• VEINTICUATRO •
No todo en la vida es de color rosa y de ello todos los humanos están conscientes, pero ¿Qué pasa si deseas fingir?
Olvidarte de las miradas de los demás.
Los comentarios negativos.
Olvidar todo.
¿Es bueno? O ¿La chica estaba enloqueciendo por el amor?
Los ojos me ardían, las ojeras eran marcadas en mi pálido rostro y ya tenía olvidado los días en los que no asistí al instituto o el sin fin de llamadas de mis amigas. Nada importaba. Todo estaba mal ante mis cansados y enrojecidos ojos. Odiaba a todo aquel que conducía un auto y era un ser despreocupado. El sonoro timbre de mi teléfono taladro mis oídos y repare en la evidente migraña que abarcaba mi cabeza, tome el teléfono y lo respondí por compromiso al ver el evidente "Papá" abarcando la pantalla.
— ¿Qué paso papá? — le pregunte con la voz rasposa
— Me enteré de Wilson y no sabes cuánto lo siento mi princesa — dijo provocando un nudo en mi garganta —. Por eso te llamo, deseo que pases esta semana conmigo en mi casa. ¿Quieres amor? Lan aceptó y sólo faltas tú — sabía que moría porque fuera a pasar la semana con él y yo tampoco me quedaba atrás
— Claro papá, me encantaría tomar otro rumbo en mi vida y luego volver a afrontar mi presente... — le respondí limpiando las lágrimas en mis mejillas y sorbiendo mi nariz
— Paso por ustedes mañana. — la línea se tornó silenciosa y esos silencios eran los que más apreciaba con mi padre —. Sabes que te amo, ¿verdad princesa?
— Sí papá, nos vemos y yo también te amo mi héroe — le dije antes de escucharlo reír y colgar
Deje el teléfono sobre la mesa de noche y deje caer mi cuerpo sobre la desordenada cama. Cortinas cerradas, cama hecha un completo asco y mi aspecto no debía de estar fuera de lugar. Mire el día que marcaba el calendario en mi celular y no me sorprendí al ver que había faltado seis días al instituto... no me iría bien en las próximas pruebas. Suspire conteniendo las lágrimas que picaban en ojos y trate de deshacer el nudo en mi garganta tragando saliva, pero nada servía, no cuando mi gato no estaba a mi lado.
Desde hace seis días que Wilson ya no está a mi lado. Hace seis días que recibo llamadas de mis amigos y que pasan a buzón. Seis días viviendo con mi abuela, lejos de mi madre. Cinco días de no ver a Lan. Simplemente cinco días ignorando la preocupación de Keydan.
— ¿Quieres algo de comer mi niña? — pregunto mi abuela abriendo la puerta de mi encierro
— No gracias abuela... yo deseo estar sola... — le susurre mordiendo mi labio inferior, conteniendo las lágrimas
— Te traeré un té de manzanilla — dijo y abandonó mi soledad
Enterré mi rostro sobre la almohada y lloré de nuevo, como las millones de veces al imaginar a Wilson maullar, correr por los alrededores de la casa, verlo saltar a mi lado y.... tantas cosas que sólo se volvieron recuerdos, tan sólo eso. Sentí mi cuerpo ser cubierto por la manta azul oscura con un grabado de algún gato y una mano acariciar mi cabello.
— No quiero hablar contigo mamá... — dije al no escuchar ni una sola palabra de la persona a mi lado y la cual supuse que era mi madre
— No planeo ser tu madre bonita... — mi corazón por poco y sufre un cardíaco
— ¿Key? — indague elevando mi cabeza y topándome con sus iris azules
— Sí Kate... — susurró mirándome con una leve sonrisa
Sin evitarlo me lanzo sobre su cuerpo y lo abrazo como nunca en la vida lo hice, dejé mi rostro reposar en su cuello y las lágrimas salieron sin aviso alguno. Sus brazos se enrollaron en mi cintura y me devolvió el abrazo con cariño.
— ¿Buenos días? — pregunté al despertar sobre el pecho de Keydan
— Noches Kate — me corrigió frotando su mano en mi espalda con lentitud
— Lamento tanto ensuciar tu camisa con mis lágrimas, saliva y posiblemente mocos. Yo la lavo. — me ofrecí con la voz rasposa, peor que horas atrás
— No hace falta y no le veo el problema de que se ensuciara. Yo he venido aquí a apoyarte y mostrarte que puedes contar conmigo, no a que me laves la ropa. — sonrió de lado al percatarse de mi ligero rubor
— ¡Ya despertaste! Toma este té que te ayudará con la garganta — dijo mi abuela entrando a la habitación con una humeante taza con té —. Tuve que hacer otro ya que Keydan se tomó el primero — entrecerró los ojos hacia Keydan y este se encogió de hombros con sus características sonrisas traviesas
— Olía bien y tenía buen sabor — le respondió a mi abuela con inocencia
— Mira y te mueres por tomar el té, niño — lo sentenció y Keydan abrió sus ojos asustado
— ¿Qué? — soltó mirando a mi abuela con intenciones de que fuese mentira
— Es mentira, pero debes de preguntar a la próxima Key — le reprendió y se fue de la habitación -. Por cierto, Ross, tu hermano está por llegar.
— ¿Ross? — pregunto divertido Keydan
— Mi nombre completo es Katherine Rose Winslet, pero a mi abuela se le dificulta pronunciar ambos nombres, por ello me llama Ross. — expliqué tomando la taza del té que Keydan mantenía entre sus manos
— Tu mamá se dejó llevar con tus nombres
— Ni que lo digas — le escuché reír y me entretuve bebiendo del té
Bebí mi té al lado de Keydan disfrutando de la película que había puesto en lo que dormía y debía de admitir dos cosas. Uno; No entendía de una caca de lo que trataba o que estaban haciendo las personas en ella y mi ceño fruncido al ver bajar una chica del Lamborghini con un vestido turquesa - bastante ceñido al cuerpo, a decir verdad - y un chico de traje. Dos; este momento jamás desaparecerá de mi mente fácilmente, era hermoso y debía admitir que pasar el tiempo con Keydan no estaba mal.
— ¿Cómo se llama la película? — pregunte dejando la taza descansar entre mis piernas
— Misión imposible: protocolo fantasma — respondió Keydan mirando la pantalla
— ¿De qué trata? ¿Por qué esa chica está siendo acosada por el chico con el que venía, pero ahora juguetea con otro tipo? No entiendo nada de lo que está pasando — solté frustrada
— Eso te pasa por dormirte — disimulo, muy mal, una sonrisa arrogante
— ¿Cuantas películas hay después de esta? o ¿Solo es esta?
— ¿Qué? No — detuvo la película con el control remoto y me miro —. Esta es tan solo la cuarta de la saga — rio como un desquiciado y al finalizar volvió su atención a la película
— Me debes de estar jodiendo Keydan
— Para nada, bonita — me miro de reojo y la sonrisa ladeada se fue creando en su rostro
— Eres un...
— ¡Ya llego por quien lloraban! — me corto Lan entrando a la habitación y deteniéndose en seco al ver a Keydan en ella. Los vellos de mi brazo se erizaron al ver la mirada cargada de malicia que me lanzo mi hermano mayor —. ¿Qué haces por estos rumbos novio de mi hermana menor? Kate está en adopción
— ¿Novio de tu hermana? — soltó Keydan conteniendo la risa
— No te rías Olsson — le advertí golpeando su brazo
— Ten cuidado — advirtió Lan mirando a Keydan
— ¿Cuidado? ¿De Kate? — pregunto Keydan siguiéndole la corriente a mi hermano
— Primero inician cariñosas y con vergüenza, luego te golpean cada que se les placa y cuando menos lo esperas te lanzan a la cama como unas locas sedientas de tu cuerpo — advirtió Lan saliendo lentamente de la habitación
— ¡Eres un idiota Lan! — le grite golpeando mi pierna
— ¡Abuela, Ross me dijo idiota!
— ¡Le diré a tu padre cuando llegue! — grito mi abuela
— ¡Pendejo de caca!
— ¿Esto es común entre ustedes? — pregunto Keydan entre risas
— Varias veces, no, bastante seguido.
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