Un paso atrás


Hikari estaba asustada. Taichi no era de llamarla en horas laborales a menos que fuera una emergencia, así que apenas ver el nombre de la llamada entrante, se disculpó con el supervisor argumentando un problema familiar y salió de las instalaciones para poder hablar con libertad.

Pero apenas cruzar un par de palabras vio a su hermano caminando a paso presuroso en dirección a d'Xim, así que no dudo en colgar y correr directo a Tai.

Él la abrazo fuerte y beso su rostro con cariño, no obstante Kari podía sentir sus manos temblorosas y su agitado corazón.

—¿Qué ha pasado? —pregunto ella.

—Soy una mala persona —murmuro Tai en apenas un aliento.

—¡Oh! Tai, claro que no. Tú no eres malo —debatió ella porque así lo creía.

—Y entonces... porque me gusta Yamato —gimió el publicista con la mirada apenada y el dolor oprimiéndole el corazón.

Y ya estaba. Lo había dicho. Taichi había hecho hasta lo imposible para negarlo y olvidarse de la idea durante esos días posteriores a su encuentro con Matt, sin embargo, estando en los brazos de la única persona que de verdad lo amaba no pudo mentirle, ni a ella ni a él mismo. Le gusta Yamato. Tal vez sólo era una atracción física, pero eso no cambiaba el hecho de que el blanco de sus deseos era el hombre que posiblemente pronto sería el esposo de su amiga.

—¿Quién es Yamato? —cuestiono Kari.

—Es... —y la larga explicación inicio sin notar que un par de heridos ojos azules los miraban enfurecidos a la distancia, ni tampoco como el dueño del mismo subía a su vehículo para marcharse.

.

.

.

.

Yamato entro al estudio de grabación un tanto ansioso, igual a como lo había estado haciendo eso cuatro días después de su encuentro con su ex. Un sentimiento al que no le encontraba razón de ser pues había logrado su propósito. Sora había aceptado permitirle ver Yoshino e interactuar con él, siempre y cuando no fuera con la intención de revelarle que era su padre, al menos no por ahora, y que ella estuviera presente en todo momento.

A cambio Matt sedería una suma considerable para su manutención.

No era mucho, pero era un principio y ya con el tiempo comenzarían a fijar nuevas condiciones.

Habían hablado largo rato sobre el pasado, y tuvo la fortuna de que Sora mencionara el hecho de que Tai comprendía muy bien su situación, y sobre todo, que no culpaba a Matt por su ausencia en la vida de Yoshino.

Ella dijo que defendió a Matt el día anterior cuando le informo sobre la cita concertada entre ellos.

Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

Taichi era un gran ser humano, sin duda, y estaba agradecido de que, si no estuvo presente para ver crecer a su hijo, al menos tuvo a un buen hombre a su lado. Le era fácil imaginar a Tai en una faceta paternal. Seguramente era dulce y paciente. Amable y nunca diría "no tener tiempo" para su hijo. Debía ser un excelente padre.

Y era debido a ese pensamiento que se encontraba considerando sus acciones. ¿Tenía acaso el derecho de robarle a Yoshino esa imagen de perfección? ¿De intentar ganarse el lugar que por derecho le corresponde a Taichi?

Quizás sólo debía conformarse con saber que Yoshino estaba sano y salvo. Que crecía fuerte y feliz.

Pero... y si se terminaba arrepintiendo, después de todo es su hijo.

El ensayo de ese día paso monótono, y realizo cada acción casi en automático, y aunque seguramente más de uno de los integrantes de su banda lo notaron, ninguno hizo comentarios al respecto.

Llegó a casa a eso de las seis de la tarde, estaba cansado emocionalmente y un tanto molesto.

Con un extraño sentimiento creciendo en su interior volvió a tomar las llaves para salir en dirección a d'Xim.

No tardo más de media hora en estar frente a las puertas de cristal de la famosa agencia y él aun no encontraba el motivo que lo impulso a conducir hasta ahí.

Y mientras intentaba desenredar toda esa madeja enredada que era sus emociones vio pasar el carro de su hermano, para luego observar cómo se estacionaba.

¿Qué estaba haciendo ahí Tk?

El recuerdo de sus conversaciones pasadas lo golpeo como bofetada. Había estado demasiado perdido en sus problemas para ponerle verdadera atención a su menor. Basta con decir que no recordaba ni que le aconsejo.

Pero aún estaba a tiempo de corregirlo.

Bajo del auto y camino los escasos metros que lo separaban del vehículo de Tk. Tocó en la ventanilla y Takeru se sorprendió de verlo ahí.

—Matt —nombro mientras se retiraba el cinturón de seguridad para salir.

—Entonces... ¿Ella trabaja aquí? —pregunto con la única intención de iniciar una conversación.

—Sí —respondió tendiéndole un café capuchino que en un principio estaba destinado a Kari, pero... como otros días quizás terminaría enfriándose sin ser entregado, así que era mejor de esa forma. —Y tu ¿Qué te trae por aquí?

—La pareja de Sora es uno de los directivos.

Tk soltó un sonido en forma de reconocimiento.

—¿Aun no hablas con él? —cuestiono Tk.

—En realidad hablé con él hace unos días, y pude entrevistarme con Sora. Hemos arreglado un par de cosas y podre ver a Yoshino con cierta mesura.

—Yoshino —nombro Tk saboreando las letras. —Mi sobrino tiene un nombre muy bonito. ¿Crees que Sora me permita conocerlo?

Yamato giro levemente la cabeza para mirar de frente a Tk, porque hasta ahora ambos rubios se encontraban recargados contra el auto mirando fijamente las puertas de d'Xim.

—Supongo que eso debe suceder en algún punto. Aunque no muy pronto. Por lo que me dijo Sora, desde el nacimiento de Yoshino, Tai a estado a su lado, así que es natural que lo conceptúe como padre... no soy tan egoísta para presentarme frente al niño y robarle eso.

—Supongo que tienes razón. Aun así, va a enterarse.

—Quizás cuando sea más grande. Por ahora, es mejor de ese modo.

—¿Y que hay de Sora? ¿Crees que podrían volver a tener una relación?

Yamato soltó un suspiro, esa pregunta también le había pasado por la cabeza, pero la verdad es que...

—No —respondió contundente. —En aquel entonces, yo... no sé. Era joven y no estaba seguro de lo me esperaba en el futuro. Lo único que realmente me llenaba era la música. Por eso cuando me pidieron romper mi relación con ella... supongo que no lo pensé mucho. Es decir, la quería, pero...

—No la amabas —completo Tk clavando sus orbes azul cobalto en el vaso de café ya vacío en sus manos.

Matt solo encogió lo hombros.

—Es complicado.

—Sabes Matt, durante estos días, mientras me estaciono aquí y espero a ver salir a Kari, sólo eso, verla desde lejos por un par de segundos antes de que ella aborde un taxi, he tenido tiempo de pensar sobre lo que me grito Miyako, la Jefa de Edición.

Un silencio cómodo se extendió entre ellos, sólo interrumpido por el ruido de los autos circulando, las voces que eran casi susurros de las conversaciones de los transeúntes.

—Cuando ella arrojo esa lista de mis antiguas parejas, estaba tan molesto de verme evidenciado, que por primera vez quise golpear a una chica. Pero ahora comprendo que ella estaba preocupada por como veía a Kari. De todos los nombres que ella logro reunir, solo recuerdo dos o tres. Eso no quiere decir que, si me preguntan por ejemplo su color favorito, el nombre de sus padres o hermanos, los lugares que frecuentan, pueda responder. En realidad, no me interesaba tanto conocerlas, yo... —Tk apretó el baso desechable y soltó un resoplido. —No creo ser una mala persona, pero... eso es porque no estoy en los zapatos de esas chicas. Si pudiera preguntarles ¿Qué dirían de mí? Que soy un bastardo aprovechado. Un canalla que no supo valorar sus sentimientos. O tal vez una que otra diría que no hay problema porque, al igual que yo, estaba pasando el rato. Y viéndolo de esa forma quizás merezco lo que me pasa. Todos los días estoy aquí con dos cafés. Espero a verla salir sin animarme a acortar distancia, la miro sonreír, reír, y grabo muy bien en mi memoria lo que lleva puesto. A través de observarla sé que su color favorito es el rosa. Siempre trae puesto una prenda de ese color. Que no le gusta caminar a casa de tarde, pero que si sale a acompañada no le importa dar un paseo. De la única vez que comimos juntos, recuerdo que detesta la cebolla, que al café le pone tres cucharadas de azúcar porque le gusta muy dulce, que esta intentando volverse vegana. ¡Ah! sí, y que su comida favorita es el sushi de camarón.

—Ella te gusta mucho —comento Matt colocando su mano sobre el hombro de su hermano para dar un suave apretón en forma de apoyo.

—Si. Y las cosas no van como me gustarían. Pero supongo que el karma de todo lo que hice antes al fin me alcanzo, y se esta cobrando con lo que realmente importa. Ella tiene a alguien más, por eso, desde que me entere sólo me paró aquí ya sin la intención de acercarme, sólo quiero verla. Soy patético.

Matt por toda respuesta palmeo la espalda de su hermano suavemente.

—¡Ah! Mira ahí viene —dijo Tk irguiéndose en su lugar, como un pavo real que al ver a la hembra extiende su cola y se pavonea en busca de llamar su atención.

Yamato miró la puerta buscando, en base a la descripción recibida, a la chica que le había robado el corazón a su hermano. Y no tardo en hallarla. Sin duda era bonita, cándida y...¡estaba abrazada de Taichi!

Yamato sintió que sus piernas perdían fuerza. Lo que estaba viendo estaba mal. Tai no podía estar siéndole infiel a Sora, aunque eso explicaría porque no le importo hablar a su favor, y porque concertó una cita entre Sora y él tan rápido. ¿Estaba buscando un pretexto para terminar su matrimonio?

La sola idea hizo que Yamato sintiera nauseas. Pero ¿Qué otra explicación había?

Taichi sujetaba a Hikari por cintura, muy cerca mientras caminaban por la acera. Ella reía y se abrazaba a él sin recato alguno, se apretaba buscando su calor. Y si quería más pruebas, solo había que fijarse en todo el cariño y adoración con que Tai la miraba y acariciaba sus cabellos.

—Matt, Matt —llamo Tk al ver lo pálido que se había puesto su hermano de un segundo para otro. —¿Te sientes mal?

Yamato negó con la cabeza y luego agrego.

—Ese que va con ella, es Taichi, el esposo de Sora.

—¿¡Que!? —exhalo Tk en un gemido casi estrangulado.

Continuara...

.

.

N. A.

Agradezco a todos mis lectores que me hacen el favor de dejar un voto en esta historia. Sé que la actualización a sido lenta, pero a paso seguro vamos avanzando. 

Es un placer saber que leen y es de su agrado.

Les envió mis mejores deseos, que tanto ustedes como su familia se encuentren sanos y salvos durante esta atroz eventualidad. 



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top