Cap 12.- Magia antigua
Los potentes ronquidos de Auron sonaron con un leve eco por el pasillo, al igual que los quejidos de Rubius procedentes del otro extremo del lugar. Willy giró los ojos, sentándose en el suelo mientras miraba hacia la nada, como perdido.
-¿Estás bien, Willfred?- la voz de Luzu sonó a su lado, viendo por el rabillo del ojo al castaño sentándose para hacerle compañía, mirándole con una cara preocupada.
-Sabes la respuesta, Luzu- el de boina verde suspiró, quitándose dicha prenda-. Estoy preocupado.
-Vamos, estamos hablando de Vegetita, estará bien- el mayor rodeó los hombros del menor con su brazo para apoyarle, sonriendo levemente-. Él es fuerte, sabe defenderse.
-Si...- miró sus manos, apretando con fuerza su gorro- pero... No es eso lo que me preocupa, sé que estará a salvo, o eso quiero creer.
-¿Entonces?- Luzu ladeó la cabeza al no comprender al menor, haciendo reír al albino- Oye, no te rías sopa de veneno, que intento ayudarte.
-Lo siento- Willy negó con la cabeza, tranquilizándose-. Es que... antes me comporté como un idiota. Siempre suelo analizar primero las cosas en frío, ¿sabes? Pero por algún motivo no pude controlar la ira que sentí cuando Rubius me golpeó.
-Tampoco ayudaste mucho antes, dijiste cosas fuera de lugar.
Luzu nunca pensó que llegaría el día en que viera a Willy avergonzado, pero al parecer sí existía ese día.
-¿Cómo está?- el albino se volvió a colocar el gorro, mirando hacia el suelo.
-Auron dijo que debemos dejarle descansar, está en una situación... delicada- el castaño se mordió el labio al sentirse incómodo al recordar el estado de su amigo, levantándose del suelo-. Deberías descansar Willy, se te ve cansado.
-Lo pensaré- el menor se negó a mirar al contrario, escuchando un suspiro de este salir de sus labios para ser seguido por el sonido de sus pasos, quedándose solo-. Me cago en todo tío.
Miró a su alrededor, viendo a Fargan hablar con Lolito enfrente de la habitación donde descansaba Mangel y a Alexby saliendo, seguramente a despejarse de esta situación. Suspiró exhausto, sacando de su bolsillo los papeles que él y Mangel consiguieron agarrar antes de huir, leyéndolos en voz baja.
El comisario miró la enorme cueva actualmente iluminada por cientos de antorchas, soltando un suspiro. Manolo dormía tranquilamente al lado de la entrada, ignorando por completo la estresante situación de los humanos.
-Ojalá ser tú, Manolo. Al menos estaría tranquilo- el azabache miró con una sonrisa triste a la mascota, ahora buscando alrededor para localizar a Frederick, pero esa misión se vio olvidada cuando sus ojos captaron un brillo en el suelo a unos cuantos metros de distancia-. ¿Y eso?
El menor caminó hacia el brillo, agachándose cuando pudo ver que se trataba de un arma. Era como una daga de hierro, pero había unos extraños símbolos rojos por la parte del mango, sin quitar los dibujos brillantes en el filo, casi parecía redstone. En la punta había grandes manchas rojas algo oscuras... La sangre de Mangel.
Agarró el objeto con cuidado, acercándolo a su rostro para verlo mejor. Pasó la yema de sus dedos por los dibujos, estaban como tallados. ¿Qué demonios era eso? A lo mejor era algo importante, una pista para averiguar quién era ese ojidorado.
-¿Una pista?
-¡Aaah!- un agudo grito salió de los labios del azabache, girándose sobresaltado para ver la cara sonriente de Fargan, dejando caer el arma- ¡Joder Fargan, que casi me corto los putos dedos con esto!
-Lo siento- el de máscara ladeó la cabeza, sentándose al lado del menor, el cuál volvió a agarrar entre sus manos la afilada arma-. ¿Has encontrado algo?
-Esto, es el arma con que... a Mangel...
-Tranquilo, no sigas- el comisario simplemente asintió, pasando la daga a las manos el mayor cuando este se lo pidió-. Auron y Rubius están descansando, deberías hacer lo mismo.
-Por última vez, no- Alexby le miró directamente a los ojos, frunciendo enfadado el ceño-. Deja de malgastar saliva con eso.
-Ales-
-Ni Ales ni nada Fargan, voy a ser útil, ¿entiendes?
-¿De qué sirve que seas útil si luego no te cuidas? Rubius tampoco quería dormir, pero al menos tenía el suficiente IQ para darse cuenta de que debía descansar para poder ser productivo. ¿Por qué esta obsesión tuya por ser útil?
Escuchó el suspiro de fastidio de su compañero mientras giraba su cara, mirando al suelo. El mayor esperaba unos gritos o golpes, pero lo siguiente era algo que no era muy normal en el contrario.
-Por que sí y punto. Vamos, tal vez los demás sepan algo del arma.
El menor se levantó, empezando a caminar en dirección a donde estaba el resto, pero un agarre en su muñeca se lo impidió. No necesitaba girarse para saber quién era.
-Vamos Alesby, somos amigos, ¿verdad?
-Fargan, suéltame.- advirtió serio el menor, haciendo que el contrario hiciera un gesto de enfado.
-Primero cuéntame.
-Uno, dos, tres, cuatro, cinc-
-Primero, el de las malas bromas somos yo y Vegetta. Segundo, hablo en serio.
-Y yo también.
-Mírame- Fargan se posicionó delante del de piel blanca, viéndolo directamente a los ojos-. Sé que estás preocupado por Vegetta y Mangel, todos estamos así, pero no podremos ayudarles si no nos cuidamos nosotros también. Luzu nos mataría si no descansamos.
-¿A qué viene tanta preocupación de repente? Ya dormí antes cuando iluminábamos la cueva, ¿te acuerdas?
-Fueron 40 minutos Ales, no es suficiente.
-Estuve dos putos días durmiendo, estoy perfectamente.
-Merlon dijo que tenías que descansar para curar tu ojo, así n-
-¡YA DÉJAME EN PAZ, JODER!- un fuerte empujón alejó a Fargan del menor, el cuál le empezó a gritar a pleno pulmón- YA SOY MAYOR PARA TOMAR DECISIONES, ¿VALE? SI QUIERO ESTAR SIN DORMIR, NO DORMIRÉ.
-Pues deberías.- el de máscara apretó los puños para no empezar a gritar, no tenía ganas de otra pelea como Willy y Rubius.
-¡¿PARA QUÉ, PARA DEJAR DE CASI MATE A MI AMIGO?! ¡¿PARA SER UN INÚTIL QUE NI PELEAR CONTRA ÉL PUDO?! ¡¿PARA DEJAR QUE ESE CABRÓN SIGA DAÑANDO A MIS AMIGOS?!
Tuvo que toser al sentir su garganta hervir por los gritos, bajando la cabeza para no dejar que viera sus ojos aguados. No era momento de telenovelas, a saber qué le estaba pasando ahora a Vegetta y Mangel no estaba en la mejor de las situaciones. Se apretó las muñecas con rabia, debería de haber hecho algo para evitar esas cosas. Debió de haber seguido luchando contra el de piel grisácea cuando entró a su casa, haber estado más atento en la batalla para ayudar...
Salió de sus pensamientos cuando unas manos en sus mejillas le obligaron a levantar la cabeza, mirando la expresión seria de Fargan, parecía hasta enfadado.
-Te voy a decir lo mismo que le dije a Lolito, así que escúchame bien, ratón. Ninguno de los nueve tenemos la culpa de nada, ¿entiendes? Lograremos averiguar qué está pasando, hallar una solución y volver a nuestras increíbles vidas, todos- la expresión del mayor se relajó, sonriendo levemente-. Deja de ser un mini Lolito.
-¡¿Como que mini, chaval!?
El mayor soltó una risa ante el golpe en su hombro, soltando el rostro del azabache.
-¿Ya mejor?
-... Sí, gracias Farganido.- Alexby le sonrió con pena, mirándole.
-Muy bien, por que ahora vamos a ent-
-¡CHICOS, TENGO UNA PISTA!- la voz de Willy los interrumpió de su charla, mirándose curiosos para entrar corriendo a la 'cueva'. Luzu y Lolito estaban situados al lado del de prendas verdes, el cuál señalaba una de las hojas entre sus manos.
-¿Qué ocurre?- los policías se acercaron curiosos para mirar, ladeando la cabeza.
-Magia antigua- soltó Willy sonriente, mirando a sus amigos-. Está usando magia antigua para atacarnos.
-¿Qué?
El menor de todos agarró entre sus manos el papel, leyendo en voz alta.
-"Los guerreros tenían en su poder las dotes mágicas de los dioses, ventajas para combatir contra los monstruos. La Hermandad necesitaba más poder, ser superiores que los guerreros, por eso invocaron a las antiguas almas con un ritual de sacrificio, siendo dotados con una magia superior, llamada 'magia antigua'. Esta es la que usaban los demonios para atormentar hace siglos a la Tierra, todo esto antes de ser encerrados por los primeros dioses".
-No he entendido nada- Lolito ladeó confuso la cabeza, mirando al albino-. Explícalo Willy.
-Lo explica en el siguiente párrafo. La magia antigua es como las pócimas, pero diferente. Necesitan más tiempo para prepararlas, solo tienen efecto de noche y ocupan de mucha energía para que funcione.
-¿Como esto?- Fargan extendió la daga que encontró Alexby en el suelo, sorprendiendo al resto.
-¿Dónde estaba?- Luzu agarró el arma con cuidado, examinándolo con curiosidad.
-Luzu, tú hiciste tratos con los dioses oscuros, ¿no? ¿Hacían algo parecido a esto?- el castaño negó con la cabeza, pasando el arma al de prendas verdes.
-No, es cierto que también necesitaba hacer rituales para pedir su ayuda, pero nunca nada como eso. La poción de Auron era como una normal y corriente.
-Entonces, ¿eso lleva magia antigua?
-Y los hechos encajan con la descripción. Pasaron unos días hasta que empezó todo esto, cuando atacaron a Luzu y Alexby fue en la noche, y con Mangel le atacó con esa arma extraña- la sonrisa del albino se agrandó, mirando emocionado a los papeles-. Creo que a Mangel le dio tiempo de escribir la traducción entera, o siempre podemos volver a casa de Merlon a recuperar los libros.
-Y ya de paso pasar por el hospital a por medicinas para Mangel- ahora el que sonreía ampliamente era Luzu, sentía una especie de subidón en ese momento-. Solo tenemos que esperar a que se haga de día. ¿Qué hora es?
-Las 4:37 de la madrugada- informó Fargan mirando la hora, soltando un suspiro-. No me había dado cuenta de todo lo que hemos avanzado.
-Muy bien, todos a descansar para prepararnos para mañana.- dijo el castaño cruzándose de brazos, haciendo reír al resto.
-¿Y tú?
-Mami Evil Luzu se encargará de hacer vigilancia por si acaso.
-Yo te acompaño- dijo Lolito colocándose a su lado, sonriendo-. Es más seguro con un acompañante.
-Supongo que es buen plan- Willy alzó los hombros, guardando las hojas-. Además, tengo sueño.
-¡Me pido la cama blanca!- Fargan se fue corriendo hacia la pared donde dejaron las camas, siendo perseguido por Willy y Alexby (no tenía ganas de un regaño de Luzu).
Por un momento sintieron que las cosas estaban mejorando, y agradecían eso.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Sus puños golpeaban con fuerza la puerta de hierro de esa pequeña celda, mordiendo sus labios para no gritar por el dolor.
Sus dedos empezaban a ponerse rojos, incluso le empezaban a salir pequeñas heridas por las manos, derramando pequeños hilos de sangre.
Apoyó derrotado su frente en la puerta, deteniéndose un momento para que el dolor en sus manos disminuyera. Sabía que sus esfuerzos eran inútiles, pero, ¿qué otra cosa podía hacer? A lo mejor si seguía insistiendo unas cuantas horas más...
Negó con la cabeza, apoyando su espalda en la puerta mientras se deslizaba para sentarse.
-Vamos Vegetta, piensa en algo- se regañó a sí mismo, mirando enfadado al techo de piedra-. Debe haber alguna pista que pueda averiguar, o un plan de escape, o-
-Me temo que eso no será posible, joven héroe.
Vegetta se puso recto al oír esa voz, sabía quién era.
-¿Merlon?
-Así es, muchacho- el ojimorado gateó por el suelo mientras seguía el sonido de la voz del anciano, apoyando su oreja en una de las paredes. Seguramente el anciano estaría en una celda contigua a la suya-. Lograron capturar a este viejo anciano, mi cuerpo ya no es el que era, jejeje.
-¿Está bien?- preguntó preocupado Vegetta, sentándose mientras apoyaba el costado derecho de su cuerpo en la pared para escuchar al mayor.
-Tranquilo, estoy bien- el anciano rió sin ganas, volviendo después a su voz tranquila de siempre-. Por lo que escuché antes, hicieron una artimaña para engañarte, ¿no?
-... Lo siento mucho Merlon- el más joven cerró los ojos, suspirando-. Dejé que mis sentimientos influyeran en el combate, y bajé la guardia. Realmente lo siento, por mi culpa Mangel está en peligro, o incluso puede que esté... muerto...
-Joven Vegetta, ¿qué te dice tu instinto?- el nombrado abrió los ojos confuso, mirando al suelo de piedra.
-¿Mi instinto?
-Así es. ¿Qué es lo que dice tu instinto?
El ojimorado se mordió los labios, pensando su respuesta.
-Dice que... seguramente esos tontitos estarán peleando en este momento mientras hacen un plan.
-¿Algo más?
-Dice que... estarán curando a Mangel, que no dejarán que se rinda tan pronto.
-Ajá, ¿y por qué tu instinto te dice eso?
Vegetta sabía que el anciano intentaba enseñarle una lección, de cierta forma ayudarle y no bajar esa gran autoestima que siempre fardaba. Era Vegetta, uno de los primeros héroes y que más experiencia tenía en combate, junto con Willy, no podía venirse abajo en una situación como esta.
Por eso le tenía tanto respeto y aprecio al anciano, hasta ahora le seguía enseñando y guiando para mejorar.
-No sé... supongo que, simplemente, confío en ellos.
-Entonces no deberías preocuparte tanto, ¿no crees?
-Bueno...
Merlon soltó una risa, haciendo que el ojimorado riera también.
-No te culpes por lo del héroe Mangel, os estáis enfrentando a fuerzas desconocidas, es normal que ocurran estas cosas.
-Señor Merlon, ¿usted sabe cómo ha vuelto Araxiel y quién es ese chico de iel gris?
-Sí, creo que sí- escuchó un suspiro salir del de barba, como si lo dijera con pesar-. Verás, en mis tiempos mozos adoraba visitar templos antiguos y fortalezas, eran mi parada favorita para explorar, aunque solo me centraba en matar monstruos y obtener objetos preciados, nunca prestaba atención a los libros que había en las casas abandonadas o los cuadros de los templos, al menos hasta que un esqueleto me hirió de gravedad y tuve que hospedarme en un pueblo en medio del desierto. Allí, mientras estaba en cama descansando, me leyeron los más jóvenes varios libros sobre leyendas antiguas, profecías y hasta historias de hace siglos.
-¿Enserio?
-Sí. Me quedé tan maravillado con esos relatos que a partir de entonces empecé a quedarme con todos los libros que veía, guardándolos en mochilas.
-Todos esos libros que hay en su casa, ¿son de cuando era joven?- preguntó asombrado Vegetta, abrazando sus rodillas.
-Sí, y doné bastantes más a la biblioteca de Karmaland, entre ellas el libro negro que me llevé. Recibí una carta de una amiga mía de hace mucho tiempo que me dijo que encontraron unas antiguas ruinas de piedra que me podrían ayudar a completar el libro, por eso me lo llevé el libro en estos días que me fui.
Vegetta asintió con la cabeza, golpeándose enseguida en la frente al darse cuenta de que el mayor no le estaba mirando. Sintió un pequeño dolor en la mano, dándose cuenta de lo relajado que se sentía ahora en comparación a hace unos minutos. Realmente ayudaba el distraerse en otras cosas.
-Los primeros héroes fueron bendecidos con poderes especiales de los primeros Dioses, pudiendo así luchar contra los monstruos. Sin embargo, unos guerreros vieron esto con malos ojos,queriendo apoyar al lado oscuro y dejar a los monstruos en paz. Según ellos, todos los seres vivos merecen vivir, incluso ellos.
-Espera, ¿la Hermandad... decía eso?
-Sí, los primeros miembros de la Hermandad quería la justicia de la vida, pero con el tiempo sus ideales fueron cambiando. Conocían una fuente de poder muy grande, una llamada 'magia antigua', la magia que utilizaban los demonios antes de ser expulsados por los Dioses. Araxiel fue uno de ellos, jurando venganza por ese acto.
-Y lo consiguió.
El ojimorado recordó esa batalla junto a sus amigos contra el demonio de ojos rojos, justo antes de que viniera al pueblo su amigo Auron.
-Pero si fueron echados, ¿cómo regresó?
-La Hermandad se encargó de ello. Para recibir la magia antigua necesitaban hacer un ritual especial un sacrificio de alma.
-¿Cómo?
-Un alma humana debía ser sometida al conjuro, otorgando su alma a la oscuridad, permitiendo que todo su cuerpo, mente y espíritu quedase controlado por un ser oscuro, un procedente del reino delos demonios. Al quedar envuelto en oscuridad, su piel no permitiría tener color, y sus ojos serían el reflejo de su más alto deseo. Rojo es de venganza, blanco de riquezas y dorado de poder.
Vegetta conectó esos dos datos, abriendo grande los ojos.
-Entonces él...
-Sí, el mismo que te trajo aquí es el mismo que fue la víctima del ritual hace tantos siglos. Al tener en su alma magia antigua, estaba ligado en cierta forma al mundo de los espíritus malignos, por eso los demonios se liberaban. Araxiel volvió, pero otros héroes lo encerraron en una cripta con un hechizo para evitar que volviera a salir. Cuando os enfrentasteis con él fue por que alguien lo liberó, a día de hoy sigo sin saber quién.
-¿Era en la cripta donde fuimos nosotros?
-No lo sé, muchacho-Merlon bajó el volumen de su voz, como si se sintiera culpable-. Solo sé que este es un peligro más grande del que pensaba.
El menor cerró con fuerza los ojos, no sabía si sentirse alegre por tener más información o frustrado por la información en sí. Debía confiar en los tontitos de sus amigos para que pudieran arreglárselas solos y potegerse.
-Confío en vosotros chicos.- susurró Vegetta, pensando seriamente en lo que tendrían que enfrentarse.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top