2
El primer de clases había concluido. Y un solo día había bastado para que los profesores se replantearan la idea de volver a cambiar de grupo a varios de los estudiantes.
El profesor de historia tamborileó un poco los dedos sobre la larga mesa de madera, mirando a cada uno de los miembros del personal educativo allí presentes esperando a que alguno de ellos se animase a hacer algún informe o el más mísero comentario. Carraspeó un poco.
--¿Y bien?
--No sería bueno expulsar a ninguno, Kyo.
--Al menos no ahora.
--¡No bromees así, Kari-chan! Los chicos de este año han sido bastante bien portados.
--Izu, encontramos a dos alumnos chapado en el baño por lo menos tres veces y me apuesto las manos a que en una de esas hasta culearon.
--Ryuuji, basta.
--Pero al menos el grupo A tiene habilidades excepcionales en biología.
--Eso debería ser preocupante.
--Te dieron una mascota para la escuela, no seas malagradecido.
El pelirrojo negó con la cabeza.
--Me refiero a otras materias.
--Ah... Bien. Compañeros profesores, quiero su apoyo para una causa que nos beneficiará a todos.
El hombre más alto se levantó de su silla. Extrajo de su carpeta una hoja y la puso sobre la mesa casi en un manotazo. El resto del personal no le quitaba los ojos de encima.
--Funemos a Kyo. No hay día en el que no haya una maldita clase de historia, que por cierto, siempre duran un chingo. Si yo decido tomarme el día, él imparte mis horas. También necesito dinero.
El lápiz crujió en señal de haberse roto por la presión que el hombre pelirrojo le había aplicado mientras miraba a Ryuuji Shirogane, quien seguía con su expresión tranquila e impasible de siempre como si de verdad le importas en tres comimos las juntas del personal y sólo estuviese allí por la profesora de artes.
--Teru, no seas malo con Kyo. Yo creo que es perfecto que sea tan entusiasta con su materia.
--Tan entusiasta que ayer he perdido DOS HORAS de mi clase porque la suya no acababa. Estoy contigo, Shirogane.
--Pero también te entusiasmas así con tus clases.
--No, me entusiasmo charlando con los estudiantes. No te confundas.
--Bien ahí, Yukari. Gracias.
--Los estudiantes entorpecen las clases.
--Entendible. Son aburridas tus clases.
--Ellos no ponen de su parte.
La profesora volvió a hablar, también levantándose un poco de su silla.
--Está bien... Te lo perdono a cambio de que me adelantes el mes.
--Definitivamente no.
--Pft...
--No me es posible en este momento.
Miró a Ryuuji en busca de un pequeño apoyo al menos en esa situación que involucraba a su situación financiera, pero de inmediato supo que no diría nada más.
--¿Te parece si nos vemos por la tarde?
--Ah, ¿otra cita más?
--¿Por qué no? No estás ocupada, ¿Cierto?
Una vez que empezaba a coquetear de esa manera con Izumi lo mejor era dejarlo, incluso si hacía nada que había intervendio nuevamente. No había caso.
Suspiró.
--En realidad, quiero señalar lo destacables que son muchas actitudes de los alumnos según algunas cosas que llegué a observar.
--¿Como cuáles, Kyo 2?
El pelirrojo maldijo internamente a Ryuuji por haber coqueteando para escapar de la discusión hace pocos segundos.
El psicólogo escolar rio un poco ante el apodo de Ryuuji.
--Miren, muchos crearon lazos amistosos de inmediato mientras que otros ya se odian... Por así decirlo. En cierta forma, cada pequeño grupo que se formó comparten ciertas características en sus formas de pensar y actitudes, tal vez hasta influencias que derivaron en lo que son actualmente. Me interesa bastante conocer un poco más al respecto. Por esto, tengo la petición de que cada uno me entregue informes sobre el comportamiento de cada alumno durante sus clases e ir analizándolos. Podremos comprenderlos un poco mejor.
Nadie dijo nada más. Casi todos a sintieron ante ello. Fue Yukari la que volvió a hablar, señalando al hombre pelirrojo.
--Kyosuke. Hagamos una apuesta.
Pronto la sala de profesores quedó en silencio de nuevo. Todos miraron al pelirrojo, quien meditó un momento antes de volver a hablar.
--¿Qué es lo que quieres?
--Si los alumnos obtienen mayor calificación en un examen de tu materia, te doy mi paga del mes. Pero si la mayor calificación la obtienen en mi materia, recibo yo tu paga.
--No. Este mes tengo que tener suficiente para mi pequeña estrella. ¿Te sirve la mitad?
--La verdad sí. ¿Eso significa que aceptaste?
--Sí, acepto.
El hombre de ojos oscuros sonrió un poco.
--Fua, tremendo. El trabajo va a estar difícil, ¿Qué opinas, pana mío?
--Woah, suerte a los dos. Gran motivación la de ambos. Claro que presentaré los informes que quieras, Kyohei, cuenta con eso. Ps, Mikoun-san, le admiro.
--... ¿Senji estaba aquí?
--Senji, ¿Se puede comer aquí dentro?
El hombre castaño se llevó otro bocado del tempura antes de sacar de su maleta más pares de palillos y dejar el traste de tempura al centro de la mesa.
--¿Quieren?
. . .
--Rui, ¿qué haces?
--Shh, cállate, cállate, ahí va.
Carraspeó un poco antes de enfocar la escena con la cámara.
--Día 2 de la escuela, primer receso: Matt anda horny con todo el mundo. Disfruten el video.
--¡Oye, Saburo!
Matt se había acercado corriendo al mencionado, quien se notó que saludó amablemente e incluso pareció preguntar qué tal el día. Era algo difícil saber lo que decía a comparación de Matt, quien literalmente lo estaba gritando todo. Al poco rato, el de cabellos recién teñidos en violeta oscuro el día anterior se arrodilló ante el pelinegro.
--Sal conmigo.
Se vio como el contrario empezó a hablar de nuevo mientras le extendía la mano para levantarse a Matt para al final negar con la cabeza e irse caminando completamente tranquilo. El de cabellos violetas se quedó estático allí viendo cómo se iba el pelinegro para luego reírse un poco antes de dirigirse tras él.
--... ¿Estás grabando sus rechazos?
--Sí. Mira, mira, ahí va con más personas.
Tiró del brazo de su hermano para ir de nuevo tras el chico de cabellos violetas, quien se acercaba ahora a otro de los alumnos en el grupo de amigos de Saburo, quien lo había rechazado hace segundos. Ahora Matt tomó las manos del pequeño chico con pecas.
--Oliver Sallow, me gustas, ¿Quisieras ser mi pareja?
El chico de pecas se quedó callado un momento antes de empezar a reír nerviosamente.
--Pero si yo...
--¿Pero?
--Perdón, no recuerdo ni como te llamabas.
Se encogió de hombros apenado.
--No importa. Estaremos juntos siempre y podrás conocerme mejor.
--¿Y si directamente no me gustas...?
--¿Qué?
--No me gustas... No estoy interesado en ti, desconocido.
De nuevo se apartó un momento del grupo de amigos mientras suspiraba rendido.
--Fua, ni siquiera le dijo su nombre ajsjajaj, qué gil.
--Shh, ¿y si te escucha?
--Nah, descuida. Normalmente no nos dice nada y se toma muy bien todo. O se arregla cagándonos a palos, pero no más de cinco minutos.
El castaño se quedó callado ante la respuesta de su hermano antes de señalarle cómo Matt se acercaba ahora a una chica de cabello azul celeste amarrado en dos coletas.
--¡Rumi Kurakawa! Mi ángel divino, mi razón de ser... ¿Te comprometerías conmigo desde ahora?
La chica pareció completamente confundida, aún procesando todo lo que le habían dicho. Sonrió un poco divertida
--¿Comprometernos? Yo... Lo siento muchísimo. Ya me gusta alguien más.
--Oh... Entiendo, querida. No quieres sentirte obligada a corresponder. Muchas gracias por tu sinceridad, por eso te amo tanto.
Se acercó un poco más a ella para darle un beso en cada mejilla antes de continuar con su camino hacia otro de los salones, pero en el camino se detuvo al ver a dos chicas casi idénticas conversando allí afuera.
--...
--...
--Ah, hola, preciosuras.
--... Rui, espera-
--... De acuerdo. Pero si te doy la cámara, ni siquiera preguntes por qué la intervención.
--¿Matt?
--Sí, ese soy yo. Ah, Kayano, ¿Verdad? Bueno, sonará algo repentino, pero... ¿Quisieras salir conmigo?
--Jaja, no.
--¿No?
--No, jajaja.
--... ¿Y qué hay de ti, dulzura?
--¿Ah?
--Bueno, tú siempre estás tan animada y eres amable, además tus dulces son ricos. ¿Podríamos compartir esos momentos juntos el resto de nuestras vidas?
--Ah... Lo siento.
--¿Lo sientes?
--No eres como el profesor Kyosuke.
--...
El castaño le entregó la cámara a su hermano para dirigirse hacia donde estaban sus hermanas menores.
--¡¿Cómo que como el profesor Kyosuke?!
--Sí. Change my mind, Rui.
--PERO KIRAKO-
--Rui... No, tú no. Somos amigos y la verdad... Mejor me chapo a tu hermano. ¡Ren, cariño!
El de cabellos violetas saludó con una sonrisa al mencionado para luego tomarle de una mano.
--¿Tú no quisieras casarte conmigo?
--No gracias.
--Mala decisión. En fin, fracasé con ustedes y su padre ni de pedo me acepta... Siguiente opción.
Miró con una sonrisa al pequeño chico de cabellos negros y ojillos azul celeste, que leía un libro ahí cerca. Se detuvo frente a él.
--Narumi-
--¡Narumi Maihara!
El menor se sobresaltó un poco. El de cabellos violetas continuó.
--¿Sabes? Eres una persona maravillosa, increíble y lo único que está bien en mi vida. ¿Te quedarías a mi lado por siemp-?
El pequeño chico pelinegro había empezado a llorar.
--... ¿Qué pasa amor?
--N-No...
--¿No qué?
--L-Lamento... Lamento no poder aceptar tus sentimientos.
--I- Ay, corazón, no te preocupes. No te obligaré a amarme.
Le sonrió dulcemente mientras se agachaba para darle un beso en la frente. Acto seguido, reanudó su marcha hacia el salón de al lado.
--¡N-Narumi!
El chico observó un momento cómo su hermano iba a consolar al chico menor. Chasqueó la lengua.
--... Bien, Ren siendo buen padre. En fin, a ver qué hace el trolo ahora.
--¿Mayu, querida?
--... Cagué si no le digo nada.
El castaño pensó en arrojarle la cámara al de cabellos violetas en cuando vio cómo la pelinegra se asomaba la puerta apenas la llamaran.
--Querida, eres lo único que necesito el resto de mi vida, ¿Te casas conmigo?
--No, Ren mi varón.
Fue lo único que dijo antes de cerrarle la puerta en la cara.
--... ¿Ven? Mi cuñada ídola.
El chico suspiró antes de asomarse a la ventana del salón, donde dentro había varias personas ya conversando. Golpeó un poco la ventana.
--MITSUKI KATSUKI, ¿ACEPTAS SER MI MUJER?
La chica de cabellos rosas se había acercado un poco a la ventana, al igual que otras presentes que murmuraban entre ellas.
--Lo siento, soy de Narumi.
--¿Y?
--Soy de Narumi.
--Sí, pero, ¿Y qué si eres de Narumi?
--Que soy de Narumi.
Ni siquiera quiso seguir discutiendo mucho con la chica de cabellos rosas.
--Pero quiero ser padrino de uno de sus hijos.
--Ni de pedo.
--Gracias, por eso quiero chapar contigo. A ver... ¡Agatha, amada mía! ¿Me aceptarías de nuevo como una persona completamente nueva?
--No, chíngate.
--¡Pero quiero que me chingues tú...!
Abrió la ventana del salón para subir a ella y quedarse sentado allí, observando a los presentes mientras parecía seguir buscando a alguien. Señaló a la chica albina.
--Robin, mi reina... Sé que empezaste a ver Vanitas no Carte ayer en clase a escondidas, vi tu historial y te puedo ofrecer más que cualquier otra persona: Puedo vestirme como Vanitas o Noé, o de quien tú quieras ahora mismo solamente para ti. ¿Rechazarías eso?. Por favor, quiero que nos casemos.
--Te denunciaré por invadir mi privacidad de esa manera, Matt.
--Ah, me gusta tu tono agresivo, golpéame por favor.
--No.
--¡Oye, hermosa Mirai! ¿Me aceptas tú a mí?
La chica pareció no haber entendido por un momento. Abrió la boca para hablar, tartamudeando cosas inentendibles al principio.
--Y-Yo... C-Creo que ya me gusta alguien, perdón...
--Ah... Entendible, sea quien sea, ojalá tenga el valor de comerte a besos. A ver, ahora vamos a ver qué tal con mis hombres... Si no se pudo con la hermana, que sea el hermano. ¡William, querido! ¿Quieres casarte conmigo?
--No, me echas a perder mi futuro.
--Cállate, mejoraré tu futuro. A ver... ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH, TOKI-CHAN, TE ENCONTRÉEEE, MI AMOR!
--... No. Él es mío.
--¡Robin, querida! Me rechazas... ¡Y AHORA QUIERES EVITAR QUE SEA FELIZ CON EL HOMBRE QUE AMO! ¡QUÉ CRUEL DE TU PARTE, ERES UNA DESALMADA! ¡Yo también lo quiero, ¿No puedes ver eso?!
--Calla, gata rompehogares.
Ya estaba bajándose de la ventana cuando se topó con la chica de cabello corto y pecas al darse la vuelta.
--Este... ¿Me dejas pasar al salón?
Hizo una reverencia ante la chica mientras le tomaba de la mano y abría la puerta del salón de nuevo.
--Oksana, te ves preciosa el día de hoy. ¿Cambiaste el peinado? Esos caireles se ven maravillosos en ti. La verdad, cualquier cosa se ve maravillosa en ti. ¿Quisieras...?
--¿De verdad? Gracias... Supongo. Pero no, no quiero casarme contigo, Matt.
La chica simplemente entró en el salón. Él se asomó un poco a la puerta, sonriendo con emoción en cuanto logró ver a alguien más ahí.
--¡HARUKA, DIOSA MÍA! ¿ME CONCEDERÍAS EL HONOR DE CASART-
El chico albino del flequillo sobre el ojo ahora mismo lo estaba pisoteando con fuerza.
--Pedazo de trolo, no eres digno de Haruka. Mejor vete con otro trolo.
--... Siempre diciendo lo que piensas sin importarte un carajo lo que piensen de ti, sin importarte nada... YURI NOBOYUKI, TE AMO AL CHIL-
Otro pisotón, esta vez en la cara.
--¿Acaso tengo cara de casarme con cualquiera?
Cerró la puerta del salón.
--Fua, te hicieron mierda, pibe.
El profesor Shirogane ni siquiera disimuló reírse un poco del chico en el suelo.
--... ¿Usted no quiere-?
--Sabes que yo soy de Izumi. Es demasiado temprano para hacer un escándalo así, ¿No lo crees?
--No, nunca es demasiado temprano.
--... No te quiero.
--Gracias por ser tan directo.
Él mismo se puso de pie, llevándose las manos a la cintura mientras observaba alrededor.
--A ver... ¡AH, VALKA!
Se acercó corriendo hacia la chica al final del pasillo, quien arqueó un poco las cejas al verle.
--¿Quieres que chapemos?
--Gracias por la oferta pero hoy no estoy de humor.
--Ah, dime cuando ya, yo te espero, linda.
Lo pasó de largo tras eso.
--Ah, y mi hermano no quiere verte, dice que le das miedo.
--¡PUES DILE A TU HERMANO QUE YO PUDE SER SU FUTURO ESPOSO!
La grabación terminó al tocar la campana que indicaba el regreso a clases. Ya los profesores regresaban de su corta asamblea para dirigirse a los salones en los que impartirían clases.
--¡Aki, mi amor, fallé en todo!
--¿Quiénes te rechazaron...?
--¡TODOS!
--... ¿Todos?
--¡SÍ, TODOS! ¿Es que sólo me queda ser un desgraciado en el amor...?
-... MIERDA, LO OLVIDÉ-
Apenas el pelilila pareció recordar algo, empezó a escucharse música de trompetas, guitarras y maracas mientras un grupo de personas vestidas de mariachis llegaban por el lugar, tocando animadamente.
La mayoría de los alumnos y profesores miró a Matt en busca de una explicación, él negó con la cabeza. Akihiko sin embargo, ya estaba levantándose de su asiento.
--¡OLVIDE CANCELARTE EL MARIACHI, MATT!
--... No importa, me sirve.
Esta vez fue el chico ruso quien saltó las mesas frente a él para ir a su mochila por una cartulina y salir allí con los músicos, donde extendió la cartulina, en la cual había letras pintadas en distintos colores y bastante adornadas que ponían "¿QUIERES SER MI NOVIO, LIMDO Ü?
--Nikolai, ¿Qué-?
--¡PROFE, CÁLLESE! OYE, MATT, YA NO HAY CHAPE NI NADA EN LOS BAÑOS, SIGMA MI VARÓN. ¡SIGMA, LIMDO, SÉ MI NOVIO!
--... ¿Fueron ustedes a los que encontraron chapando en el baño?
--Oh, y no sólo chapamos.
--Sí, tremendos pedazos de trolos.
--AL CHILE TÚ TAMBIÉN CÁLLATE, HARU. SIGMA, ¿ACEPTAS SER MI NOVIO, LIMDO?
El chico castaño responsable de todo el escándalo por parte de Nikolai era sujetado de los hombros por su hermana, quien le insistía en que fuese ahí a responder mientras él estaba muerto de la vergüenza, cubriendo su cara para disimular el sonrojo.
Avanzó sin poder mirar al albino a la cara.
--Entonces, ¿Quieres ser mi novio?
--...
El castaño lo abrazó repentinamente, casi llorando por la vergüenza y tal vez felicidad.
--¡Acepto!
--¡ACEPTÓ!
La chica de cabello bicolor comenzó a aplaudir ante la pareja de su hermano y su amigo. Miró a sus compañeros, quienes, sin tener de otra, también empezaron a aplaudir.
--Chale, Nikolai ya tiene novio.
--... Ni modo, a ofrecerle poliamor.
--Apoyo la noción.
El albino le observó un momento y le señaló.
--Matt, supera que ahora estoy con Sigma. Podemos hablarlo con él para saber si aún puedes chaparme pero no da.
--Y así, Matt Relish fue rechazado unas veinte veces en menos de una hora. Moraleja: no sean simps hornys.
El chico apagó la cámara de video para luego guardarla en su mochila. Suspiró exhausto y observó con una sonrisa al chico pelilila, quien no tardó en percatarse de esto.
--... Arruiné la jornada escolar, ¿verdad?
--Nah, hiciste mejor mi día. No sé que haría esta escuela sin ti, Aki.
El pelilila sonrió de a poco.
--¿Dijiste que lo rechazaron veinte veces?
--¿Quieres ver el video?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top