Capítulo 18: Interrogatorio

— Sobre el pedido de la líder...

Las dos pusieron atención a Piero. Que estaba apoyando su mano en su mentón.

— Rai.

— ¡Si! —Siendo nombrará respondió de inmediato.

— ¿Tienes alguna idea de por qué están huyendo?

— Usted está hablando... Sobre los desertores cierto...

Habiendo quedado fuera del comedor Rai no sabía sobre el contenido del pedido de la líder Dayana.

— Sí, sobre ellos. La líder me pidió que averigüe por qué lo hacen, y quiero saber tu opinión.

— S-si supiera algo se lo diría, pero no sé por qué tomaron la decisión de huir... —Agachó la cabeza.

— ... ¿Qué opinas sobre la aldea?

— ¿Mi opinión?

— Sí. Pensé que comida, un lugar seguro y un grupo grande sería suficiente para una vida tranquila. Pero no tengo recuerdos, así que son simplemente suposiciones mías. Quizás alguien que ha vivido en un entorno así tiene una opinión distinta a la mía.

— ¿Es por el temor al gran sabio? —Propuso Camila.

— No, no, lo dudo... Casi no lo vemos así que no creo que sea por eso... Yo... Creo que la aldea es un lugar seguro.

"Si es un lugar seguro entonces no deberías huir, a menos que consideren que es más peligroso quedarse... No puedo imaginar otra opción..."

— ¿Conocías a alguien de los que huyó?

— ... Solo a una... Pero no creo que huya por el mismo motivo...

— ¿A qué te refieres?

Rai miró a Piero un poco dudosa.

— ... Ella, fue la primera en huir, pero la hubieran botado de igual manera...

— ¿Ella hizo algo malo? —Preguntó Camila.

— No, bueno sí... Ella era el problema... Ella me ayudaba con el cuidado de Riu, cuando estaba libre...

— No te culparemos de nada, solo cuéntanos qué pasó.

— Ella parió... Dos crías...

— ¿Tuvo un bebe? ¿Eso es malo? —Camila se interesó por el tema.

— Rai, nosotros no conocemos nada sobre vivir en una comunidad por favor trata de explicarnos con detalles.

— Sí, lo siento me había olvidado.

— Continúa.

— El problema no es que parió, el problema es que no fue solo uno, si no dos crías.

Camila y Piero no entendieron la explicación de Rai.

— Y eso... —Añadió Camila para que siguiera.

— C-cierto. Disculpen. Eso no es normal. Es un mal presagio. Lo normal es solo tener una cría. Por eso todos la empezaron a mirar mal y otras cosas. Supongo que por eso huyó...

— ... ¿Tener dos bebes es malo? —Miró a Piero para saber su opinión.

Piero agarró nuevamente su mandíbula y empezó a pensar.

— ... Con nuestra fisiología podríamos parir de una a dos crías. Pero nunca pensé que fuera algo malo...

— No digas crías, se llaman bebes —Camila se veía molesta.

— Rai los llamó así.

— Está mal llamarlos así créeme.

— ... Ok. Rai ¿Qué causa ese embarazo doble?

— ... Bueno, causa mala suerte...

Hubo un momento de silencio donde ninguno habló.

— ... ¿Nada más?

— Está mal visto para la aldea, como le decía no es algo normal...

— ... Bueno son sus costumbres, supongo. —Rascó su brazo— ¿Pero solo fue por eso?

— Sí.

— ... No creo que tener dos bebes cause algún problema. —Piero se rascó la cabeza.

— Yo tampoco, es obvio que no influye en nada... No necesito tener mis recuerdos como para saber la respuesta.

— ... Tenemos esa costumbre desde antes que llegara el Gran sabio...

— ... Bueno al final no llegamos a nada. Podríamos tomarla como un caso especial de huida... —Era inquietante pero quería seguir preguntando— Antes de cambiar de tema... ¿Qué pasó con los bebes?

— Ellos fueron ejecutados apenas nacieron.

Piero detuvo cualquier pensamiento en su cabeza.

++++++++++++++++++++++++++++++

Aquel día, en que el cielo se tiñó de color rojo, aquel día cuando vieron caer una "piedra roja", aquel día cuando el gran sabio despertó. Las dos criaturas que lo vieron emerger fueron Fron y Ron, el anterior líder de la aldea. Hace seis años atrás.

— ¿Qué es eso? —Atraído por el estruendo corrió al lado de Ron.

Fron llevaba el cráneo de una criatura de un solo ojo, por eso había un gran hueco en medio. Por otro lado estaba Ron que tenía un cráneo con dos cuernos asomándose de la parte posterior.

— ... Parece que es un "sabio".

— ¡¿Un sabio?! —Fron volteó a ver a Ron asombrado, claro que no podía ver su cara, pero con el tono de su voz se podía distinguir su sorpresa.

— Sí, fue exactamente como lo describió el viejo.

— ... Ese viejo... No vivió para verlo dos veces...

— Vamos, hay que ayudarlo.

— ... ¿Estás seguro?

— No...

__----------__

Odio, él sentía odio, venganza, él quería vengarse, desesperación, porque no fue como lo planeó y por último dolor, que opacaba los anteriores sentimientos dentro suyo, era un remolino de emociones en un momento y luego paz. Él se volvió un lienzo en blanco, un ser nuevo, como si recién hubiera nacido. Abrió los ojos y su cerebro recordó los colores, sintió calor y su cerebro fue consciente de su cuerpo, movió su cuerpo y su mente recordó el espacio.

Se levantó y miró dos pequeñas criaturas que conversaban entre ellas, sin embargo no entendía qué decían, sus labios se movían y se respondían entre sí, pero no entendía el idioma. En ese momento él recordó hablar.

— Hug...

Sin embargo recordar cómo hablar no significaba que podía hacerlo en ese momento. Las dos criaturas al ver que no les decía nada se levantaron y se fueron de la habitación.

— ...E-es... E

Las dos pequeñas figuras lo voltearon a ver, una de ellas tenía el pelo alborotado parecía la mayor y a simple vista daba la impresión de ser alguien muy animada, mientras que la otra tenía el pelo recogido hacia atrás y se veía un poco tímida. Ninguna le dirigió la palabra, sólo salieron de la habitación.

Miró su alrededor, pero no podía distinguir qué cosas lo rodeaban. Para él todo le era desconocido.

"Mi cuerpo... Duele..."

— Haaa... Heee... Hiii.. Ho.. Hola. Hola. —Practicó su habla.

No entendía qué pasaba. Era una sensación extraña de tranquilidad y malestar, como si algo estuviera mal pero sin saber qué es o si en realidad algo está mal.

— Hola.

— ¡Heeeeee!

No esperó que le contestaran, había visto cómo las dos pequeñas criaturas lo habían dejado solo, pero alguien más respondió ¿En qué momento había llegado otro más?

— Disculpe, solo traía comida para usted.

Aquélla gran criatura era el doble de grande y ancho que las dos pequeñas que habían salido, además de ser mucho más grueso y tener una herida en su pecho. Lo que más resaltaba de él era que llevaba en su cabeza alguna clase de mascara con un gran hueco en medio. No se podía ver su rostro y eso le inquietaba mucho.

— ... Sí, me dio un buen susto... —Tranquilizó su respiración.

Aquella criatura le ofreció un fruto esférico, era de color naranja y parecía estar cortado transversalmente en cinco partes iguales. Se sentó y dejó el fruto delante de él.

— Disculpe pero, ¿Nos conocemos? Yo... No recuerdo nada...

— Me llamo Fron y no nos conocemos.

— No me conoce...

— Nosotros lo encontramos.

— ¿Es así?... ¡Gracias! supongo...

Esta vez sintió incomodidad. Al ser consiente de sí mismo, empezó a tratar de conocerse. ¿Quién era él? ¿Qué le pasó? ¿Dónde está? Preguntas similares empezó a formular en su cabeza, y mientras más preguntas formulaba, empezó a tener pensamientos más complejos. Lo que le permitía seguir el hilo de la conversación.

Nuevamente miró su alrededor y entendió que estaba en una habitación utilizada como almacén ya que había varias hojas, palos, cuerdas, tejidos, pieles y hasta piedras. Él estaba sobre una cama hecha de hojas y tapado con una piel. Su cerebro dedujo eso, sin embargo la mayoría de las palabras que pensó no entendía su significado. Miró la puerta y encontró que las dos pequeñas criaturas lo observaban. Al parecer fueron atraídas por su grito. Lo cual lo avergonzó.

Eran dos pequeñas niñas que se reían de él, su cerebro entendió eso, pero no entendió por qué llevaban solo una prenda de la cintura para abajo. ¿No debían de llevar más ropa encima? Aunque esa idea se le fue cuando vio que él estaba completamente desnudo y no solo él. También Fron que estaba delante suyo.

"Es normal, supongo."

Mientras tenía dudas de si taparse con la piel o no, las dos pequeñas criaturas soltaron un grito agudo, volteó a ver y una nueva figura apareció en la puerta de la habitación, esta había asustado a las dos pequeñas criaturas. En venganza la mayor trató de golpear al nuevo personaje, pero este, con solo revolver el pelo de la niña evitó los golpes.

— Tranquila, tranquila.

El nuevo personaje era más pequeño que Fron, tenía su pelo atado hacia atras y tenía mechones de distintos colores que variaban de blanco a crema. Lo cual lo hacían parecer ligeramente más viejo de lo que es. La criatura sacudió aún más el peinado de la niña creando un desastre sobre su cabeza.

La actitud del chico era tranquila y cálida, pero cuando cruzaron miradas algo dentro suyo supo que era alguien superior, provocando que acomode su postura inconscientemente.

— Me alegra que despierte sabio. Me llamo Ron.

+++++++++++++++++++++++++

La noticia impactó a Camila no podía creer lo que dijo Rai, antes había dudado en decir que había dado a luz a dos bebes pero no dudó en responder que los habían matado, hasta parecía que respondió como si hubiera sido algo lógico. Miró a Piero que estaba quieto mirando a Rai, parecía estar tranquilo.

— ... Los mataron... ¿Por una creencia sin fundamentos?

Pero que muestre tranquilidad no significa que esté tranquilo. Rai y Camila sintieron el cambio en el tono de voz de Piero, hasta pudieron sentir un ligero cambio en el ambiente, por lo que se pusieron rígidas. Él estaba enojado.

Piero siempre trató de pensar de la manera más lógica posible, eso lo ayudó a sobrevivir por mucho más tiempo de lo que imaginó. Y siempre había deseado conocer a otros como él, apoyarse en alguien más, que lo ayuden o que él los ayude. Sobrevivir con alguien más, con quien sea pero nunca solo. La soledad era lo peor de la supervivencia. El compartir con alguien, el estar con alguien, hablar con otros es fundamental.

Por eso se quedó con Speedy aun sabiendo que iba a morir, habló con ella, compartió con ella, pero cuando conoció a Camila Y Fii, supo que sobrevivir sería mucho mejor con ellas a su lado. Aunque le obstaculicen, aunque tenga que trabajar más, aunque se arriesgue por ellas. Si ellas estaban allí sería suficiente para desear vivir.

Y ahora que conocía un lugar donde la vida era óptima y los riesgos eran casi nulos, descubrió que se mataban por una cuestión de costumbres, despreciaban a otros por dar no solo una, si no dos vidas. ¿Eso es vivir en una comunidad?

Piero estaba enojado. Pero no podía hacer nada, ya había sucedido.

— ... Rai.

— ¡Y-yo lo siento! Yo no sabía-

— Rai silencio... Solo, saldré un rato. Después hablamos. —Tranquilizó su emoción respirando profundo.

Piero abrió la puerta y miró a Camila.

— ¿Quieres acompañarme?

— ¿He? Ha.. Sí.

Camila siguió a Piero y dejaron a Rai sola en la habitación.

— ... Yo... También estoy en contra. —Susurró Rai cuando salieron de la habitación.

__----------__

Fii y Riu habían terminado de ordenar la sala, solo faltaba limpiar algunas manchas que estaban en el piso. No recordaban haber dibujado en el piso ¿Cómo habían llegado esas manchas allí?

— Huuuum ¿Cómo limpiamos eso? —Pregunto Fii a Riu.

— ...Saldrá con agua... Creo.

— Ok. —Buscó en su maleta y sacó el depósito de agua que Piero le dio— ¡Aquí tengo! —Lo levantó en el aire.

— ... Eso ¿Está bien que lo utilices para esto?

— Se llena con el tiempo o absorbiendo aire, así que no importa. —Abrió el termo y vertió un poco de agua— Listo ¿Ahora?

— Con esto. —Agarró una piel con un montón de pelo grueso y lo fregó en la mancha— Con un poco de fuerza y ya debería estar.

En ese momento Piero abrió la puerta y miró a Riu trapeando el suelo, obviamente Riu se asustó por la mirada atemorizante de Piero. Esta vez estaba segura que él estaba enojado, no había nada oculto como las anteriores veces.

Al intentar retroceder se apoyó con el trapo mojado, provocando que golpee la mesa votando todas las hojas y la tinta, esta al caer salpicó en todas direcciones manchando a Piero.

Piero obviamente estaba enojado, quería salir un momento a ordenar sus pensamientos y luego seguir conversando con Rai, no quería que sus emociones afecten su juicio, pero al ver esta escena sabía cuál sería la reacción de Riu y Rai.

Miró a Riu, sabía que empezaría a llorar cuando procese lo que acababa de pasar. Y no solo ella, Fii lo miró con preocupación, como si le rogara que no se enoje. Rápidamente pensó en una solución.

Primero debería evitar que la preocupación de Riu aumente, así que levantó su mano, todos miraron la repentina acción de Piero, especialmente Riu, quien empezaba a comprender qué acababa de causar. Ahora que tenía su atención se agachó lentamente y trató de hablar lo más despacio y tranquilo posible.

— Tranquila, no pasa nada, ¿Te lastimaste?

Se acercó a ella y la levantó del suelo lentamente. Acomodó un poco su pelo y le dio unas palmaditas en la cabeza.

Por un momento las lágrimas que estaban a punto de salir se detuvieron y dejaron a una Riu con ojos brillantes.

— ¿Estas bien? ¿No te duele nada?

Camila se acercó y revisó a Riu. Fii también se acercó preocupada, pero agarró la mano de Piero.

—... No te enojes... —Trató de tranquilizar a Piero.

— No me enojaría, fue un accidente. Sabes una vez me pasó algo similar, pero con una babosa y un insecto que escupía seda.

La situación era extrañamente tranquila, parecía que habían logrado apagar un incendio a punto de propagarse. Piero respiró profundo. Pero le faltó alguien más. Saliendo del cuarto Rai miró a Piero Camila y Fii acorralando a su hermana menor, mientras que el piso estaba completamente sucio, con hojas esparcidas, además de la mesa volcada y Piero manchado de negro.

— Esto no es lo que parece.

— Y-yo-

— Rai esto-

— ¡YO ME HARÉ RESPONSABLE!

Cayó sobre sus rodillas y se inclinó en el piso.

— Rai-

— ¡Yo me hago responsable! ¡Yo-

La situación se le fue de las manos y no pudieron solucionarlo hasta que el sol estuvo encima de ellos.

__----------__

No muy lejos de la aldea cruzaba un pequeño río, donde cinco criaturas se estaban dando un baño. Camila, Rai, Fii, Riu y Piero. Después de arreglar el malentendido Piero decidió refrescar su cabeza, muchas cosas habían pasado en un solo día. Si seguía así no sabría si su cabeza podría soportarlo.


Fii y Riu parecían jugar en la orilla mientras que Rai y Camila conversaban, Camila trataba de tranquilizar a Rai ya que no la habían tranquilizado por completo. Dejando a Piero por fin descansar un momento. Aunque no descansaba en absoluto, estaba atento si alguna criatura se acercaba, tanto por tierra, por agua o aire. Y logró escuchar algo, que se acercaba a ellos por tierra. Piero miró a la dirección de la que venía y vio una figura familiar. Era Fron quien se acercaba al río. Con su típico cráneo con un solo gran orificio y con dos heridas en su pecho.

Fron se percató de Piero y se acercó.

— Sabio. No sabía. Que estaba aquí... Con Rai y las demás. Los dejaré solos.

Sorprendentemente Fron habló casualmente.

— No, tranquilo, puedes quedarte.

— ... Está bien.

Fron se sentó a unos metros de donde estaba Piero, con un cuenco que llevaba recogió el agua y empezó a limpiar su pelaje.

— Sobre ayer. Lo siento mucho. Sabio.

— No te preocupes, ya fue solucionado...

— ¿Es así? Me alegro. ¿Le gusta la aldea?

— ... Sí, es un buen lugar... —Fron le hablaba tranquilo sin miedo lo cual le sorprendió— ¿No me tenías miedo?

— Claro que tuve. Miedo. Todos estábamos. Preocupados. Lo había. Tratado mal.

— ... Entiendo.

"¿Solo me tenían miedo ayer? Pero a Rai y Riu no dejan de temer, además Riu me tuvo miedo desde la primera vez que me vio..."

Piero suspiró dentro suyo, no todos lo tratarían con temor. Eso lo relajó y decidió ser casual con Fron.

— ... Tienes dos heridas en el pecho ¿Tienen algún significado? Son muy similares y no parecen ser una herida de pelea.

— ¿Esto? —Miró su pecho donde había dos heridas— Es muy observador. Indica el número. De hembras. Que tengo.

La respuesta sorprendió un poco a Piero.

— ... Eso... Felicitaciones... Supongo...

— Gracias. No todos pueden. Tienes que ser muy. Fuerte. Para poder tener. Dos hembras.

— Ya veo... ¿Usted es el más fuerte aquí?

— No. Hay uno que. Me gana. Él tiene cuatro. hembras.

— ... Eso, es sorprendente... Creo —No pensó que la conversación sería de esa manera, así que cambió de tema— Sobre Rai...

— Ella. Está disponible. Pero deberás ganarle. En una pelea.

— ¿Disponible? No. Quería preguntar si ella tiene miedo a los sabios por algún motivo. —Fue sorprendido por la respuesta y casi se resbala de donde estaba parado.

En ese momento Fron dejó de limpiar su cuerpo, miró a Piero y habló.

— Sí. —No mencionó más y siguió limpiando su cuerpo.

El tono de voz de Fron indicaba que era un tema delicado, así que Piero decidió no preguntar.

— Ya veo. Sobre los desertores ¿Conocías alguno?

— ¿Desertores?... Sí. la mayoría eran hembras. Desaparecieron. Sin decir nada.

— ¿Hembras? —Apoyó su mandíbula sobre su mano— ¿Se fueron en grupo?

— No. Cada dos días. Desertaban. Uno por uno.

— Pero si iban a escapar entonces sería mejor huir en grupo, no tiene sentido escapar así... —Susurró— De los que conocías... ¿Alguno te comentó sobre huir?

Fron volteó para mirar a Piero, este se vertió el agua en su cabeza. No entendía por qué lo hacía si no se quitaba el cráneo trofeo. Pero ignoró la acción de Fron y esperó su respuesta.

— En ningún momento. Me dijeron. Para huir juntos.

— ... Creo que todavía tendré que investigar más.

Ni Rai ni Fron conocían el motivo de huida así que debía preguntar a los demás de la aldea. De paso quería averiguar si los demás todavía le tenían miedo. Piero suspiró y relajó su cuerpo, con Fron presente decidió relajar su guardia. Miró su alrededor y vio a Fii fregando la espalda de Riu, a Camila y Rai sumergiéndose en el rio. Y al lado suyo Fron que se le acercaba. Sin ver su rostro supo que tenía algo más que comentar.

— Pero una hembra. Me dijo. Que nunca. Dejaría la aldea. Y huyó.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top