Cap 1.- La misión
Los cálidos rayos del sol bañaban por completo aquella mañana en Karmaland, dando una satisfactoria sensación de calor a pesar del resto de nieve que quedaba por el suelo y las ráfagas heladas que soplaban de vez en cuando.
Vegetta llenó sus pulmones con aquel aire fresco para luego soltarlo en un profundo suspiro, esperando a sus amigos en aquel enorme cartel de Karmaland donde había una foto del nombre del mismo y de todos los integrantes. Se apoyó en una de las vallas, cruzándose de brazos mientras hablaba con Merlon, el anciano señor que les daría la información de la misión.
-Veo que eres el primero en llegar, como siempre- habló el de barba sonriendo, encorvándose ligeramente-. Y hoy te ves más relajado.
-Sí, tuve más tiempo para dormir- habló entre pequeñas risas el más joven, era la primera vez en días que no salía como lobo noctugno-. Por cierto Merlon, ¿sabes algo acerca de la misión? Venga, solo una pequeña información, una palabrita.
-Ya te lo he dicho, joven héroe, todo a su tiempo- el anciano sonrió al ver el gesto de fastidio del de pantalón morado, frunciendo el ceño levemente-. No sería justo darte más información que al resto.
-Haber llegado puntual, macho. ¿Soy el único que se toma en serio la hora?
-Bueno Vegetta, tampoco te alteres- el nombrado vio cómo empezaban a llegar por las escaleras Fargan y Rubius, seguidos de Willy-. No llevamos ni cinco minutos tarde.
-Bueno, ya era hora. ¿Os habéis entretenido colocando minas?
-Pero bueno Vege, menudo recibimiento- Rubius apoyó su brazo en el hombro del nombrado, haciéndose el ofendido-. ¿Así tratas a tus amigos?
-A los que llegan tarde sí.
Los cuatro chicos empezaron a reír, charlando entre ellos mientras esperaban al resto.
-Hey puercoooooos- la potente voz del de sudadera blanca hizo aparición a los pocos minutos, subiendo las escaleras mientras se acercaba al pequeño grupo, siendo seguido por el de capucha negra un minuto después-. ¿Qué tal?
-Buenas cerdo- saludó Fargan sonriendo de lado, mirando a los recién llegados-. Veo que tienes compañía, ¿eh?
-Auron me debía 30 de hierro, así que le molesté hasta que me los dio.- explicó Luzu mirando al suelo mientras guardaba sus manos en los bolsillos de su sudadera.
-Ey, al final te los devolví.
-Por que te lo llevo diciendo desde que saliste de casa.
-Yeeeeeepa. ¿Qué pasa, ciudadanos?- el alcalde de Karmaland, Lolito, entró con una enorme sonrisa en el rostro mientras alzaba los brazos, acercándose también al grupo.
-Hola.- Mangel también apareció, saludando a todos con la mano mientras sonreía de lado.
-Bien, al menos van llegando. Falta Alexby, ¿no?
-Presente- y como por arte de magia, el último miembro del grupo apareció a su lado, saludando con la mano sin ganas mientras se encorvaba ligeramente-. Lo siento, caí en una cueva sin querer de camino hacia aquí.
-Vaya Alexby, pareces un zombie- Willy soltó una risa al escuchar la voz baja y sin ningún tono en concreto del más bajo-. ¿Estás bien?
-Si.- el de casco se sentó en el suelo, esperando a empezar la misión.
Después de unos minutos de gritos, los nueve héroes rodearon al anciano Merlon, el cuál cerró los ojos mientras empezaba a relatar su historia.
-Héroes de Karmaland, hace poco ocurrió un extraño fenómeno en una de las montañas al este del pueblo. Algunos habitantes han afirmado sentir una especie de temblor por la zona, además de ver unas figuras misteriosas rondando por los bosques y por el pueblo durante la noche.
-¿Han visto figuras misteriosas durante la noche? ¿Desde cuándo?- preguntó Vegetta sorprendido.
-Merlon, viejo verde, suéltalo todo calvo.
-Hace aproximadamente dos días empezaron las primeras quejas- siguió el anciano ignorando el comentario del de naranja-. Vuestra misión es ir a explorar la zona en donde sucedió el terremoto y descubrir qué ha pasado.
-Muy bien, iremos todos a investigar.
Todos asintieron ante las palabras de Vegetta, alejándose del anciano que empezó a caminar de vuelta a su casa.
-Bueno, lo primero es ir hacia el bosque, ¿no? Merlon dijo que el terremoto sucedió por ahí.
-Cierto Willy, pero yo tengo una duda. Si hay alguien por el pueblo aterrorizando a la gente, ¿por qué el alcalde no ha hecho nada?
-¿Cómo quieres que haga algo si no sé que pasa algo, rata?
-Oye, más respeto señor alcalde. ¿Así tratas a tu compañero judicial?
-Compañero judicial mis pelotas.
-Chicos, ¿podéis parar de pelear?- Luzu intervino entre la pequeña pelea entre Lolito y Fargan, mirándolos- Merlon dijo que solo aparece por las noches, por lo que tenemos todo un día par-
-¡MERLON CABRÓN!
-¡DEJA DE GOLPEARME!
Todos se giraron para ver a los dueños de la voz, observando la divertida escena de un Auron corriendo como alma que lleva el diablo por toda la zona del cartel mientras era perseguido por Merlon, el cuál le golpeaba con su puño.
Las risas no faltaron en sonar, despertando a Alexby que estaba a punto de dormirse sentado en el suelo, riéndose también del de naranja.
-¡PERO AYUDARME, CABRONES!
-Ahora te jodes, por molestar a Merlon.
-¡ME CAGO EN TUS MUERTOS RUB-
SrAuronPlay está sangrando...
Merlon empezó a caminar hacia su hogar mientras susurraba numerosas quejas del joven, dejando solos al grupo de héroes. Luzu se acercó al contrario para revivirle mientras seguía riendo, viendo cómo el resto caminaban ya hacia las escaleras.
-¿Esos bichos darán buenas recompensas?- Fargan juntó sus manos mientras sonreía con malicia, pisando el primer escalón.
-Bueno Fargan, ¿ahora quién es la rat-
¡BOOOM!
Vegetta777 está sangrando...
Fargan está sangrando...
WillyRex está sangrando...
Rubius está sangrando...
Lolito está sangrando...
Mangel está sangrando...
-... Hey chicos, esperadme.- Alexby vio el cuerpo de sus compañeros tirados por el suelo alrededor de un enorme boquete formado por una mina,para luego bajar por las escaleras junto con Auron y Luzu.
-Alesby, vamos compañero, ayuda. ¡ALEX!
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El camino hasta el bosque donde comenzaba su misión fue ruidoso, sobre todo por los gritos de culpa que se echaban los chicos entre sí. Vegetta iba al frente, frotando sus ojos frustado mientras se repetía "como niños pequeños". Auron aprovechaba para meter más leña al fuego, ignorando las advertencias de Luzu.
-Vamos Willy, confiesa de una vez.
-Que yo no he sido, rata. No soy tan tonto como para caer en mi propia trampa, a diferencia de tí.
-Eso lo hiciste para no levantar sospechas. Creo que vi a Willy colocarse muchas veces en la escalera.
-Auron, para ya, vas a hacer que haya otra muerte.
-Para una vez que consigo llegar al nivel treinta.- lloriqueó Mangel, sintiendo la mano de Rubius sobar su espalda para apoyarle.
-Ya ves, hay que ser mala gente para hacer eso.
-Alexby fue el último en llegar y encima no sufrió nada. ¿No es sospechoso?
-Tío, no puedo ni con mi vida, ¿cómo voy a colocar una mina y encima acordarme del lugar exacto en donde la coloqué?- el de casco respondió al de pelo naranja mientras caminaba unos metros atrás del resto, casi arrastrando los pies. Lamentaba haber estado arreglando su huerto de patatas en vez de dormir, pero ahora debía joderse y hacer la misión con sueño.
-¿Podéis simplemente estar calladitos?- Vegetta giró su rostro para verles de manera severa, chocando contra un árbol al no estar atento por dónde caminaba.
La risa del grupo de héroes no faltó en sonar.
Luzu se rió durante unos segundos, para luego mirar al suelo, pensativo. Desde que hablaron con Merlon no se había quitado de la cabeza una cosa, que al parecer una sombra misteriosa andaba por el pueblo por las noches. ¿Sería la misma figura que se encontró y peleó anoche?
Sus pensamientos se detuvieron al escuchar el (agudo) grito del de pantalones morados, mientras mandaba al resto mirar hacia el frente. Ahí se hallaba una de las decenas de montañas que había en los bosques de Karmaland, pero este tenía bastantes... peculiaridades.
Un río bastante ancho rodeaba la base de la montaña, el cuál aparecía y desaparecía del bosque, seguramente viajando hasta el mar. Una enorme cueva era lo que más llamaba la atención, una entrada con perfecta forma de arco que debía haber hecho alguien a mano. Había muchas enredaderas que colgaban de los lados, subiendo hasta la mitad de la alta montaña donde se divisaba otra gran entrada como la primera. La montaña era de tierra y piedra, con algunos bloques de cuarzo esparcidos de manera aleatoria.
-Muy bien, haremos lo siguiente. Willy y yo iremos por la entrada principal, Lolito y Fargan subirán las enredaderas hasta llegar a la de arriba y entrar por ahí, Auron y Luzu seguirán el río por la izquierda para ver si hay alguna otra entrada, y Rubius, Alexby y Mangel harán lo mismo por la derecha. Si no encontráis nada, vais por la principal. ¿Todos de acuerdo?
-¡El alcalde aprueba esto!
Una vez hecho los grupos y las tareas, cada uno empezó su misión, separándose para dirigirse a los lugares asignados.
Unos brillantes ojos dorados los observó escondido entre las sombras de los árboles, esperando pacientemente para vigilar cada uno de sus pasos.
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-Bueno Vegetta, escogiste la mejor entrada de todas.- el chico de boina verde iluminó la cueva con una antorcha en su mano izquierda, estando siempre atento a su alrededor con espada en mano.
-Chiqui, siempre íbamos por cuevas en los viejos tiempos, ¿por qué te quejas ahora?
-¿Ahora te ha dado por llamar a todos así? Vegetta, tienes que decidir de una vez de entre los ocho.
-Qué gracioso eres Willy, deberías haber sido cómico.
-Pues sí la verdad, por que mi vida es un chiste.
Ambos amigos empezaron a reír, sin detenerse en ningún momento. El de prenda morada iba al frente, empuñando su espada mientras al igual que el contrario iluminaba con una antorcha el camino. Se oía a lo lejos el ruido de gotas de agua caer desde el techo hasta el suelo junto con el de algún murciélago que pasaba por ahí. Era una escena típica de película de terror, solamente faltaba la niebla tenebrosa en el suelo para que así saliera una mano huesuda y te agarrara el tobillo.
Fueron 20 minutos en los que no pasó nada, simplemente caminaron mientras se detenían al encontrar alguna que otra mena de oro y hasta diamante, repartiéndolo a la mitad. Por suerte para ambos, que ya estaban empezando a aburrirse, entraron a una especie de caverna bastante grande, repleta de mobs bastante fuertes. ¿Cómo no los habían escuchado antes? Hasta ahora el camino había sido silencioso y tranquilo.
-¿Tú derecha y yo izquierda, Willy?
-¿Qué tal mejor cada uno a por quien quiera?
-Me parece bien.
Un fuerte grito de guerra salió de sus gargantas para seguidamente empezar a luchar.
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-Joder tío, tengo la plantita esa hasta en el culo.
-Normal, te enredaste tanto que parecías "el hombre planta".
-Fargan, la próxima vez di algo que no de vergüenza ajena, es que ni hacer una puya sabes.
-Cállate, al menos yo no desaparezco más de un mes sin dar señales de vida.
-A eso se le llama ser rata.
El alcalde y el policía se miraron fijamente durante un segundo, retomando la caminata que estaban haciendo en la pequeña entrada a la cueva que se encontraba en la mitad de la montaña, después de escalar las enredaderas que la rodeaban. No hubo grandes acontecimientos, solo esos dos bromistas hablando mientras caminaban, alumbrando la zona con unas antorchas. Lolito intentaba distraerse hablando (metiéndose) con Fargan, haciendo sus mayores esfuerzos por no empezar a preocuparse por Mangel. Él era bueno luchando, y con él estaban dos de sus mejores amigos, no debía preocuparse de nada, pero por desgracia no podía. ¿Estaba siendo demasiado paranoico? Seguramente, por algo iba al psicólogo.
-¿Sabes, Lolito? Últimamente estás muy tranquilo.
-¿A qué te refieres?- el de pelo naranja alzó una ceja mientras miraba al de máscara, iluminándolo con la antorcha.
-Bueno, ya no eres el... Lolito perturbante, además de que no estás todo el día pegado como una lapa a Mangel.
-Ya os he dicho que me estoy reformando- el alcalde se señaló el pecho con orgullo, sonriendo. De alguna manera, esas palabras le habían ayudado a relajarse un poco. Auron le dijo que confiara, y eso haría-. Cada diamante que le doy a Auron merece la pena.
-¿Pagas tus sesiones del psicólogo pero no al servicio de policía? ¡Corrupto!
-Claro, lo que digas chaval.
-¡Alto! ¡Policía!- y ahí estaba, la dichosa porra que tenía loco a medio pueblo.
-Jodeeeer, espero que a ti te vaya mejor, mi niña.
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La luz de las antorchas en su mano alumbraba con levedad la zona, caminando tranquilamente por la gruta que habían encontrado Auron y él pasados el río.
-¡Mierda! Deja de colocar las putas antorchas, coño.
El de sudadera negro soltó una risa al escuchar la protesta del contrario, seguramente a causa de colocar sin querer algunas antorchas por el suelo y la pared. Siguió caminando en silencio, mirando pensativo al suelo mientras ese recuerdo de antes volvía a su cabeza. Era posible que la criatura que le atacó anoche no fuera más que un mob mamadísimo que aparecen aleatoriamente por el pueblo, lo que explicaría su tremenda rapidez y agilidad, pero esa otra idea de que fuera la sombra que los aldeanos mencionaban seguía ahí, taladrando su mente sin descanso.
Su mano libre agarró su brazo, temblando levemente al acordarse de ese momento anoche, de como de un solo golpe casi lo mataba. Sintió miedo, recordando aquellos ojos dorados mirándolo fijamente. Recordaba cómo su corazón latía a una velocidad sobrehumana, casi a punto de salir de su pecho, de cómo su mente se nublaba en segundos ante esa situación de posiblemente vida o muerte.
-Luzu, mi niño, ¿estás bien?- Auron apoyó su mano en el hombro ajeno, mirándolo con un gesto de preocupación.
-¿Eh? Ah, sí, estoy bien, es solo que...- Luzu miró hacia un lado, aún caminando por la caverna- Estaba recordando una cosa, nada más.
-¿Seguro? Sabes que si necesitas hablar de algo puedes pedirme consulta cuando quieras- el contrario sonrió de lado mientras guiñaba un ojo, haciendo reír al contrario-. Pero enserio, estás más callado que de costumbre.
-De verdad que no es nada, solo me acordé de algo, nada más.
Ambos se detuvieron para matar a unas arañas que habían aparecido de repente, el de piel naranja con su espada 'La Saqueadora' y el castaño con su arco. Avanzaron una vez despejaron la zona, encontrándose con algo sorprendente al final de la pequeña cueva.
-¡Pero si esto es Mordor!
Sí, una enorme caverna repleta de monstruos.
-Bueno bueno bueno, la de experiencia que voy a tener.- Auron soltó una risa divertida, lanzándose de cabeza hacia los mobs.
Luzu negó con diversión, tensando su arco para empezar a disparar a los enemigos.
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-Rubiuh, ¿estás seguro que es por aquí?
-Bueno, era la única entrada que había, ¿no?
-Cerrar la boca joder, que estoy durmiendo.
-Uy, perdone señorito.
Mangel rodó los ojos mientras seguía alumbrando con tranquilidad, dejando que sus amigos empezaran a discutir. Tras separarse del grupo, siguieron el río como acordaron, encontrándose con que el río se adentraba en la montaña a través de una pequeña cueva en la falda de la zona. Los tres decidieron ir por ese río que se adentraba en las profundas y oscuras entrañas de la montaña en barca, jugando a suertes quién remaría, perdiendo el de gorro de oso.
Mangel estaba al frente, iluminando la zona con una antorcha en mano mientras Alexby, en la parte de atrás, utilizaba sus brazos como almohada y dormía un rato, dejando al albino remar.
-Oye Mangel, todo va bien con Lolito, ¿no?
El de gafas suspiró, viendo al más alto mientras estiraba los brazos.
-Pues claro, illo. Últimamente está todo muy calmao'.
-Me alegro, eso está bien.
Ambos sonrieron, volviendo a mirar a los alrededores por si aparecían monstruos con los ronquidos de Alexby de fondo.
-¿Sabes? Vege me ayudó a hacer una casita en el árbol que había al lado de mi casa. Cuando terminemos la misión, ¿te apetece pasarte un rato y charlar?
-Claro, hace tiempo que no voy a tu casa. ¿Habrá vinito barato de Lusu?
-Habrá vinito barato de Lusu. ¿Qué clase de noche salvaje sería sin vinito barato del gran Luzu?
-Macho, cerrad la boca, que quiero dormir.
Los más altos empezaron a reír mientras el menor les pegaba con su porra de policía, siguiendo navegando por el río con el eco constante de la sirena de policía por los golpes. Después de unos minutos, la barca chocó contra algo, una orilla de piedra que daba final pequeño río .
-Ostia, esto está repleto de bichos.
Una gruta de un tamaño bastante grande apareció en sus narices, una explanada con pequeñas montañas de piedra e iluminado con algunas antorchas colocadas por el sitio.
-¿Habrán llegado el resto aquí?
-Lo dudo Alex, si no estaríamos escuchando los 'yepa' de Lolito y los gritos de niña de Vegetta.
-Mangel, no me esperaba escuchar eso de ti. De Alexby sí, pero no de ti.
-¡Hey!
-Bueno, ¿qué hacemos? ¿Esperamos a que vengan los otros?- el albino sacó su espada mientras mataba a un esqueleto que se acercaba, empezando a adentrarse en el terrero dejando atrás a los otros dos.
-Tengo una idea, ¿y si somos útiles y exploramos en vez de esperar a que caigan mágicamente del cielo?
-Alexby, no era necesario ese sarcasmo. No me refiero a eso, obviamente no aparecerán del cielo de repente, pero a lo mejor ya-
-¡COÑOOOOOOOOOOOO!
Los tres compañeros se miraron confusos ante aquel grito, seguido de un fuerte golpe de algo grande chocar contra agua, seguramente algún lago o charco.
-¿Qué ha sido eso?
-Tíos, ahí, justo delante.
Rubius señaló a un punto en específico de la gruta mientra subía a un pequeño montículo de piedra de unos diez bloques de altura. Los más bajos se acercaron al contrario, viendo cómo este señalaba a una especie de lago a unos metros de distancia, en donde dos figuras humanas empezaban a salir de él. El grupo salió corriendo hacia el lago, siendo cuidadosos de no dejarse atacar por los mobs que empezaban a acercarse debido al alboroto.
-Chaval, eso fue intenso.
Lolito salió del lago mientras estrujaba su coleta para quitar el exceso de agua. Inmediatamente también salió Fargan, escupiendo un chorro de agua que había tragado por la caída, poniendo cara de perro enfadado mientras se sacudía para secarse.
-¿Estáis bien?- los chicos llegaron hasta estar a su lado, mirando al dúo con una pequeña sonrisa en su rostro.
-Sí, por suerte caímos en agua.- el de pelo largo terminó de quitarse el exceso de agua del pelo, haciendo ahora lo mismo pero con su ropa mientras miraba a Rubius y a Mangel. Sí, solo a ellos, ya que Alexby estaba a unos metros acabando con unos zombies y esqueletos.
-Eso pasa por no iluminar el piso, que no vemos una grieta gigante en mitad del camino.
-Eras tú el que iba delante, fue tu culpa.
-Oye, de eso nada, tú llevabas una antorcha en cada mano, iluminaban el doble.
-¿Qué sentido tiene eso?
-No lo sé mi niña, pero fue su culpa.
-¡Oye, no me vendría mal un poco de ayuda!
'Es verdad, Alexby', pensaron todos mientras se volteaban para mirarle.
El más bajo se encontraba rodeado de mobs, la mayoría de ellos zombies que intentaban como podían llegar hasta el contrario, estirando sus brazos para pegarle. El de casco sujetaba con fuerza su espada, concentrándose en esquivar a los enemigos que se acercaban y en darles varios golpes con su espada. Los flechazos que recibía gracias a los esqueletos no le ayudaban mucho, y ya estaba empezando a cansarse al tener la vida casi a la mitad.
-Ahora mismo vamos, compañero.- Fargan sacó su espada, corriendo con rapidez hacia donde estaba su amigo mientras se hacía paso en medio de los zombies. No tardaron el resto en seguir su ejemplo, corriendo de cabeza hacia los bichos para ayudar al amante de Star Wars.
La mayoría morían de dos o tres golpes, siendo fácil al principio, pero al pasar los minutos peleando juntos contra esos seres, se les complicó la situación. Les superaban en número, y por mucho. Mangel iluminaba a sus alrededores para intentar evitar que más bichos de esos aparecieran, matando a los creeper que, por alguna razón, solo se acercaban a él.
-¡Alexby, detrás de ti!
El nombrado se dio la vuelta ante el grito, viendo a un zombie mamadísimo, como decían, a menos de un metro de distancia, uno de esos que de un hostiazo de bajan cuatro corazones, y esos eran los que le quedaban a Alexby.
'Estoy muertísimo.'
Cerró los ojos, esperando a que lo matase, pero el sonido de una flecha atravesando el aire y seguidamente las quejas del monstruo verde le hizo abrir los ojos, observando a unos 20 metros, encima de una mini colina de piedra, un sonriente Luzu apuntando con su arco al zombie, el cuál empezó a quemarse.
-Hi, bitches.
Una brillante espada atravesó la carne podrida de otro zombie a punto de atacar al Rubius, mandándolo lejos mientras dejaba ver a un sonriente Auron el cuál hacía una total pose de héroe de videojuego.
-Ya llegué, cerdos.
Alexby y Rubius juraron escuchar cantos angelicales en ese preciso momento, incluso podían ver esos rayos de luz blanca detrás de ambos héroes como si fueran Dios. Luzu dio un salto, acercándose a la batalla sin dejar de disparar flechas.
-¿Estás bien, Alex?- Luzu se acercó al contrario, el cuál aprovechó la calma para empezar a comer unas cuantas patatas.
-Es que sin nosotros no podéis vivir- el de piel naranja empezó a bromear sin dejar en ningún momento su masacre de mobs, sonriendo al ver cómo subía rápido de nivel-. Uff, al llegar a casa me encantaré la pechera.
-Mano derecha, nunca me alegré tanto de verte- Lolito le dio unas palmaditas amistosas en la espalda, mirando su ex-espada-. Qué, te ha flipao mi espada,¿verdad?
-Lo digo enserio Lolito, voy a casarme con ella. Es que debería ser ilegal estar tan mamadísimo. ¡Ja, chupaos esa Dioses, vuestros rayos no me dan aquí abajo! ¿Quién ríe ahora, eh?Pues yo, jajajajaja. Venga, lanzarme un rayo si podéis.
-Auron, por favor- Luzu le miró seriamente mientras rodaba los ojos, acabando con un niño zombie que le intentaba atacar-. Seriedad.
-Pero si esto es súper fácil. ¿No tenéis nada más fuerte que esto?
-Illo, no deberías decir esas cosas en voz alta.
-¿Por qué lo dices?
Mangel señaló a lo alto de una colina bastante más alta, ganando la mirada del resto. Allí se encontraba unas figuras misteriosas, como una especie de palos con cabezas pero totalmente negros, mostrando unos blancos y afilados dientes a través de esa sonrisa espeluznante. Se quedaron quietos, observando a los guerreros, para luego lanzarse hacia ellos rápidamente.
El primer ataque les fue fácil evitarlo, pero el segundo ya no, recibiendo un zarpazo de una largas y afiladas garras que salían de cualquier sitio de esas cosas, eran como tinta.
-Joder.
3 corazones, les quitó a todos tres corazones, y el espadazo que se comió una de esas cosas por parte de Auron no hizo básicamente nada, ni 'La Saqueadora' les importó.
El de sudadera blanca lamentaba profundamente haber dicho esas palabras.
-Los dioses me odian.
-Y no son los únicos ahora mismo.
Rubius alzó su espada, preparado para luchar con, exactamente, cinco especie de sombras de tinta que tenían una vida y ataques bastante altos. Sabían que iban a sufrir, pero no podían rendirse.
-¡AQUÍ LLEGA LA CABALLERÍAAA!
Un flechazo dio de lleno en el "rostro" de uno de los monstruos, apareciendo de la nada un Vegetta con un arco apuntando a los bichos, sonriendo con seguridad.
-Aquí estamos para ayudar.- Willy no fue menos, colocándose al lado del resto mientras sacaba unas TNT y un mechero mostrando una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Lo sabía, tú fuiste el de la mina!
-Fargan, no es el momento.
-No os preocupéis, Arquerogetta está aquí.
Todos se giraron para ver al amante de morado con cara de '¿enserio?', ignorando por un momento a los monstruos, los cuales empezaban a multiplicarse en número, empezando a rodear a los 9 héroes.
-¿Serán estos los bichos que mencionó Merlon?- Mangel observó a los, aproximadamente, 15 monstruos que los rodeaban, mostrando esos afilados dientes que formaban una forzosa sonrisa.
-Supongo que sí, o serán los enemigos que vienen antes del jefe final. Sea como sea, hay que acabar rápido con esto, se multiplican como conejos.
-¿La expresión no es 'se reproducen como conejos'?
-Y yo que sé si estas cosas follan, digo lo que quiero y punto.
-Vale, tranquilo Auron.
Vegetta suspiró cansado ante la pequeña'discusión' entre Auron y Alexby, volviendo a mirar fijamente a los monstruos. Se quedaron así por un largo segundo, casi parecía interminable, hasta que esas cosas se lanzaron sobre los chicos para atacar.
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