• CUARENTA Y TRES •

Después de esa hermosa cita, la pareja continuó llevándose mejor y llegó el día en donde el chico de hermosos ojos azules le pidió ser su novia. Ella no lo dudo y le dijo que sí.

Y hoy era el turno de la chica de sorprenderlo, de montarle una hermosa sorpresa para el 24 de diciembre.

"Dos Iris Azules"

Unas cuántas llamadas a Kira para preguntarle si podía averiguar una dirección, un par de minutos, su llamada de regreso y estaba en camino a la casa. Parecía el mismísimo santa con una bolsa llena de ingredientes para hornear unas deliciosas galletas de chispas de chocolate, otra con seis regalos y mi mochila con una muda de ropa.


Baje pisando la nieve con mis botas, le pague al taxista, tome mis cosas y busque en donde podría llamar para que abrieran las enormes puertas de la entrada. Salte de emoción al encontrarme con un panel. Presione el botón y me acerque al micrófono para hablar.

-¿Hola? -dije con vergüenza.

-¿Con quién hablo? -escuche la voz de una mujer al otro lado

-Soy Kate, la novia de Key -respondí.

-¡Key me a contado muchísimo de ti! Espera que te abro -dijo entusiasmada.

-Gracias -respondí escuchando el ruido de las puertas abrirse

Entre y mire el largo tramo que debía de recorrer. Esto me tomaría vida y media. ¿Keydan y yo éramos novios? ¡Sí! Cada vez que pensaba en ese día no podía evitar sonreír como una tonta enamorada. ¿Cuándo sucedió? Déjenme y les cuento todo completo.

Debía de admitir que este vestido no me quedaba del todo mal y tenía esa sensación de estar a segundos de desmayarme de la emoción. Marcy me sonrió cuando me gire y tenía esa expresión en su rostro de aprobación.

-Te ves hermosa Kate -elogió.

-Tengo una hermanita menor muy linda -comentó Lan entrando a la habitación-, pero no se compara a mi brutal belleza.

Rodé los ojos ignorando su cometario y absteniéndome de hacer un comentario ofensivo a su "brutal" existencia. Salí de la habitación cuando escuche el grito de mamá anunciando la llegada de Key.

- Cuídala mucho Key - dijo mi madre.

- Lo menos que deseo hacer es provocarle algún sufrimiento - respondió.

- Gracias.

- ¿Por qué? - pregunto extrañado Keydan.

Tenía la ligera impresión de que esta sería una conversación interesante y por ello me había quedado a mitad del camino escuchando lo que hablaban.

- Por mostrarle más en la vida, que no todo son libros o enamorarse de personajes literarios.

- Oh, de nada - le respondió.

Fin de la conversación, porque entre con una pequeña sonrisa en los labios. Keydan me miró con un brillo en sus hermosos ojos y yo asentí en su dirección aprobando de que se veía excelentemente sexy de traje.

- Estas hermosa - dijo al acercarse y besar mi mejilla -. Lástima que no eres mi novia, así te podría besar tanto como lo deseo -susurró en mi oído.

- ¿Entonces por qué no haces la particular pregunta Olsson? ¿Tienes miedo a que te rechace? - le susurre cuando bese su mejilla

- ¿Qué tanto se murmuran? - pregunto Lan y choco su puño con Key -. En mi hogar cero comentarios eróticos - replico.

- ¡Que vergüenza contigo! - se quejo Marcy y golpeó su cabeza

- Tengo algo que decirles - dijo Keydan lo suficientemente alto para que todos le prestáramos atención

- ¿Le propondrás matrimonio? - soltó Lan indignado

- Cállate - le pidió Marcy entre risas.

- Katherine Rose Winslet, ¿quieres ser mi novia? - preguntó mirándome fijamente

¡Ay Dios! Este era un momento donde las emociones explotaban juntas y tu no sabías ni que hacer. Tenía ganas de llorar, reír, gritar de emoción o lanzarme a besarlo. Sentí mis mejillas calentarse, mi corazón estaba loco y no podía dejar de mirar los ojos de Keydan, que me esperaba paciente a que le respondiera.

- ¿Sí?

- ¿Cómo dices? - indago.

- Sí, quiero.

- ¿Qué quieres? - mire la sonrisa divertida crecer en su rostro

- Pequeña niña pervertida - soltó Lan.

- Ya me lo llevo - informó Marcy llevando a Lan a la cocina

- Gracias Key - volvió a decirle mi madre

- ¿Qué querías? - repitió con diversión.

- ¡Que sí Keydan! - le grité riendo.

Tomo mis dos manos y las beso con ternura, luego mis dos mejillas y terminó besando mis labios con dulzura. Debía de agradecerle algún día por ser un gran besador y enseñarme como rayos se besaba. Sonreí sobre sus labios y luego continúe, siguiéndole el ritmo.

Golpee la puerta sacudiendo mis botas con nieve, acomode la mochila en mi espalda y abrieron la puerta.

- ¿Kate?

- ¡Sorpresa! - soltamos al mismo tiempo

Keydan tomo mi mano, me introdujo en su casa y beso rápidamente mis labios. Fruncí el ceño sin comprender porque rayos me había hecho pasar tan rápido, pero fue tan solo que me percaté que iba sin camisa.

- ¡La linda Kate! - grito la voz que me atendió hace unos minutos

- Hola - dije feliz

La mujer me abrazo con emoción, beso mis dos mejillas, elogio a Keydan por sus buenos gustos y lo amenazó con que debía de cuidar nuestra relación o ella lo mataría. Ella se presentó con una gran energía y me arrastró hasta la cocina con una enorme sonrisa. Le tendí a Rita los ingredientes para hacer una deliciosas galletas de chispas de chocolate y ella se apresuró a sacar las tazas para revolver.

- No sabía que vendrías - comentó Keydan a mi lado

- Fue porque no te avise nada - dije con obviedad - y quería darte una sorpresa antes de navidad - replique girando el rostro

- ¿También el pijama es una sorpresa?  - comentó divertido, sus manos fueron a parar justo en las orejas del panda. Se inclinó y susurró -. Me ofrezco como voluntario para quitártelo - mis mejillas instantáneamente se enrojecieron y mi corazón se aceleró

- Keydan, ponte una camisa o te vas a resfriar - lo retó Rita.

- Pero tita - rezongo Keydan.

- Nada de peros -sentenció.

Reí al mirar como Keydan se marchaba de la cocina a su habitación o escaleras arriba. Rita se encargó de añadir los ingredientes correctamente y yo me encargaba de mezclarlos -con cierta dificultad, por cierto-, Dana apareció cuando debíamos de añadir las chispas y Keydan se dedicaba a fotografiarnos. Dana ponía una chispa y se comía otra. ¡Quedamos pobres después de ir por otros dos paquetes!

Keydan me dio un recorrido por su casa, digo, enorme casa. Me mostró la sala de estar con chimenea, el segundo piso, donde estaba un salón de baile con un piano, la habitación de Dana, la oficina de su padre, la habitación de su padre, su habitación, el baño y su lugar favorito en toda la casa. Era una habitación con todo tipo de cámaras, fotografías colgadas en las paredes, una computadora para editar las fotos y una impresora. ¡El paraíso para los fotógrafos! También me comentó que su casa siempre tenía ese aire de soledad, al ser tan grande y los problemas que le habían recorrido, se lo proporcionaba.

Entramos a su habitación porque debía de cambiarme el pijama panda o mamá me mataba si lo manchada con algo, me fui a cambiar al baño y él me espero tirado en su cama.

- Ya quiero las galletas - comente al salir y encontrarlo en la misma posición

- Ten un poco de paciencia. Acabamos de meterlas al horno - dijo con los ojos cerrados

Palmeo el espacio que quedaba a su lado, yo no lo dude, me lance y caí de pleno contra su cuerpo. Keydan se quejo al sentir el impacto, pero fue en segundos que aprisiono mi existencia y me hizo costillas. Reí descontrolada y tratando de zafarme de su agarre, pero no podía. ¡Debía de parecer un pez fuera del agua!

- ¡Detente! - le grité riendo.

- ¿Cómo dices? Es que tu risa no me deja escuchar - comentó divertido y acercando su rostro

- Gracias - dije tomando una fuerte respiración

- Te tengo una linda sorpresa - dijo, beso mis labios y se bajo de la cama

Lo vi abrir su closet y buscar entre la ropa colgada lo que fuera que buscaba, al encontrarla y girarse vi la caja azul con un lazo blanco decorando la tapa. Lleve ambas manos a mi boca con sorpresa y emoción al desear abrirla para saber que tenía dentro. Se sentó a mi lado y cuando estuvo a punto de entregármela, me lance a buscar mi regalo para él, al tomarlo, me senté y se lo entregué.

- Feliz navidad - le dije entregándoselo.

- Feliz navidad bonita - respondió tendiéndome su regalo

Abrí la caja sin poder aguantar mas la espera y ahogue un grito al mirar que tenía dentro. ¡Era un gatito! Y blanco con un ojo de verde y otro de azul. Lo tome entre las manos al escuchar su hermoso maullido y lo apretuje contra mi cuerpo sin soportar su ternura. Bese la mejilla de Keydan y mire el dije ya colgando de su cuello.

- Gracias bonita - dijo mirándome.

- Me alegra que te gustará, fue lo único que se me ocurrió que te podría regalar y - tome aire - ¡Gracias por este lindo gatito! - dije abrazándolo.

- ¿Tienes uno? - pregunto Key al notar el collar que llevaba

- ¡Sí! ¿No es maravilloso? Tú tienes una K y yo tengo otra K. ¡De Kate y Key! - dije con emoción.

- Es hermoso - respondió tomando mi rostro entre sus manos

Sentí el gatito alejarse cuando Keydan se fue acercando hasta provocar que mi cuerpo quedará acostado sobre su cómoda cama. Una cosa que había aprendido al besar a Key, es que cuando iniciaba no había quién nos detuviera, bueno, era un decir, porque aparecía alguien y debíamos de detenernos, y que amaba tocar su cabello. ¡Hombre! Era el mejor cabello que mis manos habían tocado. Sentí sus manos, levantar levemente el abrigo de lana y acariciar mi cintura, esas caricias me robaron varios suspiros, deslice mis dedos entre sus cabellos, en ocasiones halándolo y que Keydan gruñera por lo bajo.

- Ejem - escuche el carraspeo de Dana en la puerta -. Cero sexo con la puerta abierta -comentó señalando la puerta

Mi rostro se enrojeció completamente robándole un par de carcajadas a Keydan y que Dana rezongara cuando le cerró la puerta anunciando de que tomaría en serio sus palabras.

- ¡Tita! - grito -. ¡Keydan quiere ser padre!

- ¡Keydan, hazme el favor de bajar que las galletas están listas! - grito Rita con enfado

- ¡Já! - replicó Dana.

- ¿Vamos? - pregunté enderezándome.

- Espera - dijo.

Tomo mis hombros y me recostó suavemente en su cama, atacando mis labios con intensidad, pero fue ese tipo de beso que te hace desear más, pero el tonto se aleja disfrutando tu expresión de indignación. ¡Él no podía besarme de ese modo y luego alejarse! Cruce mis brazos y lo mire enfadada.

- ¿Te enojaste? - pregunto con una sonrisa divertida -. Si te enojas no tendrás tu regalo de navidad, solo que viene en camino - musito lo último.

- ¿Qué? Yo sólo te di un regalo. ¡No es justo! - rezongue formando un puchero

- Lo que no será justo es que Dana se termine todas las galletas bonita - dijo besando mi puchero

- ¡Cierto! - exclame y salí corriendo de su habitación

Y hace pasamos la víspera de navidad. Desayunando galletas con chocolate caliente, almorzando la deliciosa comida que Rita nos hizo, viendo películas navideñas en familia y a las 19 horas, ya estaba partiendo a la casa de mi padre para celebrar navidad con él y el abuelo.

FELIZ NAVIDAD A TODOS

Espero y disfruten este pequeño y sorpresivo especial que les preparé con mucho cariño y dedicación.

Ahora sí que me voy porque ando en carreras y debo de ayudar.

CHAUUUU

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