7
Sé que tenía que haber estado en estas horas por lo menos en mi casa, pero esta duda e incertidumbre que me invadía me hacía cambiar de opinión. Esas ganas de saber el porqué de todo lo que me ha sucedido desde siempre, de por fin desprenderme del miedo de cerrar los ojos y sentir mi cuerpo temblar, de poder vivir tranquila y con recuerdos cuerdos hacía que me quedara.
Porque a nadie le había contado que es lo que me sucedía durante años.
Y ellos lo sabían...
─ Desde ahora te vamos a estar cuidando ─ cortó el silencio Fred quien se encontraba parado al lado mío en el césped, solté una risa.
Eder se metió a su casa para preparar algo de comida, ya que yo había votado todo lo que tenía dentro.
─ ¿Cuidar? ─ dije levantándome del suelo dándole la cara.
─Sí. No puedes estar sola tanto tiempo... y menos ahora que... ─me miró y dejó en el aire lo que iba a decir
─ ¿Y ahora qué?, quiero que me digas todo, ¿Cómo esperas que te crea?
─Es difícil ─ me dio la espalda y empezó a sobarse la cabeza.
─ ¿Difícil? ─ lo encaré, no estaba segura de como confrontarlo, pero lo hice ─. Difícil es vivir con algo que sientes que no eres tú, es tener miedo de cerrar los ojos al descansar y sentir que toman el control de tu cuerpo. ¡Difícil! ─ su mirada se posó en mí, por un momento dejé de hablar ya que sentí el nudo en mi garganta, me estaba desahogando, si, estaba votando todo lo que sentía y que no había dicho hasta ese entonces.
─Difícil es tener el presentimiento de encontrar la luz del túnel y aun así no poder salir de la oscuridad ─ fue lo último que dije y me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración, Fred se había quedado callado así que decidí agregar:
─Así que no me digas que es difícil, si quieres que te crea cuéntame todo, porque la vida es suficiente mierda como para perder mi tiempo con ustedes ─dispuse y Fred asintió.
─ Vamos hacia adentro ─ estableció y quise hablar, pero me interrumpió ─. Y nadie sabrá que faltaste a clases.
─ ¿Cómo harás eso?
─Soy un brujo, ¿Lo recuerdas?
Asentí.
Entramos y Eder estaba en la cocina, él notó nuestra presencia y asomó su cara por la puerta que estaba abierta:
─Ya falta poco para que termine, así que no te irás sin comer ─ desde que vinimos no se había puesto el polo, hacía frío como para estar con el torso desnudo.
Ya estábamos en la sala, ahora que la analicé era una simple sala, no tenía tantos lujos.
Un sillón en forma de L de color gris con una mesita de vidrio al frente, en las paredes había cuadros de seres mitológicos, animales con apariencia humana, todos eran retratos antiguos, empolvados, estábamos sentados en una fila, mirando desde lejos hacia la puerta que da al campo.
─ Antes de contarte prométeme que no le vas a decir a nadie sobre lo que te diré ─ me miró y tomó mi mano.
─ Ya... ─ respondí dudosa y retiré mi mano de la suya.
─ ¿Has escuchado la historia de Dios verdad?
─ Sí.
─ ¿Y la del diablo?
─ Solo sé que fue un ángel desterrado.
Sacudió la cabeza─ Estas en nada entonces.
─ Directo a grano Fred.
─ Según la historia de Dios, solo un ángel fue desterrado por desear sus poderes, este se llamó Dian, él era el mayor de la legión de ángeles, el más cercano al creador, esto quiere decir que era el más poderoso ante los demás, en cuanto a su desterramiento hay muchas versiones, la más aceptada es que él tuvo un amorío con otro ángel, ellos no eran buenos, claro, su ambición por el poder los llevó a enfrentar la fuerza de Dios, sin duda era ilógico que ellos ganaran ya que ellos habían sido creados por el señor, él sabía lo que sucedería y también sabía que es lo que tenía que hacer, de hecho, todas nuestras vidas están escritas por él, nuestra vida se debe a él...
Pausó y se acomodó en el asiento ─: Al ser desterrados perdieron el poder de la divinidad, y si, fueron dos los desterrados, ellos quedaron en el mundo alterno a lo bueno, adquirieron el poder absoluto de la oscuridad, ahora ya no solo había una divinidad en la cual creer y ser tentados. Ambos cambiaron, Dios les dio una oportunidad para arrepentirse y volver al cielo pero ellos no la tomaron, se llenaron de completa maldad, por fin habían obtenido el poder que anhelaban, ellos hicieron el infierno, crearon bestias anómalas, aberraciones humanas, a los demonios y tentaron a las personas a incidir al mal para que después sean castigados allí dentro y sufrir hasta la eternidad ─ me miró y dijo─: ¿Hasta ahí entiendes?
─Sí ─ contesté asimilando toda la información obtenida, estaba algo confundida por lo distinta que era la historia, pero de algún modo sabía que mi vida tenía algo de relación con todo esto.
Pero no sabía cuan incrustada estaba mi vida con la de los hermanos, ni lo que me podría afectar.
Eder se acercó con una fuente grande de madera y la puso en la mesita de centro, había dos platos de loza hondos con una especie de sopa roja, era puro líquido. ¿Era lo que estaba pensando? No, no, tenía que ser otra cosa.
─ ¿Eso qué es? ─ fruncí el ceño y miré a Eder quien se acomodaba al costado de Fred.
Eder agarró el plato y se lo empezó a tomar de forma desesperada y noté como Fred se empezaba a acariciar las manos en un modo ansioso hasta que también empezó a beber de lo que sea que este en ese plato, se podía escuchar cada sorbo y me quedé sorprendida al percibir la necesidad de ese líquido para ellos.
Tenía que ser vital esa cosa, ¿No?
─Esto ─ se limpió las manchas rojas de la boca─. Esto es vida ─aclaró Eder pasando su lengua alrededor de sus labios.
Me quedé un rato en silencio recordando lo antes dicho, ¿Vida ese líquido rojo?, ¿Qué tipo de vida?, ¿Qué significa vida para ellos?
Mi mente era un remolino de preguntas inconcretas, era obvio que no iba a poder respondérmelas yo solita.
─ ¿Qué era ese líquido rojo? ─ me levanté y me puse en medio de los dos hermanos que yacían sentados en el sofá.
─ Es vida, ya te lo dijo... Pero como sé que no te vas a quedar callada hasta que te diga que es, pues es sangre de animal ─ tragué fuerte al escucharlo y verlo tan despreocupado, claro, quizás para ellos era algo normal.
Eder se levantó diciendo que traería mi comida.
Con lo que había visto ya se me había quitado el hambre.
─Pero ¿Por qué beben sangre?, eres un brujo no un vampiro.
Fred rodo los ojos ─: No sabes nada sobre los brujos como para compararme con un vampiro ─ hizo una pausa─. Pero si hay algo de similitud, nosotros también necesitamos sangre para mantenernos con vida.
─ ¿No la de los humanos?
─ Haces muchas preguntas Kendra.
─ Si, ahora respóndeme.
─ Sustituimos la sangre de los humanos por la de los animales desde hace mucho ─espetó poniendo el plato vacío en la mesa.
Me quedé parada enfrente de él en completo shock, no sabía ni podía articular nada.
Ni una palabra.
Ni un solo movimiento.
Eder se acercó por detrás y me toco el hombro, yo sobresalté y me aparté al instante ─. ¿Qué pasa? ─inquirió borrando la sonrisa que se cargaba.
─ Acabas de beber... sangre─ señalé los platos que estaban en la mesa.
─De animal Kendra─ aclaró Fred y completó─: es algo que necesitamos todos los nuestros para no perder nuestros poderes.
─ ¡Oh! si si , tu comida─ dijo Eder volviendo a la cocina.
Ya se me había quitado el hambre de todos modos, además con lo que ellos habían tomado ya me podía imaginar lo que me tocaba a mí.
No dije nada por el momento y me puse a navegar dentro de mi mente, ¿Qué iba a hacer Fred para que no se den cuenta que no asistí a clases ?, la sangre... ¿Corría peligro al estar cerca de ellos?, Fred dijo que ya no bebían sangre de humano durante mucho pero tampoco era del todo confiable para mí, claro, ¿Cómo confiar en personas que recién conozco, pero ellos aparentar conocerme mucho?
Sonó más estúpido hasta para mí.
Si claro conciencia, te recuerdo que de ti es que saco estos pensamientos.
Si, solo procura no decir estas idioteces en público.
Tú procura no hacerme pensar idioteces.
─ ¿Qué procure qué? ─ volteó a verme Fred frunciendo el ceño.
─ ¿A? ─ traté de disimular la vergüenza, aunque ya sentía mis cachetes calientes.
No hablaste para tus adentros, Kendrita.
Mierda.
Eder se acercó hacía mi con un plato chico y me lo extendió.
Alcé la cara para ver qué era lo que había dentro ─. No es sangre Kendra, no vas a tomar eso... ─ dijo algo más pero no alcancé a escucharlo.
─¿Qué es entonces? ... Espera déjame adivinar, ¿Caballo al horno? o ¿Rata azada?
Eder suspiró blanqueando los ojos ─: Para que sepas, es un filete que teníamos en la nevera, está acompañado con un poco de arroz... pero si no quieres pues me lo puedo comer yo ─ quise hablar, pero me interrumpió ─. Solo trato de ser amable ─ sonó tajante y a la vez frustrado─. Se empática... por lo menos inténtalo.
Lo último me hizo enojar, ¿Empatía?, ¿En serio me estaba pidiendo empatía?
─ ¿Me estás pidiendo empatía a mí?, Te recuerdo que ustedes se aparecieron en mi casa, me dicen que me conocen pero no me dicen el porqué de nuestra "relación", estoy en una casa de mierda escuchando puro morbo de alguien que no confío, y ¿Aun así me pides empatía? .
Pude sentir el peso de sus miradas en mí, cerré los ojos y suspiré, quería calmarme, pero últimamente mi paciencia estaba a flor de primavera.
La voz de mi costado hizo que voltee ─: Quería decírtelo cuando estés calmada, pero la calma obviamente no va contigo─ se paró del sofá para encararme, su mirada estaba cargada de amargura, de reproche. Tuve que alzar la mirada para alcanzar la de Fred...
─ ¿Querías saberlo no?, Tú eres hija de un demonio y... ¿Quieres saber cuál?, de la según esposa del Diablo... Eres el fruto del engaño con un humano común y corriente, de alguien tan simple para ellos y tan grande para él─ estaba con una sonrisa oscura en la cara, como si lo que acababa de decir fuese una broma mientras que Eder se quedó callado con la expresión de sorpresa.
Mi respiración y cordura se fue al tacho, la cubierta de superioridad que me cargaba se me vino abajo, la mirada de Fred estaba centrada en mí al igual que la mía, por un momento creí sentir furia, pero eso cambió con el pasar de los segundos.
Mi mente quedó en blanco, estaba con ellos, pero no estaba en realidad, mi mente viajaba hacia la nada, era sorprendente el no sentir nada en ese momento.
No había sorpresa.
No había lamentos.
De pronto Fred volteó la mirada dándome la espalda y "desperté" literalmente de la calma que sentía, la energía en el ambiente cambió, recordé la forma en la que me habló, en cómo se burló de lo que me acababa de decir y me llené de una furia desmedida, inexplicable...
Me contuve un grito por apretar la mandíbula y puños, me sentía con la fuerza de un león que iba directo a su presa.
Y la presa era Fred.
─ ¿Qué sucede? ─ Se acercó Eder dejando a su hermano de espaldas
─ ¡Díganme! ─ordené levantándome con toda la rabia encima ─. Que todo esto es una mentira.
SILENCIO.
Eder, quién estaba a unos 4 pasos de mi retrocedió y volteó a su hermano, así pude tener la vista de los dos, Fred por su parte tenía una mirada severa, no había ya un gesto de burla, mientras que su hermano estaba atento a mí, estaba preocupado y hasta se podría decir que asustado.
Su silencio me jodía aún más y creo que lo notaron.
Los dos hermanos se miraron entre sí como para decidir quién iba a hablar, pero cayeron al suelo y empezaron a quejarse de dolor.
SUS CARAS.
MI DESCONTROL.
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