Cuando Fron volvió y notificó sobre su hallazgo, todo aquel que escuchó se detuvo, interrumpiendo así el avance de los demás. Estaban cargando un K-Grio sobre sus espaldas, detenerse de improviso sería peligroso además de que quedarse en un mismo lugar haría más fácil que los encuentren. Debían tomar una decisión rápido.

— Debemos regresar a la aldea. Regresaremos cuando aseguremos la comida. Por ahora apresuremos el paso.

Como buen líder, Ron decidió sus acciones más rápido que los demás.

— Entendido. —Fron regresó a su posición.

— Informen a los exploradores. —Ron miró a todos los que se detuvieron— Avancemos.

Los encargados de la comunicación asintieron y se desplegaron. Todos obedecieron sus órdenes y aceleraron el paso.

— Si quieres puedes ir y ver tú solo.

— No, no, tomaste una buena decisión... —Negó con la cabeza.

— ¿Estás seguro? te ves muy pensativo.

— Solo es por la curiosidad, sabes que nunca creí tu historia a pesar de lo que me enseñaste.

— Je, eres duro de convencer si no te muestro pruebas definitivas, por eso no te agrada la creencia del embarazo doble ¿cierto?

— Sí, creo que es una estupidez. —Arrugó su frente al escucharlo.

Ron se burló por su expresión y siguieron caminando en silencio.

"Pero algo debió de dar origen ese rumor."

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El camino a la aldea fue otra odisea, el olor de la sangre atrajo a muchas criaturas por lo que pelearon para defender su botín. Para suerte suya el plan de exploración funcionó como lo planearon y no fueron emboscados, cada vez que iban a ser atacados ellos habrían cambiado de formación y resguardado su botín.

Ya en la aldea recibieron primeros auxilios de sus familiares, que significaba limpiar sus heridas con agua hervida. Idea que sugirió el sabio, no les causaba nada grave el agua sin hervir, pero el proceso de sanación se volvía más lento, además de irritación o enrojecimiento.

Siempre pensó que su regeneración era rápida y que las heridas empeorarían mucho más, pero eso nunca pasó, le sorprendía mucho cada vez que veía una herida cerrar a pesar de no recibir cuidado.

Al ver a todos siendo atendidos por algún familiar o pareja hizo que se sintiera solo. Hace aproximadamente un año despertó sin saber nada más que su nombre, por más que se forzaba a recordar no aparecía nada en su cabeza y las exploraciones no rendían fruto. Pero no le importaba mucho, decidió abandonar la idea de buscarse a sí mismo y seguir con su vida, ya había conseguido su propia choza y un buen puesto como cazador. Su vida empezaba a tomar forma, después de esta caza sentía que mejoraría.

Solo había un pequeño problema y ese era... Conseguir una pareja. No era porque era tímido o por lo menos no se consideraba tímido, sentía que si lo intentaba conseguiría una pareja fácilmente. Además Ron le contó que había algunas hembras que tenían interes en él, pero ninguna le atraía. Esto le hacía dudar. Hasta algunos de sus compañeros ofrecieron sus hijas para una relación futura, de igual manera las rechazó.

Por un momento cruzó por su cabeza que las hembras no eran lo suyo y quizás los machos sí. Pero además de un malestar y un escalofrío tampoco sintió atracción por ellos.

— ... —Suspiró.

Limpió sus heridas mientras veía a los demás. Quizás necesitaba aceptar a la siguiente hembra que se le ofresca y formar una familia. Aunque pensar en hijos tampoco le gustaba.

Como si el destino estuviera en su contra empezaron a llegar todos los hijos e hijas a recibir a sus padres. El ruido incrementó disipando su momento de contemplación. Y como si no fuera poco escuchó risas detrás de él, lograba hacer una aproximación de quién sería y qué haría pero se quedó en su lugar solo para darle el gusto.

Tal como lo anticipó una pequeña niña saltó a su espalda empujándolo hacia delante.

— ¡Hey! ¿Qué hay en mi espalda? —Fingió ignorancia.

Pudo escuchar la risa del culpable.

— ¡Soy yo, Kai! —Bajó de su espalda y se mostró delante de él.

— Oh, eras tú, no te había escuchado.

— Jiji —Cubrió su boca para que no lo escuche reír.

"¿Está más animada de lo usual?"

Empezó a correr en círculos alrededor de él, era una vista muy común últimamente pero faltaba una más, probablemente ahora estaba con su padre.

"Kai debería estar con su papá..."

— ¿Y a qué se debe tu visita? ¿No deberías estar con tu papá?

— Huumm. —Frenó levantando polvo— ... ¡Cierto! Papi está siendo limpiado por mi mami. Ella limpiará una mitad y yo la otra.

— Que inteligente de su parte... Pero puedes ayudarlos ahora.

— Huumm... Cierto, ya terminé. —Se sorprendió de sí misma— Pero papi me dijo que lo ayudara como agradecimiento, por el adorno de pelo. —Inclinó su cabeza para que lo vea.

"Quizás por eso está muy animada"

— Ahora entiendo, no tenías que-

Cuando estaba intentando ser condescendiente recibió una bola de barro de parte de Kai. Fue tan repentino y sin razón que no pudo esquivarlo, mientras la adorable pequeña sonreía como si no hubiera hecho nada malo, es más, se agachó a recoger otra bola más.

— ¡Espera, espera! ¿No venía a ayudarme a limpiar?

Kai lo miró confundida, e inclinó su cabeza a un lado.

— ... ¿Cómo lo voy a limpiar si no está sucio?

Ciertamente estaba más limpio de como había llegado, no podía refutar completamente la pregunta de Kai, además era una inocente niña no debería enojarse.

"Tranquilo, solo está tratando de ayudar..."

— ... Tienes razón, pero no me lo lances...

— Jiji, Sí, sí. —Asintió con la cabeza repetidas veces.

Siguiendo su recomendación, empezó a cubrir su cuerpo con tierra. Minutos después su cuerpo estaba completamente lleno de tierra. Estaba mucho peor de como había llegado a la aldea.

— Jiji, ya está, ahora limpiaré.

Corrió a traer depósitos con agua, que llegaron con mitad de contenido. No sabía si era porque lo derramó en el camino o porque no podía cargar más, al final tuvo que hacer varios viajes.

"Bueno no ensució las heridas..."

Después de lanzarle el primer chorro de agua gran cantidad de suciedad cayó de su cuerpo.

"Tranquilo... Lo hace como ayuda..."

Después de reírse por su travesura empezó a limpiar su cuerpo, al principio sus movimientos fueron bruscos, pero poco a poco empezó a ser más gentil. Le sorprendió lo atenta que fue. Se aseguró de limpiarlo adecuadamente con una melodía que repetía para romper el silencio.

"Quizás un hijo no estaría tan mal..."

Sus pequeñas manos recorrían su pelaje limpiándolo tiernamente, dejó que ella siguiera con lo suyo mientras pensaba en otra cosa. Después de todo la sensación no era desagradable.

"Ron lo mencionó una vez, hace todo por sus hijas y por su hembra, si consigo pareja ¿Mejoraría igual que Ron? ... Bueno puedo intentarlo... Quizás Lía, la hermana mayor de Leo, después de todo es muy hábil cocinando y dicen que es buena en la-"

— ¡Listo! —Levantó el depósito con agua y dio la vuelta para marcharse.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Kai, pero había otra cosa que no entendía.

— ¿Listo? ¡Espera! —Llamó a Kai que ya había dado media vuelta para irse.

— ¿Si? —Volteó a verlo.

La expresión en su rostro indicaba que no sabía por qué la estaba llamando.

— No has acabado.

Kai solo había limpiado su mitad derecha, dejando la izquierda completamente sucia. No entendía por qué había dicho que se estaba retirando si todavía tenía agua en los depósitos.

— ... Yo quería limpiar a mi Papi, pero solo limpié su mitad. Él me dijo que lo ayude a usted. Y ya limpié la mitad que faltaba. —Levantó una mano y la agitó— Nos vemos luego.

Su pequeña figura dio la vuelta y empezó a correr, salpicando el agua de los cuencos.

— ¿Entonces por qué ensuciaste todo mi cuerpo...?

En ese momento la buena imagen que había visto en ella se borró, nuevamente.

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Cuando por fin estuvo completamente seco buscó a Ron, habían quedado en ir a ver las estructuras que encontró Fron en su regreso. Fue fácil hallarlo ya que era el centro de una gran multitud, se había perdido la celebración previa a la celebración por la caza, la mayoría de hembras estaban ayudando a preparar la comida y los machos más destacados en la caza estaban contando su experiencia en medio de la aldea.

Sus fuertes y gruesas voces resonaban en la cueva, sus grandes cuerpos estaban envueltos en pieles tapando sus heridas, golpeaban sus "cráneos trofeos" generando una melodía de festejo. Le gustaba esa composición pero siempre pensó que le faltaban muchas piezas y sonidos, no sabía cómo explicarlo.

"Con suerte no me notarán." —Pensó antes de adentrarse al epicentro del festejo.

Trató de acercarse a Ron evitando llamar la atención pero fue inútil. Uno de los machos lo miró y le llamó con su voz ronca, y fue nada menos que el padre de Kai, Keia.

— ¡Hey! ¡Sabio!

Hicieron contacto visual por lo que no pudo fingir que no lo había escuchado. Suspiró en su mente y decidió devolver el saludo.

— Hola. —Agitó su mano— Esto-

— ¡Oigan miren es el Sabio! Por fin salió de su casa.

Había intentado acercarse y hablar solo unos minutos con él, pero ahora sería imposible escapar hasta que termine la fiesta. Todos voltearon a verlo y empezaron a hablar de él. Después de todo, con sus ideas e inventos, cambió su mala racha en la caza. Todos estaban agradecidos y aprovecharon la oportunidad para agradecerle.

La multitud empezó a rodearlo y a contar su experiencia al ver el vuelo de las lanzas, todos hablaban de lo mismo pero de distintas perspectivas, hasta tuvieron un debate de con qué podían comparar esas lanzas.

La muchedumbre lo abrumaba, no estaba acostumbrado a que todos le presten atención, después de todo la mayor parte del tiempo la pasaba encerrado ideando planes y conversando con Ron, que lo visitaba regularmente.

— ¡Pero qué sorpresa verte por acá! El número uno de la caza.

No supo en qué momento llegó pero Ron ya lo había abrazado del cuello.

— ¡Ron!... ¿Espera número uno? —Lo miró asombrado.

Cada vez que llegaban de un día de caza en el que lograron cazar una criatura, el tema de conversación principal era nombrar al número uno, la discusión podía volverse muy violenta en la mayoría de ocasiones pero Ron siempre lograba que queden conformes con su elección. Últimamente no volvían con ninguna presa a la aldea y pensó que habría un gran alboroto para elegir al número uno. Sin embargo al ver la expresión de todos dudó de su idea.

— Está muy claro y creo que todo piensan igual ¡Tú eres el número uno de esta caza!

Ron levantó su mano y todo los demás lo siguieron con un estruendoso rugido. Casi pudo sentir temblar el suelo. Todos lo miraban orgullosos y con lealtad. O eso pensaba él.

La sensación de ser visto por todos lentamente empezó a gustarle. Ser el número uno no se sentía mal después de todo.

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La fiesta fue celebrada a lo grande, había comida de sobra y la idea de guardar comida no existía entre ellos, después de todo la comida se pudriría en menos de un par de días. Siempre pensó que comía de más y siempre le decían que estaba delgado pero ese día le sorprendió lo que pudo comer hasta estar satisfecho.

Se dejó llevar por el ambiente y escuchó atentamente algunas propuestas de emparejamiento, terminando con cuatro posibles candidatas.

Ahora tenía la difícil decisión de escoger a una de ellas.

— Primero debo averiguar si ellas también me aceptarían... No quiero obligarlas a nada. Con suerte se reducirán solo a una...

Mientras pensaba en su futuro escuchó pasos fuera de su casa seguidos de toques en su puerta. Sí, al final terminó volviendo a su casa para descansar de la multitud.

— Soy Ron ¿Puedo pasar?

— ¿Ron? Claro, entra.

La puerta se abrió, aunque la puerta solo era un tablón sobrepuesto y no había ningún tipo de seguro.

— Normalmente entras sin hacer ruido ni preguntar ¿Qué pasó?

Ron no se mostró tan casual como normalmente era. La mayoría de las veces terminaba asustándose al darse cuenta de su presencia. Pero esta vez no ocultó su presencia y tocó la puerta, ya dentro Ron miró la habitación de lado a lado.

— Bueno, escuché que por fin aceptaste pareja ¿No la trajiste?

Ahora entendía el por qué de su comportamiento. Suspiró y giró los ojos.

— Todavía no... pero tengo cuatro opciones ahora mismo. Quiero saber si ellas me aceptarían también.

— Je, entiendo. Está bien conocer su opinión. Pero con tu posición podrías tener a las cuatro si ellas aceptan.

— ¿Para qué tantas? —Arrugó su frente disgustado— Tengo problemas al pensar en convivir con una ¿Y me dices que tome a las cuatro? —Miró a Ron con cara de desagrado.

— Jajajajajaja. —Rio al ver su cara— Realmente piensas de manera diferente a los demás. —Palmeó su espalda.

— Lo digo en serio.

— Te creo, te creo. —Tranquilizó su risa— no es malo, pero eso me agrada de ti, tienes un punto de vista distinto al nuestro.

Ron siempre lo halagaba, decía que veía algo nuevo en él y que podría superarlo, nunca lo había entendido y seguía sin entender, se consideraba uno más de ellos, alguien promedio quizás, pero nunca pensó en ser algo más. Hasta el día de hoy.

— ... Ron, sobre...

La idea de ser líder sonó más fuerte que las anteriores veces, esta vez se sentía distinto a como era antes, el día de hoy demostró que podía ser mejor.

— ¿Sobre?

Pero al ver a Ron sintió su inferioridad y desechó la idea.

— ... Sobre la estructura que encontró Fron. Quería ir a verla.

— También venía por ese tema. Vamos con Fron él sabe el camino mejor que nosotros.

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Con Fron liderando el camino los tres salieron de la aldea. Ron no quería interrumpir la diversión de los demás y llevarlos a una exploración adicional. Terminando con su pequeño grupo.

— Ahora que todos reconocieron tu inteligencia ¿Pensaste en tomar mi puesto?

De nuevo habló sobre el tema, tanta insistencia le parecía sospechoso.

— Lo pensé pero...

— ¿Tienes problemas?

— No quiero tener hijos... —Suspiró— Y si me vuelvo líder entonces nadie tendrá la oportunidad de tenerlos.

Ron lo miró por un momento y empezó a reír.

— Jajajaja ¿Solo por eso? No me canso de hablar contigo. Jajajajaja, haaa... —Sujetó su estómago.

— No sé qué le ven a los hijos, son demasiados inquietos y difícil de tratar cuando todavía no caminan ¿Por qué pasaría por ese problema?

— Jajajajaja. —Respiró profundo y tranquilizó su risa— Haaa. Bueno estás viéndolos muy superficialmente, yo tenía pensamientos similares que los tuyos pero después de tener a Rai sentí que algo en mí cambió.

Ron caminaba al lado suyo con la mirada al frente, pero sabía que no veía el camino, sino la imagen de su hija.

— No puedo explicarlo, pero cuando la vi por primera vez me decepcioné al no ser macho, todavía tenía el pensamiento de que un hijo sería problemático y si tenía uno por lo menos esperaba que fuera macho para entrenarlo.

— ... ¿Entonces cuándo cambió tu forma de pensar?

— Ese mismo día cuando la cargué.

— ¡¿Tan rápido?!

Pensó que el cambio sería progresivo conforme la veía crecer o algo similar, pero la respuesta lo sorprendió.

— Jajaja, sí, fue rápido. Cuando la cargué pude sentir su pequeño cuerpo, lo frágil que era, su calor, sus torpes movimientos y su escénica. Sabía que ella era mi hija, sentí que podía encontrarla hasta con los ojos cerrados. Ella era una parte de mí y de su madre. Allí fue cuando cambió mi forma de verla.

— ... Creo que tienes razón. No lo entendería hasta que tenga uno, porque no entendí nada.

Ron que parecía estar recordando una escena muy importante para él, frunció su frente disgustado. Lo cual era poco usual para él.

— ¡He! Que insensible eres, algunos te llaman así.

— ¿Insensible?... Yo siento dolor y frío no soy insensible. —Ladeó la cabeza confundido.

— Sí, bueno ¿Quieres el puesto ahora? Puedes no tener un hijo y hacer un anuncio para que tengan un par. No creo que se nieguen.

— ¿Eso es posible?

— ... Nunca lo hemos hecho nosotros, pero un refugiado que llegó hace tiempo contó que pasó en su aldea.

— ¿Un refugiado? ¿De qué hablas?

— Pasó hace mucho, en ese entonces tenía quince años, al parecer la aldea de donde escapamos cambió drásticamente para peor. Pero fueron rumores, lo que sí sé es que aquel refugiado murió poco después, llegó muy herido.

— Cierto... Ustedes escaparon... No me puedo imaginar que un líder logre controlar a tantos de nosotros. Hasta a mí me parece difícil.

— No te preocupes, será fácil.

— ¿Será? ¿Asumes que seré líder?

— Bueno, quiero pasar más tiempo con mi familia después de todo.

— ... Si tú-

— Llegamos.

En plena conversación Fron se acercó a ellos para informarles que habían llegado. Despejando la maleza del camino avanzaron hasta poder ver la estructura delante de ellos.

Los dos quedaron sorprendidos por el tamaño de la estructura. Ya que fácilmente superaba el tamaño de la cueva donde vivían.

Para los tres que veían aquella estructura la compararon como un conjunto de piedras afiladas y de una pureza elevada. Tenía varios pasadizos y una maleza que nunca antes habían visto salía de todas las ranuras que tenía. Alrededor de esta estructura todo estaba destruido o quemado dejando un largo camino, pero la vegetación lentamente se había abierto paso camuflando algunos lugares y parchando la superficie.

— ... Fron, esta no es la estructura donde llegó.

— Lo sé, mire aquí abajo. —Se deslizó para estar la altura de la estructura.

Frente a ellos una piedra hueca, la misma que le enseñaron después de despertar. Su cabeza empezó a doler repentinamente pero nadie se dio cuenta de su malestar.

— ... ¿Qué?

Ron que empezó a ver el alrededor encontró no una piedra más, sino que miles de ellas tiradas en una sola parte, delante de él tenía un campo lleno de las mismas piedras en la que llegó el sabio.

— Haa... —El dolor aumentó— ¡Haaa! —Sentía que su cabeza se inflaba— ¡HAAAAAAAAA! —Sentía que explotaría en cualquier momento— ¡¡HAAAAAAGHAAAAAAA!!

El dolor aumentaba tan rápido que perdió la sensación de sus pies y cayó al suelo, ya no le importaba los golpes que dio al caer, ahora mismo sentía que su cabeza explotaría, rodó en el suelo sin entender qué pasaba pero ya no podía razonar, solo rodar y gritar por el dolor que había invadido su cerebro.

Y en un instante sus recuerdos perdidos llegaron a él.