Capítulo 21: Noche de costura
Pasar tiempo con familia es lo más importante para Fron, por eso le gustaba pasar tiempo con sus dos hembras cuando no estaba cumpliendo alguna misión del gran sabio. Si fuera posible quería tener unos cuantos hijos y planeaba hacerlo apenas el Gran sabio de señal de haber embarazado a la líder, o cualquiera de las demás mujeres que tenía guardadas. No es que el gran sabio tenía varias hembras, solo es que si él quisiera podía elegir a otra de las hembras sin compromiso. Después de todo había varías hembras disponibles en la gran casa, donde estaban todos aquellos que no eran luchadores.
Claro que en el futuro tendrían sus propias casas, sin embargo por ahora la construcción de nuevas casas estaba en pausa y solo aquellos luchadores tenían el privilegio de tener una propia, además de múltiples hembras.
Fron estaba satisfecho con su vida, después de la guerra su suerte había aumentado consiguió una nueva hembra y su puesto en la jerarquía había aumentado, ya que después de la guerra sus números habían disminuido, y actualmente sería el tercer más fuerte, solo estando Leo y el Gran sabio por encima de él.
No tenía remordimientos por pensar de esa manera ya que al fin y al cabo él no Recordaba a los que se se opusieron al Gran sabio.
Le parecía extraño no recordarlos, después de todo él era un muy buen amigo del anterior líder.
"¿Lo era?"
Fron intentó recordarlo pero solo tenía recuerdos superficiales, como que su amigo era el papá de Rai, y también por qué había empezado la guerra.
"¿Por qué empezó la guerra?"
Apenas tuvo ese pensamiento su cerebro soltó una respuesta.
"El anterior líder odiaba que el gran sabio lo supere en todo... Sí, es por eso."
Su mente todavía vagaba en el pasado pero el movimiento de una de sus hembras lo trajo de vuelta, su dormitorio estaba a oscuras sin embargo podía ver todo claramente como si fuera de día. Una habilidad que le gustaba presumir.
Miró a sus dos queridas hembras, ellas estaban arrecostadas sobre su cama durmiendo tranquilamente, era lo que más les gustaba hacer. No salían y no se relacionaban con los demás, eso le preocupaba a Fron sin embargo ellas siempre se animaban cuando él llegaba. Además se tenían a las dos para hacerse compañía, por lo que no le preocupaba mucho.
Las dos se veían tranquilas durmiendo a los ojos de Fron. Disfrutó de la vista por un momento más, sus cuerpos eran delgados, más delgados de lo usual, no era por una mala alimentación, fron se encargaba de darles de comer adecuadamente todos los días. Así eran sus cuerpos simplemente, pero a Fron no le importaba ya que él las amaba. Su largo pelo era color negro, un color poco usual en la aldea, pero Fron no le molestaba, ya que él las amaba. Cuando estaban despiertas tenían las miradas perdidas, pero a Fron le gustaba verlas distraídas, ya que él las ama.
Fron las amaba, frente a él estaban las dos mujeres de las que se enamoró antes de la guerra. Ellas sobrevivieron y aunque eran ligeramente distintas a cómo eran antes, para los ojos de Fron, ellas estaban bien.
— Las amo. Tanto.
Al decir esas palabras sus dos hembras parecieron despertar y buscaron el origen del sonido.
— Haaaaan jaaaaa...
— Huuum fuuuu...
Las dos parecían decir algo pero no era nada reconocible para oídos de los demás. Pero para Fron...
— Ya se los. Dije ayer. Estoy bien.
Tocaron la puerta.
— No se. Preocupen. Iré yo.
Dejando a sus dos hembras salió de su dormitorio y se dirigió hacia la entrada para ver quién tocaba a esas horas de la noche.
— ¿Quién?
— Soy Rai. ¿Tienes un momento?
— Claro, ahora salgo.
Abrió la puerta y vio la figura de Rai. Quien estaba un poco sucia. Era raro ya que se habían encontrado en el río por la mañana.
— ¿Pasa? ¿Algo?
Rai además de sucia se veía cansada.
— ... No, bueno sí, solo quería charlar con alguien... Temo que si vuelvo a mi casa me encuentre con los sabios de nuevo.
— ¿Un problema? ¿Quieres? ¿Hablar sobre? ¿Ellos?
Fron empezó a caminar por el camino de piedra, mientras que Rai le seguía.
— Es solo que quisiera tener un respiro. —Suspiró— Los sabios actúan tan distinto al gran sabio, pero de buena manera. —Se apresuró a corregirse— Es solo que no puedo evitar ver al gran sabio en ellos. Y los recuerdos vienen a mí...
— ... Comprendo. Lo tienes. Difícil.
Llegaron a un poso que se encontraba en la parte trasera de la casa de Fron, allí había varias rocas que hacían de asientos, Fron se sentó seguido de Rai.
— ¿Y Riu? ¿Pasa por? ¿Lo mismo?
— ... Tenía problemas al principio, pero ya los superó, creo que tenía miedo por todo lo que le conté. Fui muy torpe al enseñarle eso, no debí...
— Advertir. A alguien. De algo. Que consideras. Que lo lastimará. No es malo. Tú no hiciste. Nada malo.
— ... Ya veo...
— Y sobre. El temor. A los. Sabios. Todos. Lo tienen. Yo le tuve. Miedo. Pero fue por. Mi mala actitud. Si uno. Se comporta. Entonces. No hay nada. Que temer.
Rai jugaba con sus garras mientras lo escuchaba hablar. Parecía actuar más pequeña de lo normal. Como si se hubiera vuelto una niña de nuevo.
— Tú eres. Alguien. Muy apta. No cometerás. Errores graves. Sé que puedes con él. Tú eres hija. De Ron. No tienes. Por qué temer. A un sabio. Igual que él.
Rai miró a Fron por un momento. Todavía se veía insegura y quizás estaba temblando un poco. Pero parecía que había conseguido un poco más de coraje.
— Gracias Fron, daré lo mejor de mí.
Rai tomó aire y le dio una linda sonrisa a Fron.
— Suerte. Hummm. ¿Siguen con? ¿la líder?
— Sí, todavía. Parecen que la líder... No nada olvidarlo, yo no debo decir nada.
— Bueno. Entonces. Deberías regresar. Cuidado te ganen. En llegar.
— Tienes razón, muchas gracias.
Agitando su mano se despidió de Fron y corrió hacia su casa, él vio su pequeña espalda alejarse, haciéndole recordar cuando aún era una pequeña niña. A ella le gustaba moverse mucho en esos tiempos. Era la más movida de todos los niños
"¿Había más niños?"
Fron miró la estrellada noche, seguía sintiendo que algo le faltaba.
Si era tan amigo del anterior líder ¿Por qué terminó en el bando del gran sabio? ¿Por qué no recordaba la cara de Ron? ¿Por qué tenía varios huecos en su memoria? ¿Por qué-
Varias preguntas estaban siendo formuladas en su cabeza pero esa corriente de preguntas repentinamente fue cortada e inmediatamente dejó de pensar en ellas.
— ... ¿Rai?
"¿En qué momento se fue?"
Miró a su alrededor y Rai con la que supuestamente había estado hablando hace un instante había desaparecido. En realidad había pasado más que unos segundos. Sin embargo su percepción le decía lo contrario.
__----------__
— Esta vez no nos dieron carne solo una bebida similar a la que nos preparó tu hermana ayer.
— ... En las noches no se come mucho...
Apenas habían llegado fueron recibidos por Riu, la pequeña hermana de Rai. Que por alguna extraña razón ahora parecía tenerle más miedo a Piero.
— Pensé que ya no nos tenía miedo.
— Pero se lleva bien con Fii, parece que solo te tiene miedo a ti.
Después de hablar con Camila de lo sucedido, descubrió que antes de conocer a Piero le pasaba muy seguido perder el conocimiento. Le molestó un poco que le oculte un problema tan grave, pero no resultó serlo.
Además, aunque le costaba admitir, prefería a la Camila amnésica.
— ¿Hice algo malo? —Preguntó Piero
— No son tus acciones sino tu expresión.
— ¿Expresión?
— Bueno, tiene una mirada un poco intimidante. Pero eso no es malo. Es lindo. Pero quizás a ella le asuste...
— ... Entiendo, Fii habló de eso antes.
Mientras se preguntaba cómo cambiar la expresión de su cara la puerta sonó tres veces. Riu se paró y corrió a la puerta, claro que antes pidió permiso a Piero.
— Ve, no te preocupes.
Unos segundos después volvió junto con Rai. Como siempre se veía nerviosa, pero pensó que estaría más nerviosa por haber llegado después que ellos.
— ¡!... Buenas noches. Iré a acomodar la cama.
— Buena noches y gracias.
— ¡Hola! —Saludó Fii.
— Bienvenida. —Saludó Camila.
Normalmente el grupo de Piero dormían temprano porque no hacían nada más que conversas. No tenían actividades nocturnas por la falta de iluminación, pero ahora era diferente, tenían un lugar seguro e iluminación. La noche anterior habían tenido un día agotador por lo que no lo pensaron, pero ahora la tranquilidad y desperdicio de tiempo incomodaba a Piero.
— ... Cierto, la ropa.
Mirando a Camila y Fii, recordó que había planeado adecuar su ropa para una mayor movilidad. Aunque todavía no entiende la función de la ropa que llevaban. Solo se ensuciaba y le dificultaba el movimiento. Además de que les era difícil colocar ya que sus brazos anchos apenas pasaban por las mangas.
— ¿La ropa?
— Planeaba cambiar un poco su ropa.
— ¿Tendremos ropa nueva? —Fii se alegró al escuchar a Piero.
— ... También pensaba que era un poco incómoda. —Afirmó Camila— ¿Qué tienes planeado?
— Pensaba en quitar las mangas y acortarlo un poco, se les facilitara el movimiento. Además de quitar esa capucha. No sirve para nada.
— ... Ya veo...
Camila se deprimió al escuchar la dura opinión de Piero.
— Bueno no es que no esté bien esa ropa, pero no es adecuada para el movimiento. —Intentó levantar el ánimo de Camila— Cuando tengamos un lugar fijo, esa ropa será la indicada.
— Si entiendo, no te preocupes.
Riu que estaba a un lado de ellos escuchaba su conversión en silencio no parecía especialmente interesada en el tema pero sorpresivamente comentó.
— ... ¿Quieren herramientas? Para la costura...
— ... Sí, por favor. Nos seria de mucha utilidad. Yo solo tengo cuchillos para cazar.
Parándose de su cojín Riu fue a una esquina de la sala donde había un cofre. No demoró mucho cuando sacó una caja más pequeña. La puso sobre la mesa y empezó a mostrar todos sus utensilios de costura. En ese había un grueso hilo, una especie de tijera rudimentaria y varias espinas grande con un hueco al final que funcionaba como agujas. También varios pedazos de pieles sobrantes.
— ¡Hoo! ¡Mira, mira! ¿También puedes hacer esas cosas Piero?
— Sí, hice algo similar cuando cosí mi mascara, pero no era tan buenos como estos.
— ... Mi hermana los fabricó, mi mamá le enseñó cómo.
— Así que también sabe coser... Muchas gracias Riu, los tomaré prestado por esta noche. —Camila fue quien agradeció.
Con los utensilios a su disposición, Piero pidió las prendas y las empezó a corta. Camila, Fii y Riu miraron todo el procedimiento, comentando qué querían que Piero haga.
— ¿Podrías coses una flor en el borde?
— ¿Una flor?
— ¡Si mira! —Rebuscó en su mochila y sacó unas hojas— Es esta, mira, mira. —Señaló un dibujo de una flor.
— ... Será difícil, no sabría cómo hacerlo...
— ... Está bien... —Agachó la cabeza triste.
— Yo podría... Intentarlo. —Intervino Camila.
— ¡¿Sí?!
— Sí, lo intentaré. Pero no prometo nada.
— ¡Si tú lo dices entonces si puedes!
— Ya ya, no es para tanto.
Piero le entregó una de las prendas que había terminado de cortar, también estaba interesado en ver cómo lo haría Camila.
Sintiendo la mirada de los tres Camila les sonrió.
— ¿Riu, me puedes regalar estos recortes de aquí?
— Si, si, puede cogerlos. —También estaba interesado en la idea de coser una flor.
— También, tomaré prestado algunas cosas.
Camila empezó a ver la casa y agarró un pequeño plato, un vaso y la poca tinta que quedaba. Cuando volvió a sentarse en el cojín buscó en recortes uno que sea ligeramente más grande que el plato, cuando lo encontró volteó el plato y lo puso encima, luego con la tinta marcó los bordes haciendo un círculo casi perfecto, lo que ofrecía el plato.
Después con recortes más pequeños y con el vaso hizo algo similar. Solo que marcó la mitad de la circunferencia, luego deslizó el vaso y marcó nuevamente, para así conseguir la forma característica de un pétalo. El dibujo de Fii era un dibujo muy simple, por lo que le facilitó el trabajo a Camila.
Para que todos los pétalos sean iguales recortó el primer pétalo y marcó con ese los demás recortes.
— Ya veo, que astuta. —Susurró Piero.
— Jeje no es nada... —Ser alagada por Piero le aumentó el ánimo.
Había muchos ojos curiosos y pétalos por cortar, así que Camila decidió pedir ayuda.
— Fii, Riu ¿Quieren ayudar en cortar?
— ¡Si! —Las dos respondieron inmediatamente.
Al parecer ambas habían sido cautivadas por las habilidades de Camila, tanto que Fii estaba en silencio y Riu se olvidó de que eran sabios. Piero solo sonrió dentro suyo al verlas. No podía considerarlas enemigas al ver esta escena, la otra Camila con la que habló esta tarde tenía razón, pero quizás no era tan grave como ella lo mostraba.
Piero quería una vida así.
¿Cómo es que habían llegado a esa situación? ¿Y si mejor se quedaban y renunciaban a la posición como sabios y aceptaban al Gran sabio como su líder? si lo hacían ¿Ellos los aceptarían? Si dejaban de buscar sus recuerdos y se quedaban a crear nuevos ¿Podría tener una vida tranquila? Si dejaban pasar aquellas preguntas por alto que tenían del Gran sabio ¿No tendrían remordimiento en el futuro? Si se quedaban y recobraban sus recuerdos ¿Se odiarían por haberse quedado?
Nuevamente se hacía preguntas sin respuestas, pero esas preguntas, se habían vuelto algo que lo caracterizaba ya no podía vivir sin ellas, él las formulaba por su supervivencia y si se quedaba ¿significaría que las dejaría?
Piero sacudió su cabeza para alejarlas, si algo aprendió de aquellas dudas es que no debía tomar una decisión si todavía las tenía. Debe ir un paso a la vez, si soluciona el problema que le encargo la líder Dayana, recién puede permitirse preguntarse en quedarse o no, ahora solo debe de guardarlas para después.
— ¡Au!
Saliendo de sus pensamientos Piero encontró a una Fii adolorida, ella agitaba su mano como si le doliera.
— ¿Estas bien?
— Me hinqué con las tijeras... Y corté el círculo... —Agachó la cabeza.
— Eso no importa, podemos buscar otro.
Revisando en los recortes buscó un color adecuado para el círculo pero no encontró ninguno, y los que si eran del tamaño adecuado no tenían un color agradable.
— ... Lo siento. Es mi culpa.
— ... Déjame ver el circulo.
Recibiendo el cuero vio que el corte había pasado por la mitad, si lo intentaba coser la marca sería demasiado evidente. Es decir si quería que se viera bien no deberían utilizar ese círculo, a menos que...
— ... Riu ¿También quieres una flor?
— ... ¿He?
__----------__
Con tiempo de sobra Rai había acomodado la cama lo mejor que pudo, antes lo había extendido demasiado por lo que no fue muy cómoda la noche anterior. Además la tela que estaba encima no había cubierto toda la paja por lo que se desparramaba fácilmente. Ahora que redujo el tamaño de la cama y acomodó la tela para que ninguna paja se escape, por fin podría decir que era apta para que los sabios descansen. Ella y Riu también. A menos que esta vez el sabio Piero acepte que ellas duerman en la sala, pero estaba casi segura que se negaría.
Satisfecha, salió para dar las buenas noticias, pero se encontró a su hermana sin su short y las sabios sin sus prendas.
— ... ¿Ah?
— ¡Mira, mira! —Al escucharla Riu corrió a ella.
Rai estaba en blanco no sabía qué pasaba, y no quería imaginar qué había pasado. Pero su hermana parecía bien a simple vista, por lo que se quitó un gran peso de encima.
Debía tranquilizarse ella no había hecho nada malo, bueno sí, pero Piero dijo que la perdonaba, después su hermana tampoco había hecho nada malo... Bueno también tuvo algunos errores pero Piero la había perdonado, ella no debía estar preocupada. Respiró profundo y trató de analizar la situación.
Primero hizo caso a su hermana y miró lo que señaló. Era su pantalón. El pantalón típico que todos los niños utilizaban... Pero había algo inusual, una flor o mejor dicho había media flor en ella. En la parte inferior de la pierna derecha estaba cosida la mitad de una flor. Eso no estaba allí antes.
Siguió mirando en la habitación y vio los utensilios de costura en la mesa, además de muchos retazos pequeños esparcidos en ella. Por otro lado estaba Fii colocándose una prenda que no había visto antes.
"¿Dónde está su prenda anterior?"
La pequeña sabio Fii corrió hacia ella, estaba igual de alegre que su hermana.
— Mira, mira, yo tengo la otra mitad. —Estirando su nueva prenda mostró la otra mitad de la flor de Riu.
— La sabio Camila lo cosió, ella es muy buena cosiendo. —Dijo emocionada.
— No es para tanto. —Respondió avergonzada.
— ¡Y Piero también! ... Nuestra ropa ahora es más fresca y fácil de colocar.
Rai pudo respirar tranquila, no le habían hecho nada a su hermana, eso la alegró mucho, no debía calificar a todos los sabios como iguales. Ese fue su pensamiento inicial, pero después de recordar su pasado, cambió ligeramente su idea.
"¿Entonces así son antes de recuperar sus recuerdos?"
Los sabios son buenos, solo al principio. Por ahora no tiene que preocuparse por estos sabios. Cuando recuperen sus recuerdos es cuando debe estar alerta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top