☆2
En la segunda materia que le tocaba a la clase 1A ya nuevamente estos pudieron ver a la joven rubia ceniza escribiendo algunas cosas, mientras estaba sentada sobre lo que parecía ser una gran masa de arcilla de una araña mutante, de color blanca, mientras escribía y bostezaba un poco de sueño. Odiaba las tareas que le había dejado Aizawa pero para estar en ese grupito debía soportarlo, ya que este siempre le había exigido lo mejor de ella.
Y el motivo de la presencia de su arcilla enorme era ver cuánto tiempo duraba en ella en la clase de All Might sin desgastarse y deformarse, por lo que debía permanecer en su arte todo el día, cosa que le encantaba aún más asustar o maravillar a la gente. A lo lejos pudo ver como Iida venía en el traje deportivo, tragando saliva, por algún motivo este uniforme le dejaba bastante guapo más de lo que comúnmente acostumbrado a ver, por lo que para no seguir por ese camino, se ruboriza pero vuelve al estudio.
—Iida-kun... ¿Esa de allá no es Ivanov-san? —pregunta una pequeña chica castaña, regordeta con el cabello corto, Uraraka Ochaco.
El chico de cabello azul oscuro y gafas, observa a lo lejos, tragando saliva, en realidad de no se esperaba todo esto cuando había empezado el día, pero alguna razón había sentido como cierta personita lo miraba intensamente, pero al verla allí concentrada en el estudio le dio un escalofrío.
—Debe ser por lo que comentó anteriormente. Es ayudante de Allmight-sensei y Aizawa-sensei.
Logró contestar con un perfecto autocontrol de nerviosismo. Por dentro le causaba ciertos nervios que su prometida lo viera tan inquieta y curiosa en sus pruebas de las clases.
—Tu prometida es muy bonita, T-tienes mucha suerte Iida-kun —lloriquea Mineta mientras la observa, estaba en esas condiciones porque quería ir a abrazar a la chica, pero le tenía pánico a esa araña mutante.
Para el pequeño niño con racimo de uvas negras y pegajosas en la cabeza, esto era un castigo. Mientras que Tsuyu Asui, una joven con parentesco a una ranita, pero tierna, le da un lengüetazo para que reaccione, ya que All might estaba explicando la dinámica de la clase. Mientras también explicaba que la presencia de Ivanov-san sería para cuando pasaran por completo el desafío mutuo del grupo entero.
En cuanto los enfrentamientos comenzaron, la araña blanca se había acercado a Iida Tenya, mientras que su portadora se encontraba acostada contra ella, y observando a su prometido.
—Tus compañeros tienen curiosas particularidades e interesantes, aunque tú seas el mejor en velocidad que todos ellos, a pesar de que aún no hayas sacado ese potencial —añade adormilada la rubia ceniza.
—Concuerdo en que mis compañeros tienen excelentes quirks, también los admiro al igual que tu... ¿pero a qué se debe tu mirada intensa hacia Bakugo? —pregunta con cierta seriedad, firmeza y sin mirarla aun, Iida Tenya.
La rubia ceniza que se encontraba con el uniforme de la chamarra de la UA, con la camisa del cuello abierto un poco con el corbatín y la pollerita azul corta, mientras que ella estaba despreocupada, nunca se había fiado de traer aquella vestimenta sin un short debajo, de cierta manera a pesar que poseía una mente bastante curiosa y pervertida, solo le gustaba serlo con su pareja, el que quería algo de ella sin su consentimiento, explotaba o bien, el Director Nezu hablaba muy seriamente con él. Ziva al escuchar ese tono de voz tenso y ni siquiera sentir su mirada al dirigirse sintió un leve ardor en los ojos. Pero tan solo suspira. No lloraría, ni se mostraría débil ante él, se rehusaba. Pero si le había dolido la desconfianza.
—Quiero explotar su potencial, no es como si pasara cortejando a cada persona con bolas entre las piernas para que me hiciera caso —contestó mientras chasqueaba la lengua y se alejaba de él.
Iida al escuchar la voz fría y seca de su contraria se alarmó, se sintió culpable en la forma celosa en la que había actuado, ella nunca le ocultaba sus motivos, no había motivo para desconfiar de ella.
—¿Problemas en el paraíso, Iida-kun~? —pregunta burlonamente Sero Hanta y Denki Kaminari mientras ven como la chica ignoraba rotundamente la existencia de todos, y se enfocaba en decir comentarios interesantes con All might acerca de los encuentros de los estudiantes.
—Eso a ustedes no les incumbe, permiso, me toca —añade serio, pero dolido, era la primera vez en que realmente se sentía celoso después de tanto tiempo sin hacerlo.
Una vez que se había enfrentado al equipo para defender el objetivo que era un cohete de material liviano, y lograr que su empeño fuera óptimo, pero no como deseaba, diera resultado. Cuando las clases habían culminado, pero Iida había notado que ambas rubias cenizas estaban charlando, claro que a una distancia prudente. Aun así, le inquietó, y más porque ambos estaban disgustados.
Había optado por ir a su sala para buscar sus cosas y vestimenta mientras que confiaba en que ella estaría bien, aunque sabía de manera segura que ella podía controlar esa situación a su antojo.
[...]
Ziva iba conversando y regañando como si fuera la hermana mayor del rubio cenizo, quien cada tanto le gritaba palabrotas como el deseo de explotar la cara de su adversa, crecía cada momento. Hasta que esta había hecho que su araña bajara a un nivel en que ambos rostros estuvieran cara a cara, mientras ella lo miraba seria.
—Tu impulsividad es buena, pero recuerda que ser héroe no implica estar explotar a la gente que te rodea, Bakubaka.
—¡Tks...! Lo sé, pero ese maldito Deku es un tramposo, un bastardo.
—¿Uhm? Tanto cariño le agarraste a un mocoso débil que creías que siempre necesitaría de ti para cuidarse, hmp. Eres un idiota, todos crecen, capaz su infancia juntos no haya sido la mejor, pero intenta no dañarlo o demostrar que de verdad quieres acabar con él, pero con la diferencia de competencia sana sino te expulsarán y nunca serás mejor que All might. Ni siquiera podrás vencerme.
Ojirubí vs Ojizafiro se desafiaban entre miradas, hasta notar que uno se rendía ante la intimidación de los hechos, y ese era Bakugo.
—No me importa lo que pase, los dejaré como basura y seré mejor que ustedes. —añade orgulloso—. Y tú serás mi tutora. No lo repetiré.
Aquello último no se lo esperaba en absoluto, realmente ella pensaba que debería explotar unas grandes masas de sus arcillas para que este la aceptara, pero tan solo logra reír levemente.
—Bien, ten. Un presente por ser mi aprendiz—añade mientras Bakugo la mira, pero le da un escalofrío extraño al dirigir la mirada hacia sus manos.
Bakugo Katsuki por primera vez en la vida podía ver algo como aquello, bocas humanas y extrañas estaban en medio de las palmas de las manos de su adversa al fin Ivanov Ziva había dejado al descubierto quitándose los guantes negros, estas parecían que se comían una masa blanca, elástica y gomosa, formando una figura amorfa, que con suma delicadeza Ziva fue deslizando sus dedos por ella y empezando a darle forma con unos leves toques, tal como si fuera que la masa cobrara vida en un dragoncito parecido al del origami pero sólido.
—Serás un dragón fuerte, pero primero aprende a retener esas ganas asesinas de "matar" a tus adversarios, usa ese enojo e inquietud ocultando y sacar de quicio a tus adversario o villanos, siempre la calma logrará darte algo más que el regocijo de ganar con esa sonrisa orgullosa.
Bakugo Katsuki al mirar esa masa que ahora estaba seca y sólida entre sus manos, se interesaba más en la rubia ojizafiro que en aquella pieza pequeña, era interesante la bastarda.
—¿Y para que me das esta basura?
—Katsu —pronuncia Ziva, justo en su ceja derecha aparece un tic constante.
—¿Ehh...?
Al decir aquello encima se arrepiente porque esa había explotado en un chasquido entre sus dedos, ya que por reflejo lo había alejado de él.
—Es un arte efímero, demuestra la belleza de una figura fuerte y delicada, expresando sentimientos para luego llegar y explotar en la maravilla de macropartículas de destellos de flama pura.
Bakugo había comprendido del porque era su contrincante más fuerte, mientras ella acaricia a su araña mutante.
—Quirk. Explosión. Cualquier cosa que coma, o ingiera lo vuelvo en masa y esta solo puede hacer su objetivo si yo doy el "Ok". Puede tomar grandes formas y tamaños. Mientras más resistencia física tengas, mejor es tu resultado. Se quema más grasa.
Explica, mientras de un compartimiento quita comida chatarra en botanas, mientras empieza a comer con ganas.
—Entiendo.
Se dio la vuelta marchándose sin despedirse, pero al percibir ambas rubias cenizas una presencia más, Bakugo Katsuki entendió a medias lo que ocurría, pensando que el velocista era una mierda en confianza.
—Bakugo, ¿ni siquiera un besito de despedida, rubio?
El rubio de ojos color rubí se aguantó mandarla a la mierda mientras que volvía sobre su caminar, y justo a medio hecho el velocista llegó a interrumpir.
—Bakugo mantente alejada de mi Ziva —añade territorial junto con mucha firmeza en el tono de voz.
—Ja, cuatro ojos, cuida más a tu novia, o por imbécil la perderás —chasquea la lengua para luego marcharse, con una mirada burlesca.
Si por la misma fuese por otra persona solo para molestar se partiría en risas, pero como la ojizafiro se enorgullecía y se moría de gracia ternura se dejó llevar, aunque cuando llegaron al hogar, donde ella vivía que era prácticamente en un departamento a lado del de Iida Tenya se permitió añadir algo.
—¿Acaso esos actos fueron celos, Cariño? —preguntó con una sonrisa lasciva y juguetona.
Sin embargo, al instante se había quedado sin aliento con la reacción de su amado Tenya, el cual se había lanzado a arrinconarla contra la pared, mientras este se ocultaba erguido en el cuello de su contraria.
—¿Q-qué haces T-tenya...?
El joven de cabello negro descubre el cuello de su adversa y deja un chupón mientras un rubor intenso empieza a tomar control sobre sus mejillas, y sus gafas empañarse.
—Ngh~ ¡ah! ~
La rubia ceniza suelta un gemido involuntario y sorprendida, le había dolido, pero también ocasionado que un cosquilleo le recorriera entera desde la espina dorsal hasta sus partes más féminas y nobles.
—Mi zafiro, tu eres mía, solo mía —susurró con un tono de voz firme, sin embargo, un jadeo se le escapa ante un roce y acción defensiva aún más sinvergüenza de su amada.
Había tomado en posesión palpable con su palma al sin guantes, sintiendo perfectamente como la mano viviente acariciaba su entrepierna, logrando que la mandíbula se le tensara y sin querer rozaran sus dientes suavemente con el cuello de la rubia, ahora avergonzado por saber que la había prendido de manera inconsciente. O tal vez, quería una parte muy oscura de él, ser quien dirigiera la situación en sus manos.
—N-no te alejes de mi por favor, Ziva.
Pero la frase que soltó, fue un toque dulce y temeroso, cual cervatillo -sin embargo, en su interior un lobo estaba oculto en él-, lleno de cariño suplicaba por no ser devorado, por lo que se compareció su amada.
—Eres un... —se quedó sin palabras antes de mandarlo a escuchar palabras obscenas—...Tengo un mejor castigo por provocarme y desconfiar de mí en este día, lo cumples o si no... Posiblemente me haga amiga de ese niño uva.
Aquello había tensado de sobremanera, junto que se había asqueado al imaginarse a Mineta sobre el cuerpo angelical del cual le pertenecía, por amor, cuerpo y alma. Mientras que Ziva se relamía sus labios, deseosa.
—Lo haré... N-no lo consiento... Pero a-acepto mi castigo, solo dejame con... Aliento —murmura sumamente avergonzado.
Ziva toma en manos el rostro de su novio, y esboza una sonrisa, estaba segura que ella también tenía las mejillas ruborizadas. Necesitaba librarse de aquella tensión, porque mañana posiblemente no lo vería en todo el día, y eso la mosqueaba de sobremanera.
—Tranquilo, esta vez serás tú quien lo marque, porque admito que me sobrepasé con lo de Bakubaka, pero para que sepas solo seré su tutora, aunque casi le explotó su... —traga saliva al sentir que el agarre de su cintura, la atrae más hacia él.
—¿Qué quieres decir?
Traga saliva, a veces odiaba ser tan sincera, pero ahora los ojos de su amado se mostraban recelosos y dilatados, aquello sin lugar a dudar no se negaría a probar mil veces.
—Poséeme, hazme tuya, d-dame mi castigo por ser tu chica mala —susurró —porque sabes que al que insulta mi arte...
—¡Le incineraste la mano! —se preocupa y alarma, típico de Iida.
Logrando que con aquello Ziva voltee los ojos al cielo, mientras pedía paciencia.
—¡No soy mata rubios, es mi raza! Okno, pero no lo lastimé solo le raspé un poco las palmas, ni que lo m-... —fue interrumpida al sentir que su espalda tocaba el colchón de su cama matrimonial.
—Entonces... Te castigaré como solo yo sé hacerlo, mi dragoncita.
La rubia ceniza se sonroja por completo, temblorosa al sentir la timidez al dirigirse a ella, pero firmes intenciones, para tan solo cerrar sus ojos y dejarse llevar por el fuego que ella no debía incendiar, era Iida Tenya quien la incendiaba a ella.
Siendo así como aquella tarde pasaron perdiéndose entre las llamas de castigos golosos, tiernos y dulces, siendo la que no podría moverse al final, la rubia ceniza, mientras que el joven de cabello negro gozaba al tenerla tan sumisa e indefensa bajo sus manos. Era una delicia, pero también era muy vergonzoso admitir que le gustaba hacer estas actividades obscenas, solo con ella. Ya que la belleza que podía ver después de ese acto era tanto que no podría compararlo con otra mejor, bueno la mejor fue conocerla y ser su héroe en el primer día de conocerla.
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Wuajajaja no les doy lemon ~
Uy que malota x"D
¿Creen que Bakugo podrá comprender a que punto quiere llegar a ayudarlo? ¿Iida podrá aguantarse el hecho de que pase mas tiempo con el rubio?
¿Ziva podrá caminar después de todo? ¡Nos leemos pronto!
¡Salud y mucha lokura!
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