C U A T R O
Tercer mes.
—Espera, olvidé algo en mi habitación. —Shōto detiene el paso e Izuku hace lo mismo, gira sobre sus talones confundido.
—¿Eh? Pero ya estamos llegando... —dice Izuku sin entender qué es lo que está sucediendo.
—¡Adelántate! —grita y regresa casi corriendo a su habitación, dejando a Izuku confundido. Va por los pasillos, deja la idea de ir por el elevador debido a que se le hace tedioso esperar a llegar, así que va corriendo por las escaleras para llegar más rápido.
Reconoce ese pasillo, ve que Eijirō está delante de la puerta de su novio tocando la puerta y a este salir con su característico ceño fruncido. Ha insultado a Eijirō, pero este parece hacerle gracia su comentario.
—Bakugō, necesito hablar contigo. —Detiene el paso Shōto haciéndose el oportuno. Katsuki le mira extrañado al igual que Eijirō, después de todo para este último ¿de qué podrían hablar ellos dos? Era inusual verlos interactuar y mucho más extraño el hecho que Shōto le haya ido a buscar a su habitación.
—Ve, te alcanzo después —dice Katsuki ladeando la cabeza. Eijirō asiente con la cabeza sin entender mucho, pero haciendo lo dicho por su mejor amigo. Cuando desaparece de su campo de visión, ambos entran a la habitación de Katsuki.
—Vi tu mensaje. ¿Qué sucedió? —pregunta Shōto preocupado.
—Estás consciente que no lo hemos hecho desde hace dos semanas, ¿cierto? —pregunta a lo que Shōto asiente desviando la mirada—. También de que no soy alguien que lo tocas y se pone a gemir, ¿verdad? —Shōto asiente de nuevo, esta vez más confundido que en un inicio. Katsuki gira el rostro y se desabrocha la camisa, mientras un rubor nace en sus mejillas.
—¡Wowowowowow! —exclama Shōto poniéndose rojo—. Nunca lo hacemos antes de ir a clases, es peligroso.
—¡No, idiota! —reclama Katsuki y toma la mano de Shōto para pasearla por la tetilla izquierda del rubio haciéndolo gemir en respuesta. Inmediatamente retira su mano como si su cuerpo fuera lava pura.
—¿Qué fue eso? Siempre tardas en gemir, es más, a veces ni gimes. —Shōto mira su mano sin entender—. ¿Acaso activé mi quirk sin saber? Porque solo así reaccionas de esa manera.
—¡No, bastardo! Estoy bastante sensible. —Katsuki vuelve a acomodarse la camisa como habitualmente la lleva, caminando de un lado a otro—. Ayer, el pelos de mierda y yo estábamos peleando, normal.
—Ajá. —Shōto arquea una ceja. Se le hacía extraño que Katsuki le contara las cosas que hace con Eijirō aun siendo su mejor amigo.
—Sin uso de quirk o algo, era pura batalla de cuerpo a cuerpo, normal, muy masculina. —Katsuki balbucea, sus mejillas se tornan más rojas conforme va hablando.
—Al grano, Kat. —Shōto se cruza de brazos a lo que el otro toma aire para tranquilizarse.
—Me tocó en... Ya sabes, el pecho e... Hice ese ruido, entonces... —Katsuki juguetea con sus dedos, nervioso. Shōto nunca lo había visto así en su vida.
—Bakugō. —Shōto le llama con voz serena—. ¿Qué ocurrió?
—Él se puso rojo como la mierda y se me acercó y... ¿En serio quieres saber? —Se muerde el labio—. Para acabarla, no entiendo porqué estoy diciendo todo esto de esta manera, últimamente me siento... Sensible.
—¿Qué hizo Kirishima? —pregunta Shōto tratando de volver al tema inicial.
—¡Nada! Yo me quité y lo corrí de mi cuarto, fue cuando te mandé un mensaje y te dije que vinieras ahorita. —suelta de golpe Katsuki. Los ojos se le llenan de lágrimas. Shōto no entiende qué sucede—. ¡Y no entiendo porqué me siento así!
—Kat, Kat... Tranquilo, respira, no estoy molesto. —Lo atrae para abrazarlo, acaricia su cabeza para calmarlo—. Si a Kirishima le gustaras, trataría de arreglar las cosas.
—Es que hoy llegó a tratar de arreglar las cosas —insiste, controla el llanto y se seca la cara—. Se me declaró.
—Bueno... Creo que es lógico, son mejores amigos y usualmente uno se enamora del otro. Te confieso que igualmente me molesta. —Besa la coronilla de su novio, quien se ha agachado un poco para recargar la cabeza en su pecho.
—Como el idiota de los cuatro ojos. —Arruga la nariz—. Se te han declarado cinco; el idiota cuatro ojos, cara redonda, la tipa de la creación, la invisible y el idiota de otra escuela.
—Llámalos por su nombre, son Iida, Uraraka, Yaoyorozu, Hagakure e Inasa. —susurra Shōto—. Pero aquí entre los dos, a ti se te han declarado más. Veamos... Midoriya, Jirō, Tsuyu, Camie, Monoma y ahora Kirishima.
—Pero yo no les hablo, excepto al pelos de mierda y las orejas extrañas versión Nirvana. —Se encoge de hombros Katsuki—. Los demás son unos extras en mi vida y lo sabes.
—Tampoco es que sea muy amigo de Hagakure o de Inasa. —Vuelve Shōto a lo mismo.
—A todo esto, nunca supe qué les dijiste.
—Les dije que me gustaba alguien más.
—Ah.
—Aunque me moría de ganas de decirles que estoy contigo. —Shōto besa su mejilla, poniendo el rostro de Katsuki colorado.
—Aún no es momento. Por cierto... Sabes que dentro de dos meses es mi cumpleaños, ¿no? —Shōto asiente. Ya tenía todo listo para su regalo—. La vieja quiere que esté allá en casa para celebrarlo.
—Oh... —Shōto se mordisquea los labios.
—Pensaba que podrías acompañarme. —Katsuki desvía la mirada—. Me hizo invitar a amigos, el idiota de Deku estará ahí de ley ,pero...
—¡Iré! —suelta Shōto con rapidez. Katsuki enrojece.
—Sí, bueno... Eso. —vuelve a desviar la mirada—. Y cuando todos se hayan ido, podríamos decirle sobre nosotros.
—¿Hablas de...? —Shōto enrojece.
—Ya llevamos casi un año juntos, para mi cumpleaños llevaremos más de uno así que, podríamos decirle a mis viejos. —Shōto hiperventila—. ¡Hey, tranquilo!
—Conoceré a tus padres. ¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios! —exclama repetidas veces—. Debo dejar una buena impresión. ¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios!
—Aunque también podríamos hacerlo en otro mes, preparar una comida para que tu viejo y los míos sepan lo que pasa entre nosotros. —Se encoge de hombros Katsuki—. Una comida casual.
—¡Oh, Dios! —el lado izquierdo de Shōto arde, Katsuki se hace para atrás asombrado.
—¡Tranquilo! Hombre, te pones caliente. —Con cuidado toma su rostro, Shōto se tranquiliza y anula de a pocas su quirk. Katsuki acerca su rostro al de su novio, acaricia su nariz con la suya en un pequeño y tierno beso esquimal.
Shōto suspira, toma las mejillas de su novio y las acaricias a la par que se deja llevar por ese roce que le pone bastante contento. El carácter de Katsuki es explosivo, pero paradójicamente era él el que le producía tanta calma.
Al estar en los brazos de Katsuki, Shōto encuentra la paz, encuentra una calidez que nadie más le ha hecho sentir. Se siente en casa.
—Te amo, Kat —susurra Shōto por primera vez, dejando rojo a Katsuki. Este se mordisquea los labios—. No hace falta que lo digas si no lo sientes, me basta con sentirlo.
Con el corazón agitado, Katsuki gira el rostro dejando a Shōto perplejo. Próntamente vuelve a dirigir su mirada con la de su novio y atrapa sus labios con los suyos.
***
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