• VEINTISÉIS •

- Luces hermosa le dijo el chico con una sonrisa

Tú tampoco estás mal comento la chica de la cabellera negra con un ligero rubor en sus mejillas

"Dos Iris Azules".

— ¡Vamos Key! Llegaremos tarde — grito mi hermana corriendo escaleras abajo

— Corres y te jodes algún tobillo, moriré por tu instructora de danza — sentencie con la cámara en manos

— Se llama Pamela y en todo caso será mi culpa.

— Ella no lo entenderá y no menciones su nombre en esta casa, puede presentarse y matarme con sus manos. Ese nombre es del mal — le dije trotando escaleras abajo

— Dramático, eso es lo que eres — dijo Dana golpeando mi brazo

— Soy Keydan Cole Dramático Olsson — realicé una estúpida reverencia, con tal de agotar su paciencia

— ¡Vez! Te lo dije — soltó entre risas y en respuesta alcé un poco la cabeza, guiñándole un ojo

— Vamos, Michi nos matará — le dije tomando las llaves del auto de papá y cerrando la puerta a nuestras espaldas

— Después de la sesión fotográfica, ¿Podemos ir por un helado? — pregunto Dana formando su típico puchero con tal de salirse con las suyas

— Siempre, a mi princesa jamás le negaría algo — bese su mejilla sonoramente y luego arranqué el auto

— ¿Puedo poner alguna canción de Ed Sheeran? — pregunto juntando sus manos y preparando el repertorio de sus amadas canciones

— No.

— ¿Vez? Y que nunca me negarás nada — alegó molesta. La mira de reojo, detuve el auto, bese su cabellera y espere su mirada repleta de desconcierto —. Eres un dipolar

— Pon tus canciones del Eduardo ese — le dije resoplando

— ¡Yay! Eres el mejor hermano mayor — sentí sus labios besar mi mejilla y puso en la radio Galway Girl

— Llegaron tarde — dijo Michi, acusándonos con su dedo índice

— Culpa a Dana

— Culpa a Key — respondimos al unísono, como unos niños pequeños

— Entren niñitos — nuestra hermana mayor estaba cabreada y se le notaba en todos los sentidos

Entramos a la sala de negocios donde estaban los coordinadores de cada sección que ofrecía la compañía familiar. Salude a cada uno de los hombres y mujeres profesionales que se encontraban esperándonos, me disculpe por los problemas ocasionados y culpa al tránsito de todo.

— Bienvenidos de nuevo a esta reunión — saludo mi hermana con voz neutra y estudiando a todos con su ingeniosa mirada —. He de agradecerles a todos por venir y ayuda a que esta compañía crezca con toda la dedicación que ustedes le brindan.

— He leído un poco los papeles en la carpeta y me complace agradecerle a Estefanía por el empeño que ha demostrado en los gráficos de ventas — dijo Sol, agradecida a la joven chica de diecinueve años

— Todos acá cumples papeles importantes como coordinadores, aún más al ser el ejemplo a seguir para todos los trabajadores. Tanto como Estefanía encargada de las últimas noticias de los famosos, como Sol Son la encargada de estar al tanto de lo último en moda e imponer la suya — Michi abrió la carpeta y posó su dedo en la lista de nombres de todos en la sala —. Gracias a Orlando como diseñador de la revista For You, a gracias a Estefanía por encargarse de mantenernos al tanto de cada noticia sobre los famosos que rodean a los jóvenes, a Sol por encargarse de mantenernos al tanto de la moda que se imponga en los jóvenes y que a la vez, cree la suya, a Adam por llevar un control de la producción de las copias de las revistas y que todas salgan de la empresa con calidad, a Dana ser modelo en las recomendaciones de danza clásica y redactar su reporte sobre la danza, a Keydan por ser el fotógrafo de la compañía,

》a Raúl por encargarse del orden administrativo y ejecutivo de la empresa, a Peter al encargarse del área social, a Cameron al encargarse del área de electrónica y Annie por encargarse de la redacción de los artículos de la revista. Sin el apoyo de ustedes la empresa no sería lo que es ahora, una revista demandaba a lo largo de todo el mundo y no saben lo que estoy agradecida con cada uno de ustedes. Gracias de todo corazón. — dijo Michi acabando con su discurso de motivación

— Gracias a ti por ser una grandiosa líder — le respondió Annie con una genuina sonrisa

— Sin ti nada de esto existiría — me animé a hablar en toda la reunión

— Gracias por estas palabras — Michi le sonrió a cada uno en la mesa y luego miro la carpeta delante de ella —. Las carpetas que tienen en frente de ustedes, está el registro de la empresa en el último mes y debo de alagar a todos porque nuestro registro va subiendo. Gracias a todos por asistir, nos vemos en la próxima reunión. Pueden retirarse — asentí hacía todas las personas que se retiraron, dejándonos a solas

— Felicidades, la reunión fue un éxito hermana — felicito Dana a Michi, quién bebió el agua como si estuviera días sin beber una gota

— Gracias, jamás creí que todo saldría tan bien — expresó mirando al frente, sin poder salir del asombro

— Pues lo has hecho hermana y fue genial — le animó Dana

— Gracias hermanita — le lanzó un beso a su hermana menor y otro a mí, se levantó acomodando el ajustado vestido que llevaba

— No te quiero ver salir a la calle con ese vestido — la reprendí, al ver como ese vestido le hacía lucir todas las curvas de su cuerpo

— ¿Por qué? — pregunto extrañada y tomando su cartera

— Hay muchos locos sueltos en este mundo — le sentencie mirándola de arriba a bajo

— Creo que el problema es el vestido — le susurro Dana a Michi

— ¡No empieces Keydan! — me grito entre risas

— Disculpa, pero cuido de mi hermana mayor — me alce de hombros con inocencia

— Yo no necesito nada de ti. — dijo entre risas y fingiendo seriedad

— Oh, bien — respondí levantándome de la silla —. Lo mejor será que me despida — solté abriendo la puerta y saliendo con dramatismo

— Keydan déjate de tonterías y ve a tomar las fotos para la revista — me reprendió Michi

— Vamos Dan — la llame y escuche sus tacones resonar en el silencioso pasillo

Las salas de conferencias se encontraban en el segundo piso y el área de fotografía se encontraba en el quinto piso. Era una alegría que nuestra familia decidiera poner ascensores o moriríamos subiendo esos dos pisos hasta el destino.

Subimos al ascensor y marque el quinto piso, la típica música de fondo en todo el transcurso hasta llegar. Las puertas se abrieron, avanzamos pasando por dos grandes oficinas hasta mi lugar preferido en todo el edificio: fotografía. ¡Hasta el mismísimo nombre parecía deslumbrar en la puerta! Dana entró detrás de mí y río al comentar que me encontraba en mi hábitat natural.

— Pareces en tu dulce y maravilloso hogar — comento Sol desde el sofá negro y sin apartar la vista de su teléfono

— Es porque es su hogar — le respondió Dana y escuche la risa de ambas a ver como acariciaba con delicadeza las distintas cámaras en un estante

— Ve a ponerte este atuendo Dan — ordenó Sol a Dana

— Vale — mi hermana salió corriendo de la habitación

— Tienes algo que contarme, ¿verdad? — le pregunté con una sonrisa al ver como no dejaba de mover su pie derecho

— ¡Sí! No podrás creerme lo estúpida que fui Key — alegó saltando fuera del sofá y caminando hasta donde me encontraba probando la iluminación

— ¿Qué sucedió esta vez?

— ¡Conocí a un chico! — rodé los ojos —. ¿Qué?

— Siempre se puede conocer a un chico. ¡Hasta en el baño! — le contradije, mirando como trataba de contener la emoción y de no golpearme a la vez

— ¡Esta vez fue diferente! ¡Hubo un click!

— ¿Por qué es tan diferente? Siempre dices lo mismo cuando conoces un chico nuevo — tomé la cámara y le agregué el flash

— ¿Tan poca fe me tienes? — pregunto, evidentemente dolida

— No, me aseguro de que no te dañen como hace dos años — y con eso la chica enfureció, golpeó la mesa en donde se encontraban la pantalla y la computadora para editar las fotos

— No vuelvas a mencionar ese problema con Maurice, no me agrada que me lo recuerdes cada vez que te hablo sobre conocer un chico nuevo o que pienso que se trata del perfecto — agrego con la furia marcada en su rostro

— Entonces, no me vuelvas a decir nada si ya conoces mi habitual respuesta — Sol cerro su mano con furia y se lanzó sobre el sofá

— Dana, entra y posa — ordeno Sol tomando su teléfono

— Vale — respondió incómoda por la pequeña discusión entre Sol y yo

Me dediqué a ignorar la actitud de Sol e iniciar a fotografiar y editar las fotos que le tomé a mi hermana menor. Ese era mi mundo: la fotografía.

No podía evitar sentirme nostálgico al recordar las lecciones que mi madre se dedicaba a darme cuando Michi se dejaba llevar por la inspiración e iniciaba con un boceto de lo primero que le gustase. Michi pintaba y yo fotografía. Eran buenos tiempos, no lo negaba y mejoraron cuando Dana llegó a nuestras vidas, mamá danzaba con Dana, Michi trataba de pintarlas y yo me encargaba de tomar fotos en todas las posiciones posibles, pero debía de aceptar el presente y recordar a mamá por las cosas buenas que pasamos. Un suspiro se escapó de mí y escuche los pasos de Michi al entrar.

— ¿Qué te tiene tan pensativo hermano? — pregunto posando sus manos en mis hombros

— Nada — respondí continuando con la edición de la foto de Dana

— Ajá — dijo con sarcasmo y golpeó mi cabeza —. No seas idiota y dile todo a tu hermana mayor, es tu obligación

— Eso es chantaje — la acuse girando la silla

— No me importa. Quiero ayudarte, como tú lo haces con nosotras — rodé los ojos —. No seas tonto, tal vez y pueda ayudar

— No sucede nada

— Eso no es lo que me dijo Dana

Esa chica me las pagará, no debe de andar de chismosa por la vida.

— ¿Qué te dijo Dana precisamente? — pregunté y la miré tomar asiento sobre la mesa a mi lado

— Solo soltó algo como: "Keydan no para de pensar en una chica que se fue de la ciudad a visitar a su padre y está siendo todo un amor con ella. ¿Puedes creerlo? ¡Creo que lo perdimos! Pero no le digas nada o no me llevará a comer helado a la salida" — dijo tratando de imitar la voz de Dana y moviendo exageradamente sus manos-, o algo así dijo

— No me extrañaría proviniendo de ella.

— Entonces — comento divertida y tomando su tiempo para mirarme—, ¿Quién es ella? —suspire y una sonrisa se posó en mis labios

— Es una chica que me recibió el primer día y desde ese momento me atrapó hermana, nunca en la vida había tenido tal sensación. Es como si mi mundo cobrará sentido cuando estoy a su lado, cuando la veo sonreír, todo en ella es... maravilloso — relate con una sonrisa abarcando en mi rostro

— Quiero conocerla — dijo con decisión mi hermana mayor — y deseo saber quién es la chica que se está robando el hermoso corazón de mi hermano. ¡Llévala a casa! — suplico tomando mi camisa entre sus manos y sacudiéndome

— Tranquila fiera — le dije riendo y tomando sus inquietas manos

— Es que... ¿Cómo quieres que me esté tranquila? ¿Cómo quieres que me sienta? ¡Alguien está robándome a mi hermanito menor y yo no estaba enterada! ¡El bebé de la casa está creciendo! ¡Oh, Dios! Puedes llevarla a mi casa y yo preparare la cena, sé que suena apresurado, pero hombre, estoy emocionada, impactada y tantas emociones atacando mi cuerpo. ¡Llévala! ¿Sí? — pregunto alargando la i

— Déjame pensarlo — su rostro emocionado se desfiguro y expresó tristeza —. Mira hermana, su gato murió y ella no ha pasado una semana agradable, pero veré que hacer — le respondo con una leve sonrisa

— Bueno, pero prométeme que la llevarás — eleve el ceño y ella me devolvió la mirada con esperanza

— No prometo nada, pero veré que hacer — respondí continuando con la edición

— ¿La llevaste al baile de bienvenida? ¡En mis tiempos era mágico! ¿Cómo es ahora?

— Sí la lleve al baile y es agradable el ambiente en el sitio — conteste concentrado

— ¡Cuéntame todo de ella! — suplico emocionada

Esta sería una larga charla con preguntas y demás incluidas. Me preparé mentalmente para todo lo que se le ocurriese a mi hermana y yo debía respondérselas, todas y cada una de ellas. Era una chica desesperante cuando deseaba tener respuestas. Luego Dana me las pagaría.

— ¡Vamos Key! ¿Estás enojado?

— Estoy tan feliz que me compraré un helado para mí y tú no comerás nada — reprimí la sonrisa y la convertí en una mueca

— ¿Por qué me haces esto? ¿Qué te hice? ¡No merezco tal sufrimiento! Apiádate de mi alma señor — rodé los ojos, era una exagerada cuando se lo proponía

— ¿Quieres saber porque no te compraré tu helado? — le pregunté con molestia fingida

— ¡Sí! Dime Keydan — junto sus manos y se acercó a mi rostro

— Aléjate que las personas nos verán raro... — le susurre tratando de alejarla, pero ella no estaba dispuesta a tomar distancia

— ¡Keydan! Suelta todo, hermano — sentenció posando sus manos en mis hombros y sin apartarse

— Le contaste de Kate a Michi

— No le veo nada de malo — argumento

— Confíe en ti y en que guardaras el secreto

— En la familia no existen secretos

Reí, la chica conocía muy bien las reglas entre los más unidos de la familia. Coloqué una mano en su cabellera y la sacudí, desordenando su cabellera. Refunfuño lanzando toda especie de insultos hacia mi persona, provocando que mis carcajadas aumentarán.

— A la próxima me preguntas a ver si estoy de acuerdo en que andes divulgando mis secretos — el guiñe un ojo y bese su frente —. ¿De qué sabor quieres tu helado?

— ¿Puedo de dos sabores? — asentí y activé el repertorio de sabores que se le apetecían a mi hermana

Compré los dos conos de helado, tome una nueva fotografía de nuestros helados y admire el dibujo de Dana en la parte baja de su muñeca. Fruncí el ceño tratando de encontrarle el significado a una luna tatuada en la piel y sin encontrarlo, me rendí saboreando del helado.

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