Katsuki
V
Cambio
—♥—

—Mamá, ya llegué —habla Izuku entrando a su casa. La mochila le pesa así que la deja cerca de la entrada de la casa. Acto seguido, se quita los zapatos para andar únicamente con las calcetas blancas.

La madre de ella se asoma por el pórtico, sonriente.

—Bienvenida, estoy haciendo la comida. —Ella se acerca y le da un beso en la mejilla a modo de saludo. La relación con su madre no es muy buena así que valora demasiado esa clase de gestos debido a que no siempre se encuentra de ese humor.

—¿Qué comeremos hoy? —pregunta Izuku subiendo las escaleras para llegar a su habitación. Aparentemente no ha notado su rostro maquillado así que quiere limpiarse por completo. Aún así, sigue algo en las nubes. Haber pasado el receso con él ha sido lo suficiente como para hacerle el día, la semana, el mes, el año, la existencia misma. Katsuki hacía enloquecer el pobre e ingenuo corazón de Izuku.

—Comida —responde su madre. Izuku rueda los ojos. Una discusión con ella es algo que no busca ya que no desea amargarse el día después de un lindo encuentro con su chico. Porque sí, Izuku iba a por todo para hacer a Katsuki su pareja.

Cuando llega a su habitación, se despoja del uniforme. Es ahí en donde cae en cuenta que no le dió su número a Katsuki y se siente estúpida. Podían hablar en la tarde del día siguiente si es que recordaba pedírselo en el receso.

Aún así...

Va a su baño y se limpia el rostro. Por suerte Ochako no ha usado tanto así que le ha sido fácil desmaquillarse aunque aún hay rastros de lápiz y de rímel. Sus labios lucen más rosas de lo habitual, pero le resta importancia.

Baja con su madre, es hora de la comida después de todo. Ambas están en completo silencio donde lo único que provoca ruido es el constante choque de los cubiertos contra los platos. Cualquier otra persona lo consideraría incómodo, pero para Izuku aquello era habitual casi tanto como estar sola la mayoría del tiempo.

—¿Qué tal la escuela? —pregunta su madre tratando de romper el hielo. Izuku da un bocado de su comida.

—Bien, creo. Estoy viendo diferenciales. —Quiere acabar rápido. No soportaría estar junto a su madre más tiempo.

—¿Hay en la tarde esa misma área? —Izuku arquea una ceja y deja de comer. Se le queda viendo, intrigada—. Quería hablarte sobre eso.

—¿Quieres que cambie de turno? —Ahora es su madre quien para de comer.

—Necesito que te quedes aquí en las mañanas. Mi turno cambió así que estoy en la tarde trabajando. Es mejor que tú también entres en la tarde a estudiar, además, podrás dormirte más tarde.

—Pero me gusta ir en la mañana.

—Detestas levantarte temprano, Izuku. —reclama su madre, algo molesta—. Vas a pedir tu cambio.

—No es justo. —Se cruza de brazos.

—¿Por qué no es justo? Antes no hubieras puesto tantos pretextos.

—Es mi último año, mamá.

—Es el año de los cambios así que pide tu cambio de turno.

—¿Y por qué no tú pides un cambio de turno?

—Izuku... ¿Por qué estás así? ¿Acaso es por algo que no deseas cambiarte? —Ella desvía la mirada—. Es un muchacho, ¿no?

—No, simplemente no podré acostumbrarme. Estoy bien yendo en la mañana.

“Y no verte es la mejor parte del día.” piensa mas se lo calla.

—Pide tu cambio —sentencia su madre y prosigue comiendo. Izuku le copia.

—Bien —responde dando el último bocado, levántandose de golpe y yendo al fregadero.

No podría ver más a Katsuki. Al ser de turnos distintos no podría salir con él o algo parecido. Y es que realmente le ilusiona el tener algo en común con ese rubio.

Pero ese no es el principal motivo de su enfado. Sabía con exactitud porqué su madre quería el cambio de turno, era meramente por el hecho de que quería pasar más tiempo con ella. Tal vez otra persona podría decir que era lo mejor, pero para Izuku estar con su madre era algo estresante. Y no es porque la odiara o algo por el mismo rumbo, sino que había pasado ya bastante tiempo como para crear el lazo familiar entre ellas dos. Izuku ya lo consideraba incluso innecesario.

Probablemente era por la mera edad.

Aún así...

—¿Uraraka-san? —llama a su mejor amiga, aquella que le mangonea cuando quiere y le trata bien cuando se le antoja ser amable. Esta vez su humor andaba como por la segunda opción, de otra manera no hubiera respondido.

—¿Qué tienes? ¿Peleaste con Inko-san de nuevo? —escucha una risa del otro lado de la linea. Izuku rueda los ojos—. Debo tomar tu silencio como un sí.

—Voy a cambiar de turno.

—¿Ah? ¿Por qué? No es justo, ahora sí no te voy a ver. Sabes que al exnovio de mi madre no le gusta que llegue tarde a casa, no podré esperarte para mínimo hablar un rato.

—No quiero hacerlo.

—No lo hagas.

—No es así de fácil, Uraraka-san.

—¡Ya entiendo que sucede! No quieres dejar de ver a tu noviecito. —Izuku se pone roja.

—¡No somos novios! Sólo somos amigos.

—Ujum... ¿Desde cuándo salen?

—¡Lo conocí apenas!

—Con que luego luego le cediste tu virginidad. Eres una perra mala.

—¡Uraraka-san!

—Bien, bien, pero bueno. ¿Ya me dirás de quién se trata?

Ni muerta. Por alguna extraña razón Ochako, su mejor amiga, le tenía una increíble rabia a Katsuki, el chico de sus sueños. No podía decirle así como así que estaban intentando tener una amistad.

Aunque sabía bien que la atención del rubio ya la tenía.

—Es un secreto, jujuju.

—No es Todoroki de humanidades, ¿verdad? Jamás te perdonaría que te guste el mismo chico que a mí.

—¡Ni siquiera sé quién es! —exclama y escucha risas por parte de Ochaco.

—Más te vale. Por cierto, cuando tu chico y tú lo hagan, evita hacerlo sin condón. Esta bien que digan que se sienta rico y todo, pero existe la posibilidad de que quedes embarazada o con una enfermedad venérea. Mejor prevenir que lamentar.

—No creo que él sea esa clase de persona.

—Hum... Ya. Te creo. ¿Ya fajaron?

—¡Uraraka-san!

—Eso me dice que no.

—Me dijo que le parecía linda... —Izuku se pone roja recordando los tiernos detalles que tuvo Katsuki en ella.

—Te dejé guapa, obviamente ibas linda. Te dejo, debo de hacer otras cosas.

—Claro. ¡Nos vemos, Uraraka-san!

Colgar.

***
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