38
Fiestas, alcohol, drogas recreativas, desenfreno total sin inhibiciones, Reaper introdujo a Geno en un mundo totalmente nuevo y retorcido para él, en un entorno despiadado y sin límites, donde la moral y la ética se perdía para dejarse llevar por nuevas sensaciones que confundía con placer, aferrándose con desesperación a la falsa sensación de poder y seguridad, pero lo único que lograba era auto despreciarse más y más, luchaba por convencerse a sí mismo que aquello era “placentero” pero la verdad era que no, era doloroso, denigrante y confuso, las sensaciones nuevas lo abrumaban, el toque ajeno lo asqueaba al punto del vómito, había días en que simplemente perdía la conciencia y actuaba por puro instinto, días en que su memoria y conciencia se desvanecían por completo, no quería recordar nada, no requería ser consiente de nada, solo quería dejarse llevar y experimentar todo aquello que se abría ante sus ojos, pero nada nunca le dio satisfacción, solo le generaba un dolor y vacío tan grande, pero nunca lo suficiente para llenar su propio dolor, vivir era insoportable.
Sin embargo Geno no podía decir que su vida era del todo mala, aquellas fiestas sin control eran esporádicas y pasaba la mayor parte del tiempo tranquilo en su departamento mientras Reaper trabajaba, leía los libros que Doguard le prestaba y conversaba con él diariamente, solían salir los fines de semana a un parque cercano para leer poesía, podían pasar todo el día sin decir ni una sola palabra y jamás era incomodo, era tranquilo, cada uno apreciaba el silencio y la tranquilidad del otro.
-- Tengo curiosidad – Menciono Geno rompiendo el silencio - ¿Tu novia no se enoja por estar todo el día ocupado? Ni siquiera tus días libres estas con ella.
-- ¿Y eso a que se debe? – Pregunto Doguard que estaba sentado al lado de Geno en el sofá.
-- Simple curiosidad.
-- Bueno, no tengo novia o pareja, al menos no por ahora.
-- ¿Y eso por qué? ¿Es por tu horario de trabajo?
-- En parte.
-- ¿Entonces?
--… Prefiero no tener novia por ahora.
-- Hmmm… Comprendo, al menos así tienes más tiempo para leer y hacer tus cosas. Y ¿Hace cuánto que trabajas para Reaper? Con todo esto ni sé qué edad tienes.
-- ¿Mi edad? ¿Por qué ahora tanta curiosidad sobre mí?
-- No lo sé. Supongo que tengo curiosidad de saber un poco más sobre mi amigo, aparte de tu especie y que te gusta la poesía no sé nada mas de ti.
-- Bueno, soy jefe del equipo de seguridad del señor Reaper desde hace más de 5 años, pero tenía 20 años cuando entre a trabajar como un simple guardaespaldas.
-- Entonces tienes 25.
-- 30…
-- Ya pasaste la base 3 ¡Ya estas viejo!
-- Por favor no me lo recuerdes…
-- ¡Jajajajajajaja!
-- Muy bien. Ya te reíste bastante de mí, ahora tú.
-- ¿Yo? Tengo 21.
-- Eres muy joven aun y muy diferente a los otros amantes que tuvo el señor Reaper ¿Cómo así lo conociste?
-- Cosas de la vida.
-- Me puedo imaginar que te insistió hasta convencerte.
-- Se podría decir que así fue… Él me dijo que había encontrado a mis hermanos, pero… Resulto no ser así…
-- ¿Y no has pensado en buscarlos por tu cuenta? Quizás volver a tu casa.
-- Si, sé que esto no será permanente y ya quiero que se acabe.
-- Si no quieres seguir con eso, deberías decírselo, él no se detendrá hasta que no le pongas un alto.
-- No tienes que preocuparte por eso. Puedo cuidarme.
-- No, no lo estás entendiendo. He visto hacer esto muchas veces, hará lo que quiera contigo hasta que ya no quede nada de ti y una vez que seas irreconocible para ti mismo, simplemente se deshará de ti.
-- La verdad no me parece una mala idea. Sería como desaparecer… Volverme polvo… ¡Pero dejemos eso atrás! Más bien dime más sobre ti. La verdad es que es la primera vez que veo un monstruo como tú.
-- ¿No habían monstruos tipo perro en el lugar de donde vivías?
-- Si había, pero no así como tú, ellos tenían cola y orejas grandes, aparte de un pelaje un poco más abundante y de otros colores, además no eran tan grades y musculosos tampoco. Solo he visto a perros normales parecidos a ti en fotografías.
-- Bueno… Se podría decir que soy un mestizo, mi padre es un monstruo perro de raza Dóberman y mi madre un Rottweiler, tengo el aspecto de mi padre, pero la musculatura de la raza de mi madre, tuve que cortarme las orejas y la cola para tener una apariencia un poco más intimidante porque nadie me tomaba en serio con las orejas caídas y hago ejercicio para desarrollar más mi musculatura.
-- ¿Por eso tienes tanta carne? Espera… Entonces ¿Tu madre es un perro normal o un Monstruo?
-- ¿Por qué crees que es un perro normal? ¡Claro que no!
-- Bueno… Solo pregunto. La verdad no sé nada de cómo se para otras especies. En donde yo vivía abundan los humanos, hay pocos monstruos de otras especies… Así que no se bien cómo funciona eso del emparejamiento.
--…
-- ¿Dije algo malo?
-- Sé muy bien lo que el señor Reaper te hace hacer, lo he visto e incluso he participado en más de una ocasión… Él te hará hacer cosas de las cuales no creo que estés preparado y podría causarte mucho daño, sin embargo él nunca te obligara a nada, si tú le dices que no quieres hacer eso, él se aburrirá y te dejara ir.
--… ¡Heh! No tienes que preocuparte por eso… Entonces ¿Esa es la razón por la que no tienes novia?
-- ¡¿Por qué sigues con eso?!
-- ¡Es que no tiene sentido que estés solo! Eres amable, atractivo, te gusta la poesía y eres trabajador. Lo único que le da sentido a que no tengas pareja es que no quieras serle infiel por participar en las locuras de Reaper.
--...
-- ¿Y fueron muchas?
--… Si… Más de las que puedo recordar.
-- ¿Y alguna de ellas significo algo para ti? ¿Alguna fue especial?
--… No… Ninguna lo fue, ni siquiera recuerdo sus nombres o sus caras. Todas las amantes que pasaban por la cama del señor Reaper lo hacían únicamente por el dinero que este les daba, siempre lo mismo, chicas que se dejaban deslumbrar por su dinero y que gastaban como si no hubiera un mañana. La mayoría siempre fueron bastante antipáticas… en realidad eres el primero en con quien entablo una conversación.
-- Pero al menos te diviertes, me refiero cunado participas en esas fiestas.
-- No voy a esas fiestas… Bueno, antes lo hacía, cuando empecé a trabajar era joven y mi contextura resaltaba del resto, supongo que creyó que sería divertido y en verdad lo fue… Al menos al principio lo fue, pero tenía que estar alerta por mi trabajo y esos lugares solo eran una distracción, así se lo dije que no iría y me concentre en mi trabajo, cuando tuve 25 se me nombro como jefe de seguridad y estaba bastante orgulloso de mi mismo, pero… Eso también significaba formar parte de sus juegos privados.
-- ¿Son diferentes a las fiestas?
-- Bueno… Generalmente es un trio, pero yo tengo que estar acostado totalmente quieto, no puedo moverme ni hacer nada… Es molesto, es como si solo fuera una cosa, no es del todo placentero.
--… Crees que en algún momento nosotros…
-- Francamente espero que no.
-- ¿Es por qué somos amigos?
-- En parte.
-- ¿Cómo que en parte?
-- Bueno… ¿Cómo puedo decirlo sin sonar ofensivo?... No me gustan como tu…
-- ¿Cómo yo?
-- No soy homosexual ¡No tengo nada en contra de eso! Cada quien es libre de meter su palo en el hueco que mejor le calce, pero… No es para mí.
--… Te juro que no tengo ni idea si considerarme afortunado o insultado ¡Explícate!
-- Una vez el señor Reaper quiso que participara en un trio, pero su amante de ese entonces era varón como tú y de tu misma especie… Fue muy vergonzoso porque no pude ponerme duro… Aparte eres muy joven, me gustan más las mujeres de mi edad (y de mi especie) con más carne y curvas.
-- Ahora si me siento ofendido ¡Esto amerita una venganza! ¡Ataque de cosquillas! – Grito Geno mientras se abalanzaba sobre el más grande.
-- Para eso que no tengo cosquillas, estas actuando como un niño en estos días.
-- ¿Tú crees?
-- Si, lo creo.
-- Eres tan grande como un caballo.
-- ¡No me llames caballo! – Dijo Doguard mientras se incorporaba y sentaba a Geno a su lado en el sofá – Bien, ya es hora de comer ¿Qué quieres que pida para almorzar?
-- Siempre comemos de la calle ¿Qué tal algo de comida cacera?
-- No se cocinar y no hay nada en el refrigerador, solo bebidas.
-- Podemos ir al mercado, creo que hay uno cerca, yo puedo cocinar.
-- Al supermercado… Supongo que si…
-- ¡Bien! ¡Entonces vamos! Solo déjame buscar mi bufanda.
Ambos salieron hacia un gran supermercado de la zona, Geno se comportó como un niño pequeño subiéndose al carrito y Doguard no le quedó otra opción que hacer las compras con Geno sentado sobre el arroz. Las personas alrededor los miraban, eso al menor le daba igual y el más grande era demasiado intimidante como para que le importara lo que los demás pensaran. Al pasar a pagar todo, la cajera les sonrió – Hacen una linda pareja – Dijo ella en un tono burlón pero amable, Geno y Doguard se miraron fijamente en cuanto la humana dijo aquello, no pudieron evitar estallar de risa al escuchar esas palabras, les parecía tan gracioso que pensaran que ellos eran una “pareja”, ninguno se sintió incomodo por aquello, ninguno se avergonzó, aunque la chica quedo bastante ruborizada al ver como ambos reían como si se fueran a orinar.
Esa tarde fue tranquila, Doguard se fue al terminar el almuerzo, había sido llamado por Reaper para rendir su informe de las actividades de Geno, pero antes de irse acordó con Geno que si en algún momento Reaper les pedía hacer algo entre ellos, debían negarse de inmediato.
Geno se vio solo en su casa nuevamente, se preguntaba cuanto tiempo seguiría en ese lugar, Doguard le había dicho que generalmente Reaper se aburría de alguien a los tres meses, ya había pasado tres meses desde que había accedido a los caprichos del mayor y notaba que este cada vez lo buscaba menos, quizás pronto se aburriría de él, aquello no le preocupaba, estaba feliz de que todo al in terminara, quería terminar con eso de una vez, se preguntaba de como estaría Paint, quizás ahora lo odiase por la forma en que lo trato cuando se fue, estaba seguro de que pronto volvería al pueblo, era mejor no buscar a Paint y dejarlo tranquilo. Geno se quedó dormido en el sofá, ni siquiera se dio cuenta de ello, despertó al escuchar el ruido de la puerta.
-- Hola cariño ¿Estabas esperándome? – Dijo Reaper con una gran sonrisa, sostenía un ramo de rosas y una caja de chocolates – Mira lo que traje para ti mi amor.
-- Genial, más cosas inútiles igual que tu pene – Pronuncio Geno mientras tomaba asiento en el sofá.
-- Sabes que eres muy cruel conmigo, todo te parece inútil, estas volviéndote muy aburrido.
-- Como si me importara ¿Para qué viniste?
--… ¿En serio no me has extrañado ni siquiera un poco? No pude venir a verte tan seguido como antes por estar trabajando.
-- No te he pedido explicaciones. Vamos a la cama para que te largues de una vez.
--…
-- ¿Y ahora porque pones esa cara?
--… Estas actuando muy distinto de como creí…
-- No sé de qué hablas y ni me importa.
-- ¿Quieres ir a cenar esta noche?
-- Voy al cuarto, si tienes hambre ve tu solo.
Reaper vio como Geno ingresaba al cuarto, su forma de tratarlo no había cambio ni un poco, seguía igual de arisco y amargado, no correspondía en nada con el informe dado por Doguard. El mayor ingreso a la habitación y vio a Geno desvistiéndose, no tardaron nada en terminar en la cama, pero Reaper no podía decir que sentía algún placer al poseerlo, ya esa chispa eléctrica que lo inundaba en cada encuentro había desaparecido, el sexo era más como una obligación, algo que tenía que hacer por cumplir, no había ningún sentimiento de por medio, Geno no hacia ningún ruido, ningún gesto, lo miraba fijamente como juzgándolo, más nunca decía nada, solo mostraba alguna expresión cuando estaba dopado, pero no tenía sentido poseerlo así, añoraba verlo gritar, quería hacerlo llorar, gemir, estremecerse y suplicar por más. Pero ni bien Reaper terminaba, Geno buscaba separarse inmediatamente, nunca buscaba sus brazos o su calor, se alejaba de inmediato y sin decir nada simplemente se quedaba quieto mientras esperaba a que el mayor recuperara sus fuerza y continúe o se vaya. El mayor estaba tendido en la cama mirando el techo, Geno a su lado dándole la espalda.
-- ¿Hay vino? – Dijo el mayor mientras se ponía de pie y buscaba una bata.
-- No tengo idea.
-- ¿No has tomado?
-- No.
--… Deje un vino hace como un mes.
-- Pues debe estar donde lo dejaste.
-- ¿No te gustaría tomarlo conmigo? Mañana no tengo que trabajar…
-- ¿Te quedaras hasta mañana? Que fastidio – Dijo Geno mientras se levantaba y entraba al baño, ni siquiera se molestó en cubrir su cuerpo.
Reaper permaneció en silencio y salió de la habitación, fue a la cocina y busco la botella, estaba en el mismo lugar en que la dejo, también vio los otros regalos que le había hecho a Geno, cajas de chocolates, joyas que había dejado por la casa para el menor, pero este ni los había tocado. El mayor estaba algo ofuscado, tomo la botella de vino y la limpio del polvo, busco hielo en el refrigerador y se molestó aún más al ver que no había nada, algo cansado coloca la botella en el refrigerador a esperar que enfríe, tomo asiento en el sofá y suspiro profundamente. Geno ya no era divertido para él, era más como una carga, algo que solo lo frustraba, en todo ese tiempo que estuvieron juntos no recibió ni una sola llamada de su parte, ni un mísero mensaje de texto, ni siquiera contestaba los mensajes que él le enviaba, nunca tenía una respuesta del menor, nada, tampoco le pedía cosas, introducirlo en sus fiestas y juegos fue muy sencillo, pero nunca logro que Geno mostrara algún apego a algo o a alguien, muchas otras de sus parejas a este punto estarían suplicando a sus pies por un poco de su atención y los lujos que él les brinda.
Con la mente un poco más fría, Reaper va por la botella y dos copas, al regresar al cuarto ve a Geno cambiando las sabanas, parecía sorprendido de verlo.
-- ¿Todavía sigues aquí?
-- Vamos amor, no seas así conmigo. Bebamos un poco, es un vino dulce muy delicioso.
-- Como quieras.
-- Doguard me dijo que te divertiste haciendo compras, quizás podamos salir mañana ya que no tengo que trabajar, podemos ir a un centro comercial, hay cines y restaurantes…
-- Escucha, no me interesa.
--…
-- Si vas a quedarte a dormir aquí hazlo, pero mantente callado, ya tengo suficiente con escuchar tus jadeos mientras me follas.
Eso fue más de lo que Reaper podía soportar, pero no dijo nada, simplemente esbozo una sonrisa mientras dejaba la botella y las copas sobre una cómoda, busco su celular y comenzó a manipularlo, después simplemente entro al baño y comienza a buscar la ropa de Geno para finalmente tirársela a la cara.
-- Ponte esto de una vez, vamos a salir.
--… Ya te dije que no tengo-
-- He dicho que vamos a salir, vístete de una vez, ya nos deben estar esperando.
Geno no pregunto, solo obedeció, podía ver que el mayor tenía una mirada muy seria, parecía realmente molesto, el menor se colocó la ropa, era un elegante esmoquin de chaqueta blanca con una chaleco rojo y un pantalón negro, mientras que Reaper uso un esmoquin negro con una camisa azul oscuro y corbata.
-- ¿Por qué yo tengo que usar este ridículo corbatín y tu una corbata?
-- No preguntes tonterías y termina de vestirte de una vez – Respondió Reaper mientras terminaba de atarse la corbata.
-- ¡No sé cómo se pone esta cosa!
-- Espera, no te desesperes – Pronuncio el mayo mientras ataba el corbatín alrededor del cuello de Geno – He notado que… que estas más delgado…
-- ¿Y eso qué?
-- Supongo que nada. Ya estás listo, hay que irnos.
La pareja salió del departamento, el auto de Reaper esperaba afuera por ellos, inmediatamente ambos subieron al vehículo y este arranco, pasaron algunos minutos para que Geno se diera cuenta que estaban yendo al centro de la ciudad y era una zona que no conocía del todo aun, pero sabía muy bien que en ese lugar habían varios hoteles muy lujosos, no se sorprendió cuando el auto se detuvo justo en la entrada de un enorme hotel, el lugar era muy elegante y sofisticado, Geno se quedó bastante impresionado con solo ver la entrada, un personal del hotel se acercó a ellos y hablo con Reaper en un idioma que no pudo entender, aunque en verdad poco o nada le importaba lo que Reaper dijera, Geno estaba embelesado con la belleza del lugar.
-- No te separes de mí cariño o podrías perderte – Dijo Reaper sujetando el brazo de Geno al ver que este se alejaba.
-- Este lugar es impresionante…
-- Y eso que aún no has visto nada – Pronuncio el mayor al ver por fin algo de sorpresa en el rostro de Geno.
El menor siguió a Reaper, no sabía a dónde se estaban dirigiendo, pero supuso que se trataba de otro de sus juegos sexuales y que esta vez escogieron un lugar más “elegante”, pero la verdad no fue así, Geno entro a un enorme salón, habían muchas pinturas colgadas en las paredes y esculturas por todos, había mucha gente y todos llevaban trajes muy elegantes y sofisticados.
-- ¿Qué es todo esto? – Pregunto Geno susurrando.
-- Esto mi amor, es una exposición de un artista de fama internacional que está haciendo una gira alrededor del mundo, la mayoría de las obras de arte aquí valen millones, solo avísame si se te antoja alguna.
-- ¿Millones por un pedazo de madera? – Pregunto Geno señalando un pedazo de tronco de pino que estaba colocado sobre un aparador.
--… Que puedo decir, el arte es subjetivo... Creo…
-- Me doy cuenta.
Geno estaba de muy buen humor, se entretenía viendo las esculturas y pinturas que adornaban el lugar, mientras Reaper hablaba con varias personas en distintos idiomas, al poco tiempo todos fueron guiados a otro ambiente con mesas elegantemente vestidas, Reaper y Geno tomaron asiento en una mesa especialmente separadas a ellos, el menor ponía notar que habían personas que no dejaban de tomarles fotografías.
Después de una breve ceremonia se presentó un espectáculo de magia, Geno estaba encantado con los trucos que el humano con gran sombrero hacía, sobre todo cuando hacia desaparecer palomas debajo de un pañuelo y sacaba un conejo de su bombero. La comida tampoco se quedaba atrás, esta era sumamente deliciosa, pero lo que le llamo totalmente la atención fue el postre, al principio Geno no entendía, le habían servicio lo que parecía ser una esfera de chocolate del tamaño de una pelo mediana, pero lo increíble paso cuando el mesero vertió un poco de crema sobre el chocolate, era como si mágicamente el chocolate se abriera como una flor y dejaba ver su interior, en cual era otro postre que se bañaba con la crema branca y el chocolate derretido.
Reaper miraba complacido al menor, parecía un niño probando su primer caramelo, le parecía sumamente adorable el ver esa expresión de sorpresa y asombro ante algo que para él es tan común y se llamaba a si mismo idiota por no haber hecho algo así antes.
La fiesta término al promediar la medianoche, Geno estaba agotado y muy ebrio al llegar a su departamento, se había divertido como nunca imagino y Reaper lo noto, llevo al menor a su habitación y este se quedó dormido en cuanto toco su cama.
Los días siguientes transcurrieron con tranquilidad, pero la rutina había cambiado de una forma muy notoria, ahora Geno no pasaba los días en su departamento, Reaper lo llevaba con él a cuanto evento social hubiera, las fiestas llenas de alcohol se habían acabado para dar pase a salidas a museos, conferencias, presentaciones de libros, exposiciones de arte y ciencias.
Reaper se comportaba muy galante con Geno, siempre le regalaba flores aunque este las rechazara y cada vez que se despedían Reaper besaba la mano del menor con una sonrisa muy coqueta, todas esas salidas continuaron por semanas y Geno estaba empezando a sentirse algo nervioso, el trato galante y gentil hacían que Geno se sonrojara, ya ni era capaz de ver a Reaper a los ojos sin sentirse apenado, podía sentir como su rostro se encendía cada vez que el mayor besaba su mano o su mejilla.
Mientras tanto, el trato con Doguard seguía igual, ambos solían conversar y leer juntos, salían a pasear y hablaban de tonterías sin sentido, era relajante, le daba una sentimiento de familiaridad que hacía que se sintiera en confianza, pero cuando veía a Reaper, el alma de Geno comenzaba a palpitar y el hecho de que no tengan relaciones no ayudaba en nada, al menos durante el sexo él tenía control sobre el mayor, pero ahora estaba totalmente sujeto a los deseos del mayor sin ninguna excusa para negarse o quejarse.
Doguard era el único al que Geno contaba sus dilemas existenciales, estaba confundido, la actitud galante y caballerosa de Reaper había terminado por cautivarlo al punto de desear verlo, confiaba en su amigo para decirle todo lo que estaba callando, podía desahogarse con él y también mostrar la ilusión que sentía. Doguard reía, era agradable ver a su amigo tan ilusionado, parecía feliz y guardaba celosamente en secreto cada palabra que este le decía, solo informaba a Reaper de lo necesario, pero al menos parecía que quizás Geno no era un simple capricho más de su jefe, parecía que realmente se estaba tomando en serio al joven muchacho.
El actuar galante de Reaper continuo, el mayor ponía notar el leve sonrojo de Geno cada vez que lo tocaba, era una sensación agradable, el ver como este intentaba ocultar su rubor con su bufanda era algo que le fascinaba, nuevamente Geno despertó en él una nueva oleada de sensaciones y estas no llenaban de satisfacción, aunque la verdad no tenía ni idea de lo que esto significaba, simplemente se dejaba llevar.
Un tarde, cuando Geno regreso a su departamento después de retornar de una rápida salida a la biblioteca, debía alistarse rápido, Reaper iría a recogerlo en una hora para salir a una exposición a un museo del centro, estaba ilusionado, todo era como un bello cuento, fue ahí cuando Geno recordó algo que había olvidado por completo ¿Qué futuro podía tener alguien que estaba muriendo? No le quedaba mucho tiempo ¿Cómo se atrevía siquiera a soñar que podría tener una vida feliz? ¿Acaso ya había olvidado la razón por la que no quería que Reaper mostrara alguna simpatía por él? ¿Acaso creyó que él era digno de merecer el aprecio de alguien? No, no creía merecer eso, no creía merecer ser amado, no quería que alguien lo amara y después sufriera por su muerte, aquello sería muy egoísta, el no merecía ser amado y Reaper no merecía la pena de cargar con su muerte.
Reaper noto un repentino cambio de actitud en Geno, algo extraño había pasado, creía que todo estaba marchando bien, pero de la noche a la mañana el comportamiento de Geno volvió a ser arisco y cortante, era como si buscara molestarlo, como si quisiera siempre llevarle la contraria, parecía que nada le complacía, ya ni siquiera quería salir o verlo, no entendía que había hecho mal, sentía que estaba enloqueciendo, ya había pasado medio año desde que salía con Geno, si bien al principio fue solo por diversión y para ver hasta qué punto podía disfrutar de sus favores, ahora se había convertido en algo mucho más serio, por supuesto que se negaba a admitir que lo quería más que como un amante, Geno era diferente y buscaba complacerlo, pero de la noche a la mañana todos los avances que había logrado en tres meses cortejándolo de forma seria se habían ido a la basura, ahora Geno se negaba a salir con él o siquiera hablarle, era como si lo odiara.
-- Espero que sea muy importante la razón por la que me haya hecho venir desde el otro lado del mar – Pronuncio Killer mientras ingresaba al despacho de Reaper, el mayor lo había mandado a llamar sin importarle los negocios importantes que su mano derecha dejaba pendientes al irse.
-- Necesito que sigas a Geno y me informes de sus movimientos – Respondió Reaper mientras se inclinaba en su silla.
-- Espera… ¿Me hizo venir hasta aquí solo para seguir a uno de sus amantes? Tienes que estar de bromas – Pronuncio Killer algo enojado – Tiene a su perro guardián para eso.
-- Algo extraño está pasando, se suponía que todo estaba bien, pero de la noche a la mañana ¡Me manda al diablo! ¡Está peor de cuando empezamos!
-- Quizás ya se aburrió. La respuesta más simple suele ser la correcta.
-- ¿Aburrirse? ¿Estás insinuando que se aburrió de mí?
-- Es bastante joven, quizás ya tenga a alguien que le gusta. Ya tiene bastante tiempo aquí, de seguro ya conoció a alguien.
-- Pues averígualo, mi equipo de seguridad ha demostrado ser totalmente inútil y no me informa de nada, supuestamente Doguard esta con el todo el día ¿Cómo diablo se supone que conozca a alguien y siempre lo tengo vigilado?
-- ¿Algún vecino? Los monstruos como nosotros somos bastantes populares entre los humanos de este lugar, de seguro alguien le ha puesto el ojo.
-- Quiero que lo tengas vigilado y en cuanto descubras algo me informes.
-- Está bien, mientras siga pagando mi sueldo no tengo otra opción que obedecer. Para esto fui a la universidad, para seguir putas… Suena mejor de lo que creí ¡Lo voy a hacer mi lema!
Killer se retiró después de eso, Reaper estaba sentado en su silla la misma en la que poseyó por primera vez a aquel joven que ahora lo hacía enloquecer, aun podía recordar ese día, esa sensación, cuando cerraba los ojos podía sentirlo sobre él, podía aun sentir su aroma, estaba enloqueciendo, había estado conteniendo su deseo de poseerlo por tanto tiempo que estaba al borde de la locura. Intentaba con desesperación conquistarlo, igual que un niño tratando de ganar el afecto de sus padres con buenas acciones. Reaper recordó algo en particular, no era la primera vez que se sentía así, hace muchos años cuando cortejaba a una bella mujer se comportó de una forma similar, intentaba impresionarla con desesperación, pero ella jamás cedió ante él, al final tuvo que conformarse con estar a su lado como un amigo, el horrible dolor de perderla fue algo que lo marco para siempre, no quería volver a pasar por algo así. Reaper despierta de su meditación y busca su celular, recordó algo más que había olvidado, vio en su agenda, el aniversario de la muerte de Toriel fue hace más de un mes ¿Cómo había podido olvidarlo? Iba todos los años sin falta, nunca creyó que algún día podría no recordar esa fecha.
No paso mucho para que Killer regresara con noticias para Reaper, en realidad había sido uno de los trabajos más faciales que había tenido, ni siquiera tuvo que molestarse en esconderse o seguirlo demasiado, Geno no era nada discreto. Reaper tenía ante él una serie de fotos y videos, en ellas se veía a Geno y Doguard paseando, a veces tomados del brazo, otras se veía a Geno abrazándolo, pero en todas sonreía, en todas se veía feliz. Reaper estaba furioso, ahora entendía porque no recibía una “adecuada información” por parte de su departamento de seguridad, su hombre de confianza estaba divirtiéndose con lo que él consideraba suyo.
Killer presencio algo muy poco común en su jefe; una ataque de ira. Producto del enojo que sentía, el mayor tiro todas las cosas que estaban sobre su escritorio y grito furioso, se sentía tan ofendido, tan traicionado, había estado conteniéndose todo ese tiempo y resultaba que Geno y Doguard jugueteaban a sus espaldas, definitivamente le iba a poner un alto a todo eso, quería separarlos, pero antes debía detener los sentimientos que estaban creciendo en su interior, Geno no debía ser nada más que un objeto para su diversión, un juguete del cual debía deshacerse lo antes posible.
Geno recibe una llamada de Reaper, obviamente prefiere ignorarla, había decidido regresar a su pueblo, ya no podía seguir en ese lugar, no tenía ningún sentido, regresaría a su pueblo a morir, era lo mejor para él, sentía que era hora de volver a su hogar. Estaba alistando sus cosas cuando escucho la puerta abrirse, imagino que sería Reaper, pero en vez de eso era otro de los hombres de Reaper, este era muy parecido a Doguard pero un poco más esbelto y ligeramente pequeño.
-- Buenas noches, el señor Reaper requiere verlo, por favor acompáñeme.
-- No gracias.
-- Por favor, debo insistir, el señor Reaper me dio instrucciones de llevarlo a las buenas, o a las malas.
-- ¿A las malas? ¿En serio?
-- Por favor, solo hago mi trabajo. Debo llevarlo ante él y tengo autorización para usar la fuerza si es necesario.
Geno se sorprendió, decidió ir con el personal de seguridad sin protestar, lo que menos quería era recibir una golpiza y terminar en el hospital a riesgo de que alguien pudiera descubrir su enfermedad, el viaje en auto fue tranquilo, pero Geno se preguntaba a donde iban, el viaje era más largo de lo usual, llevaban casi una hora viajando en auto y parecía que aún faltaba mucho.
-- Disculpa, pero ¿Adónde estamos yendo?
-- A la casa principal del señor Reaper, está un poco alejada, pero llegaremos como en media hora.
-- ¿A su casa? ¿Y para que quiere que vaya a su casa?
-- Lo lamento, pero no lo sé, solo se me indico llevarlo allá.
Geno guardo silencio, Reaper nunca lo había llevado a su casa, tenía un extraño presentimiento, después de un largo rato de viaje llegaron a una gran casa, fue guiado hacia el despacho de Reaper por una empleada del lugar, Reaper esperaba por él, tenía una enorme sonrisa al verlo.
-- Hola cariño ¿Por qué no me respondiste el celular?
-- ¿Qué es todo esto?
-- Nada en especial, solo creí que sería buena idea enseñarte mi casa, nunca te traje aquí después de todo, podríamos cenar o…
-- Prefiero irme.
-- Bueno, la verdad yo también lo he pensado, fuiste muy divertido al principio, pero estas siendo muy malagradecido.
-- Aha ¿Entones piensas botarme? Es bueno saber que estamos sincronizados, ya que pienso irme, si quieres puedo irme ahora mismo.
--…
-- Es bueno ver que esto al fin se acabó, realmente ya me estaba hartando.
-- ¡Bien! Por un momento creí que me harías una escena suplicando quedarte… Es bueno ver que no tendré problemas en ese aspecto… Pero sería una lástima no aprovechar esta oportunidad ¿Hace cuánto que no nos divertimos un poco?
-- ¿Qué quieres decir?
-- Bueno, ya que posiblemente no nos volvamos a ver ¿Quizás podamos hacer algo divertido por última vez?
-- ¿Una última vez para el recuerdo? Por mi está bien.
-- ¡Genial! Porque tengo algo muy especial preparado para ti. Sígueme.
El menor siguió la indicación de Reaper y fueron hasta una habitación de la casa, Reaper le indico que tomara un baño, podía usar el baño de esa habitación, Geno obedeció. El menor estaba nervioso, hace mucho que no había tenido intimidad con Reaper o con alguien más, en parte se sentía feliz que su última vez fuera con él, no podía decir que estuviera enamorado, la verdad no creía estarlo, pero le había tomado aprecio, un cariño muy distinto al que sentía por Doguard u otra persona. El menor tardo algo en limpiar su cuerpo, cuando finalmente cerro el grifo del agua había pasado casi media hora, seco su cuerpo cuidadosamente con una toalla y se cubrió con una bata, al salir del baño Reaper esperaba por el en la puerta.
-- Sí que te tomaste tu tiempo, cariño.
-- Quítate la ropa de una puta vez y acabemos con esto.
-- Oh cariño. Esta vez yo solo observare.
-- ¿Qué?
-- Mira a la cama.
Geno puso su atención en la cama, al borde de esta se encontraba sentado Doguard, usaba una bata y le daba la espalda. El más joven se asustó, miro a Reaper totalmente asustado “¿Por qué Doguard está aquí?” Parecía decir Geno con la mirada.
-- He escuchado por ahí que ustedes dos se han vuelto muy “íntimos”, Tranquilo cariño, eso no me molesta en lo más mínimo ¡Es más! Me alegro por ustedes. No tienen de que preocuparse, no pienso interponerme, solo seré un observador – Pronuncio Reaper mientras tomaba asiento en una silla frete a la cama.
Doguard y Geno se veían claramente incomodos con esa situación, ambos evitaban verse el uno al otro, pero Doguard estaba algo tranquilo al recordar que hace tiempo converso con Geno por si una situación así se presentaba, si el menor se negaba él también lo haría, igual pensaba negarse aun si Geno no decía nada, confiaba en que Geno dijera que no, por ello su sorpresa fue mayúscula cuando sintió el cuerpo de Geno sobre él.
La verdad está tan cerca de nosotros que muchas veces somos incapaz de verla.
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