Capítulo 1/2

Izuku está a punto de volverse loco mientras carga con un brazo al pequeño Shouto y con el otro a Katsuki. Sus dos mejores estudiantes no han dejado de pelear desde que inició la mañana, ambos infantes se retuercen en sus brazos al igual que su paciencia. En el preescolar “El brócoli feliz” hay una estricta política contra el mal comportamiento, pero el Sensei Izuku es bastante débil cuando se trata de estos dos cachorros revoltosos.

Katsuki se sigue retorciendo e intenta morder a Shouto con sus colmillos, sus orejitas están hacia arriba y su cabello se eriza. Está molesto porque esta mañana Izuku cometió el grave error de darle una estrellita de más a Shouto por ayudarlo a borrar el pizarrón y si hay algo que el inquieto cachorro Katsuki no soporta, es que alguien supere su récord de pegatinas en el tablero de recompensas.

Izuku ya no sabe qué hacer, Shouto tampoco se queda muy quieto, le saca la lengua a Katsuki y parece que si suelta a alguno de los dos, todo terminará en mordidas como la última vez, quizás es el problema de que dos híbridos dominantes compartan el mismo salón de clases. Izuku sacude ese pensamiento rápido de su cabeza, aunque Shouto sea un híbrido de lince y Katsuki un híbrido de lobo, no tienen motivos para llevarse mal, esa clase de prejuicios no tienen cabida en su aula.

—Eres un gato apestoso —le gruñe Bakugou mientras se sacude.

—¡Si yo soy un gato, tú eres un perro pulgoso!

—¡Ahora sí te voy a matar! —Katsuki logra soltarse de su agarre, pero justo cuando está por lanzarse encima de Shouto con la clara intención de morderlo, el Sensei Izuku utiliza su as bajo la manga.

—¡Kacchan detente! —El niño se queda paralizado como si fuera una especie de hechizo. Izuku suspira y baja a Shouto y le acaricia la cabeza—. Shou, ¿puedes esperarme en tu asiento? —Shouto asiente, no sin antes darle una última mirada a Katsuki. Izuku suspira otra vez y se dirige a su otro estudiante.

—Kacchan, escúchame.

—Dijiste que sería nuestro secreto, pero ahora todos lo saben.

Izuku revuelve los rubios cabellos del cachorro con ternura. Sabe que le prometió al niño que no revelaría su nombre especial, porque aunque le cueste admitirlo, Katsuki se ha introducido en su corazón de una manera alarmante. El profesor está consciente de que no debería tener preferencias, que lo correcto es querer a todos sus alumnos por igual, pero Izuku entendió hace mucho que esa era una batalla que no podría ganar.

Shouto y Katsuki son sus consentidos, pero aunque Shouto también es especial, Katsuki siempre está un escalón adelante. El cachorro es terriblemente listo, Izuku nunca había visto a un niño que lo impresionara tanto en todos sus años como profesor. Izuku sabe que Kacchan llegará muy lejos, y su instinto de educador solo quiere explotar todas las increíbles y valiosas cualidades que ve en él, quizás por eso se ha encariñado tanto con el pequeño, eso y el hecho de que la madre de Katsuki está realmente enferma. Izuku sabe que en cualquier momento su alumno lo va a necesitar, y él se ha prometido estar ahí cuando el momento llegue, es por eso que se ha permitido ciertas libertades, Katsuki suele llamarlo con apodos cariñosos; Deku suele ser su favorito, y a cambio el profesor le ha regalado un nombre especial: Kacchan.

Izuku baja para estar al nivel de Katsuki y le da una pequeña sonrisa.

—Nadie lo ha escuchado más que Shou —dice.

El pequeño sigue enojado. Izuku lo sabe por sus brazos cruzados y sus orejitas rígidas. Tiene los cachetes inflados e Izuku tiene que pelear contra el impulso de apretarlos.

—Y si alguien más lo supiera, no dejaría de ser especial —añade y puede ver como los rojizos ojos de Katsuki se abren con sorpresa.

—¿En serio?

—En serio, Kacchan. —Esta vez la mirada del cachorro se ilumina—. Y como me has hecho caso, creo que podemos colocar una estrellita más en tu table… —Katsuki se abalanza encima de él y no lo deja terminar la oración. Izuku lo abraza y le permite disfrutar del momento.

**

Izuku ha aprendido a través de los años que hay días en que no es posible refugiarse de la lluvia, y hoy aunque no lo quiera es uno de esos días, es por eso que ahora se encuentra en el hospital. Katsuki está entre sus brazos mientras llora desconsoladamente. La madre del cachorro, Mitsuki, ha muerto. Izuku tiene el corazón roto mientras su hombro se humedece por las lágrimas del pequeño. El profesor solo puede apretarlo muy fuerte contra su pecho y dejar que llore con libertad.

La madre de Kacchan era una mujer fuerte, estaba muy preocupada por el futuro de su cachorro, sabía que su enfermedad estaba muy avanzada y que muy probablemente no lograría recuperarse, también estaba consciente de que era la única persona que tenía Katsuki, no tenían familia cercana y su esposo Masaru había muerto en un accidente automovilístico cuando Katsuki apenas tenía un año de edad, fue por eso que cuando la mujer le pidió a Izuku que cuidara de él si ella llegaba a faltar, el profesor aceptó sin siquiera pensarlo, pero ahora Kacchan llora sobre su hombro e Izuku no sabe si es un buen momento para decirle que a partir de hoy sus vidas estarán unidas de una manera muy diferente.

Cuando Katsuki se calma, Izuku se permite mimarlo un rato, Kacchan tiene seis años, y como todo niño pequeño adora cuando le acarician el cabello, bueno, eso no es del todo correcto, a Katsuki solo le gusta cuando Izuku lo hace, si cualquier otra persona se le acercara de seguro le mordería. Izuku tararea una canción y las orejitas del cachorro van cayendo sobre su cabello, delatando lo tranquilo que se siente.

—¿Mamá ya no está sufriendo, verdad? —su voz es tan frágil que rompe el corazón de Izuku en mil pedazos.

—No, Kacchan, ya no está sufriendo —dice e intenta que el cachorro no se dé cuenta de que está haciendo todo lo posible para no llorar.

—Y ahora qué mamá se ha ido, ¿voy a vivir solo? —Izuku lo abraza muy fuerte, es todo lo que puede hacer en este momento, Kacchan es tan pequeño. Izuku sabe que perder a su madre es algo que el cachorro nunca podrá olvidar, pero aun así lo sostiene en brazos y lucha con el amargo sentimiento de no poder protegerlo de todo, de no poder evitar su dolor.

—Vas a vivir conmigo, seremos nosotros dos de ahora en adelante —dice con la esperanza de que eso le ofrezca algún tipo de consuelo.

Kacchan se sobresalta y coloca sus pequeñas manos sobre sus mejillas. Sus ojos están hinchados y su seño delata lo confundido que se encuentra.

—¿Voy a vivir con Deku?

Izuku asiente, Katsuki no dice nada, solo se hunde sobre su pecho. Izuku sigue acariciando su cabeza mientras canta una vieja canción de cuna. Susurra y arrulla al cachorro hasta que siente como el cuerpo de Kacchan se relaja y finalmente se duerme.

**

Los siguientes meses fueron todo un desafío para Izuku, aunque la población en su mayoría está constituida por híbridos, Izuku es un simple humano y como humano sus conocimientos sobre cachorros son realmente pobres. Izuku sabe que es algo extraño que sea de esta manera, sobre todo teniendo en cuenta que es un profesor de preescolar, pero no es posible comparar la enseñanza dentro de un espacio seguro como lo es su aula de clases, a tener a un cachorro bajo su cuidado de forma permanente, es por eso que se ha visto en la necesidad de realizar un arduo trabajo investigativo.

Izuku ha pasado semanas leyendo una pila de libros sobre crianza y cuidados de híbridos de lobo. En el tiempo que ha estado investigando ha descubierto cosas muy interesantes; los híbridos de lobo como Katsuki, se caracterizan por poseer un carácter autoritario, también, al parecer, eligen a su pareja de toda la vida desde muy pequeños, son fieles, leales y protectores. A Izuku no le preocupa mucho el tema de la pareja, Kacchan parece incapaz de llevarse bien con otra persona que no sea él, por suerte no tendrá que lidiar con eso por el momento, no sabría qué hacer si su joven estudiante llegara un día con otro pequeño tomado de la mano, con su rostro serio y su voz decidida, diciendo que ha elegido a su pareja para toda la vida. Izuku sacude ese pensamiento rápidamente de su cabeza.

También ha acondicionado la habitación de Kacchan, es muy amplia, con una buena iluminación y está pintada de colores neutros, sabe que a Kacchan no le agradan mucho este tipo de colores, pero Izuku necesita apoyarse de elementos visuales que no sobre estimulen al cachorro. Katsuki es un mar de energía, por eso también ha tenido que arreglar sus horarios e inscribirlo en una gran cantidad de actividades. Katsuki tiene natación, clases de pintura y hasta fútbol soccer. Izuku sabe que esto ayudará a que Kacchan canalice su energía de una forma productiva.

—¿Deku? —la voz del cachorro lo sobresalta. Ya es muy tarde y Katsuki ya debería estar durmiendo. El pequeño se frota los ojitos, está de pie en la puerta de su habitación, tiene su pijama de su héroe favorito y arrastra una pequeña cobija.

—¿Tuviste otra pesadilla? —pregunta, el cachorro asiente y se sube a la cama y en cuestión de segundos ya está acurrucado contra su pecho.

Izuku exhala, ha estado intentando que Kacchan duerma en su propia habitación, le preocupa que pueda generar algún tipo de dependencia, pero es difícil decirle que no. Kacchan por lo general suele ser arisco, es orgulloso y temperamental y la única persona a la que le suele mostrar su lado vulnerable es a Izuku, es por eso que el profesor es tan débil y siempre termina cediendo.

—¿Puedo dormir contigo? —pregunta Katsuki con sus manitas apretando el cobertor. Izuku sabe que necesita ser más firme, sabe que lo correcto sería llevar a Kacchan de vuelta a su habitación y hacer al menos el intento de que duerma en su propia cama, pero cuando ve su rostro, simplemente no puede hacerlo, así que asiente y se limita a arropar al pequeño y le da un pequeño beso en la frente.

—Descansa, Kacchan —susurra y Katsuki hace ruiditos como si fuera a empezar a ronronear, Izuku se ríe, parece más un gatito mimado que un lobo.

—Deku —lo llama, tiene los ojos cerrados y su voz es soñolienta.

—¿Sí, Kacchan? —Izuku lo mima y lo arrulla mientras el cachorro sigue contra su pecho.

—¿Puedo vivir contigo para siempre? —Hay algo de miedo en su voz, esto contrae el corazón de Izuku y lo llena de un feo sentimiento. Sabe que Kacchan depende completamente de él, pero tarde o temprano esto dejará de ser así, Kacchan va a crecer después de todo y de seguro será un adulto maravilloso, duda que Kacchan quiera seguir formando parte de su vida cuando crezca.

Izuku suspira e intenta darle una respuesta honesta:

—Por supuesto, Kacchan, pero lo más probable es que un día ya no quieras hacerlo. —Katsuki se empieza a mover y gruñe molesto.

—¡No! ¡Yo voy a vivir siempre al lado de Deku!

Izuku se ríe y lo consuela acariciando su cabeza.

—Algún día vas a crecer, Kacchan, vas a querer formar tu propia familia, tener un hogar, es lo…

Izuku da un pequeño grito, Kacchan lo ha mordido.

—¡Kacchan, pero por qué-! —Izuku se sienta en la cama, prende la lamparita de noche y observa incrédulo su mano, fue una mordida superficial, apenas los colmillos están marcados y no hay sangre. Izuku dirige su mirada hacia el cachorro, pero este ya lo está viendo con una mirada angustiada en el rostro.

—¡Nunca vuelvas a decir eso! —le grita—. ¡Yo solo quiero a Deku! ¡Yo no necesito a nadie más!

Katsuki está temblando, Izuku se le queda viendo por unos segundos hasta que el cachorro comienza a sollozar. El corazón de Izuku se rompe, sabe que hay demasiados temores dentro de Kacchan, todo lo que ha tenido que pasar siendo un niño tan pequeño, no lo soporta más y toma a Katsuki entre sus brazos y llena su rostro de besos.

—Kacchan yo jamás, jamás te voy a dejar. —Limpia las lágrimas del cachorro y le sonríe con cariño—. Kacchan es lo más increíble y valioso que me ha pasado en la vida.

—¿Lo dices en serio? —pregunta Katsuki, su voz aún tiene un poco de duda.

—Por supuesto, Kacchan es mi persona favorita en el mundo.

Katsuki baja su mirada y murmura: —Deku también es mi persona favorita en el mundo.

La sonrisa de Izuku se vuelve aún más grande.

—Me alegra saberlo —dice e Izuku termina de limpiar las lágrimas del rostro de Kacchan con las mangas de su pijama y lo acuesta. Izuku sigue con su sonrisa, apaga la luz y trata de no reírse de la ternura cuando Kacchan se arrima cuidadosamente para que él lo abrace.

—Lo siento, no quise, no quise morderte —murmura Kacchan cuando Izuku ya lo está tomando entre sus brazos. Izuku sabe lo difícil que puede ser para Kacchan disculparse, por eso el simple hecho de que le pida perdón hace que su corazón se caliente y se llene de un cariño inmenso.

—No te preocupes, ahora descansa —dice y besa el cabello de Kacchan una vez más.

**

Hoy es un día muy especial para Katsuki, tendrá su primer partido de fútbol en el año y está muy emocionado porque Deku por fin vendrá a verlo. Se ha encargado de practicar arduamente y aunque solo tiene seis meses en el equipo de la preparatoria ya ha obtenido un puesto de titular, es un delantero y, por lo tanto, es uno de los jugadores más cruciales para poder meter un gol en el partido.

Katsuki quiere llevarse a casa una reluciente medalla, y a pesar de que ya tiene dieciséis años, sigue queriendo que Deku lo mime y le diga lo increíble qué es. Él sabe que puede hacerlo, él sabe que le puede ganar a todos estos perdedores llorones que se quejan cuando sus rodillas se raspan contra el suelo, él no se queja, nunca se queja, él se levanta y sigue en el juego.

Cuando el entrenador lo llama, Katsuki ya está preparado, ha hecho su calentamiento cuidadosamente. Deku le ha regalado una banda para su cabello y le ha dicho que es de la buena suerte. Katsuki la guardó en su mochila desde la noche anterior para que no se le olvidara. Voltea a ver a las gradas y allí está Deku, tiene una enorme pancarta y una sonrisa que lo llena de energía y calienta su corazón.

Katsuki le sonríe de vuelta y Deku agita sus manos en respuesta, pero hay algo mal, Deku no está solo y algo se empieza a revolver en el estómago de Katsuki. El entrenador lo llama, el partido está a punto de empezar, pero Katsuki apenas registra lo que dice, no puede dejar de pensar en Deku, ¿quién es esa mujer? ¿Por qué Deku trajo a una mujer a su partido? Está furioso, y en su rabia termina pateando una pierna en vez del balón, el estúpido extra cae al suelo y empieza a rodar, Katsuki está a punto de matarlo, pero el árbitro pita y le saca una tarjeta amarilla.

Katsuki está rojo de la ira, vuelve a ver a Deku y aprieta muy fuerte sus puños, la mujer está sosteniendo la mano de Deku mientras esté lo mira con preocupación. Katsuki gruñe, quiere saltar y morder el cuello de esa gorda castaña. ¿Cómo se atreve a poner sus sucias manos encima de Deku? ¿Y cómo se atreve Deku a dejarse tocar por esa gorda?

Katsuki está echando chispas, pero al menos su aura asesina sirve para marcar el primer gol del partido, sus compañeros corren a vitorearlo, el primero es un pelirrojo imbécil que Katsuki aún no comprende por qué se ha autodenominado como su mejor amigo, Shouto también está en el equipo, pero al contrario de los demás torpes este solo levanta el pulgar en aprobación.

Katsuki vuelve su mirada hacia las gradas, Deku está de pie sosteniendo el cartel con una enorme sonrisa, es tan vergonzoso, pero a la vez tan jodidamente tierno. Su pecho se calienta aún más, pero de nuevo la calidez se rompe cuando observa a la estúpida mujer al lado de Deku.

—Tu papá es un tipo genial —dice el imbécil de Kirishima.

—No es mi papá, imbécil, es… Es Deku —gruñe y vuelve su atención al partido. Kirishima se encoge de hombros y le da una palmadita en la espalda para empezar a correr.

Cuando el partido termina el marcador queda tres a cero, Katsuki y Shouto fueron los goleadores estrellas, ahora ambos tienen una medalla sobre su pecho y Bakugou odia que el gato apestoso de Shouto también tenga una.

Deku llega hasta donde está y Katsuki no lo piensa dos veces para abrazarlo, está cubierto de sudor, tierra y suciedad, pero sabe que a Deku no le importa.

—¡Kacchan eso fue increíble! —Izuku lo felicita y revuelve su cabello, luego voltea a ver a Shouto quien por alguna razón se ha quedado a su lado—. Tú también lo hiciste muy bien Shou, quién pensaría que mis dos alumnos estrellas volverían a estar juntos después de tanto tiempo.

Shouto solo le agradece con una expresión neutral en el rostro y se despide. Katsuki casi olvida porque estaba tan enojado, claro, hasta que la gorda llega con un par de botellas de agua y una enorme sonrisa que solo le provoca arcadas.

—Gracias, Ochako —dice Izuku mientras recibe las botellas de agua y le extiende una a Katsuki. La mujer carraspea e Izuku pasa una mano detrás de su cuello un poco avergonzado—. Oh, sí, lo siento, Kacchan, quiero presentarte a Ochako Uraraka, es una buena amiga, estudiamos juntos en la universidad, estaba por la zona y le pedí que me acompañara a tu partido, espero que no te moleste.

La mujer le sonríe a Katsuki y le extiende la mano.

—Por fin conozco al famoso Kacchan, Izu, no estabas exagerado, es completamente adorable.

Katsuki se le queda viendo con odio, la mano de la mujer sigue extendida, pero él no tiene ninguna intención de estrecharla. Izuku se le queda viendo, y parece percatarse del aura asesina que está emanando, porque en seguida ríe torpemente y exclama:

—¿Y qué les parece si vamos los tres por un helado?

—¡Suena maravilloso! —responde la mujer.

—Odio lo dulce —gruñe Katsuki. Izuku pone sus ojos suplicantes, le está pidiendo que haga un esfuerzo y Katsuki solo frunce el ceño y se cruza de brazos— Bien, como sea, creo que podría comer cualquiera, hace un calor de mier…

—¡Kacchan! —Izuku lo reprende.

Uraraka sonríe y pone una mano sobre el hombro de Izuku y niega.

—No me molesta Izu, así hablan los jóvenes de hoy en día, déjalo.

Eso solo hace que la sangre de Katsuki hierva aún más. Maldita perra, ¿quién mierda se cree para tratarlo de forma condescendiente? ¿Y quién mierda se cree para arruinarle su cita post partido con Deku? Bien, Katsuki sabe que en realidad no es ninguna maldita cita, no al menos para Deku, pero él puede soñar, claro, hasta que llegó esta maldita gata callejera. Katsuki ya la odia, no confía en ningún felino, solo tuvo que conocer a Shouto para darse cuenta de que los felinos son solo gatos de mierda y que nada bueno puede salir de ellos.

Katsuki estuvo todo el camino al estúpido centro comercial enfurruñado, se tuvo que sentar en la parte de atrás del auto, no pudo elegir la música y no pasó todo el camino de vuelta a casa hablando con Deku. Está realmente furioso y cuando sale del auto tira la puerta y sabe que Deku lo conoce lo suficientemente bien como para saber qué ya está en el borde.

Cuando llegan a la heladería toman la primera mesa que encuentran y Deku se va a pedir sus helados. Katsuki queda solo con Uraraka y tiene que hundir sus garras contra el asiento para no intentar asesinarla.

—No lo ocultas ni un poco, ¿eh?

Katsuki parpadea perplejo, ¿qué mierda quiere decir esa perra? Abre la boca para mandarla a la mierda, pero la mujer niega con la cabeza y lo interrumpe.

—Tenía la sospecha de que esto podría estar pasando, pero confirmarlo es algo completamente diferente. —Su sonrisa socarrona se expande y Katsuki está empleando todo su maldito autocontrol para no arrancarle la yugular.

—¿De qué mierda estás hablando?

—¿Qué edad tienes Katsuki? ¿Quince? ¿Dieciséis?

—¿Qué puta mierda te importa?

—Izuku es muy bueno para darse cuenta, es demasiado inocente, pero yo no, y es evidente que estás siendo mucho más que fraternal con él. Izuku nunca te verá de otra manera que no sea como el tierno cachorro que cuidó por todos estos años, y si me permites un consejo te sugiero que busques superar lo que sea que estás sintiendo, eres un niño Katsuki, e Izuku un adulto, el adulto que te crió por si necesitas recordarlo —Uraraka hace énfasis en lo último y Katsuki aprieta su mandíbula.

—¡Vete a la mierda! ¡Mi relación con Deku no es tu asunto! ¡Perra!

La mujer se inclina hacia él, no parece intimidada en lo absoluto.

—Es solo un consejo, mocoso, Izuku está sufriendo, ¿o acaso eres tan egocéntrico que no te has dado cuenta?

—Deku, no está…

—Oh, sí lo está, solo que contigo hace el esfuerzo de poner esa enorme sonrisa, pero ¿Qué crees? Izuku ha estado solo todos estos años, ¿de verdad crees que no ansía tener una pareja? ¿Alguien con quien compartir su vida?

Bakugou traga, esto es algo que nunca había considerado.

—Izuku se niega a salir con cualquiera porque eres demasiado territorial, vine aquí tratando de convencerme de que solo eras un mocoso extremadamente mimado que aún no sabe cómo ponerle un alto a sus instintos, pero en realidad te gusta, ¿no es así? Debiste ver tu cara, tus enormes ojos de cachorro cuando lo viste en las gradas del estadio, incluso tiene sentido, Izuku ha estado contigo toda tu vida, no es tu padre ni tienen algún lazo consanguíneo que los una, pero aun así, es el hombre que te crío, dudo que tengas alguna oportunidad.

—Deku es mío —gruñe y golpea la mesa—. Y me importa una mierda si una perra como tú no lo entiende, no se lo voy a dar a ningún perdedor, solo yo puedo cuidarlo bien, Deku…

—¿Está todo bien? —La voz de Izuku los hace voltear a ambos al mismo tiempo.

—Por supuesto —dice rápidamente Uraraka—. Katsuki se ha emocionado explicándome las jugadas del partido.

Izuku sonríe mientras reparte los conos.

—Es grandioso que se estén llevando bien —dice Izuku.

Katsuki resopla y se engulle su helado.

**

Cuando por fin llegan a casa, Katsuki tira su mochila a un lado y abraza a Deku muy fuerte de la cintura. Está estresado, fue un día de mierda y necesita recuperar con urgencia todo el tiempo que la maldita de esa perra le quitó. Izuku se ríe y le devuelve el abrazo, podría pasar horas de esta manera y jamás se cansaría.

—¿Quieres que te prepare curry extra picante para celebrar? —dice Izuku y Katsuki asiente contra su hombro—. Kacchan, deberías ir a bañarte, tienes un par de cortadas en las rodillas, no me gustaría que se infecten.

Katsuki gruñe, ¿por qué mierda Deku tiene que ser tan molesto? ¿No puede solo quedarse de esta manera?

—Báñate conmigo, tú también necesitas un baño, apestas a esa mujer y es asqueroso.

—Kacchan… —lo regaña Izuku y luego suspira—. Sabes que no podemos hacerlo, ya no eres un cachorro, ahora sería simplemente inapropiado —dice y lo suelta para ir directo a la cocina a sacar los ingredientes para la cena.

—Al menos puedes lavarme el cabello mientras estoy en la bañera, como antes, extraño que lo hagas, y puedes ayudarme a desinfectar mis heridas. —Katsuki hace un puchero exagerado e Izuku se ríe.

—Eres imposible, Kacchan —Deku vuelve a reír—, está bien, podemos llegar a un punto medio, báñate y avísame cuando estés en la bañera, iré a lavarte el cabello.

Katsuki le besa la mejilla y sale corriendo al baño sin perder ni un segundo.

No pasa mucho tiempo cuando Katsuki ya se encuentra limpio y sumergido en la bañera, el agua tibia derrite la tensión acumulada de sus músculos. Ha estado tan estresado últimamente… Tampoco puede sacarse de la cabeza las palabras de esa maldita perra, ¿Izuku ha estado triste?, la idea le parece absurda, sabe que Deku no ha tenido ninguna pareja en todos estos años, pero es que nadie es lo suficientemente bueno para Deku, nadie le llega siquiera a los talones y Katsuki se ha encargado de que ningún perdedor se le acerque a lo largo de los años, en su defensa, Deku tampoco parecía demasiado interesado en tener a alguien más, siempre le hizo sentir que solo se necesitaban el uno al otro.

—¿Puedo pasar? —Deku golpea la puerta y luego asoma su cabeza. Katsuki ya se encuentra sumergido en la bañera con las piernas juntas e intenta con todas sus fuerzas que sus estúpidas orejas no delaten su emoción. Ama esto, ama el tacto de Izuku sobre su piel, sobre su cabello. Deku siempre lo trata como si estuviera hecho de cristal, su toque es cálido y aunque Katsuki odia ser tratado con delicadeza cuando lo hace Izuku es algo completamente diferente.

—Sigues siendo un cachorro consentido —dice Izuku entre risitas, se sienta en el borde de la bañera y toma algo de shampoo. Katsuki inhala el aroma, huele a moras, a fresas y a miel; huele a Deku. Izuku empieza a lavar su cabello y Katsuki casi ronronea, cierra sus ojos porque es malditamente satisfactorio. Deku masajea su cuero cabelludo y pasa sus manos por sus orejas haciendo que pegue un salto.

—¡Deku! —le reclama e Izuku se vuelve a reír.

—Lo siento, lo siento, siempre olvido que te provoca cosquillas —dice. Katsuki lo observa embelesado. Deku tiene una sonrisa tan hermosa que su corazón siempre se detiene por un par de segundos como si no fuera capaz de seguirle el ritmo a lo que le provoca. Izuku también tiene su rostro salpicado de pecas, van desde sus mejillas hasta la punta de su nariz y lo hacen ver tan jodidamente adorable. Se ve muy joven a pesar de que ya está por pisar su cuarta década, pero la debilidad de Katsuki sin lugar a dudas son los labios de Izuku, son rosados, carnosos y está seguro de que deben saber como el cielo mismo, o quizás como su infierno personal, porque esto es tan malditamente difícil, tener todo lo que quiere justo al frente y aun así no poder tomarlo.

Izuku tararea una canción mientras retira el shampoo y cuando termina y está a punto de pararse, Katsuki decide que aún no ha tenido suficiente, aún necesita más de Izuku en su sistema, entonces corre el riesgo de hacerlo enojar y lo toma del brazo hasta que el torpe hombre cae con él dentro de la bañera.

—¡Kacchan! —grita y Bakugou se empieza a reír.

—Te dije que necesitabas un baño —dice y se encoge de hombros. Izuku resopla, sus rizos verdes caen por toda su cara y la camisa a cuadros que llevaba en el partido se pega por todo su cuerpo. Izuku lleva años ejercitándose y su torso fuerte y bien trabajado es la prueba viviente de ello. Katsuki traga saliva ante la vista, puede sentir también las piernas de Deku rozar las suyas y es como un sueño, solo que este no va a terminar como él quisiera.

—Te consiento demasiado —dice Izuku mientras mira su camisa mojada y se la empieza a desabotonar.

El corazón de Katsuki se acelera y lame sus labios hambrientos.

—No me consientes lo suficiente —dice en respuesta y espera que su deseo no sea tan notorio.

Izuku lo mira con un brillo divertido en los ojos y se pone de pie aún escurriendo agua.

—Ambos sabemos que nada es suficiente para ti, Kacchan —su voz es juguetona y Katsuki sabe que no está tan enojado—. Ahora salté de la bañera y vigila la olla del curry por mí, necesito quitarme esta ropa, saldré en un momento.

Katsuki asiente y se pone de pie sin siquiera inmutarse por su desnudez. Está haciendo un espectáculo de mierda y no le importa, sabe que se ve jodidamente bien. Izuku se le queda viendo por un segundo sin saber qué hacer. Katsuki casi puede escuchar el cerebro de Deku sobrecalentarse, luego el pobre hombre solo voltea su rostro complemente rojo, pero no dice nada. Katsuki se envuelve en una toalla y califica esto como una pequeña victoria dentro de su libro personal.

Luego de comer y de que ambos por fin están en la cama, Katsuki se permite reflexionar sobre todo lo que ha ocurrido. Aunque sigue pensando que Uraraka es una completa perra, sabe que en parte tiene razón, no puede esperar a que Deku siga soltero por el resto de su vida y si es honesto consigo mismo lo que tienen ahora tampoco lo satisface, pero aunque quisiera meterse en estos momentos en la cama de Deku y confesarle entre besos cuánto lo ama y cuánto quiere pasar el resto de su vida con él, sabe que no debe hacerlo. Si quiere que Deku y él tengan un futuro juntos debe encargarse de pavimentar ese camino, aún es muy joven, aunque Deku le correspondiera la edad seguiría siendo un obstáculo, ya tiene dieciséis, puede esperar unos cuantos años por más difícil que le parezca, mientras tanto se encargará de convertirse en el hombre que Izuku espera, entrará en la mejor universidad y luego convencerá a Deku de que lo suyo puede funcionar. Ese será el plan.

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Holis melocotones hermosos 🍑💕, espero que estén disfrutando la historia, voy a publicar los dos capítulos juntos, así que pueden seguir leyendo con libertad.

Un abrazote.
Gaby.

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