Cap 13.- ¿Esperanza?

Luzu volvió a releer por tercera vez los papeles que tenía en sus manos, soltando un suspiro de frustración al sentir sus párpados cansados. Miró la hora, 7:34 am, habían pasado bastantes horas de tranquilidad.

Alzó la vista, viendo a sus compañeros en el fondo del pasillo durmiendo tranquilamente en las camas. Lolito debía seguir en la habitación de Mangel, por suerte no daba signos de estar empeorando. Eso era bueno, o eso quería pensar.

Frotó cansado sus ojos, mentiría si dijera que no tenía sueño ahora mismo, pero debía mantenerse despierto, sus compañeros necesitaban más ese descanso que él, podía aguantar un poco más.

-¿Luzu?- el nombrado levantó la cabeza al escuchar su nombre, viendo cómo el chico de piel naranja se levantaba de su cama para acercarse al castaño, sentándose enfrente suya.

-Buenos días Auron, ¿no deberías descansar más?

-Creo que esa pregunta debería hacértela a ti- el menor frunció ligeramente el ceño, mirando de reojo los papeles-. No has dormido, ¿verdad?

-Alguien debía estar despierto para vigilar el lugar por si aparecía un enemigo. Además, hemos descubierto varias cosas Auron, creo que estamos avanzando.- el castaño sonrió emocionado al contrario, mordiendo su lengua para evitar soltar un bostezo.

-Eso no lo dudo- dijo el contrario sonriendo, acercando sus manos al rostro contrario-, pero ahora eso no es lo importante.

-¿Auron?

El mayor cerró los ojos al sentir la punta de los dedos ajenos rozar contra su mejilla, quitando la venda que tenía tapando su corte. El psicólogo giró con cuidado la cabeza del mayor, sonriendo al ver cómo el corte era más pequeño.

-Bien, en menos de una semana estará como nuevo, suerte que no fue muy profundo. Procura tener la venda hasta que se cierre por completo, sería una putada que se infecte.

-Lo haré Auroncito- ambos soltaron una risa, Luzu se giró para ver al contrario, el cuál sacaba de su mochila una nueva venda-. Anoche Willfred descubrió cosas interesantes sobre el misterioso grisáceo que nos estuvo atacando.

-Cuenta mi niño.

Empezó a tratar el corte mientras escuchaba con atención, debía ponerse al día con los nuevos descubrimientos.

-Utiliza magia para atacarnos, una magia especial denominada 'magia antigua'. Estuve leyendo un poco la traducción que hizo Mangel, al parecer necesita más preparación que la magia normal e incluso la de los dioses oscuros. Los detalles están aquí- Luzu agitó los papeles que tenía en su mano, sonriendo cuando el menor terminó de arreglarle el parche-. Toma, puedes leerlos en lo que voy a ver al resto.

-Gracias.

Luzu se levantó del suelo, dándole los papeles al de piel naranja, el cuál se sentó en el suelo para leerlos con calma. El castaño suspiró, caminando hacia la habitación donde descansaba Mangel.

Tocó con suavidad la madera de la puerta con sus nudillos, esperando unos segundos antes de abrirla. Asomó la cabeza con cuidado, mirando con una sonrisa triste cómo Lolito estaba arrodillado al lado de la cama, durmiendo mientras sujetaba su mano con la del de lentes. A pesar de que le producía ternura aquella escena debía despertar al de pelo largo, seguramente estaría con el cuello y la espalda adoloridos por la incómoda postura.

Se acercó despacio, sacudiendo el hombro de Lolito mientras susurraba su nombre.

-Lolito... Lolo... Lolaito...- el nombrado simplemente fruncía el ceño mientras soltaba quejidos de molestia, apretando los ojos para no despertarse.

-El alcalde está de vacaciones...- murmuró el pelinaranja ocultando su rostro en la manta.

Luzu sintió un pequeño dolor en el pecho ante eso, tragando saliva con algo de dificultad mientras miraba hacia un costado. No, no era el momento de hacer una escena de celos, dos de sus amigos estaban en problemas, ya dejaría a Evil Luzu para después.

-Lolito, despierta- sonrió al ver al de pelo largo abrir lentamente sus ojos, mirando enfadado al castaño-. Por fin tío.

-Joder Luzu, que tengo sueño- el pelinaranja se sentó en el suelo, estirando sus brazos para desperezarse-. ¿Qué sucede?

-Nada realmente, pero ya es hora de despertarse- el castaño sonrió cuando el menor se levantó, dedicando unos segundos para ver al de gafas-. Estará bien Lolo, no te preocupes.

-Si...- ambos salieron con cuidado de la habitación, observando cómo casi todos estaban ya despiertos y levantados, excepto Willy.

-Hey- Rubius se acercó a los dos, colocándose su gorra-, ¿qué tal está?- preguntó con notoria preocupación, mirándolos fijamente.

-Sigue igual que ayer- el de camisa verde miró a un lado, suspirando-. Vivo.

-¿Puedo... estar unos minutos con él?- Lolito asintió ante la pregunta, tosiendo levemente mientras ahora caminaba hacia Auron, dejando solos a los mayores- ¿Luzu?

-Claro Rabis, ve.

El más alto simplemente susurró un débil 'gracias' mientras entraba con cuidado a la habitación. El castaño caminó a donde estaban las camas, ayudando a Fargan a despertar al albino.

Todos se reunieron en una especie de círculo juntos en el suelo, planeando qué hacer hoy.

-Muy bien, según los papeles de ayer, la magia que usaba el psicópata incoloro para atacarnos solo hace efecto por la noche, por lo que ahora el día es nuestra jugada maestra- todos asintiendo ante las palabras de Auron, el cuál se colocó sus lentes de psicólogo-. Yo iré al hospital a por medicamentos para Mangel, y ya de paso por vendas decentes.

-Puedo ir contigo por si acaso- Fargan levantó la mano, sonriendo-. Mejor dos que uno, ¿no?

-Yo podría ir a comisaría a por algo más de munición, y ya de paso intentar comunicarme con los habitantes en la base segura.

-Yo quiero ir a casa de Merlon para ver si siguen allí los papeles de ayer.- Willy suspiró mientras comía unas galletas, dando unas pocas al resto.

-Lolito, creo que deberías ir con Willy por si os encontráis con algún imprevisto, yo puedo ir con Alexbytas y-

-No Luzu, deberías quedarte aquí con Rubius a cuidar de Mangel- el nombrado miró con el ceño fruncido a Auron, el cuál rodó los ojos-. Eres uno de los primeros héroes, tienes más experiencia. Seré directo, Mangel está ahora mismo vulnerable, demasiado tentador para los caramerluzas que nos persiguen, no me fío de que solo Rubius le vigile. Estaría más tranquilo sabiendo que estás aquí por si algo ocurre.

-Pero yo puedo...

-¿Así os parece bien el plan? Rubius me la suda- todos asintiendo ante las palabras del psicólogo, haciendo al mismo sonreír-. Perfecto, vamos a desayunar, que estoy más hambriento que un león en mitad d-

-¡MANGEL!

Los chicos se asustaron ante el grito, reconociendo inmediatamente la voz del de gorro de oso. Se miraron por un milisegundo, como si se cercionaran de que todos lo escucharon, levantándose rápidamente para ir a la habitación donde descansaba el héroe de lentes. Rubius les daba la espalda, abrazando al castaño mientras lo ocultaba de la vista del resto. Sus hombros temblaban, haciendo a los chicos pensar lo peor. Mangel había...

-Qué rápido me das por muerto, illo.

Rubius se apartó, mirando a los recién llegados con una sonrisa y varias lágrimas bajando por su rostro, mostrando cómo el de cinta sonreía levemente.

-¡MI NIÑA!

El primero en lanzarse al abrazo fue Lolito, rodeando el cuerpo del menor mientras empezaba a lagrimear, pero esta vez de alegría. Mangel estaba bastante pálido, con una expresión cansada en su rostro por la enorme pérdida de sangre que sufrió, pero al menos ahora estaba consciente. Todos tuvieron su momento para abrazarle (hasta Auron y Willy se tomaron su tiempo), empezando a hablar sobre su estado.

-Esto es bueno, significa que te estás recuperando- Auron sonrió de lado, ladeando la cabeza-. Sin embargo, aún estás en estado... crítico, por así decirlo. Perdiste bastante sangre ayer, necesitas alimentarte e hidratarte bien para aumentar la producción de sangre en tu cuerpo y descansar para que la herida no se agrave.- Mangel asintió levemente ante la explicación de Auron, acomodandose mejor en la cama.

-¿Qué me perdí?- los chicos miraron al suelo, produciendo un silencio que asustó al castaño- ¿Illos?

-El hijo de puta de gris se llevó a Vegetta- Lolito apretó con fuerza sus puños, controlando su respiración para no acabar en un ataque de ira, emfrente de Mangel no-. También hemos encontrado información que nos será útil para luchar contra él.

-Además de un plan- Luzu se acomodó su capucha mientras le sonreía, caminando hacia la puerta-. Creo que tengo lo necesario para una sopa de champiñones, enseguida vuelvo.

-Mami Luzu al ataque- todos rieron ante las palabras de Rubius, sintiéndose mejor cuando Mangel también se unió. Su risa era débil y baja, pero se escuchaba, demostraba que estaba con ellos, y eso era suficiente-. Bueno, yo también necesito una explicación de lo que habéis hablado, chavales.

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-Trescientos cuarenta y tres, trescientos cuarenta y cuatro, trescientos cuarenta y cinco...

Vegetta suspiró en medio de sus cuentas, contando las piedrecitas que podía ver en la pared de donde se encontraba encerrado. Hacía unas horas que no escuchaba la voz de Merlon, por lo que supuso que el anciano se había quedado dormido (no aceptaba otra explicación, era imposible que pasase otra cosa), así que ahora estaba solo. Era mejor reservar sus fuerzas para el futuro, cuando realmente las necesitara, así que no debía hacer intentos tontos de dar patadas a la puerta.

Cerró los ojos cansado, ahora tumbándose en el suelo. ¿Qué estarían haciendo los demás? Esperaba que tramando un plan o aprovechando para curarse y comer. Sí, hasta estando atrapado como rehén seguía pensando como Papagetta.

El ruido de unos pasos acercándose del exterior le hizo levantarse con rapidez, apartandose lo más lejos posible de la puerta mientras se ponía en una pose de defensa. Frunció el ceño mientras escuchaba el sonido de la puerta siendo abierta, viendo dos figuras sumergir en medio de la entrada.

-¿Jimmy?- Vegetta vio con asombro al dragón-reptil, el cuál estaba al lado del chico de piel gris con una rienda en su cuello. Algunas heridas se veían en su cabeza y patas, a parte de su forzosa respiración.

-Veo que lo conoces, entonces no te importará que te hag-

-¡QUITA ASQUEROSO!

El amante del morado no esperó a que terminara su frase, lanzándose de cara hacia el contrario para empujarle con todas sus fuerzas. El enemigo retrocedió, soltando la rienda de su mano por acto reflejo, momento que la mascota aprovechó para correr hacia la celda, lejos de él.

Vegetta también retrocedió, listo para seguir en sus empujones para intentar escapar, pero grande fue su sorpresa al ver cómo Jimmy, aún con algunas heridas y con cansancio, se posicionada delante del humano, gruñendo con fuerza mientras extendía amenazadoramente sus alas, protegiendo al héroe. El ojimorado sonrió ante eso, era igualito a su dueño.

El de piel grisácea no se vio muy afectado por eso, volviendo a sonreír con esa pizca de superioridad, haciendo al ojimorado apretar sus manos.

-¿Qué quieres?- Vegetta usó el tono más seco y frío que tenía, siendo acompañado por un gruñido de Jimmy.

-Vaya, eres más arisco que el viejo, menudo carácter- ¿Viejo? ¿Hablaba de Merlon?-. Se nota que eres un héroe.

-Dime qué quieres.- el amante del morado afiló su mirada, como si intentara, de alguna forma, intimidarle.

-Muy chulito andas tú, ¿no?- el de ojos dorados dio un paso al frente, haciendo que la cocatriz retrocediera también, pero no hizo nada más-. Eso me alegra, harás las cosas más divertidas.

-¿A qué te refieres?- Vegetta alzó confuso una ceja sin dejar de mantener la guardia alta.

-¿No fuiste tú quien se quejó de contar los planes antes de tiempo?

Mierda.

-¿Por qué le has traído?- el guerrero señaló con su barbilla al animal, notando que tenía una herida en su pata izquierda. Volvió a fruncir enfadado el ceño cuando el contrario empezó a reírse, cruzandose de brazos.

-Te lo explicaré de manera sencilla. Una forma de vencerse es estudiar a tus enemigos, analizarlos y descubrir sus debilidades. ¿Ya te conté la pelea que tuve con el enano? Me esperaba más pelea de su parte la verdad, no que huyera para que dejara en paz al pajarraco.

Jimmy soltó un gruñido en respuesta, inflando su pecho de forma intimidante.

-El héroe Alexby, un veterano guerrero con un temperamento bastante... fuerte. Un cabeza caliente, por así decirlo, dejándose llevar por la ira cuando se enfada.

Vegetta apretó los dientes enfadado. ¿Quién se creía que era para hablar así de su amigo?

-Así que... ¿Qué mejor forma de asegurar la victoria... que asegurándote que seguirán tu plan?

-Espera, ¿estás diciendo qué...?

-Si tengo un motivo para que venga, vendrá.

El ojimorado ladeó la cabeza, soltando una risa sarcástica ante la molesta mirada del contrario.

-Pero vamos a ver, ¿enserio crees que Alexby caerá en una trampa tan absurda? Ni siquiera sabe dónde estamos.

Por unos segundos se sintió bien, como si estuviera ahora mismo bromeando con alguno de sus amigos. Su cuerpo se relajó mientras reía, olvidándose de su situación actual.

-Veo que subestimas a tus enemigos.

-Chaval, llevo varios años haciendo esto, ¿crees que no me he enfrentado con cosas peores?

-¿Como el de la noche eterna?

La sonrisa orgullosa de Vegetta desapareció ante esa frase.

-¿Cómo es que...?

-¿Lo conozco?- otra vez esa sonrisa soberbia, mirando hacia arriba como si estuviera pensando en la respuesta-. Ya te lo he dicho, hay que conocer al enemigo.

-¿Has venido aquí para soltarme cosas sin sentido?

Las tentaciones de lanzarse hacia el de ojos dorados iba creciendo por momentos, intentar luchar por su libertad y salir de ahí, pero, ¿qué haría una vez fuera de donde estaba? Se encontraba en territorio desconocido, sin saber los peligros que podría haber y, encima, sin armas o armadura. No podía arriesgarse, lo más seguro era esperar y recabar más información, sabía que sus compañeros se las apañarían solos.

-En cierta manera... sí, me resulta divertido ver tus reacciones, pero tranquilo, dentro de poco las cosas se animarán- Vegetta apretó los labios, manteniéndose firme-. Vaya, ¿ya te has quedado sin palabras? Ahora que empezaba a divertirme.

-Púdrete.

El de piel gris volvió a reír, caminando hacia la puerta para irse.

-Prepárate, héroe, por que las cosas van a ponerse interesantes.

Vegetta cerró los ojos, sentándose en el suelo cuando el ojimorado se marchó. Llevó sus manos a su frente, sintiendo cómo Jimmy se tumbaba a su lado, frotando su cabeza en el brazo ajeno. El humano sonrió, dando caricias en la cabeza del animal mientras se acordaba de sus lobos.

-Miegda, ojalá Lobo Noctugno estuvieja aquí para ayudagnos. ¿Siegto, Jimmy? A lo mejog podrgi... podrgi... me cago en... tal vez venga.

Una risa salió de sus labios después de fingir ese perfecto acento francés. Le encantaría hacer algo más productivo ahora mismo, hasta le servía robar el banco para darle el dinero a los ricos.

-Más os vale no fastidiarla, tontitos...

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-Oye calvo tóxico, no recuerdo haber dado mi vista buena en este plan.

-Ah, ¿te creías que me importaba tu opinión?

-¡Auron!

-Era broma, mi niño.

Alexby solo pudo soltar una risa ante eso, negando con la cabeza mientras se preparaba para ir a la comisaría. Todos agarraron lo necesario para su misión, estando en la habitación de Mangel para despedirse.

-Recordad, que no haga mucho movimiento, y si tardo en volver ir dándole agua y algo para que coma, aunque sea a la fuerza.

-Estoy aquí.- Mangel levantó levemente su mano mientras fruncía el ceño, sintiendo su mano izquierda siendo sujetada por el pelinaranja.

-¿Y?

-Auron, ya.

-Uis, se pelean los novios.- Alexby tuvo que agacharse cuando Luzu le tiró una barra de pan a la cara, riendo divertido ante eso.

-Recordad el plan, no tardar mucho y traer solamente lo esencial.

-Tranquilo Willfred, estará todo bien.- Luzu sonrió confiado, intentando mantener la poca esperanza que tenían.

-Sí, muy bonito y todo, pero debemos ir tirando para aprovechar el día- el menor de todos terminó de prepararse, caminando hacia la salida-. Nos vemos.

-¡Pero Alesby, que te llevas mi pistola!- Fargan salió corriendo para perseguir al menor, provocando una risa general.

Todos menos Rubius salieron de la habitación del de lentes, hablando entre ellos sobre el espontáneo plan. Auron estaba a punto de salir, pero fue detenido por la voz de cierto castaño.

-¡Auron, espera!

El nombrado se quedó quieto mientras miraba a Luzu, el cuál bajó la cabeza cuando estuvo delante suya, llevando sus manos tras su espalda.

-¿Sí?

-Bueno, ya sabes, tened Fargan y tú mucho cuidado fuera, y que... bueno" por si las cosas se complican quería... disculparme, sobre mis acciones cuando me volví Evil Luzu. No me arrepiento de mis acciones, pero sí del modo en que las hice.

El mayor tosió falsamente para aclararse la garganta, sin atreverse a levantar la mirada para ver el rostro del contrario. Sus manos sudaban, tal vez no era el mejor momento para disculparse.

-Lo siento, sobre todo por... eso- señaló con sutileza la piel de slime del menor, ahora con la cabeza alta pero mirando a un costado-. Creo que ya es hora de ir dejando nuestra pelea atrás, por eso quería... darte esto.

Sacó sus manos de detrás de su espalda, mostrando una pequeña botella de cristal entre sus manos con un líquido brillante. Una poción.

El menor abrió la boca para decir algo, pero no salió ni una sola palabra. Recibió la botellita, mirando al cabizbajo castaño.

-Sé que ya hemos hecho las paces, pero quería arreglar...

La mano del menor sujetó con delicadeza su barbilla, haciendo que los ojos de Luzu le miraran fijamente.

-Cómo te quiero Luzu, mi niño.- Auron sonrió contento, riendo levemente cuando el mayor rió nerviosamente.

-Bueno, ya es hora de que te vayas, zorrilla del infierno- ambos rieron otra vez, dando un paso hacia atrás para darse espacio-. No te vayas de confiado.

-Por favor Luzu, estoy mamadisimo, no es fácil derrotarme.

El nombrado negó con la cabeza, despidiéndose del menor con la mano cuando este empezó a irse. Soltó un suspiro de alivio, dando media vuelta para ir a comprobar el estado de Mangel.

-Estos dos acaban juntos- Lolito sonrió divertido ante la escena, mirando al albino mientras salían de su escondite, ahora en dirección a la salida-. Me apuesto todos mis diamantes.

-Es decir, doce- Willy sonrió divertido, peinando su pelo-. Quién sabe, tal vez suceda.

El de orbes verdes soltó una estruendosa risa por eso, dando suaves golpes en el hombro del menor. Tenían un largo camino hasta la casa de Merlon.

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Alexby soltó un suspiro mientras caminaba por las calles vacías de Karmaland, acomodando su casco que recientemente había recogido de su casa. Estuvo toda una noche sin él, ya pasó por demasiada ansiedad en ese tiempo.

Sonrió apenado al llegar a la comisaría, recordando los momentos donde encerró a sus amigos y delincuentes en la cárcel, donde pasó archivando cientos de informes con Fargan y tomaba su café con Donuts glaseados. Extrañaba esos días pacíficos.

Abrió la puerta, adentrándose al edificio. Se dirigió al fondo de la primera planta, a punto de utilizar un ascensor escondido para ir al piso inferior donde guardaban la munición, pero...

-Buenos días, comisario Alexby. Ya era hora de verte por aquí.

El azabache se giró para ver quién le había llamado, sorprendiéndose al ver a cierta policía castaña parada detrás suya.

-¿Comandante Nancy? Pero se supone que el cuerpo de policía iba a acompañar a los pueblerinos.

La castaña sonrió divertida, cruzándose de brazos.

-No te creerías que iba a dejaros al agente Fargan y a ti solos, ¿no?- alzó una ceja, acercándose para apoyar su mano en el hombro del menor-. Le he pedido al agente James que esté al cargo en lo que estoy aquí.

El comisario negó con la cabeza, alejándose para bajar por el ascensor. La mujer frunció enfadada el ceño, siguiéndolo.

-No, esto es muy peligroso. Debes irte.

-Aquí la jefa soy yo.

-Pero es un asunto de los héroes. A lo que nos enfrentamos es mucho más peligroso que un simple ladrón.- Alexby abrió la puerta de la pequeña habitación subterránea, entrando mientras encendía las luces. Enseguida vio los enormes armarios llenos de munición, sonriendo ante eso. Sacó una mochila, empezando a llenarla de cargadores.

-Comisario- la castaña no desistía, colocándose delante del chico mientras sonreía de lado, hasta ella era más alta que él. ¿Por 6 centímetros? Sí, pero seguía siendo alta-, creo que esos días de 'vacaciones' te han afectado bastante. Yo mando, tú obedeces. Si digo que aquí me quedo, aquí me quedaré.

'Joder, ¿así sueno yo cuando estoy enfadado?'

Alexby suspiró fastidiado, mirando a su jefa.

-Comandante, no creo qu-

-Ya te lo dije, me quedo. Nunca hay que dejar solos a tus compañeros, ¿entiendes? Codo con codo, siempre.

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-Tú eres lo que quiero~', tú eres mi tesouroo~.

-AVE MARÍA, ¿CUÁNDO SERÁS MÍA? SI POR MI FUERA, TODO TE DARÍA~.- Auron y Fargan alzaron sus brazos divertidos por el mini-karaoke improvisado de camino al hospital. Fargan empezó a mover los brazos hacia arriba y abajo mientras que Auron llevaba una mano a su corazón, como buen cantante que era, sujetando con su otro brazo a Frederick, el cuál no quiso quedarse en la cueva si no estaba su padre con él.

El ave empezó a cacarear cuando pudo ver el hospital cerca, consiguiendo que ambos adultos pararan de cantar.

El menor suspiró, acomodando a su hijo entre sus brazos para, seguidamente, abrir la puerta del lugar. Enseguida los recuerdos de su trabajo azotaron su mente, sonriendo nostálgico.

-¿Estás esperando a que la secretaria te invite a pasar?- la voz de Fargan lo sacó de su mente, sonriendo de lado por la broma.

-Ay Nobita, ¿a dónde coño te irías?- el mayor ladeó confuso la cabeza cual búho, decidiendo estar callado mientras seguía al psicólogo a su estudio.

 Al llegar allí Auron soltó a Frederick, el cuál inspeccionó la habitación curioso, acabando recostado en los peluches de Luzu y Manolo situados en una esquina. El de piel naranja se acercó a un pequeño armario blanco del fondo, abriéndolo con una llavecita que sacó de su bata. Sacó varias cajas de pastillas, además de unas cuantas inyecciones protegidas por un plástico que lo rodeaba. 

Fargan se limitó a sentarse en la silla de rueditas de Auron, dando vueltas por la habitación como un niño pequeño. 

-Muy bien calvo, ya está.- el menor alzó orgulloso la mochila donde recolectó todo lo necesario para Mangel, consiguiendo que Fargan se levantase.

-Por fin. Venga, vamos a matar unas vacas para comer.

Auron asintió, viendo al mayor salir de su consulta mientras sacaba su espada. Dio unos pasos para ir a cargar otra vez a Frederick, pero se detuvo al sentir algo en el bolsillo de su sudadera. Lo recordó, sacando la pequeña botellita que le dio Luzu, mirando como hipnotizado al líquido del interior.

-Muchas gracias, mi niño. Eres demasiado bueno para este mundo de mierda...

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

Yepaaaaaaaa, ¿qué tal? Casi tres meses, ¿eh?

Antes de nada, siento mucho haber estado tanto tiempo sin actualizar, tuve un pequeño art-block con esta historia, el cuál creo que ya superé.

Bueno, ¿qué os ha parecido el cap? El siguiente será bastante intensito, así equilibraré con este cap mierda jajsjahasjh <3

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