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Después de varios días internado en el hospital, Error por fin podía ver a su hija, las enfermeras llevaron la pequeña incubadora con su bebé dentro hasta su habitación para que pudiera verla, no podía cargarla ni tocarla por su fragilidad, la pequeña criatura aún era muy débil.

-- ¿De verdad no puedo cargarla? – Pregunto Error en tono suplicante, realmente quería tocar a su hija.

-- Lo lamento – Respondió la enfermera con mucha calma – Pero la pequeña no puede salir de la incubadora, está muy débil y sería peligroso.

-- Y-ya veo... ¿Se la tienen que llevar tan rápido?

-- Deja que se la lleven, Error – Pronuncio Geno con voz firme mientras entraba a la habitación, su rostro era totalmente serio.

Error solo pudo ver a su hija por unos pocos minutos, la enfermera se retiró con la incubadora dejando a los hermanos a solas en el cuarto.

-- Hola... - Dijo Error algo apagado, estaba triste por no poder pasar más tiempo con su hija, tampoco tenía el consuelo de la compañía de sus otros hijos ya que estaba prohibido el ingreso de niños - ¿La viste? Yo... yo apenas pude verla, como no puedo salir de la cama todavía no pude acercarme mucho.

-- Si la vi... es una niña algo frágil.

-- ¡Es una niña! – Pronunció Error con una singular e inocente alegría – Mi taita se va a poner muy feliz, me dijo que ya le tiene separado los vestiditos que le voy a poner.

-- Hablando de vestidos, Paper Jam encontró un viejo cofre con mucha ropa de niña, ayer nos hizo un desfile de modas... tiene tus gustos.

-- Extraño a mis hijos... Ya quiero salir de aquí y regresar con ellos y mostrarle a su nueva hermanita.

-- Si... los niños también están muy inquietos, quieren venir, pero sabes que ellos no pueden entrar hasta aquí, Gerson y Fresh los están cuidando.

-- Geno... ¿Sabes algo? Me alegra mucho que estés aquí, conmigo, por eso... me estaba preguntando si...

-- ¿Qué cosa?

-- Es que has sido tan bueno conmigo y mi hijita que... ¿Quieres ser su padrino de bautizo?

--... Claro, suena bien – Pronuncio Geno fingiendo su mejor sonrisa mientras tomaba la mano de Error.

-- ¿Todo está bien, Geno?

-- Si, perfectamente... Reaper se pondrá feliz por tener una ahijada – Pronuncio Geno totalmente cerio mientras miraba directamente a los ojos de Error, quería ver la expresión de su hermano.

Error desvió la mirada en cuanto escucho nombrar a su cuñado – ...Gracias por encargarte de las cosas en el hospital, ahora tengo un cuarto para mi solito, no como antes que tenía que compartirlo.

-- Es mejor algo de privacidad...

-- Parece que alguien está en la puerta – Dijo Error intentando ver quien era, su vista ya no era tan mala como antes, pero se había debilitado mucho por el embarazo.

-- ¿Cómo dices? – Geno volteo y vio a Paint sosteniendo algunas flores, aprecia algo incómodo.

-- H-hola... no quise molestar... yo...

-- Déjate de mariconadas y pasa de una vez, Paint – Geno no estaba de humor para Paint y su condescendencia.

Paint se sorprendió, aun así, sonrió tímidamente y se acercó – Esto es para ti, Error. Lamento no haber podido venir antes, espero que puedas regresar pronto a tu casa.

-- Gracias... si, yo también quiero volver pronto a mi casa, pero aun no me puedo mover.

Geno tomo las flores casi arrebatándolas de las manos de Paint – Gracias por tu visita, ya te puedes ir.

Paint se dio cuenta que no era para nada bienvenido por Geno, el cual le daba pequeños empujones hasta que quedo completamente fuera de la habitación, aquel gesto le molesto, pero no quería causar problemas, menos con Error en ese estado, así que procedió a despedirse desde la puerta, prometiendo volver al día siguiente, apenas alcanzo a despedirse cuando Geno le cerro la puerta en su cara de forma brusca.

-- ¿Por qué se fue? Yo quería hablar con él.

-- Seguramente solo quería llenarte la cabeza de tonterías de Ink – Pronuncio el mayor mientras tomaba asiento al lado de Error – Además, aún tenemos muchas cosas de qué hablar, como por ejemplo... ¿Has pensado en el nombre de tu hija?

Aquella pregunta entusiasmo a Error, al punto que olvido por completo a Paint - ¡Sí! Quiero que se llame Reina.

-- Reina ¿Eh?... Supongo que es un buen nombre para ella... Bien, tengo unos documentos que necesito que firmes.

-- ¿Para qué son esos documentos?

-- ... Son solo unos documentos para tu alta y los exámenes de Reina.

-- ¿Es muy importante?

-- Sí, es muy importante – Dijo Geno mientras alcanzaba a Error un lapicero para que firmara.

Error vio el fajo de documentos, las letras eran muy pequeñas y no lograba entender nada de lo que estaba escrito, pero eso no impidió que firmara en los lugares que su hermano le señalaba, no tenía razón para desconfiar de Geno, su hermano había sido totalmente considerado y bueno, aunque no podía negar que la actitud de Geno a veces lo inquietaba e incomodaba, prefería ignorar eso, ya que Geno era el único que lo había visitado mientras estaba en el hospital y que pasaba tiempo con él.

Geno reviso que todos los documentos estuvieran firmados, verifico cada firma minuciosamente, una vez satisfecho, volvió la vista a Error y con su mejor sonrisa comenzó a conversar sobre el futuro de Reyna con sus hermanos, riendo durante varias horas hasta que llegó la hora de irse, prometiéndole volver mañana para continuar con los planes para el futuro.

Gerson se encontraba en la zona de espera del hospital junto a Paint, ambos eran resguardados por Diosdado y otros hombres del equipo de seguridad de Reaper, Geno le había encargado la misión de resguardar que nadie pudiera acercarse a su hermano mientras estuviera hospitalizado, gesto que no gusto nada a Gerson, el anciano no había visto a Error desde que nació la niña, tampoco podía ver a la pequeña, nadie podía, solo Geno.

Sin decir nada Geno le dio la señal a Diosdado que lo siguiera, dejando al anciano con una expresión de enojo y rechazo.

-- Aquí están los documentos, encárgate de todo tal como te indique, no quiero que cometa ninguna idiotez ¿Te quedo claro? – No había ninguna emoción en aquellas palabras, tampoco ninguna emoción en el rostro de Geno mientras caminaba por el pasillo del hospital hacia el área donde se encontraba su sobrina recién nacida.

-- Entiendo, procederé de inmediato, pero ¿Qué debo decirle al sr. Reaper? – Diosdado no tenía ni idea de la verdad tras la paternidad de aquella pequeña, por ello, las palabras que Geno le dio como respuesta le tomo totalmente desprevenido.

-- Dile a mi querido, fiel y abnegado esposo que estoy llevando a casa a "nuestra" hija que tuvo con mi hermano.

Diosdado simplemente dio un paso al costado y dejo a Geno seguir su camino, mientras él se dirigía con la documentación al área administrativa para proceder con los trámites necesarios, las instrucciones de Geno eran claras, trasladarían a la pequeña a la capital. Por supuesto que el monstruo humanoide no estaba nada feliz de realizar aquel trabajo, pero no podía hacer nada mas que seguir ordenes, no era su función cuestionar las ordenes o las decisiones de sus empleadores, aunque eso no evitaba que se sintiera mal por lo que estaba por hacer.

Después de algunos minutos rellenando la documentación necesaria para el traslado de la pequeña, la recepcionista le pregunto por el nombre y apellidos de la niña – Wawa Death – Respondió con firmeza mientras continuaba con la documentación, aquel nombre era la forma en como el anciano tortuga llamaba a su pequeña nieta, a su Wawa.

La ira puede hacernos hacer actos inimaginables cuyas consecuencias pagaremos tarde o temprano.



***

Gente hermosa! No me morí, estaba de parranda!

Los extrañe un mundo!

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