en el cielo nocturno, pero lo que más le llamó la atención es lo que estaba frente de ella.
Un gran hueco en una montaña, ella estaba frente a la entrada de la cueva ¿Había caminado tanto solo estirándose? ¿O no se había alejado mucho?
Antes de poder razonar sobre el extraño suceso escuchó la voz de Fii llamándola.
— ¡Hermana, ven mira!
— ¿Huh? ¿Qué pasa Fii?
— ¡Ven, mira, mira!
Fii agarró la mano de Camila y se dirigió dentro de la cueva, sorprendentemente era más profunda de lo que parecía y a pesar de estar adentrándose la iluminación no disminuía sino aumentaba, cuando dieron un giro a una esquina se pudo apreciar el mismo pasadizo pero esta vez en sus extremos había setas que emitían luz.
La luz de las setas se reflejaban en las piedras azules que se encontraban en las paredes, haciendo que la iluminación se distribuya por toda la cueva, ¿Quién pensaría que este pequeño paisaje se encontraba escondido en esta cueva?
Camila estaba asombrada por la vista, pero una duda llegó a ella, las cuevas parecen ser buenos refugios, entonces... ¿Por qué esta cueva estaba vacía?
Mientras esa duda giraba en su mente Fii caminaba entre las setas dando pequeños saltos para no pisarlas, parecía estar divirtiéndose.
Cuando el pensamiento "es peligroso" cruzó por la mente de Camila, Fii se agachó y tocó la seta delante de ella.
— ¡Espera! —Gritó pero era demasiado tarde.
— ¿Huh?
Camila lo intentó en vano, la luz que emitía la seta cambió de un blanco a un morado, a la vez que crecía de tamaño, llegando a triplicar su tamaño inicial.
— ¡Fii! —Agarrando la mano de Fii empezó a correr— ¡Corre!
— ¡Huuuuaaaaa!
Siendo jalado por su hermana Fii tropezó al empezar a correr, pero el agarre de Camila no cedió, levantándolo y dándole la oportunidad de retomar la carrera.
La seta que se había hinchado ahora era de un color obsidiana, se había hinchado tanto que había perdido su forma terminando chocando con las setas de su alrededor, que también repitieron la acción de hincharse y tocar más setas.
Cuando lograron salir de la cueva doblaron su camino saliendo de la dirección de entrada a la cueva, se pudo escuchar un ruido sordo saliendo de la cueva y seguido al ruido múltiples explosiones hicieron temblar el suelo donde estaban parados, haciéndolos tropezar.
Cayendo al suelo Camila cubrió el cuerpo de su hermano abrazándolo. Era la segunda vez que reaccionaba así, para ella era casi instintivo, pero eso no fue suficiente, después del temblor una gran cantidad de aire y polvo los levantaron haciéndolos rodar un par de veces hasta chocar con un árbol.
Camila tosió, a la vez que soltaba a su hermano, el golpe sorprendentemente no le había hecho daño alguno, solo le quitó un poco el aire, confundiendo a Camila que se esperaba una pérdida total del aire en sus pulmones a la vez que recordaba que tenía pulmones.
— ¡¡Hermana!! ¡¿Estás bien?! —Salió de su agarre para ver su estado.
— Huug... Sí estoy bien, pero... ¿Tú, te encuentras bien? ¿No te duele alguna parte?
Fii miró con asombro la respuesta de su hermana, luego bajó la mirada y dijo.
— ...Pe-perdón... snif, snif, disculpa... fue mi culpa, snif, snif si yo no...
Balbuceando palabras de lamento Fii empezó a llorar, las lágrimas salían a chorros, levantó sus manos para evitar que salgan más, pero lo único que logró fue empapar el pelaje de sus manos.
— Ya tranquilo, ya pasó... Estamos bien, no nos pasó nada.
Agarró la cabeza de Fii y la apoyó en su pecho, gentilmente acarició el grueso pelo de su cabeza y le dio palmaditas.
De la cueva todavía se escuchaban pequeñas explosiones, por lo que varias piedras seguían siendo disparadas provocando grandes chispas, eran las piedras que había visto incrustadas en las paredes. Al ver el impacto de esas piedras una gran chispas fue producida y esta golpeó maleza cerca de un árbol, la cual prendió fuego.
Camila fue testigo de la creación del fuego, el cual arrasó con el árbol emitiendo una luz que se sentía cálida, alejando el frío de la noche.
Cuando Fii por fin se tranquilizó miró cómo las llamas danzaban alrededor del árbol dejando las ramas sin vida y frágiles, para después abandonarlas y dejarlas caer lentamente.
Los dos habían caído en trance al ver la demostración de poder del fuego, su calor abrazaba sus cuerpos fríos haciéndolos sentirse seguros. Por un momento la imagen de una estructura extraña cruzó por la cabeza de Fii, dentro de esa estructura también se podía sentir ese calor, esa protección, no tendrías preocupaciones si estabas dentro, con tus seres queridos... Con tus familiares.
El rostro de Fii todavía estaba húmedo por las lágrimas, él ya se había tranquilizado, pero unas lágrimas salieron de sus ojos, ¿el motivo? Él no lo sabía.
Cuando una gota cayó en su espalda logró salir del trance en el que estaba, tomada por sorpresa giró rápidamente la cabeza, llamando la atención de Camila
— ¿Pasa algo?
— Algo... Cayó en mi espalda.
Dándose vuelta no pudo ver nada detrás, pero otra gota golpeó su hombro y luego otra su cabeza. Dirigió la mirada arriba suyo y vio cómo pequeñas gotas caían del cielo.
— ... ¡Lluvia... Lluvia! ¡Está lloviendo!
— ¿Huh? —Mirando al cielo– Sí, parece que sí.
Lluvia empezó a caer sobre ellas, inició lento pero no demoró mucho hasta que la lluvia los mojó por completo.
— ¡Lluvia!
Levantando las manos Fii fue la primera en ponerse de pie, dejando atrás su tristeza por lo sucedido.
— ¡Debemos buscar otro lugar para descansar!
— No ¡Me gusta la lluvia!
De pronto la luz que las había estado iluminando se apagó, llevando consigo el calor.
— ¡¡El fuego!! Nooo... Fii rápido recoge algunas piedras, necesitamos prender fuego en otro lado.
— ¡Aaaah! ¡Se fue el fuego! También me gustaba el fuego. —Dijo algo desanimado.
— Rápido, no es bueno estar mojados.
— ¡Pero, ¿Por queeeeé?! —Mostró su queja.
En medio de la conversación, el cielo se iluminó de repente y casi instantáneamente un gran estruendo se escuchó.
— ¡¡Kyaaaaaa!!
— ¡¡¡HIIIIIIEE!!!
Un rayo fue lo que interrumpió su conversación, rápidamente se apresuraron a recoger las piedras y corrieron en busca de un refugio, y así Camila y Fii pasaron el primer día de su doble despertar.
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Una conciencia que había estado sumergida en lo más profundo del fango, lentamente había llegado a la superficie, pero para su mala suerte el cuerpo ya era manejado por otra conciencia, aún así pudo tomar el control del cuerpo en un descuido, pero la otra conciencia retomó el control poco después de habérselo quitado. Eso la tomó por sorpresa.
¿Por qué perdió el control? ¿Había hecho algo mal? El motivo aún le era desconocido pero eso no le impediría seguir intentándolo, su silenciosa pelea recién había comenzado y no planeaba rendirse.
A pesar de no tener recuerdos de su pasado ella mantiene completamente su personalidad, no tiene dudas de quién es ella y sabe que hará lo que sea necesario para conseguir lo que quiere.
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