Capítulo 2/2

Bakugou está dando vueltas de un lado a otro en la sala, ha estado así toda la mañana. Izuku lo mira desde el sillón, hasta que al parecer no aguanta más, toma su brazo y lo sienta en el mueble junto a él.

—Kacchan, vas a entrar, estoy seguro, solo trata de calmarte.

Katsuki quiere creerle, pero no va a estar tranquilo hasta que el maldito correo de la universidad llegue, tiene el teléfono sobre la barra de la cocina y está haciendo todo un maldito esfuerzo para no mirar. Hace más de un mes que presentó la prueba para ingeniería en UA, se supone que los malditos resultados serían enviados hoy, por eso se ha vuelto un completo cúmulo de ansiedad. Sus músculos están rígidos, hasta su estúpida cola parece una cuerda de alta tensión.

—Kacchan, escúchame. —Izuku atrapa su rostro con ambas manos, su mirada es suave y está llena de preocupación.

—Lo siento, solo, no entiendo por qué mierda tardan tanto, es un maldito correo electrónico, no puede ser tan difícil…

—Kacchan… —Izuku lo regaña, pero luego sonríe—. ¿Te parece si hacemos algo especial?

—¿Algo especial? —pregunta Katsuki de vuelta mientras alza una ceja.

—Sí, para celebrar que te aceptaron en la universidad —dice y sonríe.

—Aún no me han aceptado —Katsuki gruñe y se cruza de brazos.

—Pero lo harán, estoy seguro, y para celebrar podemos salir a cenar o ver una película, hasta te daré un cupón para un deseo.

Katsuki no puede evitar reírse, Deku hacía esto cuando era solo un cachorro, en cada cumpleaños Izuku le daba un cupón para un deseo. Katsuki lo podía utilizar en lo que quisiera, cuando tenía ocho pidió nadar con delfines. Izuku estaba aterrorizado, por alguna extraña razón sigue creyendo que los delfines son como tiburones camuflados.

—Mi cumpleaños diecinueve fue hace unos meses, Deku —dice, pero no puede evitar la sonrisa en su rostro.

—Lo sé, pero esta es una ocasión especial, puedes pedirme lo que quieras, si está en mis posibilidades lo haré realidad.

Bakugou lo mira con algo más que curiosidad en su rostro.

—¿Lo que sea?

—Sí, estoy preparado para todo, incluso si quieres tu propio auto he estado ahorrando para este momento.

Bakugou empieza a reír.

—Prefiero que me sigas llevando —se encoge de hombros, pero el sonido de una notificación los hace saltar.

Izuku mira a Katsuki, tiene una enorme sonrisa confiada y segura, como si de verdad no tuviera ninguna duda de que va a ser aceptado. Katsuki tampoco tiene dudas, sabe que se jodió el cerebro estudiando por meses, pero aun así está el miedo latente de no ser suficiente, de no poder alcanzar a Deku. Respira y toma el teléfono, la notificación de un correo sobresale.

Katsuki no puede hacerlo, le pasa el teléfono a Deku y espera a que él le dé la respuesta.

Hay un silencio en la sala, hasta que Izuku suspira y dice:

—Oh, Kacchan, yo, de verdad lo siento…

Todo se empieza a desenfocar ¿Falló? ¿Él de verdad falló?, pero antes de que pueda volverse un completo desastre, Izuku se empieza a reír.

—¡Maldito hijo de putaaaaa!

Izuku lo abraza.

—¡Felicidades, Kacchan! —Katsuki quiere golpearlo, solo que en realidad no quiere hacerlo. Izuku lo abraza muy fuerte y su corazón se derrite, quiere besarlo, quiere besarlo como nunca lo ha querido en la vida.

Esa misma noche Izuku lo convence de ir a celebrar a un lujoso restaurante y por primera vez Katsuki siente que están en una maldita cita. Izuku está utilizando un traje azul oscuro, debajo tiene una camisa blanca con botones plateados, ya no lleva corbata, pero no la necesita, exuda toda la elegancia que un hombre de su edad ya no debería poseer. Katsuki se lo quiere comer, es tan jodidamente delicioso y adorable, una combinación casi imposible, pero Deku la hace real.

El rostro de Izuku también tiene un bonito tono rosa producto de que se ha pasado de copas, es una suerte que ambos hayan decidido venir en taxi, sobre todo porque Katsuki también ha estado bebiendo. Katsuki ha pensado una y otra vez en su deseo, y hay una sola cosa que cerraría esa noche con broche de oro: un beso.

Cuando ambos llegan al departamento son un completo desastre, pero Deku lo es aún más, a Katsuki le parece extraño que Deku no se haya comedido con el alcohol como es lo habitual, pero en realidad no le molesta, es una suerte que él también esté un poco achispado. Ambos se tambalean y caen al mueble entre risas.

—No sé cómo voy a llegar a la cama —dice Izuku y se vuelve a reír. Bakugou se queda callado por unos segundos, su mirada solo puede ver a Deku, sus rizos desordenados, su linda boca entreabierta.

—Creo que ya sé cuál es mi deseo —dice de repente e Izuku deja de reír, aun así sigue con una sonrisa atontada en su rostro.

—¿En serio? —pregunta.

—Sí —murmura y se acerca un poco más, Katsuki puede sentir como los músculos de Deku se tensan, como su semblante cambia y el brillo de sus ojos se vuelve aún más intenso. Izuku carraspea y Katsuki lo observa tragar, está nervioso, el ambiente ha cambiado e Izuku parece darse cuenta.

—Es algo tonto —sigue Katsuki, está presionando lentamente, cuerda por cuerda.

—No es tonto si es algo que realmente quieres.

—Creo que me lo vas a negar —contraataca Katsuki y detalla una pizca de sorpresa en el rostro de Izuku.

Izuku niega: —Sabes que soy incapaz de negarte nada, Kacchan.

Katsuki siente algo extraño en su voz, lo más parecido al deseo que ha escuchado en Deku, no sabe si es por el alcohol, pero no piensa desaprovechar la oportunidad. Se sienta en el regazo de Deku, este se mantiene inmóvil, Katsuki puede ver como el pecho de Izuku sube y baja inestable, sus ojos verdes y profundos le mantienen la mirada y Katsuki deja su vista fija en su premio.

—Kacchan… —Deku lanza una advertencia, Izuku solo tiene que leer entre líneas, es fácil saber qué es lo que está buscando.

—Dijiste que me darías lo que quisiera y esto es lo que quiero.

—No podemos, nosotros no… tú no puedes estarme pidiendo esto… soy, somos… —pero Katsuki no quiere escuchar más excusas, deja que sus labios se deslicen hasta la esquina de la boca de Izuku, es solo un roce, pero es tan malditamente enloquecedor, están tan cerca, pero aun así Deku no lo aparta. Desliza su mano y toma los rizos suaves de Deku en un puño. Katsuki puede sentir la tensión acumulándose en sus cuerpos, son una maldita cuerda y ambos están a punto de romperse.

—Kacchan... —susurra Izuku con voz temblorosa. Katsuki siente el aliento pesado de Izuku, el aroma del alcohol y de la excitación llenando el aire. Katsuki piensa en su próximo movimiento, pero Deku lo mira y su hambre se refleja en todo su rostro y la distancia se rompe en cuestión de segundos. Katsuki ya no puede pensar, Deku lo está besando como si quisiera destruirlo, sus labios son rudos y su lengua se introduce sin permiso, pero toda esa tormenta se calma de forma brusca, como si de un momento a otro se diera cuenta de lo que haciendo, de qué esto está mal, de que no deberían... Solo le toma un par de segundos a Katsuki disuadirlo, muerde sus labios e Izuku jadea y ahora es él el que profundiza el beso mientras lo toma y hunde sus manos en su cabello.

La boca de Deku es todo lo que siempre soñó, es cálida, es dulce y jodidamente adictiva. Ambos se siguen besando contra el mueble hechos un desastre, sus lenguas explorando y chupando todo a su paso. Los labios de Katsuki hormiguean e Izuku los muerde y los prueba hasta que le quita el aliento.

Katsuki se desespera, hay demasiada ropa y necesita sentir la piel de Deku contra la suya, comienza a desabotonar la camisa de Deku. Katsuki sabe que ambos están terriblemente excitados, puede sentir sus erecciones ya duras a centímetros de tocarse, pero cuando cree que por fin va a conseguir todo lo que siempre ha querido, Izuku se separa de forma brusca.

—Basta —dice, su pecho está agitado y su voz es firme. Se pone de pie y deja a Katsuki confundido en el mueble—. No vuelvas a hacer algo como esto, yo, haré como que esto nunca pasó.

Eso hace que la ira de Katsuki salga como una erupción desde el centro de sus entrañas.

—¿Hacer qué esto nunca pasó? —repite, se pone de pie y avanza hecho una maldita fiera.

—Sí, fue un error, nosotros nunca, estoy seguro de que puedes entender por qué esto fue una mala idea.

—¿Por qué? ¿Por qué significaría que me deseas?

—No, yo no lo hago, solo estoy ebrio y hace mucho que yo no… Kacchan, basta, no voy a ceder en esto.

—¿Culpas al alcohol? No puedo creer que seas tan imbécil, ¡¿por qué mierda no puedes admitir que querías hacer esto tanto como yo?!

—¡No! ¡Yo jamás!

—¿Por qué? ¿Por qué eso te haría un maldito pervertido? ¿Es eso lo que piensas? No te mientas a ti mismo, ¿hace cuánto tiempo que has querido cogerme? ¿Desde qué tengo quince? ¿Desde qué…?

Izuku le da una cachetada. Katsuki lleva su mano hacia su pómulo, esto no puede estar pasando, no puede ser real, Izuku jamás le levantaría la mano, todo esto solo debe ser un maldito sueño, pero el escozor en su mejilla le dice que todo es real, que Deku acaba de…

Katsuki por primera vez en su vida lo mira con odio y ni siquiera las lágrimas que caen del rostro de Deku son capaces de cambiar eso.

—Kacchan, yo no, yo lo siento… —Izuku intenta llegar hasta él, pero Katsuki solo se echa hacia atrás.

—Mensaje recibido, Deku, es una suerte que haya dormitorios en la universidad.

Katsuki cierra la puerta e Izuku se desploma.

**

Han pasado seis meses desde que Kacchan se fue del departamento, Izuku nunca se ha sentido más miserable, apenas puede ir a trabajar, casi no come y tiene enormes círculos oscuros debajo de los ojos, no importa cuántas veces lo intente, ya no sabe cómo funcionar, todo lo que hace lo hace en automático como si fuera una especie de máquina. Para empeorar su estado de ánimo hoy le ha llegado un correo de la universidad, al parecer ya no es necesario que siga pagando la colegiatura, Kacchan ha conseguido una beca completa gracias a sus altas calificaciones. Izuku quiere felicitarlo, quiere decirle lo increíble que es y lo mucho que lo ama, y no poder hacerlo solo hace que se rompa en un millón de pedazos.

Sabe que es su culpa, que nunca debió permitir que aquel beso ocurriera, pero la verdad es que nunca tuvo que dejar que Kacchan se metiera debajo de su piel con tanta facilidad. Sabe que Kacchan tiene razón, solo ha estado siendo un hipócrita, ¿hace cuánto que descubrió que amaba a Kacchan de una manera tan intensa? ¿Hace cuánto que había estado soñando con probar sus labios? ¿Con tenerlo entre sus brazos? ¿Con…? No, no puede dirigir sus pensamientos de nuevo por ese camino, lo que ocurrió fue lo mejor, ha estado tratando de convencerse de eso, de grabárselo en la cabeza. Kacchan merece tener a alguien de su edad, no a un viejo estúpido y patético que se ha enamorado del chico que vio crecer. Kacchan tiene razón, es un pervertido y es una persona terrible y no merece que Kacchan lo quiera en su vida, no después de todo lo que hizo.

Aun así quiere verlo, necesita poder disculparse, al menos… al menos explicarle y pedirle perdón. Izuku suspira y cruza hacia su habitación ignorando la puerta al lado de la suya. Las cosas de Kacchan siguen en su cuarto, su ropa, sus libros e Izuku a veces cree que va a llegar a casa y que Kacchan va a estar allí para abrazarlo, pero no es así, ya no más.

El teléfono de Izuku comienza a sonar, son las diez de la noche y es bastante tarde para que alguien lo llame. Atiende el teléfono, pero casi no puede registrar las palabras detrás de la línea. Kacchan está en el hospital, lo han llamado debido a que es el único contacto de emergencia. Izuku toma las llaves del auto y ni siquiera se molesta en ver cómo está vestido, conduce a toda velocidad y apenas logra respirar los treinta minutos que le toma llegar al hospital.

Está a punto de enloquecer y su rostro debe reflejarlo, porque apenas cruza la entrada de emergencias, alguien le pregunta:

—¿Es usted el Sr. Midoriya?

Izuku asiente y un doctor bajito y muy viejo le pide que lo acompañe. Caminan por un par de minutos que a Izuku le parecen una eternidad, hasta que por fin llegan a una oficina. El hombre le pide que se siente, pero Izuku se niega, necesita saber qué está pasando o terminará por perder la cabeza.

—¿Dónde está? ¿Él está bien? ¿Puedo verlo?

—Sr. Midoriya por favor cálmense, el paciente Bakugou está bien, está en estos momentos en observación.

—¿En observación? ¿Qué es lo que tiene? —su voz es un desastre y la opresión en su pecho está a punto de aplastarlo por completo.

—Eso queremos descubrir, por eso lo hemos llamado.

—No comprendo.

—Necesitamos tomarle algunas muestras de sangre, luego de eso nos sentaremos a hablar, ¿está de acuerdo?

—Por supuesto, todo lo que sea para ayudar a Kacc-Katsuki —se corrige.

Izuku no entiende que es lo que está pasando, una enfermera viene unos minutos después y le toman las muestras, luego queda en la sala de espera completamente solo. Todo su cuerpo está temblando sin control, tiene náuseas y siente que está a punto de enloquecer, ya ha pasado media hora y nadie viene a decirle nada. Avanza hacia el mostrador, está desesperado, va a encontrar a Kacchan así tenga que recorrer todo el hospital y revisar cada habitación una por una, pero antes de que pierda la cordura, el médico que lo recibió llega nuevamente.

—Señor Midoriya, acompáñeme por favor.

Izuku asiente con el corazón en la garganta. Llegan a una pequeña sala con varias camillas y ve a Kacchan en una de ellas, tiene los ojos cerrados y se ve sumamente pálido. Izuku tiene el impulso de correr hacia él, pero el doctor niega y le pide que se siente en una de las sillas a un costado.

—Por lo que entiendo es usted el responsable legal del chico, ¿verdad?

—Sí —dice Izuku rápidamente.

—¿Tiene usted alguna relación parental con él?

—No, su madre murió cuando tenía apenas seis años, desde entonces yo me he hecho cargo de él.

—Comprendo, dice que a los seis años, ¿es correcto?

Izuku asiente y el hombre va anotando en su expediente.

—Bueno, Sr. Midoriya con lo que me ha dicho y los análisis de sangre que hemos realizado me temo que mis sospechas son correctas.

Izuku lo mira sin comprender.

—¿Sospechas? ¿Kacc-Katsuki tiene algo grave?

—¿Sabe usted que es un enlace químico?

—¿Un qué?

—Una vinculación de forma química, en realidad es algo bastante usual en híbridos como lobos u otro tipo de felinos, pero no se presenta en todos los casos, debe existir una compatibilidad hormonal y afectiva por parte del cachorro hacia otra persona desde una edad muy temprana.

—¿Qué?

—En un término no médico se lo conoce como una pareja enlazada, una que en el caso del paciente se ha elegido a temprana edad.

—No comprendo, ¿qué está queriendo decir? ¿Qué Katsuki y yo? —Izuku niega. ¡Es imposible!— yo no soy un híbrido, no tengo…

—Los seres humanos generan testosterona y hormonas que pueden ser fácilmente detectadas por especies tan sensibles al olfato como lo son los híbridos de lobo.

Izuku apenas puede procesar las palabras.

—¿Cómo se conocieron usted y el paciente? —pregunta el doctor aún con su vista fija en el expediente.

—Era mi estudiante.

—Entonces pasaban gran cantidad de tiempo juntos, ¿es correcto?

—Sí, prácticamente todo el día.

—¿Él era muy apegado a usted?

—Lo era, era mi estudiante favorito, pero yo no entiendo, qué tiene que ver todo esto que me está diciendo, con qué esté en el hospital.

—Una vez que un híbrido de lobo elige a su pareja no puede separarse de ella, hay una retroalimentación a nivel hormonal, cuando esté tipo de híbridos se separan de sus parejas tienden a enfermar, la química cerebral se ve afectada, pierden el apetito, incluso la sinapsis cerebral cambia. —El hombre lo mira por un par de segundos, hasta que vuelve a hablar—: ¿Ustedes se han separado alguna vez? Y hablo de largos periodos de tiempo.

—No, esta es la primera vez que nos separamos.

—Me temo que eso ha provocado el estado actual del paciente, yo… mire como médico, mi recomendación es que vuelvan a compartir el mismo espacio físico, por el expediente puedo ver qué no vive lejos de la universidad, es factible que vivan juntos mientras él siga estudiando, pero entiendo que esto es una situación complicada moralmente, usted no está en la obligación de aceptar ser su pareja, hay tratamientos que podrían revertir el enlace químico, son experimentales, pero si ambos están de acuerdo en el hospital hay un excelente programa qué…

—¡No! —Izuku exhala y pasa una mano por detrás de su cuello—. Lo que quiero decir es que no será necesario, yo necesito hablar con él, necesito saber que es lo que piensa de todo esto, no es una decisión que pueda tomar a la ligera y no pienso hacer nada que pueda comprometer su salud más adelante.

—Lo entiendo, me parece que no debe tardar en despertar, le prescribiré algunas vitaminas, y tendrán el alta en un par de horas, recuerde que lo más importante será que guarde reposo y que pasen tiempo juntos, al menos dos semanas antes de que vuelva a sus actividades de forma regular.

—Entiendo, doctor, le agradezco.

Izuku por primera vez respira, su cabeza está repleta de información y siente que todo es un completo desastre, pero mientras Kacchan este bien lo demás no le importa.

El médico le pide que se quede en la habitación e Izuku se sienta en la silla y se le encoge el corazón. Kacchan está terriblemente pálido, sus labios que siempre son de un rosado vivo, ahora están casi grises, también tiene ojeras oscuras y profundas y hasta su cabello parece que ha perdido algo de brillo. Izuku apoya su cabeza en la cama, solo quiere que Kacchan despierte.

—Te habías tardado en llegar —Izuku levanta su rostro y ve a Katsuki con una mirada profunda y una media sonrisa.

—¡Kacchan! —Izuku se le arroja encima y Katsuki hace un ruidito de dolor. Izuku se aparta rápidamente—. Lo siento mucho, lamento todo, yo de verdad lo siento Kacchan, todo esto ocurrió por mi culpa, lo que hice fue simplemente inaceptable, yo…

—Izu —Katsuki toma su rostro y seca sus lágrimas con el pulgar—. Te extrañé —dice y por primera vez en estos seis meses Izuku siente que puede volver a respirar.

—Yo también te extrañé, Kacchan, muchísimo —Izuku lo abraza, el cuerpo de Kacchan está frío y él solo quiere calentarlo. Nunca volverá a dejarlo solo, nunca volverá a permitir que algo malo le pase.

Katsuki exhala y lo mira directo a los ojos. Hay un silencio entre ambos. Izuku no sabe qué sentir, tiene miedo de lo Kacchan pueda decirle.

—Lamento la basura que te dije —dice—, yo, yo de verdad lo siento, Deku, no debí imponerte mis sentimientos de esa forma… Yo, escuché todo, aceptaré el tratamiento experimental, no tienes qué… —pero Izuku lo besa, es un beso dulce y cargado de todo lo que ha estado reteniendo en su corazón, luego se separa y acaricia su rostro. Katsuki abre la boca para hablar, pero Izuku no lo deja.

—Te amo, Kacchan, te amo muchísimo, por favor quédate a mi lado.

—¿Estás…? ¿Estás hablando en serio? ¿Y qué pasó con lo que dijiste en tu departamento? Pensé que tú… —Katsuki pelliza el puente de su nariz—. Mira, no tienes que hacer esto por lo que dijo el médico, yo no…

Izuku toma sus manos.

—No, Kacchan, escúchame, soy yo él que no quería imponerte lo que sentía, lo único cierto es que te amo desde hace mucho, Kacchan, te he amado desde el día en que llegaste a mi vida, y mi amor por ti no ha hecho más que crecer. Lamento mucho lo que ocurrió, yo tenía miedo, quería lo mejor para ti, y sentí que yo no lo era, pero ahora entiendo que los dos hemos estado luchando contra el mismo sentimiento y ya no quiero hacerlo más, sí aún me quieres, yo, yo quiero pasar el resto de mi vida contigo, quiero que seas mi esposo.

Katsuki parpadea perplejo y luego se empieza a reír, una risa dulce y suave que llena todo el lugar.

—Vaya, tú de verdad vas con todo, ¿no?

—¿No te quieres casar conmigo? —pregunta Izuku un poco herido.

—He planificado nuestra boda desde que soy un mocoso, ¿tú qué crees?

—¿Eso es un sí?

—Es el jodido sí más grande de la historia.

Izuku esta vez no puede evitarlo, toma a Kacchan y en cuestión de segundos ya se están besando de nuevo. Sus bocas se mueven hambrientas y codiciosas, y parece que olvidan que aún se encuentra en el hospital, claro, hasta que una enfermera carraspea y ambos están a punto de saltar por la ventana producto de la vergüenza. La mujer niega con una sonrisa e Izuku firma los papeles para el alta sin siquiera poder ver a la mujer.

—¿Vamos a casa? —pregunta Izuku.

Katsuki asiente y sonríe.

—Sí, vamos a casa.

**

Katsuki aún no puede creer que por fin está junto al hombre que ama. Deku lleva un buen rato acariciando su cabello y orejas de forma perezosa, ambos están acostados en la cama, la habitación permanece a oscuras y Katsuki está seguro de que se ha olvidado de cómo respirar. Están en el cuarto de Deku, toda la habitación huele a él y sus pulmones se llenan de ese dulce aroma y marean su cabeza.

—¿Estás bien? —pregunta Izuku y se gira para encontrar su rostro—. ¿Te sientes mejor?

Katsuki aprovecha la posición y se pega un poco más al cuerpo de Deku.

—Creo que estaría mejor si nos estuviéramos besando.

Izuku se ríe.

—Kacchan, acabas de salir del hospital, lo mejor será que lo tomemos con calma.

—Me parece que el doctor fue muy claro cuando te recetó como mi medicina personal.

Deku se vuelve a reír. Katsuki se derrite ante el sonido de su voz, es cálido y dulce y provoca que su corazón se acelere.

—¿Así que soy tu medicina? —pregunta Izuku con picardía y todo el cuerpo de Katsuki se comienza calentar.

—No lo digo yo, lo dice el doctor —dice encogiéndose de hombros fingiendo un desinterés que está lejos de sentir.

Algo brilla en los ojos de Izuku, el hombre lo jala hacia su cuerpo y lo siguiente que sabe Katsuki es que se están besando, y Dios… Ahora está seguro de que ese médico no exageraba y Deku de verdad es la cura para todos sus males. Katsuki gime contra los labios de Izuku y abre la boca, el beso es profundo y las manos de Deku por primera vez comienzan a explorar su piel.

Dios mío, se siente como un maldito virgen, pero no es como que no lo sea. Deku apenas comienza a tocarlo y él ya siente que está en el maldito borde. Su erección se tensa y cuando la mano de Izuku roza el elástico de su pantalón, siente que el aire abandona sus pulmones.

—Eres tan hermoso —susurra Izuku mientras reparte besos por toda su barbilla, para luego seguir bajando hacia su cuello—. Kacchan es tan hermoso y perfecto.

Katsuki encorva su espalda, tiene sus ojos cerrados, las palabras de Izuku derriten su corazón al mismo tiempo que su piel se quema, es demasiado, es como si estuviese siendo atacado desde todos los flancos y no sabe bien cómo responder.

—Amor —susurra Izuku—, mírame, concéntrate en mí. —Katsuki aparta el brazo de su rostro y la mirada de Izuku le corta la respiración. Deku vuelve a tomar su boca y se besan hasta que los labios le duelen, es una mezcla de dolor y placer abrumadores, en este tiempo Izuku se ha deshecho de su ropa y ahora ambos están desnudos.

—Izuku —jadea Katsuki cuando los labios de Deku recorren su cuerpo. Deku hace todo muy despacio como si fuera una especie de dulce que se está tomando el tiempo de saborear. Katsuki aún no decide si le gusta o no, es demasiado y a la vez no es suficiente.

Katsuki cierra sus ojos y se pierde entre la textura suave de las sábanas y como estas hacen un contraste delicioso contra la piel caliente de Deku. Ha estado soñando con esto desde que tenía quince años, y a su cerebro le cuesta seguirle el ritmo al hecho de que Deku por fin le está dando todo lo que siempre soñó.

Deku sigue bajando, sus manos fuertes se aferran a su cintura mientras besa cada centímetro de su piel. La erección de Katsuki se tensa y muerde sus labios en un fallido intento de no verse tan jodidamente necesitado, pero Izuku se ríe y ahora Katsuki sabe que la boca de Deku será su perdición. Izuku pasa su lengua por su polla y arranca un gemido ahogado de sus labios, el corazón se le va a salir, la sensación es demasiado enloquecedora, pero justo cuando piensa que nada puede ser más intenso, Izuku toma su polla por completo en su boca y Katsuki tiene que usar todo su maldito autocontrol para no correrse en ese mismo momento. La boca de Deku es humedad, caliente y tan malditamente perfecta. Deku chupa sin piedad y Katsuki siente que se deshace alrededor de ella.

—Deku, por favor —trata de decir, su polla se está retorciendo en la boca de Izuku, y si no le da un jodido respiro va a terminar corriéndose como un maldito adolescente. Izuku niega y sigue tomando su polla aún más profundo. Katsuki se retuerce, puede sentir el borde de su orgasmo rozando su cordura— Deku, detente, yo, estoy a… ¡Ah! —Katsuki se derrama contra la garganta de Izuku. Deku lo toma tan bien, cada gota, y no puede más que sentirse tan jodidamente satisfecho.

«Mío, mío, mío»

—Eres tan dulce —dice Izuku con sus ojos vidriosos—, creo que jamás tendré suficiente de ti. —Y besa y muerde los muslos de Katsuki.

—Deku, basta, mierda, detente —gruñe con la respiración entrecortada, aún no se ha podido recuperar de su orgasmo e Izuku ya está presionando todos sus botones de nuevo. Puede sentir como su polla empieza a endurecerse. Izuku vuelve a reír y ahora deja besos suaves de disculpa.

—Kacchan, ¿hasta dónde quieres llegar? —pregunta, su voz es profunda y eriza todos los vellos de la piel de Katsuki.

—Nunca te he visto como un hombre que deja las cosas a medias —responde con un poco de burla, pero no hace mucho por esconder el hambre que siente, ha soñado muchas veces con follarse a Deku, pero es evidente que eso no va a pasar esta noche, quisiera decir que le importa, pero hay algo tan malditamente delicioso en dejar que este hombre lo consuma.

Katsuki lame sus labios con impaciencia, el solo pensamiento de Deku follándoselo es tan jodidamente enloquecedor. Izuku toma sus piernas y las abre y Katsuki da un chillido cuando siente algo húmedo y delicioso punzar su entrada. Izuku pasa su lengua y Katsuki apenas puede registrar lo que está pasando, aún no se ha acostumbrado a la sensación y ya Izuku está introduciendo un primer dedo. Mierda, ¿qué carajos? Está a punto de colapsar, piensa que todo esto fue una mala idea, pero entonces Izuku consigue el ángulo perfecto y Dios… Katsuki ve estrellas, tiene que morder sus labios con fuerza para evitar gemir de forma descarada.

Empieza a mover sus caderas tratando de perseguir la sensación, Izuku parece entenderlo, porque enseguida introduce otro dedo y Katsuki siente que su entrada comienza a expandirse, aún no es suficiente, gruñe, pero Izuku saca sus dedos y Katsuki hace un ruidito de frustración. Ve como Izuku estira su brazo y rebusca entre el cajón de la mesita de noche y saca una botella de lubricante.

Katsuki la observa, pero en lo único en que puede pensar es que nunca vio esa botella mientras vivía allí, luego recuerda que estuvieron seis meses separados y una fea sensación se anuda en su estómago.

—¿Te follaste a alguien aquí? —pregunta y Deku lo ve por un par de segundos y luego sonríe como si se estuviera burlando de él—. ¿Qué mierda es tan graciosa? —gruñe y está a punto de patearlo e ir a resolver su asunto bajo su propia mano.

—¿De verdad me estás preguntando si me folle a alguien, Kacchan? —esta vez la mirada de Izuku es más seria. Katsuki tiene miedo de preguntar, pero no estuvo lejos todo este tiempo, para que Deku tuviera la libertad de joder a alguien mientras él se revolcaba en su miseria.

—Sí, ¿es tan malditamente difícil responder?

—¿Qué piensas tú, Kacchan? —dice Izuku con un brillo malicioso en sus ojos que hace que Katsuki trague un poco de saliva—. ¿Crees que te tomaría en la misma cama en dónde estuvo otra persona? —Izuku lo jala y sus dedos lubricados rozan su entrada. Katsuki trata de resistirse, pero Izuku lo inmoviliza contra el colchón.

—¡Suéltame maldita sea! —dice, pero Izuku empieza a frotar en círculos su agujero haciendo que su polla se contraiga.

—No me acosté con nadie, Kacchan, estaba muy ocupado jodido de la cabeza —Izuku introduce un dedo y Katsuki da un pequeño salto—, pensé tanto en ti, en lo hermoso que eres, en cuántos hombres querrían acercarse y quitarme lo que es mío. —Izuku introduce otro dedo y Katsuki siente que su corazón está a punto de explotar—. Tuve que usar cada gota de racionalidad para no ir a buscarte, para tratar de olvidar lo mucho que amé besarte esa noche, lo deliciosa que fue tu boca, lo fácil que te deshiciste entre mis brazos.

—Deku, yo… —Katsuki gime.

—Es esto lo que querías escuchar, que no soy perfecto, que puedo morir de celos y convertirme en un tipo posesivo y aterrador —susurra con voz profunda, y ahora mete un tercer dedo y Katsuki vira sus ojos hacia atrás—. ¿Quieres saber por qué está allí ese lubricante? ¿Quieres que te diga que luche una y otra vez para no masturbarme con tu imagen en mi cabeza?

Katsuki da un grito ahogado, Deku lo abre y lo expande y puede sentir el líquido pre seminal escurriéndose en su polla.

—Todo el tiempo que no estuviste fue un suplicio, no pude sacarte de mi mente, me estaba volviendo loco —dice y saca sus dedos y Katsuki se queja, necesita sentir a Deku ahora, se está quemando y Deku es lo único que pueda apagar el incendio.

—¿Y tú, Kacchan? ¿Dejaste que alguien te tocara? ¿Dejaste que alguien pusiera sus manos sobre ti?

Katsuki niega con un brazo sobre su rostro. Izuku presiona su polla y en cuestión de segundos su interior se expande tomando todo lo que Deku tiene para ofrecerle.

—No, por supuesto que no lo hiciste, porque solo yo te he tenido de esta forma. —Izuku comienza a moverse y Katsuki se aferra a su espalda—. Nadie te ha hecho esto nunca, solo yo, solo mío—. Izuku lo besa de forma posesiva mientras golpea su interior una y otra vez. Katsuki apenas puede respirar, la lengua de Deku se introduce en su boca y le quita el aliento, pero no es suficiente, quiere más, lo necesita más profundo. Katsuki mueve sus caderas con desesperación y busca su propia polla para tocarse, pero Izuku lo detiene y niega.

—Deku —gruñe Katsuki molesto, su orgasmo está ahí y lo quiere, quiere derramarse de nuevo, lo necesita, necesita saciar el hambre, pero Izuku se gira levemente y Katsuki da un grito ahogado cuando la polla de Deku presiona su próstata de una manera deliciosa. ¡Dios sí! ¡Esto es lo que quería! ¡Esto es justo lo que necesitaba!—. Deku, ¡ahg!, estoy a punto…

—Córrete conmigo —ordena Izuku y golpea su próstata una vez más y lo siguiente que sabe Katsuki es que se está viniendo entre jadeos. Izuku hunde sus manos en su cadera persiguiendo su propio orgasmo y Katsuki siente como la polla de Deku se retuerce mientras lo llena, el líquido caliente se derrama en su interior y la sensación lo deja tan malditamente satisfecho.

Izuku se desploma a su lado, ambos son un desastre, están llenos de fluidos y sudor y Katsuki quiere reírse de sí mismo, sabe que está arruinado, arruinado por el resto de sus días.

—¿Kacchan, estás bien? —Izuku se estira para alcanzarlo, besa su frente y Katsuki se conmueve por lo preocupado que se ve. ¿Qué pasó con el hombre duro y posesivo que se lo estaba cogiendo sin piedad hace unos minutos? Solo se ríe, si hay algo que ama de este hombre es su dualidad, Izuku puede ser la persona más dulce del mundo, pero aun así es capaz de consumirlo de esta manera.

—Estoy bien —dice y le deja un beso suave en los labios para aliviar su preocupación.

—¿No fui demasiado rudo? ¿Estás seguro qué…? —pero Katsuki gruñe y le da un pequeño golpecito en la cabeza.

—¿Parece que no estoy bien? —Katsuki tuerce sus ojos e Izuku niega en respuesta—. Entonces deja de joder, ese fue el mejor sexo de mi vida, deberías de estar orgulloso.

Izuku se ríe. —Fue el primer sexo de tu vida, Kacchan —lo corrige Izuku con una sonrisa.

Katsuki se encoge de hombros y se sienta en la cama.

—Eso no deja de hacerlo el mejor.

—Eres imposible —dice Izuku y lo jala hacia su pecho. Katsuki se deja mimar, Izuku juega con su cabello y de vez en cuando roza sus orejas haciendo que Katsuki de saltitos, pasan así un par de minutos hasta que Izuku murmura—: Kacchan…

Katsuki gruñe.

—Puedo escuchar a tu estúpido cerebro trabajando desde aquí, ya habla, ¿en qué mierda estás pensando?

Izuku ríe un poquito. Katsuki ve cómo Izuku comienza a jugar con sus dedos, esa siempre es una mala señal, está ansioso.

—Quería ir mañana a escoger nuestros anillos de compromiso juntos, pero yo… Bueno, no me gustaría presionarte, sé que quizás es muy pronto, probablemente quieras esperar hasta terminar la universidad para…

Bakugou muerde el hombro de Izuku y este da un pequeño grito.

—Para ser tan listo a veces eres un idiota.

—¡Kacchan!

—He estado esperando toda mi vida para casarme contigo, idiota, no quiero esperar un puto día más, así que mañana vamos por estos estúpidos anillos y más vale que consigas a un buen organizador de bodas, porque…

Izuku se le lanza encima.

—Te amo, te amo muchísimo, Kacchan —dice mientras deja besos torpes por todo su rostro.

Katsuki se ríe.

—Eres tan cursi y meloso —se burla—. Yo también te amo, tonto, anda, vamos a dormir, mañana tendremos un día ocupado —Izuku asiente con una sonrisa.

Ambos se acurrucan en la cama, Katsuki tiene sus ojos cerrados, el aroma de Deku llena sus pulmones y las caricias y los besos contra su cuello solo calientan aún más su corazón. Izuku lo aprieta con un brazo y Katsuki sonríe tontamente, lo ama, ama con locura a este hombre y nada podría hacerlo más feliz que este momento.

Esa noche Katsuki se queda dormido, contra el pecho de Izuku y a la mañana siguiente, cuando despierta y ve al increíble hombre que duerme a su lado, Katsuki sabe que ese el inicio de su muy esperado felices para siempre.

FIN

╔════════════════════╗
╚════════════════════╝

Este es un regalo que hice con todo mi amor para mi hermosa Hidetoshi-chan, es parte de nuestro intercambio de San Valentín. Quería dejarle una dedicatoria y decirle lo mucho que la quiero y lo muy feliz que estoy de tenerla como amiga. Espero que esté OS fuera todo lo que querías. Te amo mi florecilla del bosque💕

Ahora, ahhhh, estoy muriendo por saber ¿Qué les pareció?, confieso que he amado esta historia con locura y casi me desmayo con la escena final. Estoy muy satisfecha con el resultado, espero que ustedes piensen lo mismo❤️

Los amo mucho.
Gaby.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top