T R E S
—... Y es por ello que no deben atacar sin planear la situación antes, ¿han entendido? —finaliza el profesor Aizawa apagando el proyector. Habían visto todo un vídeo de las cosas que no debían hacer en su profesión como héroes. Habían explicaciones interesantes en dicha presentación, otras que le parecían lógicas y algunas más absurdas. Le causaba felicidad a Katsuki el hecho de que jamás tendría el problema de un hijo, no tendría que meterlo en un complicado papeleo para proteger su vida.
No es como si Shōto y él estuvieran motivados a adoptar para después meterlo en alguna institución a fin de que estuviera a salvo y tener que verlo unas cuantas veces a la semana. Tal vez en el futuro, pero ahora lo ve como algo innecesario.
Claro, ambos de diecisiete años, ¿qué podrían pensar en un par de años cuando su noviazgo evolucione a un compromiso? Sería muy desacertado decir que a pesar de todo seguirán juntos porque se aman.
Apenas si tienen unos ocho meses de noviazgo.
Bueno, ocho meses y dos semanas de noviazgo. Katsuki es muy bueno con las fechas, le gusta darle detalles justamente cada fecha indicada para no parecer muy cursi por darle un regalo a Shōto. En cambio, el heterocromático es un poco más espontáneo, le gusta darle detalles cada que quiere utilizando la tarjeta de su padre para que se enoje por no notificar el uso del dinero, claro.
Tal vez por eso siente que la relación es funcional.
El inicio del receso suena. Han pasado las horas justas y Katsuki está que no se la cree. Tal vez pasó bastante tiempo con el doctorsucho ese.
El profesor Aizawa sale del aula con su particular andar vago, dando por terminada la clase. El grupo de amigos de Katsuki se aproxima a él como una jauría por su presa. Cuando Eijirō se pone delante de él, supo que el interrogatorio empezaría en cualquier momento. Mina junto con Hanta a su derecha y Denki con Kyoka a su izquierda.
Otra relación que no le veía mucho futuro eran la de Denki y Kyoka. No era por ella, sino por él. El tipo era bastante idiota, alguien como ella merecía alguno mejor.
Shōto y él habían apostado que no durarían mucho.
Shōto tres meses.
Katsuki un mes.
No era mal amigo, sólo era realista.
—¿En dónde estuviste, Blasty? Tardaste bastante —pregunta Eijirō preocupado. Katsuki rueda los ojos, cómo no, aquello era para no tener fin y su hambre le indicaba que realmente la pasaría mal si seguía así.
—Fui con el médico como tanto querías —responde algo bajo, no quería que Shōto lo supiera. Aunque tampoco es como si fuera algo malo, solo no quería hablar del tema con él y preocuparlo.
—Me alegra, Recovery Girl debió decirte qué hacer, ¿no? Desde hace un año que se niega a curarnos por lo mal portados que hemos sido por..., ejem, Midoriya —susurra lo último haciendo una pequeña sonrisa. Katsuki sonríe de vuelta.
—¿Y qué tienes, Bakugō? —pregunta Mina recargando su cabeza en el hombro de Hanta. Este la rodea con su brazo.
—Nada grave —responde Katsuki tratando de sonar tranquilo, tampoco es como si tuviera un embarazo del que tanto se habló ese día—. Solo es algo de gastritis.
—¿Por eso fuiste a vomitar, Katsubro? —pregunta Denki con sus típicas confianzas. Kyoka le da un pequeño codazo para que no haga preguntas innecesarias.
—Sí, bueno... Tengo hambre. —Katsuki se levanta como quien no quiere la cosa y anda a la salida del salón. Su pequeño grupo de amigos le siguen preocupados. Sin querer voltea a ver a Shōto, este le hace una señal que capta al momento. Quiere verlo para preguntarle tal y como sus amigos hicieron momentos antes, lo que faltaba.
Crea una excusa diciendo que primero irá al baño para después escurrirse entre los demas alumnos y encontrase con su novio.
Ahí está Shōto cruzado de brazos, aparentemente había negado la entrada a los demás estudiantes con tal de hablar con él de ese tema importante. En serio que desea saber qué ocurrió.
Katsuki suspira.
—¿Qué sucedió? —la pregunta como bote de agua helada es un don característico de Shōto. Aún no olvida su primera vez con él, esa voz fría al terminar el acto sexual fue motivo para que Katsuki riera por semejante cambio de actitud.
¿Por qué recuerda eso en un mal momento? No tiene idea.
—Nada importante —responde Katsuki encogiéndose de hombros—. Tengo agruras.
—¿Agruras? Hoy saliste al baño a vomitar, no te ves bien. —Shōto se acerca preocupado a Katsuki, toma sus hombros con ambas manos—. Kat, no me gustaría que cogieras algo gordo.
—Vamos, sólo tengo gastritis, el médico ha dicho que es suficiente con que tome el omeprazol. —Rueda los ojos, tratando de quitarle importancia al asunto, pero Shōto no da su brazo a torcer.
—Fuiste a la enfermería.
—Me sentía mal. ¿Qué otra cosa querías que hiciera?
—Me preocupas, Kat, entiéndeme —susurra Shōto con las mejillas rojas—. You're my little cat.
Las mejillas de Katsuki se encienden. Odia ese pequeño apodo. Kat, para poder llamarlo gatito cuando él quisiera, justo como en esa ocasión.
—No quería decírtelo por eso. —Katsuki toma las manos de Shōto, apartándolas de sus hombros. Las acerca a su rostro y besa el dorso de estas—. Olvida que alguna vez besé tus manos, me sentí muy gay.
No escucha respuesta, así que mira a Shōto con detenimiento. Este está perplejo, con los ojos iluminados, sonrojado. Aquello pinta de colores a Katsuki, entonces sale de su trance, sonríe y acerca su nariz a la de su novio, rozándola repetidas veces en un lindo beso esquimal. Katsuki atina a mirar al piso por no querer sentirse más aturdido.
Los besos esquimales de Shōto le gustan más que su pasión desbocada.
***
Para saber más sobre futuras actualizaciones, te invito a seguir mi canal de Whatsapp.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top