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La noche era demasiado helada, Sneaky, quien se encontraba entre Mouse Kaboom y Atenea, no podía dormir del frio que sentía.

Atenea se dio cuenta de ello, se le apegó más al chico y empezó a abrazarlo con fuerza para tratar de darle de su calor al reptil.

El chico se sonrojó por ello, debido a la poca ropa que ambos tenían puesta, él podía sentir claramente los senos de la chica pegándose a su espalda, también la cola tibia de ella abrazando su cuerpo. Debido a esto no pudo evitar sentir una erección entre sus pantalones. Rápidamente se puso de frente para evitar tocar a su compañero con esa humillante erección.

Atenea le habló en voz baja.— ¿Estás bien? —

El chico se acomodó su miembro y negó sonrojado.— No puedo dormir, tengo demasiado frio. —

La chica se levantó y caminando con sus rodillas, se acercó a su mochila para sacar parches de calor. En eso a ella le pica un pezón y se lo rasca por encima de la ropa mientras bosteza. El chico es capaz de ver aquello debido a que tenían una luz tenue iluminando la cueva. Esto y notar el tamaño del trasero de ella hizo que su erección doliera, pidiendo a gritos que él hiciera algo para entrar en calor.

La chica toda somnolienta activa los parches y se los da a Sneaky, quien no sabía que hacer.— Toma, espero que eso también te ayude. —

El chico asintió nervioso, viendo como la chica volvía a acomodarse a un lado de él.

Un movimiento la alertó del estado del chico, ella inocentemente dobló su pierna para abrazar a Sneaky con ella y darle calor, pero su rodilla chocó con algo duro que se levantaba en la entrepierna del chico. Ella miró fijamente a los ojos de él, confundida sobre lo que había ahí. Él apartó la mirada vergonzosamente, sin saber que decir al respecto.

— ¿Que es esto? —Preguntó la felina curiosa de su descubrimiento. Quizá se trataba de la propia anatomía de los camaleones, estaba confundida.

Sneaky tragó saliva nervioso. procedió a susurrar— S-solo, no toques ahí, ya sabes... Tengo partes privadas. —

Atenea, ignorando lo que él dijo, tocó un poco con su helada mano, notando que lo que había tocado era una erección. Susurró exaltada.— Holy shit, no creía que los camaleones también tenía esto. —Dejó de tocar y se disculpó profusamente.— Lo siento, lo siento, no debí, pero realmente no sabia que tu especie podía sufrir eso. —

Luego hubo un silencio incómodo, Sneaky aún no podía entrar en calor, su erección no se calmaba y estaba un poco incómodo frente a la situación reciente.

Él suspiró y se acomodó, poniéndose en modo bolita en dirección a Atenea, juntando su espalda con la de Mouse. Tanto Sneaky como Atenea se miraban fijamente, con sueño pero sin poder dormir. La chica rodeo la cadera de Sneaky con su cola y tomó las manos del camaleón para ponerlas en su estómago, lugar que estaba muy tibio. El chico las dejo un rato ahí, luego fue lentamente subiéndolas sin saber siquiera por qué lo hacía. Atenea no estaba sorprendida, pero si reaccionaba por el frio de sus manos.

Al llegar a los senos de ella dejó de moverse, no podía creer lo que estaba haciendo, de hecho, no podía creer que los senos eran más tibios aún. La mirada de ambos seguía sin interrumpirse, ella estaba totalmente tranquila frente a la situación, cosa que desconcertó al chico.

Él en voz muy baja le preguntó— ¿Puedo? —

Ella rodeó los ojos.— Ya estás ahí. —

Sneaky apretaba ambos senos cuidadosamente, sintiendo la suavidad y maleabilidad, sensaciones que nunca había sentido antes.

El camaleón se acercó a la felina buscando su calor pero también algo excitado. Ella lo había notado minutos antes, así que sin dudarlo puso su mano en la entrepierna de él y empezó a manosearlo. Era primera vez que alguien ajeno a él le manoseara la entrepierna, se sentía muy bien y era una sensación que poco a poco le iba gustando más.

La chica solo lo tocaba por encima, pero quería más, así que pidió permiso en voz baja para continuar.— ¿Puedo tocar bajo la ropa? —

Sneaky asintió, miró a su espalda y vio que tanto Mouse como Flippy seguían dormidos. El joven se separó de la espalda de Mouse Kaboom y se apegó a la chica, abrazándola y robando su calor, ella mientras tanto, con sus manos más tibias que antes ahora tocaba directamente el miembro erecto del chico, subiendo y bajando su mano rítmicamente y con bastante experiencia.

Él ya estaba llegando a su límite, también se sentía más tibio que antes.— M-me voy a correr. —dijo en voz baja, aguantando las ganas de gemir.

La chica sin pensarlo dos veces bajó y metió el miembro de Sneaky en su boca.

El chico sintió gran placer debido a esto, así que agarró la cabeza de Atenea y se puso a dar pequeñas estocadas con sus caderas para introducir hasta el fondo de la boca de la chica su sensible miembro, eyaculando en el proceso.

Después de unos segundos, Atenea volvió a subir sin rastros de semen en su boca porque se lo había tragado.

Sneaky estaba sorprendido por lo que estaba viendo.— ¿Te lo tragaste, en serio? —

La chica asintió y sacó la lengua.— Sabe... extraño, pero no lo puedo botar en ninguna parte. —

Ambos se quedaron en silencio unos minutos, solo escuchando los suaves ronquidos de Flippy y Kaboom.

Atenea fue quien rompió el silencio.— No se te ocurra decir nada de esto, solo... lo hice para que entraras en calor. —

Sneaky asintió.— Y vaya que si funcionó, hasta me dio sueño. —El camaleón se pegó a la felina y la abrazó firmemente para seguir con su proceso de robarle calor.

La noche no sería tan larga después de esto, pues él pudo reconciliar el sueño y dejar de tiritar por el frio que le estaba haciendo daño.

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