╺INFINITY WAR (ESPECIAL)
⌜Advertencia: Posible spoiler, no recomiendo leer si no la has visto⌟
❝NO❞
La carretera estaba desierta, a favor de Harper. Estaba superando el límite de velocidad permitido, y realmente no estaba de humor para meterse en problemas legales y no arribar a la dirección que citaba el trozo de papel blanco que posaba sobre el asiento del copiloto. Esperaba con todo su corazón, que la dirección estuviese correcta y que Peter no se hubiese equivocado a la hora de escribirla. O peor aún, que fuese falsa y que Parker se la hubiese dado sólo para mantenerla tranquila.
El automóvil que conducía era de Bob, su padrastro, que muy amablemente se lo había prestado al ver la desesperación que transmitía la castaña. Su madre no quería que se alejara, pues la catástrofe que había ocurrido la tenía alarmada. Por esa razón, Bob tomó la decisión de confiar en Harper de que ella estaría bien y darle el automóvil a escondidas. Por un momento, Harper pensó que a su familia le pasaría lo mismo que a los de afuera, pero dichosamente la mayoría estaba bien.
—Ha llegado a su destino—habló su móvil.
Una enorme e impresionante mansión dejó sorprendida a la chica. Tres pisos que quizá jamás recorrería, pero que a simple vista daba mucho para la imaginación. ¿Quién diría que ella, Harper Holt, conocería las instalaciones de los Vengadores sin el consentimiento de éstos? Tenía una excusa, o eso creía, por si Tony Stark le cerraba la puerta en la cara y no le brindaba información.
Sabía que, la persona que le abriera, le haría la pregunta de "¿qué haces aquí?", claramente después del interrogatorio sobre su identidad. Y no importaba lo que pasara, ella obtendría respuestas sobre la ubicación de Peter, estaba decidida en patearle el trasero a todos con tal de que alguien se lo dijera.
Una vez estacionado el automóvil, Harper tomó el móvil y marcó el número de Peter. De inmediato, una fotografía que ella le había tomado cuando él dormía junto a ella, se adueñó de toda la pantalla. Harper se quedó admirando la foto, queriendo sacar a Peter de la pantalla y ponerlo a su lado. De pronto, algunos números aparecieron en la parte superior del móvil, indicando el tiempo de llamada.
—¿Peter?—preguntó atemorizada, llevando el aparato hacia su oído.
—No, sigo siendo Ned—contestó el amigo del chico arácnido—. Aún no regresa, Harper—comentó con preocupación.
Después de un suspiro y una despedida, Harper cortó la llamada. Dejando caer su cabeza hacia atrás, cerró los ojos y apretó su agarre en el volante, hasta que sus nudillos se tornaron blancos, tomando el valor suficiente para bajarse del automóvil. Mordiendo su labio inferior fuertemente, en rápidos movimientos antes de arrepentirse, apagó el motor y salió cerrando la puerta de un golpe.
Sin embargo, cuando sus zapatos pisaron el asfalto, no supo qué hacer con exactitud. ¿Llamaba a la puerta? No había ningún timbre, y no golpearía con sus nudillos una puerta de vidrio. ¿Y si tal vez gritaba? No, haría el ridículo. Tampoco entraría como si fuese su casa, caminado por todos lados buscando ayuda.
Dentro de las instalaciones, Tony Stark se masajeaba las sienes con ambas manos, intentando reducir las fuertes punzadas que atravesaban su cabeza de lado a lado. Acostado sobre el sofá, parecía que todo estaba bien con aquél hombre. Sin embargo, los duros recuerdos le mortificaban cada vez más, y no podía huir de ellos. Necesitaba soluciones, debía buscar ayuda para derrotar a Thanos, pero no sabía por dónde empezar.
—Señor, me temo que debo interrumpir su momento. —La voz de FRIDAY retumbó en las paredes para viajar hasta sus oídos—. Hay alguien que...
—¡¿Hola?!—Harper interrumpió a FRIDAY, provocando que Tony se incorporara asustado. Guardó silencio, esperando pruebas de que alguien había hablado y no que se había vuelto loco—¡¿Hay alguien aquí?!
—FRIDAY—musitó, con la esperanza de que la desconocida no la hubiese hackeado.
—Aquí estoy, señor—respondió, aliviando a Stark—. Es una chica, y me parece que tenemos sus datos en la base—comentó FRIDAY, confundiendo a su creador—. Aparece en la carpeta de contactos de confianza del joven Peter Parker. —Las punzadas habían desaparecido, pero ahora lastimaban su corazón—. No es familiar, pero...
—Harper—murmuró sorprendido, pegando un salto para acercarse al ventanal y mirar hacia abajo, encontrándose con la castaña que observaba hacia ambos lados, probablemente buscando a alguien.
Peter le había hablado de ella hacía mucho tiempo, y Tony sabía lo especial que era Harper para el joven. De vez en cuando, a Parker se le salía una que otra confesión sobre sus sentimientos y a Tony no le podía hacer más gracia. Sin embargo, ahora eso simplemente le dolía.
Harper suspiró derrotada, dejando caer su cabeza hacia atrás. Nadie había respondido a sus llamados, que al final se había decidido por gritar, y no sabía si devolverse o esperar. Había una vocecita en ella, desde que salió de casa, que le advertía vagamente que nadie estaría allí, pero la ignoró, y ahora se arrepentía.
Justo cuando se giró, con el fin de regresar, escuchó pasos detrás de ella. Se congeló al instante, aterrada al estar en un lugar desconocido, pensando en que quizá no quedaba nadie y personas con malas intenciones habían saqueado la base de los Vengadores, y que ahora le harían daño.
—¿Harper Holt?—cuestionó un Tony inseguro, inspeccionando a la chica que se mantenía de espaldas.
La castaña se giró, quedando pasmada ante el decaído Tony Stark. La tristeza era notoria en la mirada de Iron-Man y, bajo sus ojos, unas ojeras eran la prueba de su mal dormir. Para su suerte, Pepper no se esfumó como la mitad del universo, pero ella no podía hacer nada para que Tony olvidara el nuevo dolor con el que debía aprender a vivir para salir adelante.
—Estoy aquí porque...
—Lo sé. —Tony asintió, para luego hacer un ademán con su mano, invitando a la chica entrar—. Adelante.
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El silencio permitía que hasta el sonido provocado por las alas de una insignificante mosca, se convirtiera en el estruendo necesario para sacar a Harper de su estado de shock. Después de esos minutos, en los que Tony pensó que la castaña no respiraba, sus ojos al fin parpadearon al menos una vez y un movimiento casi imperceptible en su garganta, le hizo saber al hombre que ella había tragado saliva.
Existían muy pocas veces, en la memoria de Tony, en las que a él le había tocado dar malas noticias. No obstante, esas pocas habían sido muy difíciles y jamás pensó que algo pudiese superar el primer lugar en la lista. Pero al ver que la chica no se había inmutado, y había quedado en una especie de modo apagado, le hizo cambiar ese primer lugar.
El cerebro de Harper volvió a funcionar, ayudándole a levantar la vista del suelo. En cuanto todo comenzó a dar vueltas en su cabeza, ésta empezó a negar levemente, para luego sacudirla con brusquedad conforme su respiración se aceleraba. De pronto, las paredes parecían moverse con el fin de aplastarla. Sus ojos escudriñaron el lugar, pasando desapercibida la presencia de Tony, como si buscara una salida.
—No—susurró de manera inaudible, mientras sus manos viajaban hasta su cabeza. No podía ser posible que su Peter se había ido, ¿cómo su amor le había abandonado?—No, no, no—murmuró, haciendo entender a Tony lo que ella decía.
Recuerdos de Peter le bombardearon. Riendo, estudiando, enojado, molesto, triste, cantando, bailando, comiendo y hasta durmiendo. Pero de pronto, todos sus recuerdos se bañaron de sangre, imaginando a Peter muerto en sus brazos. Tony le había hecho saber cómo Peter se había desvanecido, pero ella no lo podía creer.
De cierta manera le aliviaba saber que nadie lo había matado de una forma brutal, pero eso no le tranquilizaba. ¿Cómo viviría sin él? Suficiente había tenido sin verlo un año, hacía mucho cuando se había marchado, ¿qué haría sin su dulce Peter Parker? No podría ver el brillo en sus preciosos ojos por las mañanas, ni su cabello despeinado cuando se quitaba la máscara. No le escucharía estudiando, repitiendo cada párrafo para aprenderlo de memoria.
No podría apreciar su sonrisa nunca más, ni podría tomar su mano al caminar. No comerían juntos por las noches en su departamento, esperando que May no quemara la cena, ni él la acompañaría a la hora del almuerzo en su trabajo. No podría recibir las suaves caricias que él le brindaba, a veces con inocencia, a veces con intenciones de más. No había nada de Peter, literalmente.
—No, usted debe estar equivocado. —Sollozó señalando a Tony, mientras se levantaba de su asiento, con el fin de salir corriendo de allí. No lo podía soportar—. Él no se pudo haber ido. Peter me prometió que jamás me dejaría, el dijo que me amaba y que siempre regresaría a casa—murmuró, sintiendo las lágrimas saladas recorrer sus mejillas, mojando sus labios y desprendiéndose de su rostro al llegar a su barbilla.
—Harper...
—¡No!—gritó, llevando sus manos al corazón. Una fuerte presión dañaba aquél órgano tan esencial. La respiración era escasa para la chica, creía ahogarse—No a mi Peter, por favor.
Sin esperar más, comenzó a correr, con la esperanza de huir. La voz de Peter se estaba haciendo presente en su cabeza, repitiendo cuánto le quería y que él daría la vida por ella. Obligó a sus piernas más esfuerzo, sin realmente pensar en lo que estaba haciendo. Bajó las gradas a gran velocidad, diciendo "no", una y otra vez.
—FRIDAY, que no salga—vociferó Tony, persiguiendo a la chica.
Él no sabía exactamente cómo reaccionar ante el dolor que presentaba Harper, pues una persona dañada no podía ayudar mucho a una persona con el corazón roto, pero Tony sabía que si Harper salía, estando de aquella manera, algo terrible podría pasar y él no podía permitirse una pérdida más.
Al llegar al vestíbulo, encontró a Harper empujando la puerta con fuerza, con la fe de que se abriera. La golpeaba con sus puños, lastimándose sin darse cuenta. Tony quiso alejarla de la entrada, poniendo sus manos sobre los hombros de la chica, esperando que ella reaccionara de una forma agresiva. Sin embargo, ella sólo se giró, pasando sus brazos sobre los hombros de Tony, con la esperanza de apoyarse en alguien y recibir ayuda.
Tony recordó al chico arácnido, y de cómo él había caído sobre sus hombros al no poder sostenerse. No obstante, sacudió su cabeza con el fin de olvidar aquello y guiar a la chica hacia la vieja habitación de Wanda para que la joven pudiese descansar.
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¡Espero, de todo corazón, que le haya gustado!
Estoy muy feliz por todo el amor que ha recibido "Keeping The Secret" y Harper Holt, a pesar de sus locuras. Sé que la chica no es para normal y probablemente tenga problemas en su cabeza xd. Pero de todos modos la aprecio mucho y les agradezco por el amor que le han transmitido.
Les agradeceré de por vida, así que les mando muchos besos y abrazos, ustedes lo son todo para mí.
Love u all!
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