One-shot

-Vamos a ver. Nina está durmiendo y Kana igual. Kana no tardará en despertarse y si no consigues que deje de llorar Nina se despertará.

-Espera Kamui. ¿Cuánto tardarás?

-Estaré aquí de nuevo mañana por la mañana. Aprovecha para pasar tiempo con ellos.

A lo lejos oímos los llantos de Kana. Sino íbamos pronto Kana despertaría a Nina. Esa niña no es precisamente un ángel cuando su hermano la despierta.

Kamui fue a por Kana y yo a ver si Nina se había despertado. Seguía durmiendo. La arropé y volví la puerta de su cuarto.

Kamui había vuelto a dormir a Kana. Lo dejó en mis brazos y me dio un corto beso.

-Ve yendo. El señor Leo debe de estar esperándote para ir a Nohr. Yo cuido de ellos y del señorito Forrest si el Señor Leo me lo pide.

-Gracias, gracias, gracias.-me da otro beso y se marcha, pero un pequeño sollozo de parte se Kana la detiene.

-Eh Kana. Dile hasta luego a mamá.

Kamui rió. Si hay algo que no puedo ver es a ella sufrir por alejarse de nuestros hijos.

Kana, abrazando fuerte su pez de peluche, movió su manita en forma de despedida y Kamui se marchó dejándome a cargo de nuestros hijos.

-Vamos a por tu hermana Kana.-le digo para distraerlo. Si seguía así se echaría a llorar.

Kana se acurrucó en mi pecho buscando un lugar donde cobijarse del viento.

Era tan pequeño. Solo con taparlo con mi brazo era suficiente para cubrir todo su cuerpo. Junto con mi pequeño mimoso fui a despertar a Nina.

-No quiero papá.-se esconde más.

-Nina levántate. Hoy Odin va a venir.

-Odin es un aburrido.

-No hables así de él. Además, tienes que llevarte bien con alguien de tu edad.

-¡Ya lo hago! Está Soleil.

-Pero quiero que te relaciones con alguien más. La hija de Odin es una chica amable.

Rato más tarde apareció Odin junto con su hija Ophelia. Ella, lo primero saludó a Nina. Nina solo se escondió detrás de mí. Suspiré. No cambiará. Después quiso ver a Kana. Se lo mostré y luego se fueron a jugar al parque.

-Ophelia es una niña con mucha energía.

-Así es mi querido compañero de armas.

-Háblame bien Odin. No estamos delante del resto.

-Jajaja. Yo siempre he sido así. Sabes, no me había enterado de que tenías un segundo hijo.-juega con las manitas de Kana.

-Cuando Kamui se quedó embarazada estábamos aquí así que decidimos contarlo cuando volviésemos a Nohr.

-Te preocupa algo más.

-Fracasé como padre para Nina. No quiero volver a cometer los mismos errores con Kana.

-No has fracasado como padre Niles. A Nina le cuesta expresar sus emociones. Pero te quiere como una hija quiere a su padre.

Unas pequeñas manitas querían acercarse a mi cara. Kana reía sin parar como si supiese que estaba triste. Quería animarme.

-¿Qué quieres hijo?-lo acerqué a mi rostro.

Kana agarró mi parche y tiró de él riendo. Después lo soltó asustado y sus sollozos pasaron a ser estridentes llantos.

Ayayay...ha visto lo que hay debajo de mi parche. Esa cicatriz que tengo es horrenda. Ophelia y Nina se acercaron a nosotros.

Nos entregaron un pequeño ramo de flores a cada uno de nosotros de margaritas. A Kana le pusieron una corona de flores. Eso fue suficiente para que Kana mostrase su sonrisa.

Nina alzó a Kana. Es una buena hermana mayor. Quiere mucho a Kana.

-Nosotros nos vamos a casa. Se ha hecho de noche y no me quiero arriesgar a encontrarme con inhumanos llevando a estos dos y sin armas encima.-alzo a mis hijos.-Nos vemos mañana.

-Papá. Quiero prepararle una sorpresa a mamá.

-¿El qué?-le pregunto curioso.

-No sé. Mamá va a volver cansada. Siempre que va a a Nohr con los tíos vuelve cansada. Quiero que tenga un día para relajarse. Y tú también. Yo cuidaré de Kana.

-Jajaja. Eres un cielo Nina, pero no podemos dejarte sola con Kana. No todavía. Mira. Si que es cierto que mamá vuelve cansada, pero cuando os ve se pone tan contenta que vuelve a tener energía.

-¡¿De verdad?!

-Sí, de verdad. ¿Qué quieres cenar?

-Guiso.

-Jaja, pues tendrás guiso.

Llegamos a casa, cenamos, y acosté a los pequeños. Ambos durmieron en seguida. Me tumbé en mi cama. Se me hacía muy grande cada vez que Kamui dormía fuera de casa. Demasiado. Estaba acostumbrado a dormir abrazado a mi esposa.

Los llantos de Kana se hicieron presentes en mi cabeza y Nina pronto me estaba llamando quejándose de que no podía dormir.

-Estos niños un día acabarán con mi salud mental.-digo para mí mismo.

Alcé a Kana para después ir a por Nina. Los llevé a mi cuarto y di de comer a Kana. Nina todavía seguía enfadada.

-Nina, no es culpa de Kana. Es muy pequeño y no entiende.

-No duermo bien y ahora por culpa de Kana no duermo nada.

-¿Cómo que no duermes bien? ¿Estás enferma?-poso una mano en su frente.

-No. Llevo así desde que Kana nació.

Kana volvió a sollozar y lo arrullé. ¿Desde cuándo Nina duerme mal? Nunca nos lo había comentado. Desde que Kana nació...

Me eché a reír al darme cuenta de lo que le ocurría a mi hija.

-¿Estás celosa de Kana?

-¡No! Bueno...si.

-¿Por qué? Nina, sabes que os queremos por igual.

-Pero es que...a Kana le prestas mucha atención. Tú nunca fuiste así conmigo. Le pregunté a mamá una y otra vez pero siempre me contestaba que estabas en Nohr protegiendo a alguien. Nunca tenías tiempo para mí. Igual que mamá.

-Tanto tu madre como yo...no estamos muy orgullosos de cómo te criamos.

-Me da igual. No es justo. ¿Por qué Kana si y yo no?-saltó de la cama y se fue llorando.

Genial. Le he cagado. Me tumbé aún con Kana en mis brazos. No sé cuándo me dormí, pero lo que si que recuerdo es despertarme de una de las mejores maneras. Con Kamui acostada sobre mi pecho.

-Buenos días.

-Buenos días.-contesto sonriente.

-¿Nina se ha enfadado?-me pregunta.

-Sí, otra vez. Nunca seré el padre que ella quiere. Jamás llegaré a pagarle todos los errores que cometí.

-Niles...

Pasaron meses, que se convirtieron en años y Kana y Nina crecieron. Se unieron a nuestra causa, hicieron nuevos amigos y pasaban más tiempo con nosotros, con sus padres.

La guerra acabó. Nuestros hijos volvieron a los reinos siderales, pero una orda de inhumanos atacaron los diferentes reinos.

Kamui fue a buscar a Kana. Yo fui a por Nina. Lancé un par de flechas acabando con los monstruos que osaban atacar a mi hija por la espalda.

No fui precavido. Varios inhumanos me rodearon y debilitaron hasta estar al borde de la muerte. Nina y Kana vinieron corriendo hacia mí.

-Nina, Kana...-digo sin apenas voz.

-No hables papi. Estás muy débil.-me dice Kana sorbiendo sus mocos.

-¿Y vuestra madre?

-Mami me dijo que me llevase esta espada y la protegiese. Se quedó luchando pero aun no ha venido.

Kamui, ¿has dejado este mundo? Sonreí. No creo que yo dure mucho más.

-Hijos. Marchaos de aquí. Encontrad a vuestros amigos y escapad. No miréis atrás. No importa quien muera, vosotros debéis seguir adelante.

-¡Tú te vienes!

-Nina. Yo me tengo que quedar. Protege a Kana.

-Papá...

Los inhumanos se acercaban.

-¡Marchense ya!-les grito.

Kana arrastró a Nina. Sonreí.

-Kamui, ellos lograran lo que nosotros no pudimos. Ellos vencerán. Poseen nuestro talento y armas poderosas.-cerré los ojos.

Nina, gracias por haberme llamado papá. No me merezco a una hija así. Siento dejaros solos. Recordad que os queremos, tanto vuestra madre como yo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top