28.

Llevaba poco tiempo teniendo la experiencia de vivir una vida similar a lo que llamaban vida familiar, pero aún con todo el ruido del gentío a mi alrededor reconocí el llanto y el lugar específico de donde provenía.

Cuando volteé, miré que unas señoras estaban tratando inútilmente de calmar a Do-Hyun, quien lloraba sin consuelo. Así que sin titubear me acerqué, lo arrebaté de sus brazos y lo cargué para continuar mi recorrido en busca de encontrar a Wonho y calmar mi corazón.

Me abrí paso en medio de la gente mientras escuchaba mi propia respiración forzada, como si mis pulmones estuvieran a punto de colapsar por la ansiedad que estaba viviendo, y finalmente lo encontré frente a la camioneta junto a un grupo de hombres que se habían reunido, tirando de la puerta del conductor, tratando de arrancarla desde fuera.

Por un momento mi corazón sintió una milésima porción de alivio, pero al ver hacia dentro pude ver a la chica llamada Soyoung que solía cuidar de Do-Hyun atrapada en el asiento del conductor, aparentemente inconsciente.

Al ver que la situación estaba sobrepasando mis límites, miré al niño en mis brazos quien ya se había calmado un poco y se aferraba a mí como si su vida dependiera de ello.

-Do-Hyun... -le llamé con la voz temblorosa. -¿Te duele algo? Dime, ¿te golpeaste en algún sitio?

El niño negó a mis preguntas moviendo la cabeza y después escondió su rostro en mi pecho, y en ese momento las sirenas de los vehículos de rescate se hicieron presentes en la escena.

-¡Soyoung! -gritaba Wonho tirando una y otra vez de aquella destruida puerta, intentando liberar a su amiga, pero no había nada que su débil fuerza pudiera hacer contra el metal, sobretodo porque el impacto fue justo en esa zona.

La gente hizo espacio para los rescatistas y Wonho fue apartado de ese lugar en contra de su voluntad, pese a que su cara estaba empapada de su propia sangre y de su brazo también caía una fina línea de aquel líquido.

-Wonho... -le llamé tocando su espalda. -Wonho, dejemos que ellos hagan el trabajo. -supliqué.

Él rompió en llanto y se sentó en el suelo húmedo a llorar, rompiendome el corazón.

Mi padre llegó a la escena y me ayudó a cargar al niño unos minutos, mientras un grupo de paramedicos revisaban al padre y al niño en busca de lesiones mayores, pero afortunadamente Do-Hyun no tenía ni un rasguño, y Wonho sólo tenía un pequeño corte en la cabeza y en el brazo, seguramente provocado por el roce de los vidrios rotos de la puerta del conductor.

Con la ayuda correcta, la chica fue sacada del auto y puesta inmediatamente en una ambulancia. Su brazo y su pie parecían haberse fracturado por el empuje del metal en el momento del choque y aunque estaba inconsciente no parecían haber heridas mayores que las fracturas.

Wonho subió a la ambulancia que la iba a transportar, y aunque no sabía si era permitido o no, yo también subí sabiendo que no podía dejarlo solo en un momento así, y porque además me sentía increíblemente culpable de todo.

Mi padre me hizo una señal para decirme que iba a seguir la ambulancia hacia el hospital, y me entregó al niño en brazos justo antes que cerraran las puertas.

De camino al hospital, Wonho lloraba silenciosamente al lado de la camilla mientras yo miraba al niño que estaba en mis brazos, todavía con la cara empapada de sus propias lágrimas y luciendo repentinamente somnoliento.

Al prestar más atención, me di cuenta que Wonho estaba vestido de traje y que se había puesto una corbata que combinaba con la mía, y el niño tenía puesto un traje que iba a juego con las corbatas. Parecía que todos nos habíamos preparado para pasar una gran noche inolvidable, y no precisamente en el sentido que la estabamos viviendo.

No sabía en qué momento había empezado a llorar, pero noté que estaba mojando con mis lágrimas la cara de Do-Hyun quien había logrado dormirse en mis brazos después de tremendo susto que se seguramente se llevó.

Cuando llegamos al hospital, la chica fue llevada con prisas a una sala aparte para atender sus fracturas, y nosotros fuimos llevados a otro sitio para que revisaran que todo estaba en orden.

Un pediatra revisó a Do-Hyun y aseguró que todo estaba bien con él, que lo único que le podía afectar había sido el susto y las cosas que vio, mientras que Wonho fue suturado en las heridas provocadas por el cristal, y le aplicaron medicamentos para el dolor causado por los hematomas de los golpes, ya que como era de esperarse, protegió al niño con su propio cuerpo al momento del impacto y no había sentido nada debido a la adrenalina del momento, sin embargo no era nada grave.

Mirando atrás en el tiempo no podía evitar sentirme culpable y los acompañé mientras esperabamos noticias de Soyoung. El niño durmió en la camilla junto a su padre, y yo... No podía dejar de sentirme como una mierda.

Si algo le hubiera pasado a su hijo por mí, ¿qué habría sido de él? ¿Qué habría sido de nosotros?

-No es tu culpa. -susurró una ronca voz mientras tocaba mis manos. -No tiene nada que ver contigo. Los accidentes ocurren.

En ese momento limpié mi desastrosa cara y miré a otro lado mientras trataba de recuperar mi cordura que dejé ir pensando que él seguía dormido por los medicamentos.

-Si yo no te hubiera dicho nada sobre esa cena... -dije con un hilo de voz que se desvaneció. -Ni siquiera era necesaria.

Su mano apretó la mía y quiso seguir hablando, cuando mi padre llegó al sitio con unas bolsas.

-Gracias al cielo que todos están bien. -dijo entrando a la sala. -Hablé con la policía, y al parecer el conductor del otro auto era un tipo que estaba huyendo de un atraco con un gran botín. Ni él ni su acompañante sobrevivieron al impacto. -maldije por lo bajo al conocer el contexto de la situación, pero mi papá tocó mi hombro en señal de apoyo. -Al parecer la chica ya está en una sala del hospital y los doctores me dijeron que está fuera de peligro. Deberías ir a verla, ya que Wonho no puede ahora mismo.

Miré a Wonho y él asintió en señal de que estaba bien que lo dejara sólo un momento así que me puse de pie y salí de la sala sintiendo una carga pesada encima.

Sabía que tenía que ir a ver a Soyoung y hacerle saber que no estaba sola en ese momento doloroso, pero no sentía las fuerzas como para ser alguien de apoyo para ella. De hecho era yo quien más quería llorar, así que me senté fuera de la sala de Wonho a tomar un poco de aire en el pasillo blanco, y por inercia miré hacia dentro con la intención de volver a entrar, pero en ese momento escuché la charla que se desarrollaba sin mí.

-No sé como hacerle entender que no es su culpa. -susurró Wonho a mi padre, quien estaba sentado en el mismo sitio donde yo había estado. -Al contrario, yo agradezco todo lo que ha hecho, yo se que él... -su voz se rompió. -Sé lo mucho que se esfuerza, a veces sólo siento que ha sido un problema el haberme conocido y tener que enfrentarse a todo por mí. No quiero darles problemas, ni a él ni a su familia.

Me sorprendí por sus palabras.

Wonho era muy comunicativo conmigo y casi siempre me hacía saber lo que estaba pensando, a diferencia mía que me guardaba muchas de mis tonterías para mí mismo, pero él jamás me había mencionado que se preocupaba tanto por mí y mi esfuerzo.

Mi papá soltó una risita por lo bajo y negó.

-¿De que hablas? -preguntó poniéndole una mano en el hombro. -Mira, sé que es difícil criar a un hijo solo, yo también pasé por ahí, y sé el miedo que uno puede llegar a sentir cuando alguien quiere voluntariamente compartir la responsabilidad, pero si hay algo que puedo decir de mi hijo es que es terco. -dijo enfatizando la palabra. -Te lo juro. No he conocido a nadie más terco en la vida que a Hyungwon. Te lo digo yo. -dijo casi agobiado, sacándole una sutil sonrisa a Wonho. -Hyungwon creció forjando su propio camino, sin importarle lo que yo quisiera para él, y no en el mal sentido. Cuando era pequeño, quería que hiciera deporte, pero en cambio él se propuso a aprender a tocar el piano, a aprender inglés y básicamente a hacer cualquier cosa con tal de no hacer deportes.

Wonho sonrió.

-Un chico travieso sin duda. -susurró.

Mi papá asintió.

-Cuando le dije que si estudiaba una carrera de administración le iba a convenir mucho porque podría manejar nuestra empresa sin mi ayuda, lo hizo pensando en su bien y en lo que yo quería, pero en realidad detesta que le hable de trabajo fuera de las horas establecidas. -confesó. -Él es así. Si quiere algo definitivamente lo hará y eso te incluye o cualquier cosa que tenga que ver contigo. Él nunca hará algo que no quiera hacer sólo para complacer a alguien más, y si algún día hace algo así, corre porque ese no es el hijo que crié.

Una risa suave se escuchó por lo bajo y los ojos de Wonho se irritaron después de la risa.

-No sé cómo agradecerles. -suspiró. -Mientras lo escuchaba hablar recordé a mi padre. -confesó. -Cuando todo ocurrió pensé en llamar a alguien, pero ahora que mi familia está muy lejos decidí que no servía de nada, y realmente me sentí solitario... Es como si fuera yo solo, contra el mundo tratando de proteger a mi hijo... Pero ver a Hyungwon y a usted en la sala, preocupados por nosotros y tratando de mejorar mis ánimos me hizo sentir que quizá no estoy tan solo como pensaba...

De repente su voz se rompió y bajó la cabeza, avergonzado de romper en llanto frente a mi padre, afortunadamente mi padre tenía razón... Él no estaba solo, y se lo demostró dándole un cálido abrazo espontáneo.

-Hyungwon siempre ha querido lo mejor para ti y para este pequeño... ¿Cómo podríamos dejarte solo en este momento? -susurró en medio del abrazo. -Somos tu familia, hijo.

Mi pecho se hinchó de una hermosa sensación de alivio que pese al mal momento, prevaleció.

Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte pero yo prefiero decir que lo que te hace doler el corazón, es lo que te hace recordar que eres humano y que siempre puedes evolucionar para ser mejor, por ti y por otros.

Y esa noche confirmé en mi corazón:
No soy «el novio de Wonho»,
en realidad soy «la familia de Wonho»
y me sentí increíble.

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