Capítulo 22: Un vistazo más detallado.

Esta vez durmieron mucho más cómodos que la noche anterior, estuvieron más juntos pero eso no les molestó. Los cinco durmieron cómodamente, quizás fue el frío de la mañana, la comodidad de la cama y el agradable calor corporal de los demás que ninguno se levantó hasta que empezaron a tocar la puerta.

El primero en levantarse fue Piero. Levantarse últimamente le estaba costando, cada vez que se levantaba sentía como si fuera despegado de un fango acogedor. Una sensación extraña ya que el fango no es muy agradable que digamos. A menos que te gusten las cosas viscosas. Pero esa sensación estaba combinada con haber tenido una agradable noche de sueño.

Estaba al borde de la cama por lo que pudo salir de ella sin levantar a nadie. Pero quien tocaba la puerta no estaba consciente de lo que pasaba en el interior de la casa, por lo que tocó nuevamente, despertando a Riu.

Ella estaba junto con Fii. Y a pesar que quitó una de sus manos de encima, Fii no se despertó, eso demostraba lo cómoda que estaba. Los dos se estiraron para despertar su cuerpo. Piero miró a la despeinada Riu, todavía no se había levantado por completo ya que cerraba sus ojos de vez en cuando.

— Levanta a tu hermana, yo iré a ver quién es.

Riu solo asintió con su cabeza dos veces.

Rai le costaba despertar por lo que le encargó la tarea de levantar a su hermana. Salió de la habitación y se dirigió al pasillo para abrir la puerta. Apenas la abrió el frío de la mañana recorrió todo su cuerpo. Despertándolo aún más.

— Creo que debí preguntar quien eras antes de abrir ¿No?

— ... Yo soy Caín. Buenos días Sabio, Dayana dice que está listo la comida.

— ... Buen día, gracias, iremos en un momento.

— Sobre nuestro encuentro. Le vuelvo a pedir disculpas...

— No te preocupes, solo no actúes tan precipitadamente la próxima vez.

— Lo tendré en cuenta, le diré lo mismo mis compañeros.

— Sí y muchas gracias.

Caín se despidió y se alejó de la casa de Rai. Piero lo vio marcharse, la conversación que acababan de tener había sido casi casual. Él no le tenía miedo ¿Le tuvo miedo solo al principio igual que Fron? Si era así entonces Rai era quien les temía de más. Y Riu les tenía miedo por las enseñanzas de Rai. Piero había descubierto ese pequeño dato, sin embargo no le servía de mucho, cerró la puerta y volvió al dormitorio. Pero solo encontró a una Riu somnolienta moviendo lentamente el hombro de Rai. Con esa fuerza apenas despertarías a alguien.

— Ya no importa solo despertaré a Camila y Fii.

Riu asintió con la cabeza y se acurrucó al lado de su hermana. Después de bajar la guardia con los sabios Riu parecía mucho más tierna. Si fuera así desde el principio estaría mucho más cómodo.

"Proteger... "

Recordó la conversación de ayer con Camila. Sobre escoger a los que debe de proteger. Él tenía a Fii y Camila. Mientras que ellas tenían a los de la aldea, sin embargo seguía queriendo protegerlas. Camila tenía razón se preocupaba por todos sin necesidad.

— Camila, Fii despierten, debemos ir a comer. —Susurró a sus oídos.

Las dos no mostraron señal de despertar. Así que las movió logrando despertarlas.

— ... Buenos días. —Estiró sus extremidades mientras boztesaba.

— ... Cinco minutos más...

— ¿'Minutos'?

Las palabras de Camila se escucharon adecuadas para la situación pero la nueva palabra logró despertarlo y no solo a él, sino que también a Camila.

— ... Es... Una unidad de medida de tiempo, es útil...

— ... Sí. Al parecer todavía tenemos mucho por recordar...

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Después de comer junto con Dayana empezaron a investigar más a fondo la aldea. Nuevamente fueron acompañados por Rai, pero sorprendentemente también por Riu.

— Este es un poso, podemos bajar una cubeta con esta manija. Si lo giras hacia este sentido sube y si lo giras para el otro, baja. —Giró una manecilla haciendo que baje y suba.

— Aquí nos sentamos si tenemos que esperan nuestro turno. —Riu señaló algunas rocas al lado del pozo.

Estaban a espalda de la casa de Fron, detrás de sus cultivos. Mas allá del pozo a unos metros estaba las vallas y después un denso bosque con cuerdas atadas. Si seguías la valla desde dentro de la aldea llegarían a una casa mucho más grande que las demás.

— En la casa de aquí viven los no luchadores, dentro hay muchas habitaciones con familias dentro, la mayoría de ellos ya son mayores. —Se detuvo por un momento y continuó— Tienen edad para tener pareja o retar a otro macho.

— La puerta está de este lado, no salen mucho. —Añadió Riu.

Siguiendo la valla llegaron a la parte trasera de casa del Gran sabio.

— Esta es la parte trasera de la casa del Gran sabio. Hay un camino que se conecta al corral.

— Matan a los animales allí atrás. —Señaló un espacio sin vegetación— Cavaron un hueco, allí echan los desperdicios.

Se saltaron el corral porque ya lo habían visto. Si seguían caminando de frente y pasaban la valla llegarían al río donde se bañaron el día anterior. Pero en vez de seguir de frente voltearon a la izquierda y vieron la entrada de una cueva que se abría más mientras más profundo entraban.

— En esta cueva es donde sacamos las piedras luminosas, pero no hay piedras de fuego. Creemos que si seguimos cavando encontraremos piedras de mayor tamaño.

— Encontramos piedras lindas de vez en cuando. No había entrado más de este punto.

Las dos parecían turnarse para hablar pero esta vez Riu no pudo hablar mucho. Así que Rai decidió agregar más puntos a su explicación.

— La cueva tiene seis metros de altura y cada túnel-

— ¡Metros, eso es!

Pero fue interrumpida por Piero.

— ¿Metros...?

— Tuvimos un problema midiendo pasos, había olvidado los metros.

— Tienes razón... Ahora que lo recuerdo se me hace tan obvio. Como no pudimos recordarlo... —Añadió Camila.

— Da miedo tener amnesia... —Se unió Fii.

Los cinco siguieron adentrándose en la cueva.

— ¿Quien hace los túneles? —Miró su alrededor.

— Los no peleadores se encargan de cavar. Pero nosotros ayudamos de vez en cuando. —Se dirigió a uno de los túneles— Este de aquí es mío, Fron utiliza el de allá y Leo tiene esos tres de allá. No sé cuál utilizan los demás.

— ¿Las piedras brotan como las plantas?

Todos miraron a Fii sin saber qué decir. Después de unos segundos de pensamiento Riu fue la primera en hablar.

— ... ¿Las piedras están vivas?

— ... No, según la información que tengo no están en la categoría de seres vivos.

Piero conocía vagamente algunos datos sobre piedras por la información de ciertos animales y plantas que incluía información de piedras con los que interactuaban.

— ... ¿Están esparcidos así nomás? —Preguntó Fii.

— ... Sí, se encuentran en grupos grandes. Pero no sé nada más.

— ... Entiendo.

Viendo que el tema había finalizado Rai continuó explicando.

— Como decía, cada túnel individual tiene dos metros de altura y cada uno cava en la dirección que quiera.

— ... ¿No tienen mediadas de seguridad?

— ¿"Medidas de seguridad"? No hay criaturas en esta cueva, si a eso se refiere. ¿O preguntaba por otra cosa?

— ... No es nada, solo me llegó a la mente esas palabras... Continuemos.

Todos continuaron su recorrido, salieron de la cueva y se dirigieron al río. Este se encontraba a menos de treinta metros de la entrada a la cueva. Ahora que Piero recordaba los metros podía aproximar la distancia.

— Aquí es donde nos bañamos todos. Esta es una corriente pequeña que se divide de otro río, si queremos conseguir peces pequeños entonces pescamos aquí, pero si queremos de mayor tamaño subimos corriente arriba hasta el otro rio.

— Los peces pequeños son más ricos que los grandes. Y dan menos miedo. —Añadió Riu.

— Los peces vivos dan miedo cuando los intentas comer... —Mientras miraba al vacío Fii soltó ese comentario.

— ¿Comerlos vivos?... —Preguntó Riu extrañada.

Parece que nunca olvidaría esa experiencia. Piero suspiró e indicó que siguieran caminando.

— Si se sumergen un poco verán un tubo, eso succiona el agua y lo lleva a la casa del sabio.

— No sé qué es eso...

Otra vez Riu no pudo opinar.

— ... ¿Esa es la bomba?

— ... Creo que solo es el tubo...

— Esperen, esperen ¿De que hablan?

Estaba sorprendido que Fii comentara con palabras desconocidas.

— Dayana nos explicó que llevaban el agua del rio al baño con una bomba, te desmayaste poco después y lo olvidaste. —Comentó Camila.

Piero trató de recordar pero sus recuerdos de esa mañana estaban confusos y borrosos. Apenas si lograba haber conocido a Dayana antes de gritarle. Y peor aún, seguía sin recordar el ataque de Merli.

— ... ¿Dicen que esto les lleva agua?

— Disculpe, pero tampoco lo entiendo...

— Yo no entendí la explicación... —Añadió Fii.

— Creó que funciona como otro río. Es como este río que viene de uno más grande. Ese tubo sería este río y este río sería el que está corriente arriba.

— ... ¡Oh! —Tanto Fii como Riu se sorprendieron.

— ¿Entendieron? —Miró a Fii y Riu asombradas, especialmente a Riu.

Piero solo suspiró y siguió el recorrido.

Esta vez regresaron a la aldea, cruzaron la valla y llegaron a los cultivos de Rai.

— Aquí se acaba el recorrido, no hay otras zonas que ver. —Les abrió la puerta trasera de su casa.

Los cinco entraron y se acomodaron en un cojín alrededor de la mesa.

— Sigo sin entender...

— ¿No fui clara en el recorrido? —Preguntó Rai preocupada pero no asustada como normalmente estaría.

— No es eso, la aldea por más que la mire es un buen lugar donde quedarse ¿Por qué decidieron escapar?

Todos miraron a Piero en silencio. Obviamente tampoco tenían idea del por qué.

— Fii, Riu, pueden jugar en el cuarto no es necesario que estén aquí. Y gracias Riu también fuiste de ayuda.

— ¡Okei!

— G-gracias... —Agachó la cabeza antes de seguir a Fii.

Las dos entraron al dormitorio y cerraron la puerta sus voces ya no serían escuchadas.

— ... Fron me contó un caso. —Las dos presentes pusieron toda su atención— Donde la chica que escapó le dijo que quería vivir aquí, no especificó los motivos, pero ella iba a quedarse.

— ¿Pero escapó?

— Ese es el problema, ella no está en la aldea, pero tuve una idea... solo es una idea pero quizás, nunca escaparon y están escondidos.

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Fron miraba el rastro negro que había dejado la bola de fuego. Él junto con Ron habían rescatado a un sabio que había salido de una piedra. Si se lo hubieran contado él no lo creería, a menos que se lo haya contado Ron.

Bajó la mirada dio media vuelta y entró a una cueva. Allí había varias casas construidas, con telas y troncos, era la aldea en la que vivía. Una aldea pequeña pero con mucha vida, los niños correteaban por todos lados, las hembras hablaban entre ellas mientras sus hijos corrían tras ellas, y los machos adultos tenían peleas amistosas... O eso parecía.

Fron le gustó la vista frente a él. Quizás si no se hubieran separado de la otra aldea no hubieran conseguido esa felicidad. Fron recordó sus días de juventud, cuando apenas era consiente de sí mismo. Él había vivido en otra aldea de mucho mayor tamaño, pero la vida allí no era nada agradable. Había conflictos por cualquier cosa, peleas por comida, matanza de niños por cambios de jefes y hurto de piedras caloríficas.

Un gran número tomó la decisión de abandonar la aldea y aquí fue donde terminaron. Los primeros años muchos machos murieron por peleas contra criaturas, pero poco a poco lograron conquistar el territorio. Los ataques se redujeron y dejaron de contar muertes.

Pero la tranquilidad que disfrutaban ahora no fue solo por eso. Cuando su mejor amigo Ron, logró convertirse en líder de la aldea empezó a dirigir planes de cazas mucho más avanzadas. Técnicas de cocina y empezaron a utilizar piedras filudas como armas. Ron era un genio y gracias a él disfrutaban esa vida.

Recordar su pasado no era muy agradable, pero gracias a esos recuerdos sabía que Ron y los anteriores lideres los guiaron a un buen camino.

Repentinamente sintió un ligero agarre por detrás que luego se movió hacia delante. Sabía quién era, la había escuchado venir desde la distancia.

Una pequeña figura se estaba ocultando utilizando a Fron como escondite. Era la marca viviente de los años que Ron ha liderado.

— ¿Ya se fue?

— §§§ §§ §§§§ —Respondió con un tono bajo para que solo Fron la escuche.

— Si no hablas con el nuevo idioma entonces le avisaré que estás aquí.

La pequeña figura se sobresaltó y agitó sus pequeñas manos.

— ... Todavía ... Está... Ella... Allí —Le costó formar la oración.

Este era un nuevo cambio que Ron implementó, utilizar el lenguaje de los sabios. Ya que ese lenguaje era mucho más moldeable, tenía muchas más palabras para describir objetos, colores formas y muchos más beneficios, o eso decía Ron.

— Muy bien, estas aprendiendo bien. Pero también debes ejercitarte más.

La pequeña figura Inclinó la cabeza en confusión.

— Kai, Rai está aquí. —Llamó a su buscador.

— ¡§§§!

La pequeña Rai esta vez entendió lo que dijo y después de patear su pierna empezó a correr. Poco después llegó otra pequeña más, quien lo empezó a rodear en busca de Rai.

— Se fue por allá. —Señaló la dirección donde corrió Rai.

— §- Gra...cias ¡Gracias! —Apenas agradeció corrió en dirección de Rai pero se detuvo para acomodar su pelo hacia atrás y retomó su camino.

La pequeña era la hija del anterior líder. Curiosamente se habían vuelto muy amigas ellas dos, a pesar que su madre odiaba a Ron.

— Sí que te gustan los niños.

Esta vez no escuchó cuándo llegó. Muy pocos tenían esa capacidad en la aldea, acercarse tanto sin ser escuchados demostraba tus habilidades para la caza y este era el mejor de todos. Ron, el actual líder de la aldea y padre de Rai, Se conocieron cuando sus padres huyeron de la anterior aldea y formaron una amistad envidiable.

— Estuve pensando y creo que quisiera un par también.

— No es nada fácil. Y creo que no tuve que tener a Riu... —Susurró Ron.

— ¿Es por tus "cálculos"?

— Sí... Debemos aumentar la cantidad y buscar nuevos lugares de caza, las criaturas que atrapamos se reúsan a comer y siguen lastimando a sus cuidadores. Dejaremos la idea de criarlos y los comeremos, debemos utilizar todo lo que tenemos si no queremos pasar hambre la temporada fría que viene.

A pesar de que hablaba de temas serios y preocupantes Ron no quitaba su cara despreocupada. Y cuando Rai volvió corriendo a él, su expresión se relajó más hasta formar una sonrisa. Fron admiraba eso de Ron, sabía ocultar sus preocupaciones evitando que los demás se preocupen.

Así es, la tranquilidad de la que disfrutaban ahora era una tranquilidad superficial, que en cualquier momento podía acabarse. Y solo unos pocos lo sabían.

— ... No... sí debí tener a Riu, sin ella no me esforzaría como lo estoy haciendo ahora. Gracias a ella lograré solucionar este problema. —Respondió aún más contento que antes.

— Eres el mejor líder. —Pensó en voz alta.

Cuando Fron dijo eso la expresión de Ron cambió ligeramente, pero fue lo suficiente para que se diera cuenta de la perturbación en su expresión.

— ¿Confías en él?

Hablaba del supuesto sabio que acababan de salvar.

— ... No.

— ¿Entonces?

— Todavía no confió en él. Pero lo que nos contó el viejo fue cierto.

Se refería a un viejo que les contaba historias cuando ellos eran más jóvenes. Huyó con su grupo y fue con quien consultaba Ron cuando se convirtió en líder y de quién absorbió todo su conocimiento. Ron se volvió el más capaz y sus ideas siempre superaban al resto por lo que llegar a ser el líder fue algo casi obvio.

— Si todo es cierto entonces... Puede ser peligroso. —Habló en voz baja.

— Por ahora lo vigilaré. No creo que nos ataque.

Pero Ron no se preocupó y habló con el mismo tono de voz.

— Me refiero a tu posición como líder. Él podría-

— Lo sé, y está bien. Yo mismo le daría mi posición, tú deberías seguirlo también.

Fue interrumpido, pero le sorprendió más la respuesta, hablaba tan despreocupada mente que le preocupó.

— ¿No querías ser el líder? —Sus palabras lo confundían.

— Si podemos vivir sin arriesgarnos en la caza, que es lo que estamos planeando, y consigue arreglar todos mis errores, entonces, él logró lo que yo quería para la aldea.

— ¿Entonces fuiste líder para arreglar la aldea?

Ron pensó por un momento y contestó.

— ... Si Riu es mi motivación en este momento para no rendirme, entonces cuando Rai nació ella se volvió la razón para arreglar la aldea.

Fron lo miró en silencio, ahora lo entendía mejor y lo admiraba más. La sonrisa que mostraba no era para los de la aldea sino para sus dos hijas. Él hizo todo eso para ellas y se esforzaba para ellas. Pero tenía una última duda.

— Entonces... ¿Por qué te volviste líder? Tuviste a Rai después de volverte líder...

Ron no pudo evitar reírse de su pregunta, pero respondió de igual manera.

— ¿No es obvio? Lo hice para merecer a su madre. —Respondió con una gran sonrisa en su rostro.

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- FIN DE LA SEGUNDA PARTE -

Hola, de nuevo soy el autor, espero te esté gustando mi historia. Doy por terminado esta segunda parte con muchas preguntas sin resolver, pero no te preocupes el pasado de la aldea y la guerra está por ser liberado.

¿Podrá Piero y compañía darse cuenta de lo que está pasando? ¿Encontrarán paz en la aldea? ¡Esas y muchas más preguntas serán resueltas a continuación!

¡Sigue leyendo y descúbrelo!

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