4. Sólo una noche (Especial de San Valentin Mangelito 2/4)

@xGhostVic


Ocho de la noche... Mangelito

No habían salido de su casa esa noche. Aun sabiendo que el evento de san Valentín se realizaría: esperaba al día siguiente una represaría por parte de todos pero por ahora no quería conocer a nadie, no podía hacerse eso aun cuando el vacio estaba presente, si bien estuvo molesto por la traición que tuvo de Mangel sin duda en esos momentos si llegaba a su casa pidiendo perdón y pidiéndole quedarse en su hogar sin dudar alguna lo aceptaría ¿Por qué? Porque él era el amor de su vida, por él mejoro sus habilidades, por el mato, por él se volvió un total peligro para todos, para que se la pensaran más de dos veces en querer hacerle algo malo a su niña, pero ahora...

El sonido de su puerta lo hizo salir de sus pensamientos, estaba decidido a no abrir al menos hasta que sintió ese delicioso aroma a miel y tabaco, aunque el último elemento abundaba más que su aroma natural, sin duda estaba tenso solucionándolo con un insano vicio ¿desde cuándo?

Se levantó de su cama y al estar a pocos centímetros de la puerta, estirando su mano para abrir, se detuvo ¿Por qué? ¿Por qué caía tan fácil?

Es mi niña... Si... pero ¿Quién nos asegura que se quede con nosotros? ¿Quién nos asegura que no se volverá a ir con otro?—Se alejó lentamente mirando hacia la puesta escuchando nuevamente el toque suaves.

Lolito

No abras... No abras... ¡No abras! — Negó con la cabeza mientras se sujetaba fuertemente la misma.

Lolito por favor... escuchó más claro ese pequeño llanto que emanaba de su garganta ¿Puedo hablar contigo?

—¿Sobre qué? —Habló la parte más agresiva de su ser.

Sobre todo... sobre nosotros... sobre mi error...

¿Error?

Las cosas no debieron ser así... yo quería protegerte...

—Me dejaste... Me traicionaste... Me lastimaste... y me dijiste que fue por Rubius ¿Valió la pena? Yo te amo y eso me duele ¿Por qué no dejas de lastimarme?

Lolito... Fue la presión... todo el pueblo... todos me juzgaron, todos me señalaron y decidieron con quien debo de estar, todos me quieren con él, no quería que te ofendieran, quise ignorar a mi corazón con tal de que no te lastimaran a ti, lo sé, solté la mina, sabía que tu casa era en esos momentos lo más importante para ti y si le hacía algo terminarías por molestarte... Bueno, te seré sincero, nunca creí que una casa fuera más importante que yo- se escucho una risilla irónica. ¿Lo estaba chantajeando?

Mangel se mantuvo de rodillas en la puerta mirando hacia el suelo, ya no escuchaba nada al otro lado, quizás desde hace rato ni siquiera estaba ahí. Estuvo a punto de marcharse cuando Lolito abrió la puerta, al elevar la mirada notó la molestia del contrario, esa mirada que conocía, quiso huir pero lo tomó fuertemente de la muñeca, metiéndolo a la fuerza a su hogar, empujándolo hacia la cama.

Quería que estuvieras orgullosos de mí... Nuestra casa... Nuestra vida Mangel el omega dejó de forcejear o tener miedo, quedándose quieto, sus manos manteniéndose a la altura de su cabeza mientras sus ojos miraban esa expresión tan vulnerable Yo... yo te amo cubrió su rostro con una mano mientras las lagrimas manchaban el rostro del omega que no hacia aun nada.

Elevando su mano la cara del Alfa que seguía llorando, acariciando la mejilla tan suavemente intentando quitarle la mano del rostro, limpiando las lágrimas que manchaban su rostro.

Yo también te amo... Mangel tomó la iniciativa besándolo: dejando a Lolito totalmente sorprendido pero correspondiendo de una manera tan salvaje que Mangel intento separarse, cerrando los ojos y quejándose un poco, terminando por golpearlo pero Lolito ni siquiera se inmutaba.

Al separarse dejo sin aliento al omega, con un sonrojo fuertemente marcado en sus mejillas, la boca abierta y la saliva derramada.

Nosotros... Queremos... Tenerte, Mangel... —Se inclino quedando a pocos centímetros de sus labios Hasta que... la muerte... Nos separe —no pudo reaccionar, no pudo hacer nada o incluso decirle algo al respecto de sus palabras, tan sólo sintió como ambas manos se habían colocado en el cuello de su camisa separándolas y por consecuencia había desgarrado sus ropas.

Lolito... el mencionado volteó a verlo, volviendo a besarlo tan feroz que se animo a morderlo, sacándole un poco de sangre, hiriendo su labio inferior Lolito...

—Me lo debes Mangel...

No... Quería hablar

Habla entonces Mencionó sin dejar de atacar su cuerpo, dejándole fuertes mordidas a su hombro y pecho incluso alrededor de uno de sus pezones.

Yo... Pensé que Rubius... gritó por el dolor que sintió al momento de las mordidas, dejando las lagrimas mancharan sus mejillas—... estaría a mi lado pero sólo quiso que me separara de ti... porque quería algo seguro si las cosas con Vegetta no se daban, quería un cuerpo para desaojar su calor... Me lo contó arrepentido... Lolito se separó y miró a Mangel a los ojos

—¿Quieres que lo mate?

No... lo abrazo cerrando los ojos mientras las lagrimas las limpiaba con la ropa del Alfa quiero que los tres me tomen sorprendido se separo del Omega que sonreía, separo sus piernas mientras sus traviesas manos toqueteaban su cuerpo, sin duda alguna nadie sería perfecto para él más que Mangel —... y le dejen claro a todos que te pertenezco, Lolito...

No dijo más, no se lo permitió ya que lo había tomado tan bruscamente, azotando su cabeza en la cama. Mangel sintió que se ahogaba pero aun así no dijo nada, simplemente miro a otro lado respirando lo que sus pulmones necesitaban y que segundos atrás se lo habían prohibido.

Aun cuando las manos de Lolito ya no lo obligaban a estar en esa poción termino por no moverse mientras sentían nuevamente esas fuertes manos desgarrando sus ropas, ahora dejando un gran agujero en sus pantalones, dejando fragmentos de tela que no cubrían lo que realmente quería el Alfa.

Lolito

Calla... separó sus nalgas y hundió sin pensarlo sus labios sonriendo al sentir la humedad de su recto, ya estaba auto lubricándose para su intromisión Aun no te daba permiso de lubricarte, yo quería hacerlo Mangel como "castigo" abrió la boca y sin pensarlo mordió una de sus nalgas dejando no solo una mordida sangrienta sino también después de unos segundos el tono morado y verde de un moretón se hizo presente alrededor de esta. Nuevamente el sonido del dulce grito de Mangel llego a sus oídos. Besando la zona herida por sus dientes, con tal de calmarlo.

Nuevamente cambio la posición, dejándolo ahora boca arriba mirando fascinado esos ojitos rojos por las lagrimas, sus mejillas manchadas y húmedas por el rastro de las mismas pero su sonrojo fuertemente marcado le indico que pese al dolor y lo brusco que se estaba portando, aun así le estaba gustando.

Bajando su mano mientras comenzaba a masturbarlo, sus dientes volvían a marcar su cuerpo, su abdomen y parte de su cuello, todas esas mordidas con las mismas características, una herida sangrienta con un feo moretón alrededor.

Separándose un poco más, abriéndole las piernas mientras sus labios besaban sus muslos y nuevamente una mordida cerca de su miembro.

¡Lolito! gritó esa acción le había dolido tanto que el grito se había convertido en llanto, pero era difícil creerle ya que su pene aun seguía erecto Lolito... no...se puso nervioso, incluso se asusto al ser rodeado por la boca del Alfa, temía que terminara por morderlo.

El temblor de su cuerpo no paso desapercibido por el Alfa que sonrió de medio lado mientras mordía suavemente la punta, tenia limite, y no sería capaz de lastimarlo de tal manera pero le encantaba que estuviese nervioso por pensar lo que podría hacer.

Al separarse un poco del cuerpo de Mangel pudo admirar perfectamente todas las marcas dolorosas de su cuerpo, en como el color verde y morado al igual que el rojo se mezclaba tan perfectamente por su tono de piel, era una completa belleza que no dejaría escapar nuevamente.

Pasando su dedo por las heridas mientras miraba la expresión del más chico, aun le dolía pero no decía nada acerca de que se detuviera. Inclinándose para besar sus heridas, cerrando los ojos y apaciguando el dolor que le había causado.

Escucho una pequeña risilla por parte de su herido Mangel cosa que hizo levantar la mirada para saber qué era lo que le hacía gracia, al ver que sus ojos oscuros se encontraban con los suyos provoco un fuerte sonrojo.

Es gracioso... que me castigas y luego haces eso acarició el cabello largo de Lolito desatando la coleta baja que tenia dejando que sus mechones estuvieran desordenados en su rostro ocultando la vergüenza que sentía en esos momentos.

Con delicadeza lo acerco su rostro para besarle mientras sentía el leve empujón de Lolito a su cuerpo que lo obligaba a recostarse de nuevo. Sintiendo las manos traviesas del alfa mientras acariciaba sus piernas al mismo tiempo que las abría, frotando su falo en la entrada de Mangel. De repente un tremendo coraje ante la idea que le había dicho Rubius acerca del picadero y en cómo había tomado a su niña en ese lugar.

Lo volteó nuevamente colocándolo en cuatro patas mientras que con una de sus manos tomaba sus caderas y con la otra sus cabellos, haciendo su cabeza hacia atrás desacomodando un poco la bandana que tenía en su frente. Besos apasionados devoraron los labios del omega mientras su trasero recibía las palmadas fuertes de las caderas de Lolito, era brusco y tenía la ligera corazonada del porque pero aun así no lo detuvo, sabía que intentaba borrar todo rastro, que lo quería todo para él y eso en cierto modo le gusto aunque prefería una manera menos dolorosa en que tomara lo que le pertenecía.

Mío...tomó su mano derecha haciéndola para atrás, escuchando un leve crujido por el movimiento brusco Mío Lo levanto lo suficiente como para hacerlo que se hincara en la cama mientras la mano que no sostenía fuertemente su muñeca se colocara en la boca del omega, metiendo un par de dedos en la misma, sintiendo como Mangel jugueteaba con su lengua, humedeciendo los tres dedos que tenia dentro Mío Mangel sintió la respiración del alfa tan cerca de la zona en donde se suponía que el amor de su vida debería marcarlo, pero tan sólo recibió el dolor en su otro hombro a causa de la mordida, al final se había arrepentido o bien había recobrado la conciencia.

Ya no soportaba más dolor, así que cayó una vez Lolito lo soltó de los brazos, nuevamente le dio la vuelta a su cuerpo y continuo con las estocadas. El omega gritó de manera casi desesperada, arqueando su espalda y echando su cabeza hacia atrás, sus lentes de milagro no se había caído y tan sólo los tenía un poco desaliñados, un poco más arriba de donde debería estar, su cabello era un completo desastre, sin contar claro la herida de su labio, el sudor y la saliva que salía de su boca.

Su abdomen se encontraba ahora manchado de su propio orgasmo mientras su cuerpo se movía de manera floja ante los movimiento de Lolito.

Al sentirse que estaba a punto de correrse, salió del omega y dejo que su semilla se mezclara con la de Mangel en la piel marcada del mismo, termino exhausto, dejándose caer encima de su pareja sin importar si se manchaba de los fluidos derivados de la excitación.

Mangel, aun con el dolor de su cuerpo, de sus brazos marcados por las mordidas de Lolito, tuvo la fuerza suficiente como para abrazar al mayor, sonriendo con pereza, en esos momentos quería cerrar los ojos pero también quería dejar las cosas claras, que tenía consciencia de lo brusco que podría ser y él en verdad no le importaba.

Lo siento...habló el alfa una vez se percato del estado del cuerpo de Mangel.

Te amo Lolitodeclaro, una respuesta corta y precisa que le decía que no importaba lo brusco que era, él siempre lo había aceptado como era.

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