.Cap 10.
No se lo podía creer, no podía estar sucediendo esto.
Pensaba que ya era surrealista el empezar la escuela a la semana de mudarse a una nueva ciudad con los que ahora iban a ser sus nuevos padres, pero ahora sabía que era peor el estar en un enorme centro comercial totalmente desconocido para él comprando material escolar.
No le gustaba esa tienda, estaba lleno de adolescentes que no paraban de gritar como si estuvieran en un bar, se suponía que debían comportarse. Hasta el pequeño azabache a su lado se portaba mejor que ellos.
Espera, ¿y el menor?
Miró asustado a su alrededor, suspirando al ver a su, ahora, hermano menor parado delante de un maniquí, llevando su índice derecho a su boca.
-A€$%, no salgas corriendo- el mayor se acercó al de piel blanca, cruzándose de brazos- puedes perderte, y la bronca me la llevaría yo.
-R×=%, ¿qué es esto?- el menor ignoró por completo la charla, agarrando una prenda que había encima de los muebles de la tienda, extendiéndola para que lo viera el mayor. Le llamaba la atención.
-Se llama falda- el mayor ladeó confuso la cabeza, es cierto que en el orfanato las niñas no solían llevar faldas o vestidos, únicamente las cuidadoras de vez en cuando y siempre por debajo de las rodillas, órdenes estrictas de la hermana Rita, una lunática que fue criada en un orfanato cristiano, pero, vamos, todo el mundo sabía que eso era una falda, no era necesario ser ingeniero, ¿no?-. Es como un pantalón, pero más fresco.
-Es bonita- el azabache sonrió, poniendo la prenda por encima de su cadera para verse en el espejo-. Mira R%÷=, ¿me queda bien?
-Pues la verdad es que es de ch-
El mayor se calló al escuchar unas risas en la puerta de la entrada, frunciendo enfadado el ceño al ver a unos niños que recordaba ver en su escuela señalando al azabache.
-Vaya, chico nuevo, no sabía que tenías un hermano marica.
Los chicos se rieron con burla, saliendo de la tienda haciendo un escándalo. El castaño bufó molesto, girándose para ver el rostro decaído del menor, el cuál miraba al suelo apenado.
-Eso... era un insulto, ¿verdad?
-No les hagas caso a esos cara botellas.
El pequeño suspiró, dejando la prenda en su sitio. No quería que el mayor recibiera burlas por su culpa, ni tampoco que le llamasen de esa manera. No entendía el porqué se rieron de él, pero supuso que era por la falda.
¿Hizo mal al verse interesado en ella? ¿Hizo algo que no debería?
-Lo siento, yo no quería...
-Hey, mírame.
El menor levantó la mirada, viendo al mayor agacharse para estar a su altura, mirándolo serio.
-No pidas perdón, no hiciste nada malo- el de piel blanca hizo un puchero de pena, mirando a un costado-, ellos son los idiotas que se comportan como gorrinos en medio de un matadero.
-¿Qué es un matadero?
-Luego te explico- el mayor negó con la cabeza, agarrando la prenda que hace nada tenía su hermano-. Ahora escúchame, ¿te gustó la falda?
-Pues... sí, pero...- jugó con sus manos, nervioso.
-Pues eso es lo único que debe importarte. Da igual lo que los demás te digan, siempre debes hacer lo que quieres, mientras entre en lo legal. Si quieres comprar esto, vas donde mamá y se lo dices, ¿vale?
-Vale... supongo.
-Solo debe importarte tu opinión. Repite.
-Solo mi opinión.
-No no no, entero, palabra a palabra.
-Solo debe importarme... mi opinión.
-Muy bien- el mayor sonrió, sintiendo su pecho hincharse de orgullo al sentirse como todo un adulto-. Nadie te va a pagar nada ni te harán felices. Nunca dejes que nadie te diga qué debes hacer o que debe gustarte, y si alguien lo dice solamente diles que iré yo mismo a enseñarles mi ira española.
El menor vio cómo el castaño dejaba en sus manos la falda amarilla, observándola durante unos segundos. Sonrió, mirando ilusionado al mayor mientras soltaba una risita, corriendo hasta la fila donde estaba su madre comprando algunas camisas y pantalones para sus hijos. El castaño se levantó, sonriendo orgulloso al ver al azabache animado.
-Vaya, hasta eres un buen hermano y todo.- el castaño se giró para ver al moreno, el cuál sonreía de lado. Al final su vecino resultó ser bastante gracioso y divertido.
-Obviamente, soy el mejor- el moreno soltó una risa al ver la pose de orgullo del menor, señalándose-. ¿Qué te esperabas?
-Que directamente les hubieras partido la cara- ambos soltaron una risa, saliendo de la tienda al ver cómo sus madres empezaban a charlar entre ellas, alzando la mano en señal de que podían hacer lo que quisieran-. Por cierto, no me esperaba que fuera tan inseguro.- el castaño supo que se refería al menor, no había que ser muy inteligente.
-Ya sabes, pequeño inseguro con una mala hostia que flipas, pero le dejas ser libre y es como un conejito saltando feliz por la pradera, como yo.
-¿Tú, un conejo feliz? Serías más la típica paloma sin pie.
-¡Hey!
Ambos soltaron una risa ante esa charla, dándose unos golpes en el hombro a modo de broma.
-Oye, han abierto unos recreativos por aquí, ¿vienes a jugar un rato?
-Soy tu hombre- el menor le guiñó un ojo, corriendo hacia su madre para pedirle algo de dinero para jugar, volviendo con unos billetes en su mano y siendo acompañado por el pequeño azabache-. No pasa nada si él también viene, ¿no?
-Claro que no, el enano siempre es bienvenido.- el mayor soltó una risa cuando el menor le dio un golpe en el brazo, inflando enfadado las mejillas por el apodo. Le revolvió el pelo con diversión, juego que rápidamente el castaño imitó para molestar al bajito.
-¡Parad, no soy enano!- gritó enfadado el de piel blanca, saliendo corriendo de allí para subir a las escaleras mecánicas.
-¡A%÷€+£÷%=, vuelve aquí ahora mismo!
-¡Oblígame!
El moreno empezó a partirse de risa por la escena, corriendo detrás de sus vecinos y amigos para ir a la planta superior del supermercado. Les caía bien, se divertía con ellos y se olvidaba de las cosas malas de su vida.
Por ejemplo, no se acordaba de la 'cita' que estaba teniendo su padre en casa con aquella madre de un compañero de su clase.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Mangel estaba ahora mismo en una situación que no se creía que iba a tener nunca. Bueno, o eso cree.
Sintió los brazos de Lolito alejarse de sus hombros, separándose del abrazo mientras le miraba sonriente, sin poder evitar contener la emoción. El de gafas le imitó, sin dejar nunca de sonreír. Recordaba algo de su pasado, recordaba al de pelo largo, su imagen de él a los 10 años le vino de repente junto con algunos recuerdos vagos de su tiempo con él.
Recordaba correr en medio de una especie de patio con él, recordaba una especie de perro de peluche y un coche de figuritas, juguetes que usaban ambos para jugar, recordaba una pelea donde Lolito salió a defenderle, acabando con ambos luchadores con un corte en el labio y su nariz sangrando por los golpes.
-Manuel...- susurró el castaño feliz, ese era el nombre del mayor, seguramente Lolito sería un apodo o algo similar.
-Miguel Ángel...- el ojiverde no dejó de mirarle, ante sus ojos tenía al mismo niño de 9 años tímido pero amigable, aquel castaño de gafas y cinta en el pelo que él mismo le dio, recordaba esa promesa, la promesa de ayudarle en algo que, al parecer, nunca logró cumplirlo.
El tiempo parecía pasar a cámara lenta, como si de repente los segundos dejaran de pasar. No se lo podían creer, era algo que... no sabían cómo explicarlo.
-¿Qué está pasando?- Fargan ladeó la cabeza confuso, mirando a la parejita sin entender nada- ¿Quiénes son Manuel y Miguel Ángel?
-Son ellos, subnormal.- dijo Auron señalando a los nombrados, sonriendo al ver a Luzu negando decepcionado con la cabeza mientras susurraba "idiot".
-¿Qué?
-Fargan, han recordado su pasado, parguela- esta vez fue Alexby quien habló, comiendo un trozo de pan de la mesa al empezar a sentir hambre-. Hey, parejita, ¿podemos ir a comer ya? Tengo hambre.
Lolito y Mangel parecieron salir de su burbuja, girándose para ver al resto. Soltaron una risa, acercándose a sus amigos para empezar a comer todos juntos.
El resto del día pasó con normalidad, terminaron de hacer sus tareas y pasaron la tarde libre, los nueve juntos en el patio interior haciendo cualquier tontería. En la cena dejaron que Mangel y Lolito prepararan la cena, ambos tenían bastante de qué hablar.
Eran cerca de las diez cuando, después de cenar unos sencillos espaguetis con filetes de ternera, cada uno se fue a su cuarto, listos para dormir. Luzu decidió ir con Alexby a su habitación para comprobar cómo estaban sus heridas junto con Auron, el cuál llevaba por si acaso otra poción. Lolito se quedó en la cocina comiendo las sobras de la cena junto con Fargan, mientras que Vegetta iba de camino a la habitación de Rubius.
-¿Rabis?- el ojimorado tocó con suavidad la puerta del menor, esperando una respuesta ajena.
-Pasa- el mayor hizo lo dicho, entrando al sitio mientras cerraba la puerta-. Gracias por venir, Vegetitta.
-Bueno, tú me llamaste- el ojimorado se cruzó de brazos, mirando al menor-. ¿Y bien?
-¿Y bien qué?
-¿Para qué me querías, cabezón?- Vegetta se frotó el puente de la nariz cansado, mirando seriamente al híbrido.
-Ah, eso- el falso albino sonrió divertido, moviendo sus orejas mientras se levantaba de la cama, acercándose a uno de sus armarios-. Verás Vege, la puerta no cierra bien, y como siempre dices que eres el único que sabe hacer bien las cosas, pues...- Rubius alargó la 'e' mientras miraba hacia un costado, subiendo los hombros.
Vegetta suspiró, acercándose al armario para abrir las puertas. Enseguida se dio cuenta de lo que pasaba, una de las bisagras de la puerta izquierda estaba oxidada, haciendo más difícil el abrir y cerrar.
-Muy bien, es fácil, solo necesito ir a por mis herramientas.
-Voy yo si quieres.
El más alto soltó una risa al ver al mayor girando su cabeza cual búho para verle sorprendido.
-¿Que tú... qué?
-Voy a la cocina a robar algo de la despensa, me queda de camino.
-Estás raro.
-Joder macho, cuando duermo te quejas, y cuando soy productivo también. El día en que me suicide te quejarás de que estoy muerto.
-Deja de decir tonterías y ve a por mis cosas, anda- Vegetta suspiró fastidiado, viendo al menor salir de su cuarto mientras estiraba los brazos-. ¡Y no te duermas!
Rubius rió, caminando primero hacia el almacén para agarrar las cosas de Vegetta, una pequeña mochila morada en donde normalmente guardaba todo. Con este objeto en su hombro, se dirigió directamente a su cuarto.
Willy le debía una por hacerle caminar tanto.
Llegó a su habitación, tirando la mochila al lado del mayor mientras se tiraba a la espalda del ojimorado, cerrando los ojos mientras dejaba todo su peso en la espalda descubierta ajena.
-Chaval, ¿qué haces?
-Tranquilo Vegetitta, solo necesito descansar.
-¿Puedes usar tu cama y no mi cuerpo?
-¿Tienes miedo de que te viole, Vegetitta? Qué pereza, para eso mejor voy donde Fargan.
El mayor suspiró, abriendo la mochila para sacar su herramienta favorita, quitando el objeto oxidado.
-Prefieres que te violen a ser el violador, qué raro eres tío.
-Estoy bromeando hombre.
-Ya lo sé.
El híbrido suspiró, abrazando el cuello ajeno mientras sonreía al escuchar los suspiros de fastidio de Vegetta. Era divertido molestar al de túnica morada, era como el hermano mayor al que siempre le molestan por simple diversión.
Era tarea era fácil para Rubius, decir sus tonterías para darle charla a su amigo, tirándole unos cuantos piropos para que estuviera de buen humor y se quedara. Además se entretenía.
A veces agradecía los favores que le pedía Willy.
Mientras tanto, Auron suspiraba molesto mientras intentaba tranquilizarse, juntando las palmas de sus manos en un vago intento de relajación.
-Vamos Alexbitas, debemos ver el estado de tus manos- Luzu intentaba hacerle entrar en razón, pero nada funcionaba-. Alex please.
-Que no coño, suéltame- el azabache intentaba soltarse del agarre ajeno sin éxito, negándose a mirarles a la cara-. Ya déjame Luzu.
-Alexby, deberías estar agradecido por que todos estén preocupados por ti y te den atención, yo lo estaría- Auron vio preocupado el rostro serio del mayor, mordiéndose los labios mientras decía eso, la parte buena es que el contrario se relajó-. Ahora para quieto y déjame ver tus manos.
-Pierdes el tiempo.
Por fin Luzu pudo comprobar el estado de sus manos, por suerte ya estaban básicamente curadas, algún que otro arañazo cerca de la muñeca pero nada grave. Movía sus dedos con normalidad, sin ningún dolor o herida. Al verle sano, Luzu se despidió de ambos, yendo a su habitación para guardar las cosas.
-Muy bien cara nabo, explícate.
-Cara nabo tu puta madre.
-Alexby, enserio, ¿qué cojones pasó?- el nombrado simplemente suspiró molesto, tumbándose en su cama mientras daba la espalda al contrario.
-Ya lo dije joder, me enfadé y reventé el espejo.
-¿Seguro?
-¿Por qué tanta preocupación de repente?
Auron soltó un bufido molesto, caminando hacia la puerta.
-Muy bien, haz lo que te salga de los cojones, luego no te pongas en plan Luzu quejándote de que pasamos de tu culo. Descansa y todas esas mierdas.
Escuchó el sonido de la puerta cerrándose con fuerza, para luego reinar el silencio. Suspiró, acomodándose mientras se abrazaba a sí mismo mientras miraba hacia la nada, necesitaba desconectar del mundo por un rato.
Mangel estaba preparándose para ir a dormir, dejando sus gafas y cinta en la mesilla de noche que había al lado de su cama. Estaba a punto de tumbarse en ella cuando el golpeteo de su puerta le llamó la atención. Se acercó a esta para abrirla, sintiendo su respiración cortarse al ver de pie a un sonriente Willy.
No le gustaba ese rostro tan... feliz.
-Buenas noches Mangel, ¿te pillo ocupado?
-No- respondió secamente el castaño, sintiendo de repente un extraño vacío en su pecho-. ¿Necesitas algo?
-Pues... sí, ahora que preguntas. Quería hablar contigo- el albino sonrió como un niño inocente, demostrando que no tenía planeado hacer nada malo-, pero si no puedes lo podemos dejar para mañana.
-No, pasa- el castaño se hizo a un lado para dejarle pasar, cerrando la puerta cuando estuvo dentro-. Lo siento, solo puedo ofrecerte agua embotellada.
-Tranquilo, acabamos de cenar, no quiero nada.
Willy caminó por la habitación del mayor, sonriendo mientras se sentaba en la cama ajena.
-Muy bien Willy, vamos al grano, ¿qué quieres?
-Vaya, qué directo, ¿qué pasó con el Mangel de antes? Recordar a Lolito no te sentó bien.- el menor se tumbó boca arriba, estirando los brazos mientras hacía una especie de mueca de duda.
-¿Sabes que esa pose te hace ver... muy prostituta?
-Al parecer todos os habéis puesto de acuerdo en llamarme así.
-Hombre, solo te falta abrirte de piernas para terminar la imagen.- dijo Mangel señalando al contrario, el cuál empezó a reír.
El mayor ladeó la cabeza confuso, ¿se lo tomaba como una broma? Ni él mismo sabía con qué intención lo dijo.
Willy volvió a sentarse en la cama, apoyando la palma de sus manos en la cama mientras le miraba sonriente, muy confiado en sí mismo.
Demasiado confiado.
Mangel sintió su piel erizarse, empezando a invadirle una sensación de incomodidad por esta situación. Sin embargo, no lo demostró abiertamente, luciendo relajado y tranquilo.
¿Cómo sabía fingir tan bien? Se sentía demasiado... familiar.
-Verás Mangel, me gustaría hablar contigo, de amigo a amigo- el albino subió los hombros al decir esto, sonriendo con tranquilidad-. Nuestra situación es... complicada, y a lo mejor tú eres la clave para que recordemos nuestra vida pasada.
-No recuerdo mi vida perfectamente, solo... algunos recuerdos de mi infancia con Lolito- el castaño miró a un costado, frunciendo levemente el ceño-. Sin embargo, lo que comentó Luzu es cierto, siento...
-¿Emociones?- el mayor se giró para ver al albino, el cuál ladeó la cabeza- Sí, todos sentimos cosas de suponemos fue de nuestra otra vida. Ansiedad, inseguridad... miedo.
-¿Y tú qué sientes, Willy?- Mangel se acercó al contrario, quedando a una distancia prudente del menor mientras le miraba fijamente- Tú también debes sentir esas cosas. ¿Qué escondes debajo de esa cara sonriente?
Willy le miró fijamente, sonriendo de oreja a oreja. Eso extrañó al mayor, no se esperaba esa respuesta a su pregunta.
-¿Por qué debería contarte eso, amigo?
-Por la misma razón que yo os conté todo lo que sabía, para ayudarnos.
-Dudo que sea de mucha ayuda mis emociones.
-¿Quién sabe? Tal vez sea de ayuda.
-Je, fíjate, y yo que pensaba que lo dirías todo sin dudarlo. ¿Qué otras cosas escondes?
-Eso mismo te pregunto- por un momento el rostro de Mangel se volvió frío, caminando hacia la puerta tras mantener la mirada con el menor durante unos segundos-. Creo que hemos terminado, ¿no? Me gustaría dormir un poco, así que si me disculp-
El sorprendente abrazo que recibió por atrás le hizo congelarse, sin mover ningún músculo al sentir la respiración del albino en su cuello.
Quería alejarse, quería dejar de sentir ese contacto, quería dejar de sentir miedo.
-¿Qué pasa, Miguel Ángel? ¿No le das un abrazo de despedida a un amigo?- el menor ladeó la cabeza al sentir la respiración entrecortada del castaño, como si le costara respirar- ¿No te gustan los abrazos? Con Rubius no parecías nervioso. ¿Acaso te he hecho... recordar algo?
-Willy, vete.
El albino fingió una mueca de tristeza, alejándose del castaño.
-Confío en que no nos ocultarás nada, ¿verdad? Podríamos ser todos amigos.
Willy se alejó del lugar, caminando por el pasillo mientras soltaba un 'buenas noches' antes de desaparecer por el pasillo. Mangel se quedó quieto en la puerta durante unos segundos, para después cerrar la puerta de un golpe.
El de verde caminó contento hacia su habitación, había averiguado varias cosas en esos minutos. Al parecer Mangel tenía un lado más serio que el lado tímido y amigable que conocieron, seguramente tenía un pasado interesante, sin contar con la reacción que tuvo con el abrazo de antes.
¿Tendría la misma reacción que Alexby si lo llevaba al límite?
-Hombre Luzu, buenas noches- Willy sonrió al ver delante suya al castaño, cargando en su mano una antorcha para iluminar el oscuro pasillo de mármol que dirigía a las habitaciones-. Qué raro, sueles ser de los primeros en dormir.
-Hola Willy- saludó Luzu mientras alejaba la antorcha del menor, mirando con cierto temor a su alrededor-, solo voy al baño. ¿De dónde vienes?
-Fui a la cocina a por agua- Willy soltó un pequeño bostezo, sonriendo al ver la mueca del mayor-. ¿Qué ocurre?
-Tú nunca bebes agua antes de dormir.
-Y tú nunca sales cuando está oscuro. Hoy rompemos con costumbres, ¿no?
Luzu suspiró, apretando entre sus manos la antorcha.
-Es curioso, tengo la sensación de que hoy tuviste mucho... protagonismo.
-¿A qué te refieres?
-Nada, solo... se me hace curioso que fueras tú quien nos avisara del ataque de ira de Alexby. Cuando estuvo en la biblioteca rompiendo los libros junto con Auron no hiciste nada, es más, te uniste a romper las portada mientras ellos se encargaban de las hojas.
-Luzu, si no te conociera, diría que me estás acusando de algo.
-¿No es curioso que la habitación de Mangel sea la más cercana a la cocina?
El albino suspiró, siguiendo su camino.
-Esos celos son malos, Luzu. Si quieres que vayamos a verte, simplemente dilo y no mandes indirectas.
-Al menos a mí me vienen a ver, tú tienes que ir a buscar atención.
Ouch, golpe bajo.
Willy se detuvo, mirando al frente sin bajar la cabeza.
-Auron viene a pasar el tiempo conmigo para que no estalle de ira, Alexby se ofrece a ayudarme con los animales cuando no quiere estar solo, y Vegetta se ofrece a hacerme compañía cuando estoy decaído, como hace con todos. Tú tienes que acercarte, utilizar tus 'dotes' o lo que sea que tengas para estar con nosotros. Te tenía envidia, pero, ¿sabes qué fue lo que me hizo que dejara de tenerla?
Luzu tomó ese silencio como un sí.
-Ellos confían en mí, cosa que contigo no hacen. Siempre buscas algo a cambio, nunca haces nada sin sacar beneficios, ¿para qué estar con alguien que siempre debes estar alerta?
El silencio dominó por el pasillo durante unos segundos, escuchando únicamente el ruido de la antorcha chispeando con tranquilidad.
-Ain't no "I" in trouble, just the "U" since we met, 'Cause you're toxic, boy.
Tras decir eso, Luzu continuó su camino, dejando solo al albino en medio de la oscuridad. No se movió, manteniendo una expresión fría en su rostro.
Solo existe una persona que nunca va a traicionarte, tú mismo. Es la única compañía que necesitaba. No necesitaba a nadie más, ayudaría a sus amigos a poder tener su 'final feliz' por que se lo debían, les apreciaba en cierta forma, pero ahí llegaba todo. No necesitaba a nadie, estaba bien solo.
-... Estoy bien solo...
Empezó a rascarse la muñeca izquierda mientras caminaba a su habitación.
Yeeeeeeeepa, ¿qué tal, hermosos? He vuelto de mi letargo.
Tuve algunos contratiempos que me impidieron actualizar, pero por fin traigo nuevo cap.
Por cierto, me decepciona que nadie se diera cuenta que la conversación de Willy y Vegetta del anterior cap era la canción Stay de The Score en español 😔👊
Intentaré actualizar lo más pronto posible aprovechando las vacaciones, ya que en septiembre entraré a clases y seguramente no tenga tanto tiempo libre. Espero que os esté gustando el libro, y fijaros en los detalles, estoy dando pequeñas pistas de lo que pasó entre todos.
Os amodoro, hasta el siguiente cap~
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