Capítulo 31 🚬

Si comentan mucho mañana les traigo otro capítulo y bien delicioso ;)

—Al menos ya no susurran cosas mientras pasamos, ¿no? —inquirió Gen, tratando de animarme un poco.

Pero siendo honesta, nada servía para que mi ánimo mejore.

Le sonreí de lado y asentí con la cabeza.

—Has estado toda la mañana callada —dijo, poniéndose en frente de mi para detener mis pasos—. Siempre eres callada. Pero al menos insultas o... no lo sé. ¿Hay algo que desees contarme?

Suspiré.

—No aquí.

—¿Quieres ir a tomar un batido? —propuso moviendo sus cejas con diversión—. Ya no tenemos más clases, solo queda gimnasia y no tengo ganas de ir.

Chisteé.

—Yo menos —aseguré.

—Entonces... ¿vamos por el batido? —dudó aplaudiendo y dando saltitos disimulados pero llenos de emoción.

Asentí.

—Pero probaremos algo nuevo —dije, comenzando a caminar junto a ella.

Durante toda la mañana Franchesco me había ignorado.

Y mucho.

Había intentado hablar con él ni bien lo ví al entrar, pero me dijo "Ahora no".

Y lo dejé.

Pero luego en los recesos, comenzó a ignorarme completamente.

Ni siquiera me miraba.

Ni siquiera...

Cerré los ojos con fuerza, no quería llorar.

No en la calle.

No por él.

Entendía perfectamente que había sido una estúpida, pero ignorarme no iba a solucionar nada.

Al llegar a la cafetería, Gen se encargó de pedir una mesa y la carta para elegir qué comprar. Al cabo de unos minutos nos habíamos decidido por probar el batido de arándanos y moras.

Pero al ver los waffles no me resistí y ordené media docena.

Tenía ganas de llorar, así que lo iba a disimular comiendo.

—Keira —me llamó Gen mientras tenía una ceja arqueada—. Ya suéltalo antes de que te atragantes con la comida.

Tragué el pedazo de waffle que estaba comiendo y le di un sorbo a mí batido.

Bien, Gen era mi amiga.

Era alguien de confianza.

Podía contarle lo sucedido. ¿Verdad?

—Hmm —volví a darle un sorbo a mí batido—. Arruiné todo con Franchesco —solté sin anestesia.

Gen frunció el ceño.

—Contexto, por favor —pidió.

Le di un mordisco a mi waffle, y mientras masticaba pensaba en como contarle todo.

—Anoche... Cuando tú nos dejaste a solas... Bueno, pasó algo —intenté contar.

—¿Qué se supone que signifique eso, Keira? —cuestionó abrumada.

Solté un suspiro. Necesitaba contárselo todo, sin dar vueltas.

Así que eso hice.

Le confesé mis miedos, mis inseguridades, mis sentimientos encontrados respecto a Franchesco y a la vida misma.

Y como era de esperar, Gen se quedó un poco en shock.

—Bien... —murmuró—. Tienes un enredo emocional, no cabe duda. Pero honestamente, no creo que sea tan terrible. Si le explicas, estoy segura que entenderá.

—Si me ignora, no podré explicárselo.

—Entonces busca la manera de hacerlo —dijo, para luego darle un mordisco a su waffle.

Solté un suspiro recostándome en el respaldo de la silla.

—¿Por qué eres tan buena? —mascullé observando el techo.

Gracias amiga reflejos noté que ella se encogió de hombros.

—Solo trato de convertirme en la persona que necesitaba.

Arqueé una ceja, confundida.

—¿A qué te refieres? —quise saber, pero ella le restó importancia con un gesto de mano.

—No es nada, olvídalo.

Asentí lentamente, sin saber si olvidarlo o no.

—Eres una buena amiga, Gen —aseguré sonriente.

—Tú también.

Tomé una de sus manos y la apreté con suavidad.

—Gracias —dije honesta—. Por aparecer en mi vida y hacerme entender que hay personas que valen la pena.

—Tú también vales la pena —murmuró con los ojos cristalizados—. Por ti soy capaz de vivir y morir —aseguró sin un mínimo de nerviosismo.

Tragué grueso, aquello había sido algo fuerte de oír.

—Por ti soy capaz de vivir y morir —repetí.

Y era cierto.

Nos dimos un abrazo breve y seguimos comiendo los waffles. Ella grabó un par de historias y me sacó algunas fotos sin avisarme. Lo cuál me hizo reír cuando me las mostró, había salido terrible, pero como era Gen, tenía la confianza suficiente para saber qué esas fotos se las guardaría para ella.

Al cabo de unas horas, ya nos encontrábamos en casa. Ella cocinando la cena y yo escribiendo algunas frases al azar.

La canción que había producido en una noche me había gustado mucho, así que me alenté a mi misma a seguir componiendo. Al menos así me distraía un poco.

Pero cuando era la hora de dormir y Gen estaba en pleno coma soltando ronquidos, yo solo podía pensar en él.

Y en sus palabras.

"Hasta que no me expliques qué demonios te pasa, ni siquiera intentes en hablarme".

Joder.

Me puse de pie y busqué mis pantuflas. Dudé en qué hacer mientras me miraba al espejo fijamente.

Mi short negro me daba una gran vista de mis anchas piernas, la sudadera amplia y gris que traía puesta era cómoda y cálida.

Mi cabello amarrado estaba hecho un desastre y mis medias largas me llegaban hasta las rodillas. Estaba hecha un caos, pero ni siquiera me preocupaba.

Así que tomé valor y abrí mi ventana, para luego salir de esta y dirigirme hacia la ventana de Franchesco.

Estaban las luces prendidas y la música estaba bastante fuerte.

Y allí estaba él, recostado en su cama. Vistiendo solo pantalones de pijama a cuadros y dibujando algo en su libreta.

Tenía el ceño fruncido. Y me pregunté en qué estaría pensando.

Al notar la ventana abierta, ni siquiera lo dudé. Me adentré a esta de un saltito y en segundos me encontraba frente a él.

Me miró de mala gana, sus ojos estaban opacos y sus labios se habían fruncido ni bien me notaron allí.

Agachó su cabeza y siguió dibujando. Ignorándome.

—No puedes evitarme toda la vida —me quejé.

—¿Vienes a sincerarte? —cuestionó sin mirarme, mientras daba trazos con su lápiz.

—Vengo a follarte —solté rígida.

Okaaaaaay, admito que se me salió de control 👁️👄👁️

Pero wey, que tiernas Gen y Keira. ¿Verdad?

¿Y el final de capítulo? Keira be like: Amanecí re loca ese día

En fin, espero que estén bien. Comenten si quieren otro capítulo mañana <3

Las quiero, besitos problemáticos 💜🚬

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top