• ONCE •

Los días transcurrieron con lentitud, todos bajo la misma rutina; comer - de ser necesario y no preocupar a su madre -, dormir con su Husky y llorar la mayor parte del tiempo.

El tiempo continuaba su curso, la chica salía con lentitud del baño y arrastraba sus pies hasta su nuevo encierro. Escucho los suaves golpes en la puerta principal y los rápidos pasos de su madre.

— ¿Se encuentra su hija? — detuvo su andar al escuchar esa grave voz en el living

— ¿Qué haces aquí? — cuestionó la chica de cabellera negra con el corazón acelerado

— ¿Quién es él? — cuestiono la madre mirándolos con un brillo en los ojos

"Dos Iris Azules"

— ¿Acaso es nuevo en la ciudad? — bufo con fastidio Key a mi lado

— Exactamente Keydan, el chico es nuevo en la cuidad y ustedes deberán de llevarlo hasta la puerta de su casa. — el director saco un trozo de papel y lo tendió, esperando que lo tomara

— Me niego. Debo de llegar a iniciar con el proyecto de letras y no perderé mi tiempo en...

— Han de llevarlo, obedecerán y no me responderán. — agitó el trozo de papel con desesperación — ¿De acuerdo? — preguntó mirándonos furtivamente

— De acuerdo... — resople bajando la mirada

— Regresen a sus clases. — informo alejándose

— ¿Y la dirección? — cuestione al vació, pues era tarde para que el director me escuchase

— Yo la tengo. — respondió vagamente Keydan — ¿En la entrada principal? — pregunto y alce mi mirada

— Claro. ¿Buscas a Nicolas? — le sonreí tristemente

— Con tal de que no comparta tiempo contigo, haría lo que fuera. — dicho esto partió al salón de fotografía con la cámara colgando de su cuello

— ¿Acaso hoy es el día de dejarme con la palabra en la boca o qué? — indague al aire y camine hasta el salón de letras

La clase paso entre reglas de puntuación, las diferencias entre palabras que sonaban igual, pero sus significados variaban y redactar un pequeño cuento original. La profesora nos obsequió un pequeño chocolate a cada uno de sus estudiantes antes de que el timbre anunciara nuestro fin de curso, por ese día -desgraciadamente -.

— Hasta luego chicos, que Dios los acompañe. — recito la profesora con voz tranquila

— Igualmente profesora. — le respondí colgándome mi mochila en la espalda

Baje con tranquilidad los tres pisos restantes hasta la puerta principal y dando un rápido vistazo a todos en busca de su libertad, verifique que Keydan no estaba por ningún lado ni mucho menos Nicolas. Continué con mi inspección por algunos segundos y cuando menos me lo esperaba unas manos se posaron sobre mis ojos oscureciendo toda mi visión.

— Adivina quién es. — canturreo Kira

Deslicé mis manos con delicadeza sobre la persona que obstruía mis ojos y al toparme con una pulsera particular sonreí soltando el nombre de Arya. La pulsera que Arya poseía era una cadena simple, de color gris, un unicornio y la inicial de su nombre, de igual modo Kira tenía una colgando de su mano, del mismo estilo y color en la cadena, la inicial de su nombre y un vestido rojo pasión - según ella - y la mía, tenía un gato acompañado de la inicial de mi nombre. Fue un regalo que nos hicimos para navidad.

— ¡Te dije que te la quitaras unicornio! — le reprendió Kira a Arya, la cual continuaba quejándose de su evidente torpeza

— Sentía que traicionaría nuestra amistad. — se quejó Arya sentada en medio pasillo

— Tranquilas, no discutan más. — moví las manos tratando de especificar mis palabras

— Esta bien... — dijo bajo Arya —. ¿Nos vamos juntas? — pregunto esperanzada, ya que esa costumbre se había perdido tiempo atrás

— No puedo, debo de ir a hacer un trabajo a la casa de una chica. — respondió Kira enojada

— ¡Kira! — grito la voz de una chica, provocando que miráramos de dónde provenía la voz

— ¡Voy! — grito de vuelta la mencionada —. Nos vemos corazones, el deber llama. — beso nuestras mejillas y se alejó rápidamente —. ¡Luego nos hablamos por el grupo para ir de compras! — grito y nosotras asentimos

— ¿Y tú Kate? ¿Puedes? — dijo con esperanza Arya

— No, ingreso un chico nuevo al instituto y no tiene la menor idea de cómo llegar a su casa. Ya te debes de suponer que sigue en la historia. — encogí los hombros y le extendí la mano para ayudarla a levantarse

— ¿Iras sola? — limpio sus ropas

— No, Keydan también debe de ir.

— Oh bueno, suerte amiga y me avisas en cuanto llegues. — me abrazo y partió

— ¡Chica! — grito Nicolas a mis espaldas y en cuanto me gire, sus brazos me estrecharon

— Suéltame... — le susurre incómoda y tratando de alejarlo

— No tenemos todo el día y el autobús no esperara hasta que te dignes a aparecer. — hablo Keydan cortante e iniciando su camino fuera del instituto

Sujete mi mano con fuerza de los asientos antes de caer, Keydan gruñía molesto ya que Nicolas no guardaba silencio y estaba segura de que no pretendía hacerlo. Releí el trozo de papel confirmando que este sería el viaje más tortuoso en todos mis 18 años. ¡El nuevo vivía al otro lado del mundo! Y no creía poder soportar mucho tiempo con una cotorra a mi derecha y Keydan no parecía estar del mejor humor, toda paz abandono su cuerpo en cuanto llegamos a la parada y su rostro transmitía querer ahorcar con sus propias manos al intenso de Nicolas ¡Y claro que no era el único! Su voz era desesperante, hablada de cosas sin sentido y te dejaba aturdido con cada oración que soltaba ¡Una completa tortura! ¡Alguien que lo callara!

— Sabían que cuando duermen y sueñan que se caen es porque no están respirando. ¿Es interesante no lo creen? ¡Yo por poco y me muero al percatarme de ello! Ya que la mayoría del tiempo sueño eso. — hablo sin sentido el nuevo

— ¿Entonces qué esperas para morir? Una persona más o menos, no le veo la diferencia... — susurro Keydan

— Calla, es malo desearle la muerte a alguien... — le susurre

De los dos, Keydan era que él estaba sufriendo en cantidades y todo fue su culpa, el mismo decidió ir al lado del nuevo por cosa suya y no pretendía oponerme. Reí al escucharlo gruñir nuevamente porque Nicolas pretendía relatarnos e inundarnos de su conocimiento en datos curiosos que, de seguro, hallaba en Internet.

— Sabían que los fantasmas aparecen día y noche, pero nosotros solo los notamos por la noche ya que los ruidos cesan y se nos hace extraño escuchar golpes o movimientos a esas horas. ¡Fue todo un terror al enterarme de ello! Nunca en mi vida algo había cobrado tanto sentido hasta leer ese dato curioso. — hablo de nuevo Nicolas

— Cállate de una vez, eres demasiado irritante. — dijo seco Keydan mirándolo con advertencia

— No quiero. — y Nicolas continúo hablando de sus datos curiosos

Reí ganándome un suave golpe en el hombro por parte de Keydan, quien sonreía ligeramente y el resto de nuestro viaje ignoramos a Nicolas, mientras ambos jugueteábamos como niños pequeños en un autobús.

Eres tan horrendo,

tienes cara de mamut con lepra.

Eres tan tan feo,

que tu mamá te saca a pasear,

pero con correa.

#GermanGarmendia #Fin

¿Les gusto la canción? ¡La aprendí de Germán! Tan buena influencia el hombre, ¿verdad?

Y cambiando radicalmente de tema... ¿Les gusto el capitulo?

Dejen sus comentarios que amo leer sus palabras y no olviden votar que me motiva seguir con la historia. 7u7

Chauuuu ^^

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